27 julio 2015

Rebelde sin causa

La tercera fue la vencida. Finalista en Belgrado 2012 y Montpellier 2013, el título para Benoit Paire llegó en Bastad esta temporada ante un complicado y experimentado rival en la final, Tommy Robredo. El francés se quitó de encima al español en una hora y treinta y tres minutos por 7/6 6/3, sin ceder su servicio. Su camino al encuentro decisivo no fue para nada sencillo con victorias ante David Goffin (14°), Istomin (73°) y Cuevas (25°), rivales de fuste para un jugador que volvió al circuito esta temporada tras estar cuatro meses fuera por lesión. 149° ATP a comienzo de año, hoy se da el lujo de rozar el Top40 (42°) con cinco meses por delante en el calendario para mejorar esa posición.

Curioso fue su andar en el circuito este 2015. Empezó en la qualy del Australian Open con el pie izquierdo y decidió extrañamente, para recuperar confianza, disputar un Future en su país, certamen que ganó en el que no enfrentó a ningún Top400. Afuera de los ATP, ganó dos challengers, perdió una final y disputó varios torneos ATP entre clasificaciones y cuadros principales, hasta que llegó a Suecia. Pasó por primera vez en el año los cuartos de final en un ATP y se proclamó campeón debutante a sus 26 años. Esta temporada es el primer jugador en ser campeón en las tres categorías del circuito profesional con puntos para el ranking ATP: Futures, Challengers y ATP.
Pero no todas eran sonrisas. El temperamento de Paire le trajo complicaciones más de una vez, dentro y fuera de la cancha. Enojos e insultos, desconcentraciones, raquetas rotas, falta de respeto a rivales o desgano dentro de la cancha, son algunas de las actitudes repudiables del francés. Y si a eso le sumamos las lesiones, tenemos la explicación de su ranking oscilante que nada tiene que ver con su facilidad para jugar al tenis. Hoy, el puesto 24° alcanzado en 2014 (su mejor ranking) no está tan lejos como hace unos meses cuando estaba fuera del Top100 o cuando la semana pasada vivía un hecho bochornoso en un Challenger en Italia.

Roberto Bautista Agut lo eliminó en segunda ronda de Wimbledon y Benoit eligió disputar el Challenger de San Benedetto (Italia) siendo el 59° del mundo. En su debut le tocó el veterano Filippo Volandri que está quemando sus últimos cartuchos como profesional, rozando el puesto 200 del ranking. El marcador estaba a su favor 6/1 2-4 cuando decidió entregar los cuatros games siguientes y abandonar el encuentro cuando iban 6/1 2/6 0-2. Durante esos games caminó literalmente la cancha y tiró la pelota afuera intencionadamente en repetidas ocasiones, lo que derivó en el abandono antes de finalizar el partido. Una vergüenza. Los espectadores, en repudio, lo silbaron y abuchearon.

Pero los arrebatos no son una novedad para el competidor en cuestión, y el propio jugador hace unos años (2012) ya hablaba sobre el tema: "Estoy trabajando la actitud, para ser más serio. Antes era totalmente loco, ahora la cosa va mejor. A veces regalaba games sin saber por qué. Sigo teniendo mis bajones, pero hay una evolución. Mi entrenador (Lionel Zimbler) es como mi segundo padre, y con él hablamos todo el tiempo del tema, en descifrar por qué dejo de jugar algunos games. La cosa está mejor, está mejor". Si el lo dice... Al menos no hizo papelones en Bastad y pudo debutar como campeón ATP, aunque una cosa no tapa a otra...

En Wimbledon está al borde de ser jugador no grato. En 2013 cayó en tercera ronda y además de estrellar su raqueta contra un paredón apenas terminó su partido, explotó en conferencia de prensa: "No me gusta Wimbledon. Cuando entras a la pista te advierten de que tengas cuidado con la superficie, pero los terrenos no son buenos. En un momento, todo el mundo se lesiona. Eso pasa simplemente porque las pistas no son buenas. Mi único deseo es irme de aquí. Esto es el infierno. Me multan 1000 dólares por decir 'mierda' una vez. Tal vez puedan utilizar el dinero para arreglar las pistas".

