18 julio 2023

El heredero

Viernes nueve de junio de 2023. Carlos Alcaraz, hundido emocionalmente tras haber perdido las semifinales de Roland Garros, aceptó con mucha altura que "tuvo miedo" de ganarle a Novak Djokovic y que los calambres fueron producto de la tensión de sus músculos ante mayúscula posibilidad. Normal. A pesar de haber sido el número uno más joven de la historia y de ganar el US Open con diecinueve años, no deja de ser un adolescente que lleva pocos años en el circuito y que nunca había enfrentado a una leyenda del deporte en un torneo tan importante. Domingo dieciséis de julio de 2023. El "mismo" Carlos Alcaraz derrotó en la final de Wimbledon a Novak Djokovic, siete veces campeón en Londres, tras cuatro horas y cuarenta y dos minutos. Boom.

Más allá de una derecha tan potente como precisa, de un revés punzante, de una dejada de la épocas en la que se jugaba al tenis a otra velocidad y de un segundo saque liftado que solo sabe de exclamaciones, el punto a destacar del español fue su mentalidad. Perder el primer set y casi el segundo (5-6 en el tiebreak) no supuso ningún bajón mental que lo alejara del objetivo. Tampoco ceder el cuarto set cuando parecía encaminado a la victoria lo relajó. Todo lo contrario, dominó el quinto set y jugó un último juego para el recuerdo, teniendo enfrente a un jugador que estuvo treinta y cinco veces en esa situación, para muchos el mejor de la historia. Poca cosa para un 'chaval' de veinte años...

“Pensé muchas cosas tras perder el primer set, pero lo más importante era que tenía que subir mi nivel, sí o sí. Era la final y había que entretener a todo el público que había pagado una entrada para estar allí. Sabía que en algún momento tendría mis oportunidades para acercarme al marcador, sacando mi mejor versión. Me puso muy contento ganar el segundo set, ese momento fue clave, ya que de haberlo perdido… seguramente habría perdido en sets corridos. Peso nunca dejé de creer en mí mismo”, declaraba un sincero Alcaraz tras la hazaña lograda en la 'Centre Court', demostrando que un punto podría haber acabado con sus ilusiones.

La madurez mental que mostró "Carlitos" en la 'Cancha Central' de Wimbledon ante la mirada de personalidades tan importantes del mundo del deporte, del espectáculo y de la realeza es digna de estudio. Veinte años tiene el joven nacido en El Palmar (Murcia) que se plantó en la final del torneo de torneos ante una multitud de personajes históricos para arrebatarle de las manos el título más preciado al máximo hombre ganador de Grand Slams en la historia. 

A pesar de sus polémicas rabietas dentro de la pista que le generan ese amor-odio de los fanáticos entre los puristas del deporte y los que valoran más el entretenimiento, Novak acepta la derrota siempre con hidalguía y en esta dura final perdida se deshizo en elogios hacia el campeón: "Todo el crédito a Carlos, que tuvo un asombroso aplomo en los momentos importantes. Para alguien de su edad manejar los nervios de esta manera, jugar al tenis de ataque y cerrar el partido de la manera en que lo hizo. Pienso que resté muy bien el último juego, pero se le ocurrieron cosas increíbles, golpes asombrosos”.

Daniel Vitale Pizarro

13 junio 2023

Dueño de la historia

A pesar de no perder en un Grand Slam desde Roland Garros 2022 ante Rafael Nadal y sin la presencia del español en el torneo por primera vez desde 2004, el favorito para ganar en París no era Novak Djokovic. El nivel demostrado en la gira sobre arcilla y las dudas sobre su plenitud física hacían dudar a fanáticos y especialistas sobre las posibilidades del serbio de levantar su tercera 'Copa de los Mosqueteros'. El gran estado de forma de Carlos Alcaraz, la explosión de Holger Rune, la consistencia en Grand Slams de Stefanos Tsitsipas o incluso la novedosa "amistad" de Daniil Medvedev con la tierra batida desviaron los focos de atención sobre el multicampeón serbio.

Musetti en Monte Carlo, Lajovic en Banja Luka y Rune en Roma, sumado a la ausencia en Madrid por molestias en su codo derecho lo alejaron del centro de atención de la prensa especializada. Candidato en cualquier torneo por historia y vigencia, a sus treinta y seis años y en la superficie más desgastante de todas, el rendimiento de Djokovic era una incógnita antes del inicio del segundo Grand Slam del año. "No estaba rindiendo bien en los torneos de tierra previos a París, pero en cuanto llegué me sentí de manera positiva. Sentí que tenía una muy buena oportunidad contra cualquiera al mejor de cinco", expresaba sus sensaciones el serbio a medida que pasaban los días en la capital francesa.

