08 diciembre 2020

Un apellido ligado al tenis

Mientras ATP inició su repaso de fin de temporada con los mejores partidos, remontadas y estadísticas anuales, el circuito Challenger siguió su curso. Más extenso que el calendario ATP pero menos que el ITF, el mundo Challenger dio su estocada final en portugués con los torneos en Maia (Portugal) y Campinas (Brasil). Sin actividad desde el dieciséis de marzo hasta el diecisiete de agosto por la pandemia, el ATP Challenger Tour se las arregló para organizar cincuenta y siete torneos en 2020, casi un tercio si lo comparamos con los disputados en 2019 (158). Entre cancelaciones de último momento, cuarentenas, protocolos, mascarillas y demás acciones anti Covid, los jugadores tuvieron que hacer de todo para poder volver a pegarle a una pelota de tenis.

La 43° edición de "la segunda división del tenis" se divide en seis categorías que, según su nomenclatura, reparten esa cantidad de puntos para el ranking ATP: Challenger125, Challenger110, Challenger100, Challenger90, Challenger80 y Challenger50. A mayor reparto de puntos, más dinero en premios (35 000 euros - 165 000 euros), estructuralmente similar a lo que ocurre en el circuito principal con los ATP250, ATP500, M1000 y Grand Slams. Esta atípica temporada se pudieron organizaron diez Challenger125, diez Challenger100, dos Challenger90 y treinta y cinco Challenger80, quedando huérfanas las categorías CH110 y CH50.

A pesar de los escasos torneos alrededor del mundo con poca coordinación entre ellos debido a las restricciones sanitarias de cada país, de las complicaciones con los viajes, cuarentenas obligatorias y testeos cotidianos de salud, los tenistas argentinos se destacaron, un año más, en este nivel de certámenes. Los cinco títulos albicelestes parecen pocos al lado de los veintiuno cosechados por Estados Unidos pero si desglosamos los números, nos encontramos con que Francisco Cerundolo finalizó con tres títulos y veintidós triunfos, líder de la categoría pospandemia. Si sumamos los torneos ganados por Facundo Bagnis y Andrés Molteni, Argentina se ubica como el octavo país con más trofeos Challenger en todo 2020 (4° en singles), una posición más arriba que la temporada pasada.


El año de Argentina iba camino a ser uno de los peores de la década en cuanto a cantidad de títulos Challenger pero el mayor de los hermanos Cerundolo se encargó de mantener al país entre los primeros puestos mundiales con sus tres títulos pospandemia, uno por mes entre octubre y diciembre. Hijo de Alejandro (309° ATP) y hermano de Juan Manuel (341° ATP), Francisco finalizará el año dentro del Top150 ATP (139° ATP), su mejor posición histórica a los veintidós años luego de iniciar la temporada 248° ATP. El gran presente de los Cerundolo, principalmente del mayor, no es casualidad, y se debe a varios factores: esfuerzo personal, familiar y al 'Grand Slam Development Fund'.

La 'GSDF' son becas que entrega anualmente la ITF desde 2017 a los mejores jóvenes del mundo que cumplan una serie de requisitos. Para obtener la 'Player Grand Slam Grant', nombre oficial de la beca, se establece un ranking mínimo a alcanzar a fin de temporada, según el año de nacimiento. Los mejores de cada región reciben 25 000 dólares para el año siguiente, en tres pagos, que deben 'rendir' ante ITF presentando recibos y tickets que acrediten en que se gastó ese dinero. Francisco (1998) tenía que finalizar 2019 Top250 (terminó 248°) y con mejor ranking que cualquier otro sudamericano nacido en 1998; a Juan Manuel le bastó con ser el mejor suramericano menor de dieciocho años (392°).

