24 mayo 2023

Clayvedev

Era cuestión de tiempo para que Daniil Medvedev se diera cuenta de que la tierra batida no era tan perjudicial para su juego. El ruso, enemigo público del polvo de ladrillo luego de Nick Kyrgios, se "amigó" con la superficie más lenta del mundo para lograr su primer título en Roma sin haber ganado siquiera un partido en sus presentaciones anteriores. Finalista en Barcelona 2019 y con récord negativo en arcilla hasta su llegada a Italia (22-25), Medvedev derrotó a Tsitsipas (5°) y a Rune (7°) para ganar su vigésimo trofeo ATP con la particularidad de que todos son diferentes. Número dos del mundo tras vencer en el Foro Itálico, "The Machine" se suma a la lista de candidatos para Roland Garros y... ¿por qué no?

La explosión tenística y mediática de Carlos Alcaraz, la baja sin fecha de regreso de Rafael Nadal y las caídas tempranas de Novak Djokovic en los tres certámenes que disputó le permitieron a Daniil Medvedev transitar por la gira de arcilla sin expectativas ni presión alguna de los medios especializados. Sus malos resultados previos en polvo y sus declaraciones "anti-tierra" lo quitaron del foco de atención de aficionados y especialistas. Pero en Roma fue diferente. "Todavía no me lo creo, no que lo haya ganado, sino el hecho de haber jugado tan bien esta semana", verbalizaba sonriente un campeón tan sorprendido como feliz.

Medvedev explicaba el porqué de su mejora esta semana en la superficie más lenta del planeta: "No me movía lo suficientemente bien, mis golpes no tenían la suficiente profundidad. Creo que el nuevo cordaje me ayuda porque es más suave y la pelota sale más fácil. En Australia no funcionó. Dudaba de mí mismo. Ahora se siente increíble. Sobre el movimiento, es el entrenamiento o las nuevas zapatillas, me siento mejor con ellas. Me las arreglé para tener tiempo, para moverme bien y golpear la bola profunda. Parece fácil, pero es la parte más difícil del tenis. Quieres jugar profundo y fallas. Eso es lo que me pasaba, pero esta semana he conseguido hacer todo lo que tenía en mente”.

Los números del actual número dos del mundo desde que perdiera en el Australian Open son tan buenos que llegará a Roland Garros como el mejor tenista del 2023 con casi mil puntos de diferencia. Por primera vez en su carrera ganó cinco títulos en un temporada y ni siquiera llegamos a junio. La diversidad y cantidad de títulos más el número uno del mundo en 2022 lo colocan entre los mejores tenistas rusos de la historia, sin dudas en el Top3. Muchos récords de Yevgeny Kafelnikov o Marat Safin ya fueron superados por Daniil Medvedev que con veintisiete años se encuentra en un gran momento de forma.

"Siempre creo en mí mismo y en poder ganar los torneos más importantes del mundo. Pero al mismo tiempo, no creía que pudiera ganar un Masters1000 sobre tierra batida porque normalmente odiaba jugar en ella. No me sentía bien y nada funcionaba. Antes de Roma (Madrid y Montecarlo) no me sentí demasiado mal. Pensé: 'OK, sigamos'. Luego, cuando llegué aquí, me sentí muy bien en los entrenamientos y le dije a mi entrenador: 'No sé lo que está pasando, pero me siento de maravilla, así que vamos a ver cómo va'. Estoy muy contento de haberlo logrado y de demostrarme a mí mismo y a todos los demás que soy capaz de hacerlo”, declaraba un sincero Medvedev ante los periodistas.