La furia desatada en Wimbledon 2013

"La Tige" (el tallo), apodo por su físico, fue más allá y al año siguiente en Wimbledon, tras caer en primera ronda ante Lukas Rosol, tiró frases como estas: "Odio Wimbledon. No me entristece en absoluto abandonar este lugar. Es un ambiente que me desagrada enormemente. Pero prefiero no decir más. Simplemente detesto este torneo y estoy contento de irme lo antes posible". Ese año también tuvo encontronazos con el árbitro en Roland Garros y con el público en Paris Bercy tras retirarse abucheado: "Son los imbéciles que no saben nada sobre el tenis". Meses después, en Miami 2014, discutió fuertemente con Michael Llodrá por fallos controvertidos: "No volveré a hablar con él". Un experimentado en la materia. Un ejemplo para no imitar.

Sin un patrón de juego definido pero con un revés con el que hace lo que quiere, Paire se autodefine así: "Debo mantenerme un poco diferente al resto. Tirar drop-shots, saque y red, tiros ganadores con el revés... Nunca sabes lo que va a pasar cuando juego. Puede ser un error grosero o un winner increíble. Si cambio completamente y me quedo en el fondo de la cancha como todos los jugadores, voy a ser 200º del mundo y ese no es mi juego". Sin pelos en la lengua, rozando la soberbia pero con los pies sobre la tierra, el techo de su juego y ranking depende pura y exclusivamente de su mentalidad, parte incondicional en este deporte que le impidió ser un peligroso Top20.

Daniel Vitale Pizarro

20 julio 2015

Carrera con obstáculos


El equipo argentino completo, con Del Potro como hincha número uno.

La gran victoria del equipo argentino de Copa Davis ante Brasil en febrero, posibilitó la presencia argentina en el Grupo Mundial de 2016 y la posibilidad de poder disputar los cuartos de final de la competencia contra Serbia, de locales. Una vez más, el sorteo le guiñó el ojo y el destino mucho más. Aunque siempre a la suerte hay que ayudarla, esta vez nos dio y nos quitó. La tercera operación en la maltrecha muñeca izquierda de Del Potro, lo marginó de la serie y posiblemente de todo 2015. La eliminatoria, cinco días después de Wimbledon, dependía cien por cien de la presencia o ausencia de Novak Djokovic.

El serbio, campeón de la Davis en 2010, acude a la competencia siempre y cuando no le perjudique su calendario ATP. Su decisión era clave. Tuvo en vilo a todo el equipo argentino y a todo un país que sentían un deseo ambiguo. Por un lado estaban los que preferían que no aterrice en Buenos Aires porque las posibilidades de una victoria eran muy pocas, y por otro, estaban los que hacían fuerza para que se hiciera presente en Tecnópolis porque verían por primera vez al número uno del mundo en Argentina, disputando una competencia oficial. Pero nuevamente la suerte estuvo a favor de los capitaneados por Daniel OrsanicDjokovic accedió a la final de Wimbledon e inmediatamente confirmó que no vendría al sur de América.

La emoción del nuevo líder del equipo

Sin el mejor tenista de los últimos años, la serie daba in giro radical. Leonardo MayerFederico DelbonisCarlos Berlocq y Diego Schwartzman fueron los elegidos para representar al país. Viktor TroickiDusan LajovicJanko Tipsarevic y Nenad Zimonjic, los serbios presentes en Tecnópolis. Para peor, el capitán Obradovic decidió a último momento no contar con "Tipsa", copero como pocos. Serbia pasó a depender del mejor rankeado de la serie: Troicki (20° ATP). Si Viktor lograba sacar adelante sus singles, más el dobles, comandado por el experimentado Zimonjic, la semifinal estaba al alcance de la mano. Pero nada de eso sucedió.

Orsanic se decidió por Mayer Delbonis para el viernes. Dejó en "stand by" los integrantes del dobles, con Berlocq casi seguro como acompañante de Schwartzman Mayer, según como se desarrollara la serie. "Leo" cumplió con creces contra el inexperimentado Krajinovic. No le dio respiro y lo derrotó en poco más de una hora y media. Ideal. Llegó el turno de Delbonis. Su rival, el más duro del fin de semana. Tan así fue que Troicki dominó al argentino durante dos sets y medio. Más de 50 errores no forzados no fueron suficientes para que Serbia iguale la serie. El azuleño levantó su nivel justo a tiempo, tanto que terminó cerrando el partido con un ace 2/6 2/6 6/4 6/4 6/2.