Sacando los partidos adelante más por oficio que por nivel, recién en cuartos de final ante Karen Khachanov tuvo que elevar su tenis para no caer ante el potente ruso. Superados esos escollos, el torneo le puso enfrente al favorito de todos, Carlos Alcaraz. La juventud, energía, poder de golpeo y el mejor momento de forma de Carlos no fueron suficientes para destrabar un partido muy complejo que terminó con el español acalambrado producto de los nervios ante el duelo más importante de su corta carrera como profesional. "Lo achaco a una cuestión mucho más mental que física. Entré al partido más nervioso de la cuenta, no supe relajarme ni quitarme esa tensión. Probablemente fue lo más estresante y tenso que me he sentido en una pista de tenis. Ha sido muy duro", fueron las palabras de 'Carlitos'.

Alcaraz no soportó la presión. La falta de experiencia le jugó una mala pasada al murciano que la noche anterior no pudo casi ni comer y mucho menos dormir como hubiera debido. La instancia y el rival le quedaron grandes a un Carlos que fue 'Carlitos' ante un Djokovic al que no le tembló el pulso. La final fue diferente. Casper Ruud, el tenista más infravalorado del circuito, le plantó cara al hombre récord de serbia. De mayor a menor, el noruego estuvo tan cerca de ganar el primer set como tan lejos de ganar el partido. Al límite durante noventa minutos, el poder de fuego del inicio se fue apagando hasta ceder las tres mangas contra un Djokovic que nunca titubeó ni le permitió agarrarse al encuentro. La derecha de Novak fue perforando a Casper a medida que avanzaba el encuentro. El serbio jugó un partido muy serio, a la altura de las expectativas.

Sin excusas, el triple finalista de Grand Slam explicó el porqué de su derrota: “Creo que tuve un buen inicio y él cometió algunos errores, tal vez sintiéndose un poco nervioso. Obtuve algunos puntos gratis y estuve arriba 3-0. Esa fue una gran manera de empezar. A partir de ahí, él minimizó los errores y encontró su nivel y su ritmo. Creo que tuve un buen plan de juego y funcionó bien al principio. También porque él cometió algunos errores, pero simplemente luego dio un paso al frente, como si supiera cómo hacerlo. No es la primera vez que lo hace. Puedes ver por qué ganó 23 con la forma en que le dio la vuelta el primer set y dio un paso adelante en el segundo y tercero cuando tenía que hacerlo”.

Preguntado sobre quién es el mejor de la historia, Djokovic evadió la respuesta con estilo: “Siento que es una falta de respeto hacia todos los grandes campeones de diferentes épocas. Cuando hablas de historia, la gente habla principalmente de los Grand Slams ganados o la cantidad de tiempo como N°1 ATP. Me las arreglé para romper los récords en ambas estadísticas, lo cual es increíble. Realmente siento que la edad es solo un número en mi caso. Es un poco simbólico que haya ganado mi histórico 23 aquí en París, lo hace aún más dulce y grandioso saber lo que se necesita para ganar este torneo. Roland Garros es la montaña más alta de escalar para mí, por eso es aún más satisfactorio”. 

Daniel Vitale Pizarro

24 mayo 2023

Clayvedev

Era cuestión de tiempo para que Daniil Medvedev se diera cuenta de que la tierra batida no era tan perjudicial para su juego. El ruso, enemigo público del polvo de ladrillo luego de Nick Kyrgios, se "amigó" con la superficie más lenta del mundo para lograr su primer título en Roma sin haber ganado siquiera un partido en sus presentaciones anteriores. Finalista en Barcelona 2019 y con récord negativo en arcilla hasta su llegada a Italia (22-25), Medvedev derrotó a Tsitsipas (5°) y a Rune (7°) para ganar su vigésimo trofeo ATP con la particularidad de que todos son diferentes. Número dos del mundo tras vencer en el Foro Itálico, "The Machine" se suma a la lista de candidatos para Roland Garros y... ¿por qué no?