Daniel Vitale Pizarro

19 abril 2023

Volver a ser

1968 significó el fin de la Era Amateur y de las restricciones para los profesionales. Roland Garros fue el primer torneo abierto para todo aquel que tuviera el nivel para disputarlo. Un año y medio después nacía el Grand Prix, un circuito ideado por Jack Kramer que duró hasta 1989, que pretendía ordenar al tenis profesional. Kramer lo definió como "una serie de torneos con un fondo de bonificación de dinero que se dividirá sobre la base de un sistema de puntos acumulativo". En medio de ese caos fundacional, en 1972 se disputó el Grand Prix de Madrid, nacido en el Club de Tenis Chamartín, trasladado en 1973 al Club de Campo Villa de Madrid hasta su vuelta al Chamartín (1990-1994).
Entre 1972 y 1989 el torneo perteneció al Grand Prix Tennis Circuit. En 1990 y con el nacimiento de la ATP, el evento pasó a formar parte, hasta su desaparición en 1995, de la categoría 'ATP International Series', el equivalente a un ATP250 actual. El certamen volvía a tener un lugar en el calendario recién en 2020 en el club que dio origen al evento (Club de Tenis Chamartín) pero integrando el circuito Challenger. Un mes antes de la realización, la Pandemia mundial impidió el regreso de la competición madrileña. Finalmente fue 2022 el año del retorno del "Open Comunidad de Madrid" en el Club de Campo Villa de Madrid, el sitio que más veces alojó el campeonato en la capital española.
Presentes en las dos ediciones del torneo en el coqueto Club de Campo, podríamos decir que, en líneas generales, el evento mantuvo el estatus obtenido en 2022. Empecemos por las instalaciones. Tres pistas principales y cinco de entrenamiento para los jugadores, una tierra batida que no tuvo críticas sobre el estado de las mismas como sí las tuvo la temporada pasada. Eso sí, este año las quejas fueron para las pelotas, las famosas Dunlop Fort que perdían la presión muy rápido. A pesar de eso, tanto el Director del torneo (Pablo Carabias) como la jefa de prensa (Sandra Sacristán) estuvieron atentos y predispuestos a ayudar ante cualquier duda que se nos presentara a periodistas y jugadores.


El cambio lo vimos en la nomenclatura del torneo. La edición pasada ofreció ochenta puntos (Challenger 80) y la actual repartió setenta y cinco (Challenger 75) tras la simplificación de la categorización del circuito. Paradójicamente, el dinero total a repartir fue casi el doble. La inyección económica de la ATP para el segundo circuito en importancia significó un aumento del 'prize money' de 45,730 euros a 73,000. En contraposición a esa significativa suba de dinero a repartir, el cuadro tuvo a un solo Top100 (Pedro Cachin, 67°), apostando principalmente por participantes madrileños como Alejandro Moro, Miguel Damas, Rafael Jodar, Miguel Avendaño, Javier Marti o Martín Landaluce.
Al igual que en la edición pasada, uno de los atractivos fueron los looks de los embajadores de 'Lalá Sportswear'. Marco Trungelliti, Ariel Behar y Nicolás Barrientos se pasearon por el Club durante toda la semana luciendo modelos de ropa tan originales como llamativos. Siguiendo con la tónica de la originalidad, la organización llevó un poco de "color" a la pista central. En conmemoración a los cincuenta años de la primera edición del torneo en el Club de Campo, cuatro exjugadores madrileños, uniformados para la ocasión, disputaron una exhibición emulando a los grandes campeones que alguna vez jugaron en esas pistas. Un episodio pintoresco y entretenido para el público.


La cercanía de los profesionales con el público y las facilidades para trabajar es lo mejor que tienen los Challengers. El dinero, la fama y el éxito genera, en muchos casos, pedantería, y como en esta categoría de torneos la mayoría de los jugadores no tienen tanto dinero, ni mucha fama ni demasiado éxito, la comunicación con las personas fuera de su círculo de trabajo es mucho más cálida y amena. En ese contexto, la idea de repartir los cromos de los participantes entre los aficionados para conocer más a los protagonistas y eventualmente conseguir una firma de ellos es una de las atracciones de la semana y motivo de alegría de los niños que asisten ilusionados al pie de las pistas.
La reestructuración del tenis español en el último lustro es notoria y donde más se nota a simple vista es en la cantidad de torneos profesionales organizados. 2023 será nuevamente un año récord en cuanto a Challengers organizados con dieciséis eventos en esta categoría a lo largo y ancho del país. A eso hay que sumarle cuarenta y dos ITF World Tennis Tour en la categoría menor del circuito internacional, el ATP250 Mallorca, el ATP500 Barcelona, el Masters1000 Madrid y la final de la Copa Davis en Málaga para completar un total de sesenta y dos torneos profesionales masculinos disputados en España esta temporada, impensado cinco años atrás.