Carlos "Hulk" Berlocq, ya un clásico.

Mayer-Berlocq fueron finalmente los elegidos para sentenciar la eliminatoria. La frescura del yacaré sumado al conocimiento mutuo como pareja (compañeros en muchas ocasiones en el circuito ATP), inclinó la balanza. Y Orsanic no falló. Paliza argentina 6/2 6/4 6/1 que cortó una racha de cuatro dobles perdidos (República Checa, Italia, Israel y Brasil). Un desconocido Zimonjic no acompañó a Troicki que nada pudo hacer ante una tarea inexpugnable de la pareja local. La incertidumbre había terminado, todo era alegría. El grupo había sacado adelante otra serie. Sin Del Potro ni Mónaco, Argentina era semifinalista por decimotercera vez en su historia, décima en los últimos trece años. De locos.

El mejor equipo de la historia de la Copa Davis que no fue campeón. Ese es el título de Argentina en esta competición. Sobrados son los ejemplos para catalogar así al país. Desde 2002, nunca abandonó el Grupo Mundial y recién el año pasado tuvo que disputar el repechaje que superó con holgura. Récord desde que se implementa el actual formato de la competición. Las cuatro finales sin poder ganar son otro récord, aunque no por haberlas perdido no tienen mérito, todo lo contrario. Pasaron VilasClercNalbandianCoria Del Potro, este último vigente pero atosigado por las lesiones, y la Copa sigue esquiva, a esta altura, un karma nacional.

Delbonis y Orsanic, el punto más sufrido y el estratega, juntos en una postal para el recuerdo.

Párrafo aparte para la organización. El capitán serbio, Bogdan Obradovic, molesto con el país anfitrión, dijo cosas como estas tras la derrota: "Primero quiero felicitar a la Argentina, jugaron un gran tenis, creo que merecen estar en semifinales. Al margen de eso, la organización fue bastante mala. Esperamos 35 minutos para que nos pasaran a buscar, cuando llegamos hacía mucho frío. Se lo dijimos a la ITF pero no mucho no le importó: fue la peor organización que he tenido en los diez años de carrera en la Copa Davis. No digo que hayamos perdido por esas razones, pero influyeron en la preparación de la serie".

La estrategia de Daniel Orsanic y su apuesta a elegir determinados jugadores y luego confiar en ellos, dio sus frutos. Se la jugó y le salió bien. La reestructuración del tenis argentino por la que tanto pidió Del Potro, de a poco va tomando forma. Un grupo unido, no precisamente de amigos, pero si en el que todos tiren para el mismo lado, sin líderes ni privilegiados. Líderes tenísticos sí, líderes armadores de equipos, egoístas, no. Y como todo en la vida, las victorias y las derrotas se festejan y se soportan más en grupo, por eso lo importante de un equipo con todas las letras. Ahora viene Bélgica y Goffin, de visitantes, durísimo. Pero si se llegó hasta acá, ¿porqué no soñar con otra final?

Daniel Vitale Pizarro

13 julio 2015

El pasto no es solo para las vacas


"El césped no tiene gluten, no está procesado, es completamente orgánico y natural. No me dio ninguna reacción"

Novak Djokovic (1°) y Roger Federer (2°), los dos mejores tenistas de la actualidad, llegaron a la final de Wimbledon al igual que la temporada pasada. Los niveles de ambos durante las dos semanas prometían un partido de altísimo vuelo. En las semifinales, Djokovic destrabó un primer set muy parejo ante Gasquet, que luego terminó resolviendo con comodidad, y Federer disputó uno de los mejores partidos de su carrera, según sus palabras, contra Murray. La final de Grand Slam con más "Majors" de la historia (25), dos más que la disputada el año pasado entre ellos en el "All England" (anterior récord), no iba a defraudar.