Un año después de recibir la beca, Francisco Cerundolo analizó su importancia: "Cuando comencé a competir en Futures, viajaba solo o con algún amigo y nos ayudábamos mutuamente. Pero enseguida pegué el salto a los Challengers y ahí me di cuenta de que la mayoría viajaba con su entrenador. A partir de la mitad de 2019, me acompaña mi entrenador Walter Grinovero a casi todos los torneos. Siempre bancándome todo yo, con la ayuda de mis papás y ahora, de la ITF". Juan Manuel Cerundolo, tres años menor, destacó las ayudas que recibe para poder jugar al tenis por el mundo: "A mí me ayuda desde muy chiquito Gabriela, una amiga de la familia. Ella me cubre casi todos los gastos. Es increíble que lo haga, porque si no, la verdad, creo que no podría jugar".

Además, contaron los chicos, esta temporada la ATP los ayudó con nueve mil dólares por el parate que sufrió el circuito producto de la pandemia, dinero necesario para los jugadores fuera del Top200 ATP. Sobre las ayudas a los jugadores y el fondo económico 'GSDF' habló David Haggerty, presidente de la ITF: "Invertir en el desarrollo del tenis hoy es más importante que nunca para asegurarnos de que los jugadores de todo el mundo puedan competir en el más alto nivel de nuestro deporte. Esto es crucial para el crecimiento del tenis, en especial en este tiempo de incertidumbre. Para muchos jugadores, esta ayuda es clave para poder disfrutar luego de largas y exitosas carreras".
El recorrido de Francisco en el tenis profesional es corto, intenso y fructífero. Al no haber disputado el circuito Junior, los torneos profesionales nacionales fueron su primera competencia seria antes de saltar a los ITF World Tennis Tour. 2019 fue su primera temporada completa compitiendo profesionalmente ya que durante el primer semestre de 2018 se instaló en Estados Unidos, compaginando sus estudios en economía con el tenis universitario en la Universidad de Carolina del Sur. A su vuelta al país, haciendo base en la Academia de sus padres en el Club Ciudad de Buenos Aires, emprendió su camino de lleno al profesionalismo. Su evolución fue tan rápida que los objetivos planteados a principios de cada temporada cambiaban mes a mes, obteniendo resultados por encima de lo esperado.
A la espera de qué hará ATP con la gira oceánica, las metas de Francisco Cerundolo para 2021 seguirán siendo optimistas y, por su presente, no debería porqué no ser así. Pero "Fran" no tiene pensado dejar los estudios en Economía que retomó en la UBA desde su vuelta de Estados Unidos, aunque sabe que mientras más mejore su tenis, menos tiempo tendrá para dedicarle a los libros: "Sigo estudiando, pero se me hace cada vez más difícil, porque mejora el ranking, eso implica más viajes, mejores torneo. En los tiempos libre leo, estudio, copio algo, y no me atraso tanto. Cuando estoy en Argentina trato de ir a rendir. Si me va mal no me enojo porque no es mi única prioridad”.
El caso de Juan Manuel es distinto. Top10 Junior ITF en 2018 (9°) y parte del equipo de Copa Davis Junior que finalizaron terceros en 2017, el menor de los Cerundolo es diferente al jugador promedio menor de veinte años. Zurdo, de cuerpo espigado y sin esa potencia natural de la mayoría de los #NextGen, nadie mejor que su padre para describir a su hijo: "Juan Manuel es un orfebre, entiende el juego muy bien, todavía es delgado. Le digo Hannibal Lecter porque les come el cerebro. Si jugara en los años '80 o '90 sería 50º del mundo. Hoy la bola va muy rápido, el juego es muy físico. Él está creciendo".

Daniel Vitale Pizarro

23 noviembre 2020

Londres dice adiós en ruso

El torneo de fin de año que reúne a los mejores ocho jugadores de la temporada está dejando de ser el bastión de los ganadores de Grand Slam. Veinticuatro tenistas han podido levantar el trofeo entre 1970-2020 y apenas siete no ganaron un título de Grand Slam a lo largo de sus carreras y, casualmente, cuatro de ellos son los últimos ganadores de la Copa de Maestros. Alex Corretja 1998, David Nalbandian 2005, Nikolay Davydenko 2009, Grigor Dimitrov 2017, Alexander Zverev 2018, Stefanos Tsitsipas 2019 y Daniil Medvedev 2020 son los 'maestros' sin corona de Grand Slam. Lo exigente del calendario, la maduración de los jóvenes y la creciente edad del Big3 son algunos de los factores determinantes para que el trío ganador de prácticamente todo, no domine este certamen desde 2015.