La explosión tenística y mediática de Carlos Alcaraz, la baja sin fecha de regreso de Rafael Nadal y las caídas tempranas de Novak Djokovic en los tres certámenes que disputó le permitieron a Daniil Medvedev transitar por la gira de arcilla sin expectativas ni presión alguna de los medios especializados. Sus malos resultados previos en polvo y sus declaraciones "anti-tierra" lo quitaron del foco de atención de aficionados y especialistas. Pero en Roma fue diferente. "Todavía no me lo creo, no que lo haya ganado, sino el hecho de haber jugado tan bien esta semana", verbalizaba sonriente un campeón tan sorprendido como feliz.

Medvedev explicaba el porqué de su mejora esta semana en la superficie más lenta del planeta: "No me movía lo suficientemente bien, mis golpes no tenían la suficiente profundidad. Creo que el nuevo cordaje me ayuda porque es más suave y la pelota sale más fácil. En Australia no funcionó. Dudaba de mí mismo. Ahora se siente increíble. Sobre el movimiento, es el entrenamiento o las nuevas zapatillas, me siento mejor con ellas. Me las arreglé para tener tiempo, para moverme bien y golpear la bola profunda. Parece fácil, pero es la parte más difícil del tenis. Quieres jugar profundo y fallas. Eso es lo que me pasaba, pero esta semana he conseguido hacer todo lo que tenía en mente”.

Los números del actual número dos del mundo desde que perdiera en el Australian Open son tan buenos que llegará a Roland Garros como el mejor tenista del 2023 con casi mil puntos de diferencia. Por primera vez en su carrera ganó cinco títulos en un temporada y ni siquiera llegamos a junio. La diversidad y cantidad de títulos más el número uno del mundo en 2022 lo colocan entre los mejores tenistas rusos de la historia, sin dudas en el Top3. Muchos récords de Yevgeny Kafelnikov o Marat Safin ya fueron superados por Daniil Medvedev que con veintisiete años se encuentra en un gran momento de forma.

"Siempre creo en mí mismo y en poder ganar los torneos más importantes del mundo. Pero al mismo tiempo, no creía que pudiera ganar un Masters1000 sobre tierra batida porque normalmente odiaba jugar en ella. No me sentía bien y nada funcionaba. Antes de Roma (Madrid y Montecarlo) no me sentí demasiado mal. Pensé: 'OK, sigamos'. Luego, cuando llegué aquí, me sentí muy bien en los entrenamientos y le dije a mi entrenador: 'No sé lo que está pasando, pero me siento de maravilla, así que vamos a ver cómo va'. Estoy muy contento de haberlo logrado y de demostrarme a mí mismo y a todos los demás que soy capaz de hacerlo”, declaraba un sincero Medvedev ante los periodistas.

Daniel Vitale Pizarro

19 abril 2023

Volver a ser

1968 significó el fin de la Era Amateur y de las restricciones para los profesionales. Roland Garros fue el primer torneo abierto para todo aquel que tuviera el nivel para disputarlo. Un año y medio después nacía el Grand Prix, un circuito ideado por Jack Kramer que duró hasta 1989, que pretendía ordenar al tenis profesional. Kramer lo definió como "una serie de torneos con un fondo de bonificación de dinero que se dividirá sobre la base de un sistema de puntos acumulativo". En medio de ese caos fundacional, en 1972 se disputó el Grand Prix de Madrid, nacido en el Club de Tenis Chamartín, trasladado en 1973 al Club de Campo Villa de Madrid hasta su vuelta al Chamartín (1990-1994).
Entre 1972 y 1989 el torneo perteneció al Grand Prix Tennis Circuit. En 1990 y con el nacimiento de la ATP, el evento pasó a formar parte, hasta su desaparición en 1995, de la categoría 'ATP International Series', el equivalente a un ATP250 actual. El certamen volvía a tener un lugar en el calendario recién en 2020 en el club que dio origen al evento (Club de Tenis Chamartín) pero integrando el circuito Challenger. Un mes antes de la realización, la Pandemia mundial impidió el regreso de la competición madrileña. Finalmente fue 2022 el año del retorno del "Open Comunidad de Madrid" en el Club de Campo Villa de Madrid, el sitio que más veces alojó el campeonato en la capital española.
Presentes en las dos ediciones del torneo en el coqueto Club de Campo, podríamos decir que, en líneas generales, el evento mantuvo el estatus obtenido en 2022. Empecemos por las instalaciones. Tres pistas principales y cinco de entrenamiento para los jugadores, una tierra batida que no tuvo críticas sobre el estado de las mismas como sí las tuvo la temporada pasada. Eso sí, este año las quejas fueron para las pelotas, las famosas Dunlop Fort que perdían la presión muy rápido. A pesar de eso, tanto el Director del torneo (Pablo Carabias) como la jefa de prensa (Sandra Sacristán) estuvieron atentos y predispuestos a ayudar ante cualquier duda que se nos presentara a periodistas y jugadores.