Roger empezó muy agresivo, decidido a acortar los puntos y cerrarlos en la red. Eso se trasladó al primer quiebre del partido para el suizo. Inmediatamente Novak lo recuperó. Tuvo que salvar dos bolas de set en el 5-6, momentos en los que el primer servicio fue vital. El tiebreak fue todo para el campeón defensor. El segundo set fue el más parejo. Esta vez el que tuvo set point en el 4-5 fue "Nole". Llegó el tiebreak. Federer caminó por la cornisa, salvó siete sets points y se llevó el parcial. La Cancha Central explotaba. El serbio, enfadado, rompía su remera en el cambio de lado, ofuscado por las chances desperdicias. El encuentro se convertía en uno al mejor de tres sets, atrapante.

Su saque, menos dotado, funcionó mejor que el de su rival

La paridad del tercero duró poco. El nacido en Belgrado rompió el saque de su rival en el 1-1. La intensidad del partido había bajado. Federer sintió el peso del partido, sus piernas lo evidenciaron y en semejante definición, esas pequeñas cosas terminan inclinando la balanza. Administrado el quiebre, los últimos esfuerzos del helvéticos fueron en vano. 7/6 6/7 6/4 y al descanso. Djokovic sabía que salvo la heroica, el partido estaba en sus manos. Nuevamente un quiebre tempranero de servicio dilapidó las pocas chances que le quedaban al nueve veces finalista aquí, que cayó 7/6 6/7 6/4 6/3 ante un inexpugnable campeón, una roca sólida en todos los aspectos que involucran al tenis.

Los números de Djokovic esta temporada son un escándalo. Salvo el traspié a principio de temporada en cuartos de final de Doha ante Karlovic y su saque, no bajó de la final en todos los torneos en lo que jugó. Campeón del Australian Open, Indian Wells, Miami, Monte Carlo, Roma y Wimbledon más las finales de Dubai (Federer) y Roland Garros (Wawrinka). 48-3 su récord en 2015, seis títulos sobre nueve jugados y más de cuatro mil puntos por encima de Federer en el ranking ATP. Pero por sobre todas las cosas, muy superior a todos, similar a lo que ocurre con Serena Williams en la WTA, pero con más jerarquía de los rivales.

Frustrado pero feliz, la cara de Federer, una mezcla agridulce contra la sonrisa de oreja a oreja de Djokovic.

En un breve análisis, con humor y sinceridad, Federer dijo cosas como estas: “Novak estuvo brillante en los puntos importantes y al final se convirtió en una roca sólida. He tenido mis oportunidades de ganar y por eso estoy decepcionado. Supongo que el primer set ha sido clave, si lo hubiese ganado es posible que las cosas hubieran sido diferentes. Tampoco me hubiera venido mal sacar un poquito mejor, conseguir más puntos gratis. Él ha jugado muy bien a lo largo de todo el torneo, de todo el año, también de la temporada pasada y de la temporada anterior, es decir, siempre. Este año se merecía el título”.

El mejor deportista suizo de la historia tomó el plato, lo exhibió por todo el estadio, lo enseño con orgullo y aceptó la derrota: "Jugué un buen tenis pero Novak lo hizo mejor. Tuve dos grandes semanas, un partido no opaca los anteriores seis". Brillante. Una lección para todos los tenistas que ponen excusas a la hora de las derrotas y magnifican lo que en realidad es: un partido perdido más. Lo único real es la realidad y el balcánico está por encima de sus rivales. No queda otra que aceptarlo y seguir intentandolo, pero tranquilo con lo hecho dentro de una cancha, y más aun, orgulloso de ser el segundo en un torneo en el que empiezan 128, todos con la misma ilusión.

Orgulloso pero con un sabor amargo, Federer caminó toda la Cancha Central con el plato de segundo puesto.

“Teniendo en cuenta mi estado anímico hace tres o cuatro semanas, es increíble estar aquí como campeón de Wimbledon, porque he conseguido superar ese gran reto otra vez”, las palabras del campeón tras su consagración por tercera vez de Wimbledon en su cuarta final en las últimas cinco ediciones. “Obviamente, soy mucho más fuerte mentalmente y más maduro como jugador y persona para ser capaz de mantener constantemente este nivel de profesionalidad y competir con estos jugadores", único jugador en haberle ganado a Nadal en Roland Garros y a Federer en Wimbledon en una misma temporada.