Campeón en París la semana pasada, Daniil Medvedev disputaba su segunda Masters Cup doce meses después dehaber perdido sus tres encuentros en la edición 2019. El ruso se erigía como candidato al título por su presente y lo confirmó cuando en su grupo derrotó en sets corridos a Novak Djokovic. Primero en su zona, las semifinales ante Rafael Nadal eran la segunda prueba de fuego que Medvedev debía superar. A fuerza de tiros inexplicables tanto técnica como tácticamente, desarboló al español que durante todo el partido se encontró incómodo con el juego indescifrable de su rival. A pesar de eso, el español sacó para partido 6/3 5-4...

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El último escollo era el otro jugador que también había derrotado en el certamen a Djokovic y Nadal: Dominic Thiem. El austriaco dominó la final hasta el 2-0 de la muerte súbita del segundo set. A partir de allí, la tendencia del partido cambió. El cansancio mental de Thiem por la exigencia de sus partidos previos repercutió en su físico lo que le impidió desplegar todo su arsenal de tiros agresivos durante la totalidad del partido, potencia que fue mermando al transcurrir el tercer set. Medvedev se adaptó al juego más pasivo del finalista de 2019, consiguió el quiebre y el partido terminó de inclinarse para él. Daniil administró sus energías y sus tiros para cerrar el encuentro 4/6 7/6 6/4 y ser campeón de la última edición del Masters en Londres, previo a su desembarco en Turín.

"Ha sido una de mis mejores victorias como tenista profesional. Dos horas y cuarenta y dos minutos ante un tenista increíble. Hay que felicitar a Dominic por su gran torneo y sobre todo por el fantástico año que ha hecho. Su nombre ya está en la historia del tenis. Él consiguió ganar su primer Grand Slam y a día de hoy es uno de los jugadores a batir dentro del circuito. Estoy seguro de que tendremos muchas más batallas en el futuro", declaraba el tenista invcito en noviembre, halagando a su contrincante y prolongando su invicto a diez partidos sin conocer la derrota entre París y Londres.

Pero el nivel del ruso no viene de estos último días. Sabida su mala relación con la tierra batida, sus malos resultados en Hamburgo y Roland Garros no hicieron mella en la confianza del número cuatro del mundo en su transición del polvo de ladrillo a la temporada bajo techo: "Los torneos que jugué antes de París-Bercy no fueron malos. Perdí en San Petersburgo ante Opelka, un jugador que en este tipo de superficies se desenvuelve a las mil maravillas, lo mismo me pasó en Viena con Anderson. Sabía que si mantenía ese nivel de juego podría tener mis opciones en los siguientes torneos. Finalmente llegó París, donde jugué bien desde el primer momento y merecí el título. La clave de todo está en la confianza que tiene uno en su juego".

Y es que la confianza en Medvedev lo es todo. Y la muestra de ello está en sus grandes rachas de partidos y títulos ganados entre agosto-octubre 2019 y noviembre 2020. En esos cuatro meses acumula cinco títulos y tres finales en diez torneos disputados, números de absoluto escándalo. Quizás le falte eso que solo tienen los grandes campeones: ganar jugando mal. Esa fortaleza mental que demuestra cuando su tenis fluye, sin importar el rival que tenga enfrente, no es la misma que cuando sus tiros planos y profundos dejan de serlo, teniendo rachas prolongadas de resultados negativos. Sin ir muy lejos en el tiempo, previo a sus títulos en Francia e Inglaterra acumulaba tres victorias y tres derrotas, y antes de la semifinal en el US Open su récord era de diez triunfos y cinco caídas.
Pero el paso adelante que ha dado Daniil durante estas dos semanas sin perder, ha sido mental más que tenístico. Ganarle a Djokovic como lo hizo (6/3 6/3), remontarle a Nadal al que no había podido derrotar en sus tres enfrentamientos previos y vencer a Thiem tras perder el primer set, habla de un jugador con el temple necesario ante las adversidades y la capacidad de dar vuelta resultados adversos, su 'talón de Aquiles' contra los mejores doce meses atrás. Pero el trabajo da sus frutos y su coach Gilles Cervara lo sabe: "Mentalmente no me sorprendió su desempeño porque conozco a Daniil y sé que es capaz de todo, para bien o para mal. Precisamente en eso trabajamos mucho, en cuando las cosas no salen y aparecen los enfados infantiles que le hacen perder partidos".