El cambio lo vimos en la nomenclatura del torneo. La edición pasada ofreció ochenta puntos (Challenger 80) y la actual repartió setenta y cinco (Challenger 75) tras la simplificación de la categorización del circuito. Paradójicamente, el dinero total a repartir fue casi el doble. La inyección económica de la ATP para el segundo circuito en importancia significó un aumento del 'prize money' de 45,730 euros a 73,000. En contraposición a esa significativa suba de dinero a repartir, el cuadro tuvo a un solo Top100 (Pedro Cachin, 67°), apostando principalmente por participantes madrileños como Alejandro Moro, Miguel Damas, Rafael Jodar, Miguel Avendaño, Javier Marti o Martín Landaluce.
Al igual que en la edición pasada, uno de los atractivos fueron los looks de los embajadores de 'Lalá Sportswear'. Marco Trungelliti, Ariel Behar y Nicolás Barrientos se pasearon por el Club durante toda la semana luciendo modelos de ropa tan originales como llamativos. Siguiendo con la tónica de la originalidad, la organización llevó un poco de "color" a la pista central. En conmemoración a los cincuenta años de la primera edición del torneo en el Club de Campo, cuatro exjugadores madrileños, uniformados para la ocasión, disputaron una exhibición emulando a los grandes campeones que alguna vez jugaron en esas pistas. Un episodio pintoresco y entretenido para el público.


La cercanía de los profesionales con el público y las facilidades para trabajar es lo mejor que tienen los Challengers. El dinero, la fama y el éxito genera, en muchos casos, pedantería, y como en esta categoría de torneos la mayoría de los jugadores no tienen tanto dinero, ni mucha fama ni demasiado éxito, la comunicación con las personas fuera de su círculo de trabajo es mucho más cálida y amena. En ese contexto, la idea de repartir los cromos de los participantes entre los aficionados para conocer más a los protagonistas y eventualmente conseguir una firma de ellos es una de las atracciones de la semana y motivo de alegría de los niños que asisten ilusionados al pie de las pistas.
La reestructuración del tenis español en el último lustro es notoria y donde más se nota a simple vista es en la cantidad de torneos profesionales organizados. 2023 será nuevamente un año récord en cuanto a Challengers organizados con dieciséis eventos en esta categoría a lo largo y ancho del país. A eso hay que sumarle cuarenta y dos ITF World Tennis Tour en la categoría menor del circuito internacional, el ATP250 Mallorca, el ATP500 Barcelona, el Masters1000 Madrid y la final de la Copa Davis en Málaga para completar un total de sesenta y dos torneos profesionales masculinos disputados en España esta temporada, impensado cinco años atrás.

Daniel Vitale Pizarro

06 febrero 2023

La nueva USA

El retiro de Andy Roddick en 2012 coincidió con el primer año en el cual Estados Unidos finalizó sin un jugador entre los diez mejores del mundo del ranking ATP. El país más dominante en la historia del tenis tardó cinco años en volver a tener un Top10 en diciembre de 2017 (Jack Sock) para tres años más tarde tocar fondo sin un Top20 en el bienio 2020-2021 y sin un Top30 en mayo de 2021. Los últimos logros de USA como equipo fueron el campeonato obtenido en la Copa Hopman 2011 (finalista 2017), la consagración en la Copa Davis en 2007 (finalista 2004) y el título en la 'Copa Mundial por Equipos' en Dusseldorf 1993 (finalista 2010).

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Pero la tendencia empezó a cambiar en 2022. La temporada pasada significó el retorno del país a los primeros planos gracias, principalmente, a Taylor Fritz (9°) y a Frances Tiafoe (17°), protagonistas en el circuito y en la conquista por primera vez de la Laver Cup representando al "Resto del Mundo". Taylor (8°) tuvo el mejor año de su carrera siendo campeón en Indian Wells, Eastbourne y Tokio para finalizar dentro del Top10 y disputar el Masters. Frances (17°) no ganó títulos pero alcanzó dos finales ATP más la semifinal en el US Open que lo colocó por primera vez como Top20. Ambos son los líderes de un grupo de norteamericanos que esta vez sí llegaron para quedarse en la elite.