Daniel Vitale Pizarro

06 febrero 2023

La nueva USA

El retiro de Andy Roddick en 2012 coincidió con el primer año en el cual Estados Unidos finalizó sin un jugador entre los diez mejores del mundo del ranking ATP. El país más dominante en la historia del tenis tardó cinco años en volver a tener un Top10 en diciembre de 2017 (Jack Sock) para tres años más tarde tocar fondo sin un Top20 en el bienio 2020-2021 y sin un Top30 en mayo de 2021. Los últimos logros de USA como equipo fueron el campeonato obtenido en la Copa Hopman 2011 (finalista 2017), la consagración en la Copa Davis en 2007 (finalista 2004) y el título en la 'Copa Mundial por Equipos' en Dusseldorf 1993 (finalista 2010).

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Pero la tendencia empezó a cambiar en 2022. La temporada pasada significó el retorno del país a los primeros planos gracias, principalmente, a Taylor Fritz (9°) y a Frances Tiafoe (17°), protagonistas en el circuito y en la conquista por primera vez de la Laver Cup representando al "Resto del Mundo". Taylor (8°) tuvo el mejor año de su carrera siendo campeón en Indian Wells, Eastbourne y Tokio para finalizar dentro del Top10 y disputar el Masters. Frances (17°) no ganó títulos pero alcanzó dos finales ATP más la semifinal en el US Open que lo colocó por primera vez como Top20. Ambos son los líderes de un grupo de norteamericanos que esta vez sí llegaron para quedarse en la elite.

El ranking mostraba que cada vez más estadounidenses se establecían en el Top100 pero las actuaciones en las competiciones por equipos no satisfacían a nadie. La Laver Cup 2022 fue el puntapié inicial para que Fritz, Tiafoe y compañía comenzaran a creerse que podían ganar un torneo representando a su país. Tres victorias sobre cuatro de esta dupla ayudaron a que el 'Resto del Mundo' vencieran por primera vez a Europa en la recordada despedida de Roger Federer con dos estadounidenses, Frances Tiafoe y Jack Sock, del otro lado de la red en el último partido como profesional del helvético.

Siguiendo con la misma tónica de 2022, Estados Unidos inició 2023 con todo. Líder en jugadores entre los cien mejores del mundo ATP (13), la USTA presentó prácticamente a su equipo de gala para disputar la United Cup, la nueva competición mixta que reemplazó a la ATP Cup pero que rememora a la histórica Hopman Cup. Jessica Pegula (3°), Taylor Fritz (9°), Madison Keys (11°) y Frances Tiafoe (19°) se encargaron de barrer a sus rivales finalizando el certamen como campeones con un total de veintidós triunfos y solo dos derrotas en su camino a la final ante Italia. No le hizo falta contar con Coco Gauf (7) en la alineación, campeona esa misma semana en el WTA Auckland.

"¡Ha sido increíble! Es fantástico para el equipo ganar este torneo. Las emociones que sientes cuando ganas y todos vienen corriendo hacia ti es increíble. No sé si han visto la repetición pero Frances básicamente me ha embestido (risas)",declaraba un Taylor Fritz muy contento por haber vivido una experiencia diferente. En sintonía con su compañero de equipo, Frances Tiafoe resaltó al equipo por sobre lo individual: "Estoy jugando el mejor tenis de mi vida y pasándomelo bien en pista, estoy disfrutando mucho. Ver a mis compañeros me inspira. Estoy aprendiendo de ellos. Obviamente tengo una personalidad diferente que trato de cambiar a medida que envejezco pero siendo yo mismo".