Novak persigue la historia. Su campeonato en Wimbledon le permitió pasar a Andre Agassi, Jimmy Connors, Ivan Lendl, Fred Perry, Max Décugis y Ken Rosewall (8) en cantidad de Grand Slams para ubicarse octavo en la historia y quinto en la Era Abierta. Roger Federer (17), Rafael Nadal y Pete Sampras (14), Roy Emerson (12), Bjorn Borg y Rod Laver (11), Bill Tilden (10) y Novak Djokovic (9), así es la lista de los máximos ganadores, en la que el serbio no para de escalar posiciones.

Daniel Vitale Pizarro

29 junio 2015

Uzbekistán tiene a su campeón


La tercera fue la vencida

Para algunos es un desconocido. Para otros, un viejo conocido. Denis Istomin tiene 28 años, nació en Orenburg (Rusia) pero se nacionalizó uzbeko. A los dieciséis años (2001), en un viaje a Tashkent (capital Uzbekistán) para disputar un Future, sufrió un accidente automovilístico. Una de sus piernas quedó atrapada entre los asientos y gracias a la rápida llamada y aparición de una ambulancia es que hoy tiene ambas extremidades inferiores. Producto del choque, estuvo tres meses internado con 80 puntos de sutura en la pierna afectada y una larga rehabilitación de dos años. "Nunca pensé que volvería a jugar al tenis", fueron las palabras del actual 62° del ranking mundial.

Recuperado, en abril de 2003 volvió a empuñar una raqueta. Entrenado por su madre Klaudiya Istomina, comenzó el proceso de reinserción al tenis. Un año después se produjo lo que muchos, incluido él, pensaban que no sucedería: su debut como profesional. En 2006 recibió un wildcard para disputar su primer Grand Slam en el Australian Open y tuvo la buena suerte/mala suerte de enfrentar a Roger Federer, número uno del mundo. Varios años entre Futures y Challengers más algún ATP ente medio, lo depositaron recién en 2009 en el Top100 por primera vez. Un año después se estabilizó entre los cien mejores y nunca más abandonó esa ubicación de privilegio.

Su mejor tiro

Entre 2009 y 2014 accedió a dos finales ATP, New Haven (2010) y San José (2012), en las que cayó ante Sergiy Stakhovsky y Milos Raonic respectivamente. 2015 no estaba siendo un gran año para "Deni" que solo acumulaba seis triunfos ATP en catorce torneos disputados. Incluso había tenido malos resultados en la gira sobre pasto (primera ronda en s-Hertogenbosch y segunda ronda de la qualy en Queen's), la única superficie en la que ostenta récord positivo de victorias/derrotas, mejorado tras Nottingham (34-23). Pero la semana previa a Wimbledon sería la mejor de su carrera.

Ganó la misma cantidad de partidos en Nottingham que en seis meses de competencia para debutar como campeón en el circuito ATP, en la superficie en la que más cómodo se siente. Su rival en la final fue el siempre peligroso Sam Querrey, campeón en Queen's 2010 y finalista de Newport 2009, también de números positivos en césped (39-25). El encuentro fue muy parejo con momentos de tensión e incertidumbre. 7/6 7/6 para el señor de las gafas que sirvió 5-2 y 5-4 en el segundo set. El miedo a ganar lo llevó al tie-break en el que estuvo 1-5, pero todo fue para Istomin desde ese momento. Lo pudo remontar y cerrar 8-6.
A punto para Wimbledon

“Estoy feliz porque lo pude hacer, por mí y también por mi madre. Representar a mi país es muy bueno. Mucha gente me apoya desde mi país y quizás para una generación más joven, éste sea un gran paso. Ellos creerán que también pueden hacerlo. Para el tenis en Uzbekistán es muy importante. Por supuesto ganar un torneo era una de mis metas pero la máxima, como el 100% de los jugadores, es ser número uno del mundo y ganar un Grand Slam. Haré todo lo que pueda para estar cada vez mejor”, declaró el primer uzbeko campeón en la historia de la ATP, el mejor tenista en la historia de su país.