Daniel Vitale Pizarro

El principio del fin

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Daniel Vitale Pizarro

17 noviembre 2020

El otro canadiense

El final de la temporada regular llegó. Y con ello la clasificación de los ocho mejores tenistas de esta atípica temporada al Masters en Londres. Pero como este año todo fue extraño, el calendario también. Desde el año 2000 que no se disputaba un torneo previo a la Copa de Maestros que no fuera el Masters1000 de París. La pandemia mundial obligó a que los torneos dispuestos a organizar su evento anual cancelado, bajo estrictos protocolos y dependiendo de las restricciones sanitarias de cada país, consensuaran con la ATP para reprogramar el certamen. Ese fue el caso del ATP250 Sofía (Bulgaria). Originalmente en medio de la gira asiática de septiembre-octubre, tuvo que trasladarse a la última semana del anuario 2020.

Como obliga ATP, el torneo cerró su lista de entrada seis semanas antes de su inicio y con varios puestos a decidir para el Torneo de Maestros, el torneo se llenó de nombres de peso. Schwartzman, Monfils, Shapovalov, Bautista Agut, Carreño Busta, Fognini, Khachanov y Raonic se inscribieron por si llegaban a la última semana con posibilidades de clasificación a Londres. Clasificado Rublev en VienaSchwartzman en París, los organizadores vieron como cada día el torneo perdía el interés de los jugadores. De los diecinueve jugadores que habían ingresado al cuadro principal el día del corte, solo cinco disputaron el torneo, devaluando el evento que podría haber sido el mejor ATP250 del año por la emoción de tener a varios Top15 luchando por las últimas plazas para las Finales ATP.

Incluso se dio una curiosidad. Andrey Rublev, uno de los jugadores más en forma de la temporada, el más ganador de 2020 en cantidad de títulos (5) y triunfos (40), estaba inscripto a la clasificación de Sofía ya que no se había anotado a tiempo y las invitaciones ya estaban otorgadas a jugadores locales o promesas. El ruso aseguró su participación en Londres al ganar el ATP500 Viena y automáticamente se bajó del torneo búlgaro, que hubiera tenido el extraño caso de un Top10 disputando la qualy de un ATP250. Pero nada de eso sucedió y a pesar de que el corte clasificatorio pasó del 35° ATP al 100° ATP, los pocos espectadores presentes en el recinto y los televidentes disfrutaron de tenis de gran nivel.

Sin preclasificados en la final, Jannik Sinner y Vasek Pospisil alcanzaron la definición en Bulgaria. Un choque de generaciones y estilos. El italiano, una de las sensaciones de la temporada con apenas diecinueve años, enfrentaba al canadiense de treinta años que está viviendo una nueva etapa en sus más de diez años como profesional luego de superar varias lesiones. La consistencia a altas velocidad y versatilidad de Jannik para jugar al tenis enfrentaban al potente Vasek, enemigo de los peloteos largos que intenta cada vez que puede cerrar los puntos en la red. En un partido muy igualado, prevaleció un Sinner que presionó mejor a Pospisil en los momentos importantes para ganar su primer título ATP.

Campeón del Masters #NextGen en noviembre 2019 y campeón en Sofía en noviembre 2020, parece que el anteúltimo mes del año le sienta muy bien al italiano: "Significa mucho para mí haber sido campeón esta semana porque hay mucho trabajo detrás. Aunque sepa que estoy en un proceso a largo plazo, a veces necesitas obtener alegrías como esta para demostrarte a ti mismo y a los demás que todo el trabajo duro que estás haciendo puede verse reflejado en forma de resultados. Es un paso adelante ganar este torneo pero aun queda mucho por hacer, veremos dónde estoy dentro de unos años. Ahora mismo me encuentro muy feliz".