Los nacidos en Estados Unidos también fueron protagonistas del último Grand Slam. Tres alcanzaron los cuartos de final (Paul, Korda y Shelton), algo que no se lograba desde el US Open 2005, y uno fue semifinalista (Tommy Paul), instancia a la que no llegaban en el Australian Open desde, casualmente, Andy Roddick en 2009. En las previas de la Copa Davis 2023 el país norteamericano tampoco pasó desapercibido. Sin sus mejores jugadores, eliminó sin inconvenientes a Uzbekistán (0-4) en condición de visitante, una muestra del poderío actual de un equipo que cuenta con quince Top100 (diez Top50) con el aliciente de que once tienen veinticinco años o menos. Idílico presente y futuro a mediano plazo.

Daniel Vitale Pizarro

31 enero 2023

Djokovic es inabarcable

Hace un año, Novak Djokovic era deportado de Australia por no estar vacunado contra la Covid-19. La noticia recorrió todos los portales del mundo: el número uno del mundo era expulsado del país que lo vio ganar nueve veces. Los meses pasaban y la restricciones relacionadas con la Pandemia se relajaban en muchos países, no así en Norteamérica, pilar en el calendario de torneos importantes. Djokovic, firme en sus convicciones antivacunas aunque sin ser un militante del caso, compitió en apenas un puñado de eventos durante 2022 en los países sanitariamente más laxos. Sin la posibilidad de mantenerse en la cima del ranking ATP, pudo finalizar el año como el cinco del mundo.

"De repente me convertí en el villano del mundo, lo que obviamente es algo terrible para un deportista. Me vi arrastrado hacia una tormenta en todos los medios del mundo relacionada con cualquier tema que tuviera que ver con el Covid y la vacuna. No fue fácil para mí recomponerme mentalmente y reiniciar de nuevo", declaraba el serbio en una de sus primeras entrevistas en Oceanía, doce meses después del episodio que lo privó de defender el título en su Grand Slam fetiche. La restricciones por la Pandemia se relajaron y el impedimento de ingresar al país por tres años se redujo a uno lo que le permitió, a pesar de no estar vacunado, disputar Adelaida a inicios del calendario y el Australian Open.

Y como si de una película se tratara, los problemas para el balcánico no cesaban. Campeón en Adelaida la semana previa al Abierto de Australia, una lesión en su muslo izquierdo casi lo deja sin competir en Melbourne. Tozudo, el campeón de veintiún grandes no hizo caso a las recomendaciones médicas y saltó a pista. Las evidentes molestias durante casi todo el torneo no le impidieron apabullar a sus rivales. El peor momento físico fue la tercera ronda ante Grigor Dimitrov, momento en el que su entrenador "tuvo miedo" por el posible alcance de la lesión. A partir de aquel partido, los dolores mermaron hasta casi desaparecer el día de la final, único partido que disputó sin el vendaje en su pierna. Lo demás, lo de siempre: Novak Djokovic campeón del Australian Open.


Pero las adversidades no fueron solo físicas. Otro escándalo sobrevoló en su equipo. Una foto de su siempre polémico padre con simpatizantes de Vladimir Putin portando una bandera rusa en las semifinales ante Tommy Paul le impidió a Srdjan Djokovic presenciar la final de su hijo. Los golpes anímicos que parecían haber quedado atrás en la edición pasada, volvían a aparecer. Pero para el hombre con una mentalidad de acero, claudicar no figura en su diccionario. Ni la deportación, ni el maltrato en los medios de comunicación, ni las molestias físicas, ni el impacto mediático del episodio con su padre hicieron mella en su enfoque y concentración para levantar su décimo Australian Open.

Sorprendido una vez más por la capacidad física pero sobre todo por la fortaleza mental, Goran Ivanisevic se deshizo en elogios hacia su pupilo: "Las tres últimas semanas han sido muy duras. Pensé que lo había visto todo en 2021 cuando ganó con una rotura en el abdominal, pero lo de este año ha sido increíble. Que haya sido capaz de jugar mejor cada día es impresionante. Su cerebro funciona diferente. Llevo cuatro años con él, pero me sigue sorprendiendo de cómo piensa. Lo ha dado todo. Ha hecho setenta y siete terapias al día y cada día ha mejorado. No me lo esperaba, la verdad. Honestamente, estaba en shock".