El ranking mostraba que cada vez más estadounidenses se establecían en el Top100 pero las actuaciones en las competiciones por equipos no satisfacían a nadie. La Laver Cup 2022 fue el puntapié inicial para que Fritz, Tiafoe y compañía comenzaran a creerse que podían ganar un torneo representando a su país. Tres victorias sobre cuatro de esta dupla ayudaron a que el 'Resto del Mundo' vencieran por primera vez a Europa en la recordada despedida de Roger Federer con dos estadounidenses, Frances Tiafoe y Jack Sock, del otro lado de la red en el último partido como profesional del helvético.

Siguiendo con la misma tónica de 2022, Estados Unidos inició 2023 con todo. Líder en jugadores entre los cien mejores del mundo ATP (13), la USTA presentó prácticamente a su equipo de gala para disputar la United Cup, la nueva competición mixta que reemplazó a la ATP Cup pero que rememora a la histórica Hopman Cup. Jessica Pegula (3°), Taylor Fritz (9°), Madison Keys (11°) y Frances Tiafoe (19°) se encargaron de barrer a sus rivales finalizando el certamen como campeones con un total de veintidós triunfos y solo dos derrotas en su camino a la final ante Italia. No le hizo falta contar con Coco Gauf (7) en la alineación, campeona esa misma semana en el WTA Auckland.

"¡Ha sido increíble! Es fantástico para el equipo ganar este torneo. Las emociones que sientes cuando ganas y todos vienen corriendo hacia ti es increíble. No sé si han visto la repetición pero Frances básicamente me ha embestido (risas)",declaraba un Taylor Fritz muy contento por haber vivido una experiencia diferente. En sintonía con su compañero de equipo, Frances Tiafoe resaltó al equipo por sobre lo individual: "Estoy jugando el mejor tenis de mi vida y pasándomelo bien en pista, estoy disfrutando mucho. Ver a mis compañeros me inspira. Estoy aprendiendo de ellos. Obviamente tengo una personalidad diferente que trato de cambiar a medida que envejezco pero siendo yo mismo".

Los nacidos en Estados Unidos también fueron protagonistas del último Grand Slam. Tres alcanzaron los cuartos de final (Paul, Korda y Shelton), algo que no se lograba desde el US Open 2005, y uno fue semifinalista (Tommy Paul), instancia a la que no llegaban en el Australian Open desde, casualmente, Andy Roddick en 2009. En las previas de la Copa Davis 2023 el país norteamericano tampoco pasó desapercibido. Sin sus mejores jugadores, eliminó sin inconvenientes a Uzbekistán (0-4) en condición de visitante, una muestra del poderío actual de un equipo que cuenta con quince Top100 (diez Top50) con el aliciente de que once tienen veinticinco años o menos. Idílico presente y futuro a mediano plazo.

Daniel Vitale Pizarro

31 enero 2023

Djokovic es inabarcable

Hace un año, Novak Djokovic era deportado de Australia por no estar vacunado contra la Covid-19. La noticia recorrió todos los portales del mundo: el número uno del mundo era expulsado del país que lo vio ganar nueve veces. Los meses pasaban y la restricciones relacionadas con la Pandemia se relajaban en muchos países, no así en Norteamérica, pilar en el calendario de torneos importantes. Djokovic, firme en sus convicciones antivacunas aunque sin ser un militante del caso, compitió en apenas un puñado de eventos durante 2022 en los países sanitariamente más laxos. Sin la posibilidad de mantenerse en la cima del ranking ATP, pudo finalizar el año como el cinco del mundo.

"De repente me convertí en el villano del mundo, lo que obviamente es algo terrible para un deportista. Me vi arrastrado hacia una tormenta en todos los medios del mundo relacionada con cualquier tema que tuviera que ver con el Covid y la vacuna. No fue fácil para mí recomponerme mentalmente y reiniciar de nuevo", declaraba el serbio en una de sus primeras entrevistas en Oceanía, doce meses después del episodio que lo privó de defender el título en su Grand Slam fetiche. La restricciones por la Pandemia se relajaron y el impedimento de ingresar al país por tres años se redujo a uno lo que le permitió, a pesar de no estar vacunado, disputar Adelaida a inicios del calendario y el Australian Open.