Del otro lado de la red estaba Vasek Pospisil. El canadiense, producto del Programa de "Tennis Canadá", buscaba su primer trofeo ATP al igual que su rival, a pesar de haber disputado dos finales más en su carrera, la última precisamente este 2020. Cuatro del mundo en dobles en 2015 gracias a sus títulos en Wimbledon 2014 e Indian Wells 2015 junto a Jack Sock, el nacido en Vernon (Canadá) desde Junior se destacó en duplas. Como menor de edad fue campeón del Orange Bowl, finalista del Australian Open, US Open, Eddie Herr y semifinalista de Roland Garros entre 2007 y 2008 en la especialidad, compartiendo pista con Milos Raonic, Grigor Dimitrov, Roman Jebavy o César Ramírez.

En el circuito ATP, su primer gran resultado fue la final del ATP500 en Washington perdida ante Milos Raonic. 25° ATP en 2015 luego de los cuartos de final en Wimbledon y Top10 en dobles, fue el de mejor ranking combinado del Top100 de esa temporada, algo poco habitual en un circuito tan especializado en individuales o dobles. Pero todo lo bueno del bienio 2014-2015 se esfumó en el siguiente par de temporadas. Sin siquiera un cuartos de fina ATP en 2016 y tan solo uno en 2017, su ranking se desplomó y el retorno a los Challengers fue una obligación. Mientras luchaba en los Challengers (2-2 en finales) y se mantenía Top100 en 2018, llegaba lo peor.

Una lesión en la parte baja de su cadera lo obligó a pasar por el quirófano en enero de 2019 para recién poder volver a competir en julio. Recuperado por completo, el regreso al circuito fue fantástico. Pasó del puesto 248° ATP en octubre al 149° en noviembre ganando dos Challengers y siendo fundamental en la final alcanzada con Canadá en la Copa Davis 2019. Pero la progresión no cesó. La temporada 2020 de Pospisil ha sido muy buena: final en Montpellier, campeón en Marsella (dobles), vuelta al Top100 y final en Sofía. Iniciará 2021 como 61° ATP, ranking más que suficiente para evitar las clasificaciones ATP, con el objetivo puesto en levantar su primer título en el circuito principal.
Pero no solo está enfocado en el tenis. Vasek Pospisil siempre se interesó por los derechos de los jugadores, el reparto de dinero y las condiciones en las cuales se disputan los antiguos Futures, hoy ITF World Tennis Tour. Miembro del 'Consejo de Jugadores' en representación de los tenistas entre el puesto 51°-100° desde 2018, tuvo que abandonar su cargo en la ATP luego de secundar a Novak Djokovic en la creación de la PTPA (Professional Tennis Players Association) para mejorar la situación de los jugadores más allá del Top200 que no pueden vivir económicamente del deporte por los gastos que significa viajar por el mundo semana tras semana con un equipo de trabajo.

Daniel Vitale Pizarro

14 noviembre 2020

Los ocho mosqueteros

 Podcast 'Golden Slam', episodio 01x15



Daniel Vitale Pizarro

10 noviembre 2020

Festejar pasó de moda

El Masters1000 de París suele ser el escenario ideal de las sorpresas, las victorias inéditas o las hazañas para ingresar al Masters. Por su posición en el calendario, al último torneo de la temporada puntuable para el Torneo de Maestros, los jugadores más regulares no llegan en las mejores condiciones físicas ni mentales por lo exigente que se ha vuelto el circuito ATP. Enfocados en Londres, en muchas ocasiones varios Top10 evitan jugar en Francia para preservarse de cara al certamen más selecto del año. De ahí la lista más aleatoria de campeones de todos los M1000 en los últimos veinte años: Grosjean, Henman, Soderling, Berdych, Ferrer, Sock o Khachanov. Todos ellos ganaron su único título de esta categoría en la capital francesa.