El eufórico festejo del triunfo reflejó todo lo vivido por Novak Djokovic en Australia: "Nunca preparo mis celebraciones, hago lo que sale de mi alma en función de cómo hayan ido las cosas. Este torneo ha sido un cúmulo de circunstancias que se han erigido en tremendos desafíos a nivel mental y físico. Volver a Australia después del 2022, la lesión que sufro desde hace unas semanas, lo ocurrido con mi padre poco antes de la final... Durante un Grand Slam tienes que bloquear todo ese tipo de emociones para no perder la concentración, pero toda esa energía y tensión acumulada salió a flote. Colapsé emocionalmente cuando fui a saludar a mi gente y me di cuenta de todo lo que hacen por mí y con lo que hemos tenido que lidiar en los últimos tiempos".

Djokovic se fue de Australia con un mensaje aleccionador para las nuevas generaciones, sensibles emocionalmente y poco tolerantes a la frustración. Como bien describe Pablo Amalfitano, "por convicciones propias que en este momento no admiten un juicio de valor", Novak se ha ganado el respeto del mundo entero, que lo ninguneó desde que aterrizara en Australia en enero de 2022 en medio de la polémica por su exención para disputar el torneo y que tras una novela de trece días lo humillaron expulsándolo de la isla. Un año después, sin hacer ruido mediático y manteniendo sus principios por sobre todo lo demás y los demás, se llevó de Oceanía el trofeo y el número uno mundial.

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"Este ha sido uno de los torneos más desafiantes que jugué en mi vida considerando las circunstancias de no haber podido jugar el año pasado. Estaba deseando volver a Australia. Es cierto, estaba un poco más nervioso; no sabía cómo iba a ser ni cómo iba a recibirme la gente, pero en general, ha sido una experiencia muy positiva. Probablemente sea la mayor victoria de mi vida. Celebro este tipo de momentos en el que gano un Grand Slam y soy el número uno del mundo mucho más que durante toda mi carrera. Siempre intento llevarme lecciones tanto profesionales como personales sobre mi carácter o sobre mi experiencia por lo que ahora mismo necesito algún tiempo para reflexionar sobre ello”. Un Novak Djokovic reflexivo sobre su pasado, presente y futuro, con hambre de seguir haciendo historia.

Daniel Vitale Pizarro

09 diciembre 2022

Adiós 2022

En una temporada marcada por los retiros de leyendas del deporte de la raqueta como Ashleigh Barty en el Australian OpenJuan Martín Del Potro en el ATP250 Buenos Aires y Serena Williams en Wimbledon, la despedida de Roger Federer en la Laver Cup fue el evento que marcó el 2022. Esas lágrimas incontenibles del suizo, acompañado por sus mayores rivales (emocionados como él), dieron por terminada una época (a.RF) para dar lugar a la siguiente (d.RF). Pero el año y las emociones continuaron. El 2022 tuvo a tres protagonistas principales y a dos actores secundarios que se repartieron la mayoría de las competiciones importantes individuales y por equipos. El inicio de Rafael Nadal fue espectacular. Melbourne, Australian Open, Acapulco y Roland Garros. Uno de los mejores comienzos de año de su carrera auguraban una temporada récord que una vez más se vio interrumpida por molestias físicas. Luego apareció el español de moda. La erupción volcánica de Carlos Alcaraz en la elite fue abrasadora como la lava, arrastrando a todo rival que se le ponía enfrente. Rio de Janeiro, Miami, Barcelona, Madrid y el US Open lo catapultaron al número uno del mundo a sus jovencísimos diecinueve años. El final de año fue de Novak Djokovic. El serbio ganó Roma, Wimbledon, Tel Aviv, Nur-sultán y el Masters. Vetado de muchos países por no estar vacunado contra el Covid, disputó solo once torneos y terminó como número cinco del mundo.