Y como si de una película se tratara, los problemas para el balcánico no cesaban. Campeón en Adelaida la semana previa al Abierto de Australia, una lesión en su muslo izquierdo casi lo deja sin competir en Melbourne. Tozudo, el campeón de veintiún grandes no hizo caso a las recomendaciones médicas y saltó a pista. Las evidentes molestias durante casi todo el torneo no le impidieron apabullar a sus rivales. El peor momento físico fue la tercera ronda ante Grigor Dimitrov, momento en el que su entrenador "tuvo miedo" por el posible alcance de la lesión. A partir de aquel partido, los dolores mermaron hasta casi desaparecer el día de la final, único partido que disputó sin el vendaje en su pierna. Lo demás, lo de siempre: Novak Djokovic campeón del Australian Open.


Pero las adversidades no fueron solo físicas. Otro escándalo sobrevoló en su equipo. Una foto de su siempre polémico padre con simpatizantes de Vladimir Putin portando una bandera rusa en las semifinales ante Tommy Paul le impidió a Srdjan Djokovic presenciar la final de su hijo. Los golpes anímicos que parecían haber quedado atrás en la edición pasada, volvían a aparecer. Pero para el hombre con una mentalidad de acero, claudicar no figura en su diccionario. Ni la deportación, ni el maltrato en los medios de comunicación, ni las molestias físicas, ni el impacto mediático del episodio con su padre hicieron mella en su enfoque y concentración para levantar su décimo Australian Open.

Sorprendido una vez más por la capacidad física pero sobre todo por la fortaleza mental, Goran Ivanisevic se deshizo en elogios hacia su pupilo: "Las tres últimas semanas han sido muy duras. Pensé que lo había visto todo en 2021 cuando ganó con una rotura en el abdominal, pero lo de este año ha sido increíble. Que haya sido capaz de jugar mejor cada día es impresionante. Su cerebro funciona diferente. Llevo cuatro años con él, pero me sigue sorprendiendo de cómo piensa. Lo ha dado todo. Ha hecho setenta y siete terapias al día y cada día ha mejorado. No me lo esperaba, la verdad. Honestamente, estaba en shock".

El eufórico festejo del triunfo reflejó todo lo vivido por Novak Djokovic en Australia: "Nunca preparo mis celebraciones, hago lo que sale de mi alma en función de cómo hayan ido las cosas. Este torneo ha sido un cúmulo de circunstancias que se han erigido en tremendos desafíos a nivel mental y físico. Volver a Australia después del 2022, la lesión que sufro desde hace unas semanas, lo ocurrido con mi padre poco antes de la final... Durante un Grand Slam tienes que bloquear todo ese tipo de emociones para no perder la concentración, pero toda esa energía y tensión acumulada salió a flote. Colapsé emocionalmente cuando fui a saludar a mi gente y me di cuenta de todo lo que hacen por mí y con lo que hemos tenido que lidiar en los últimos tiempos".

Djokovic se fue de Australia con un mensaje aleccionador para las nuevas generaciones, sensibles emocionalmente y poco tolerantes a la frustración. Como bien describe Pablo Amalfitano, "por convicciones propias que en este momento no admiten un juicio de valor", Novak se ha ganado el respeto del mundo entero, que lo ninguneó desde que aterrizara en Australia en enero de 2022 en medio de la polémica por su exención para disputar el torneo y que tras una novela de trece días lo humillaron expulsándolo de la isla. Un año después, sin hacer ruido mediático y manteniendo sus principios por sobre todo lo demás y los demás, se llevó de Oceanía el trofeo y el número uno mundial.

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"Este ha sido uno de los torneos más desafiantes que jugué en mi vida considerando las circunstancias de no haber podido jugar el año pasado. Estaba deseando volver a Australia. Es cierto, estaba un poco más nervioso; no sabía cómo iba a ser ni cómo iba a recibirme la gente, pero en general, ha sido una experiencia muy positiva. Probablemente sea la mayor victoria de mi vida. Celebro este tipo de momentos en el que gano un Grand Slam y soy el número uno del mundo mucho más que durante toda mi carrera. Siempre intento llevarme lecciones tanto profesionales como personales sobre mi carácter o sobre mi experiencia por lo que ahora mismo necesito algún tiempo para reflexionar sobre ello”. Un Novak Djokovic reflexivo sobre su pasado, presente y futuro, con hambre de seguir haciendo historia.

Daniel Vitale Pizarro