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Pero el atípico 2020, sin 'Carrera a Londres' por decisión equivocada de la ATP, no fue así. El ranking de veinticuatro meses permitió que los jugadores elijan que torneo disputar y cual no, sin penalizaciones, según sus actuaciones en 2019, dosificando energías y priorizando rendir mejor en sus torneos 'malos' de la temporada anterior. En medio de esta compleja realidad mundial, París organizó un Masters1000 en pleno auge de contagios, sin la presencia de Novak Djokovic (campeón 2019, sin puntos para sumar) pero con siete Top10 y la intriga de saber quien sería el octavo clasificado al torneo de fin de año. 

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La semana inició con ocho jugadores con posibilidades matemáticas de obtener un lugar en la Copa de Maestros, con el argentino Diego Schwartzman como mejor posicionado para quedarse con el último billete a Londres. El principal rival del "Peque" era el italiano Matteo Berrettini, que debería acceder a la final en París para quitarle ese lugar de privilegio. Los otros seis contendientes estaban obligados a ser finalistas o ganar en Francia para tener alguna chance, calculadora en mano, de ingresar al Masters. El italiano perdió rápido y ninguno de los rivales directos de Schwartzman alcanzaron las rondas finales por lo que los cuartos de final del argentino sirvieron para convertirse en el octavo mejor tenista del año.

La temporada de Diego pospandemia está siendo brutal: final de Roma (triunfo ante Nadal), semifinal de Roland Garros (victoria contra Thiem), final en Colonia, Top10 (8°) y clasificación al Masters. Ni en sus mejores sueños hubiese imaginado este presente el bonaerense, sobre todo luego del magro inicio de año para un aspirante al Top10. Noveno argentino Top8 ATP, octavo que disputará las finales ATP y séptimo con más victorias en Grand Slams, Diego Schwartzman apunta a seguir rompiendo marcas para su país. Veintiocho años y en el mejor momento de su carrera, no sería extraño verlo en el Top10 por mucho tiempo, su objetivo principal de cara a la temporada 2021.

Definidos los ocho 'Maestros', el torneo siguió su curso y Daniil Medvedev fue el mejor de la semana. El ruso venció a Alexander Zverev en la final, un contrincante con el que acumulaba un curioso número de enfrentamientos personales. De las siete veces que jugaron entre sí, las únicas dos victorias de Medvedev fueron en las dos finales que disputaron: Shanghai 2019 y París 2020. Sin haberse desarrollado seis Masters1000 en 2020, tres de los últimos seis eventos de mil puntos fueron ganados por Daniil, números que reflejan el presente de este curioso jugador que se destaca por su tenis poco ortodoxo y sus NO festejos cada vez que gana un título, sea de la categoría que fuere.

"Estoy muy contento por salir de París como campeón. Mi nivel de juego a lo largo de la semana ha sido muy alto. Creo que no es fácil para los tenistas jugar contra mí cuando estoy a este nivel. Ha sido un partido muy reñido y tengo que decir que tuve algunas dudas sobre si remontaría o no el partido. Sascha jugó muy bien y se sintió muy sólido con el servicio. Me las arreglé para meterme en el partido después de perder el primer set y finalmente lo conseguí. Ha sido un partido totalmente diferente al que tuve contra él en la final de Shanghái del año pasado, donde en ese partido sí estuve por encima en todo momento", expresaba sus sensaciones tras su octavo trofeo ATP el quinto ruso más laureado de la Era Abierta.

Nuevamente número cuatro del mundo gracias a este certamen, Medvedev será preclasificado número tres en Londres, torneo del que no tuvo buenos resultados pero del que extrajo una gran experiencia: "Mi partido ante Nadal en Londres 2019 fue horrible. Cuando pierdes un partido así (5-1 en el tercer set) solo puedes decir que fue terrible. Me vine abajo mentalmente y Rafa comenzó a creerse que podía darle la vuelta al partido. Si quieres estar en la cima del tenis mundial, no puedes hacer partidos de ese tipo. Desde ese encuentro, he mejorado muchísimo en el aspecto mental. Creo que he progresado mucho, porque incluso cuando algunas veces me entran colapsos, siempre he conseguido escapar. Esa derrota me ha ayudado mucho, sin lugar a dudas".


Daniel Vitale Pizarro