Los actores secundarios fueron varios pero los que más ruido hicieron fueron Casper Ruud y Felix Auger-Aliassime. El noruego sorprendió a propios y extraños a lo largo de la temporada. A pesar de no haber ganado un trofeo importante, sus resultados fueron espectaculares. Tres títulos ATP250 y las finales en Miami, Roland Garros, US Open y el Masters engordan sus estadísticas. Número tres del mundo (número dos en septiembre), el nórdico que hace base en la 'Rafa Nadal Academy' culminó en la Copa de Maestros un año brillante, opacado solo por las finales perdidas ante los tres antes mencionados Alcaraz en dos ocasiones, Nadal y Djokovic.
El otro destacado, Felix Auger-Aliassime, fue el líder de los norteamericanos para ganar la ATP Cup en enero y la Copa Davis en noviembre, primeras en la historia de Canadá. Gracias a él las competiciones por equipos fueron monopolizadas por su país. El canadiense también fue campeón por equipos en la Laver Cup representando al "Resto del Mundo", derrotando a Novak Djokovic el último día de competencia. Felix inició 2022 sin títulos ATP (ocho finales perdidas) y fuera del Top10 (fue 10° una semana en 2021) y finalizó ganando cuatro trofeos ATP y número seis del mundo venciendo en el Masters de Turín a Rafael Nadal.
El emocionante circuito Challenger tuvo la mejor temporada desde su creación en 1978. En las cuarenta y cuatro ediciones anteriores, ningún país había logrado ganar más de veinte títulos en una temporada, récord compartido por Francia (2005) y Argentina (2007, 2016 y 2021). En este 2022 tanto Argentina como Francia superaron sus propias marcas ganando veintitrés trofeos individuales los sudamericanos y veintidós los europeos, líderes indiscutidos actuales e históricos del segundo circuito en importancia del tenis profesional. Parte del gran año argentino ha sido gracias al "Circuito Legión Sudamericana" impulsado por Horacio de la Peña que ya cumple dos años y un éxito sin precedentes en la región.


Los récords están para batirse y aunque algunos sean más difíciles que otros, durante 2022 los españoles líderes del ranking ATP rompieron algunos que parecían imposibles. Carlos Alcaraz quebró la marca de Lleyton Hewitt (20 años) al alcanzar el número uno del mundo siendo el más joven de la historia (19 años) y finalizarlo como tal; y Rafael Nadal no solo rompió la paridad de Grand Slams ganados (22) con Federer (20) y Djokovic (21), sino que superó las 900 semanas consecutivas entre los diez mejores del mundo (901), una regularidad en la elite del tenis nunca antes vista, más aun teniendo en cuenta sus incontables lesiones y los largos períodos de inactividad desde que ingresó al Top10 en 2005.

Daniel Vitale Pizarro

03 noviembre 2022

Toni no se equivocó


"El nacido en Montreal seguirá intentando ganar el trofeo que le quite esa presión de debutar como campeón 
ATP, una carga impuesta por su juventud, proyección, patrocinadores, medios de comunicación y un interminable etcétera que no permiten que el canadiense despliegue su tenis ofensivo y de golpes limpios en los partidos finales, sin temor a equivocaciones producto de los nervios". Esto escribimos sobre Felix Auger Aliassime exactamente dos años atrás. En aquel momento, Felix tenía veinte años, era 21° ATP y había perdido seis finales ATP, números que para cualquiera hubieran sido halagadores pero para la prensa especializada y los fanáticos, eran escasos, incluso algunos lo consideraban un fracaso. Por suerte el propio jugador se encargó de desterrar esas falsas creencias infundadas.
Asiduo visitante de la "Rafa Nadal Academy", en marzo de 2021 Felix decidió contratar 'part time' a Toni Nadal para que lo ayude a crecer mentalmente como tenista y poder enfocarse en las cosas que realmente importan tanto dentro como fuera de una pista de tenis. El cambio de mentalidad no se dio de la noche a la mañana. Como todos los cambios profundos, llevaron su tiempo. Tras algunos meses trabajando juntos, Auger-Alliassime contaba que le aporta el famoso tío Toni: "Es una gran persona, cubre todas las áreas. El me recalca la importancia de la disciplina, el aspecto mental, el aspecto físico y mucho más. No solo se preocupa por el tenis, sino por la vida en general".
A pesar de buenos rendimientos a lo largo de 2021 (finales ATP, semifinal de Grand Slam y el Top10) el canadiense empezó a liberar esa tensión acumulada en las instancias decisivas en la ATP Cup 2022. Junto a Denis Shapovalov, su compañero de generación y amigo, le dieron la primera competición oficial como país a Canadá derrotando en la final a España. No era nada fácil para Felix enfrentar a Roberto Bautista Agut en el partido por el título, reeditando el duelo de la Final de Copa Davis 2019. La victoria fue un desahogo luego de tanta final perdida. En aquel momento algo en su cabeza se desbloqueó.
La confianza lo es prácticamente todo. Tras ganar la ATP Cup y ser cuartofinalista del Australian Open en enero, llegaba en febrero el momento que todo su círculo esperaba. Rotterdam fue la ciudad que lo vio debutar en un cuadro principal ATP en 2018 y Rotterdam era la ciudad que lo vio ser campeón ATP por primera vez en su carrera. El nacido en Montreal rompía el maleficio de las ocho finales previas disputadas y se demostraba a si mismo que estaba mentalmente preparado para competir ante cualquier rival. El trabajo mancomunado junto a Toni Nadal y Frederic Fontang empezaba a dar sus frutos.


Top10 durante gran parte del año, lo mejor todavía estaba por venir. Un tropezón en segunda ronda del US Open no impidió que un mes después viéramos su mejor versión. Florencia, Amberes y Basilea, con triunfo incluido ante Carlos Alcaraz, vigente número uno del mundo, completaron tres semanas consecutivas de ensueño. Trece partidos seguidos, tres títulos ATP y retorno al Top10 (8°) para colocarse séptimo en la 'Carrera a Turín'. Un presente idílico que ni los más aventurados lo hubieran presagiado. El tenis de Auger-Aliassime voló por las pistas cubiertas europeas. Su juego de ataque fluyó, paseándose por las ciudades italianas, belgas y suizas como invitado de honor.


Incrédulo pero sabiendo que no su presente no es producto de la casualidad, Aliassime se mostraba muy contento ante los micrófonos tras ganar su cuarto título ATP: “Ha sido una semana increíble, una vez más en una final, sin que me rompan el servicio en todo el torneo. Ha sido un año largo, una racha larga de victorias, y aún no ha terminado. Espero poder seguir adelante, ahora mismo siento todas las buenas emociones que conlleva ganar un torneo. Es increíble. Venía jugando bien, pero es difícil de esperar. A veces, cuando gano, no muestro demasiado mis emociones, pero en el momento de la victoria todo ha salido, he sentido un gran alivio”.


Disputando su cuarta semana al hilo de torneos en París, las derrotas de Taylor Fritz y Hubert Hurkacz le dieron la clasificación al Masters gracias, en gran parte, al perfecto mes de octubre. A medida que los objetivos se cumplen, se van actualizando y el canadiense parece cambiar su horizonte semana tras semana. Cuando el tío de Rafa aceptó la propuesta de trabajar junto a Auger-Aliassime, además de no aceptar propuestas si no reúnen determinados valores éticos-deportivos, sabía que tarde o temprano el jugador revertiría su imposibilidad de rendir al máximo en situaciones comprometidas. Quizás haya llegado la parte más difícil, la de mantenerse en la elite soportando el favoritismo en cada ciudad que aterrice. Hoy, con la certeza de los logros alcanzados, podemos afirmar que Toni no se equivocó.

Daniel Vitale Pizarro