Denis Istomin no solo se dedicó a jugar al tenis. Combinó su andar en el circuito ATP con estudios de educación física, los que finalizó en 2011. Graduado y maduro, desde esta semana se da el lujo de tener cuatro títulos en su haber: dos en dobles (Moscú 2013 y Montepellier 2014), uno en singles (Nottingham 2015) y uno universitario (Profesor de Educación Física). Top50 a fin de año en 2010, 2012, 2013 y 2014, su mejor ranking fue la posición 33° en 2012. Tras doce años como profesional, su récord en partidos ATP es negativo (174-178), números que revertirá si mantiene el nivel que demostró en Inglaterra.

La decepción de haber estado cerca...

Sam Querrey llegó a Nottingham con dos finales sobre hierba en su palmarés, más partidos ganados en la superficie verde que su rival, mejor ranking y récord positivo en el historial entre ambos (4-2). Todos los números indicaban el favoritismo del norteamericano. Pero por suerte el tenis no es una ciencia exacta y los partidos hay que disputarlos. Sam cayó por séptima vez en una definición ATP. Sus siete títulos los obtuvo en cuatro temporadas distintas, el último en 2012. Esta final fue la segunda en 2015 (Houston) y en ambas no pudo gritar campeón. 36° del mundo, se encuentra lejos de su mejor posición histórica (17°) pero no alcanzaba al menos dos finales en una temporada desde 2010, lo que deja en claro su levantada tenística a sus 27 años de edad.

Daniel Vitale Pizarro
@DanielViPiTenis

22 junio 2015

El niño bonito


15° torneo en el verde césped.


Halle siempre le cayó bien a Roger Federer. Desde su debut en el año 2000 hasta el 2015, siempre fue a más. En sus dos primera presentaciones perdió en cuartos de final. En 2002 alcanzó las semifinales. Esa temporada fue la última en la que perdió antes de la final porque a partir del 2003 siempre llegó al último partido. Diez finales consecutivas en la hierba alemana y ocho títulos para el helvético, a excepción del 2009 y 2011 (no disputó el certamen). Sus traspiés sucedieron en 2010 y 2012, casualmente las temporadas siguientes a su no presentación en el torneo. 33 años, número dos del mundo y campeón de Halle 2015. Historia pura.

El máximo ganador sobre césped (15 títulos) realizó en conferencia de prensa un breve análisis sobre su semana y agregó la clave, según él, para jugar en esta superficie "Uno de los mayores secretos de la gira sobre hierba es saber cómo jugar los puntos importantes. Se puede jugar muy bien pero luego tomas una decisión equivocada en un momento decisivo y pagaremos las consecuencias. Esta semana fue genial, incluso el primer partido aunque estuvo muy equilibrado. Gané todos los desempates jugados en este torneo, me da mucha confianza saber que en los momentos cruciales del juego puedo responder bien".

Seppi no pudo emular lo hecho en enero ante Federer.


El partido más complicado que tuvo fue ante Kohlschreiber en primera ronda. 7/6 3/6 7/6 fue el resultado, cerradísimo. El alemán servió 5-4 en el tiebreak del set final pero no pudo cerrar el encuentro. A partir de ahí el suizo elevó su nivel y llegó a la final sin perder ningún set más. La definición era contra Andreas Seppi, su verdugo en el Australian Open esta temporada. Doce veces se habían enfrentado estos jugadores, con una sola victoria del italiano, y la tendencia no se revirtió. Un ajustado primer set concluyó en un holgado tiebreak (7/1) en favor de más laureado y un quiebre en el segundo set terminó con las esperanzas de Seppi 7/6 6/4.

"Andreas es un jugador que va intercambiado muy bien desde la parte inferior, se mueve bien en la hierba, golpeando fuerte, de forma plana y profunda, por lo que hoy me hizo la vida muy difícil. La final fue un gran partido, el servicio me salvó un par de veces durante el primer set. Para esto llegué tan pronto al torneo, para trabajar el juego de pies y poder jugar mucho más tiempo, sobre todo poniendo a punto mi servicio ", las impresiones de "RF" sobre la final y la importancia de su saque, golpe que "puso a punto" a lo largo de estas semanas.

Su arma principal.


Esta temporada la gira sobre pasto tuvo modificaciones. Se agregó un torneo más y por ende una semana más. Esos cambios permitieron que sus dos eventos más tradicionales (Halle y Queens) subieran de categoría. Los nuevos ATP 500 fueron reubicados una semana después de Roland Garros y una semana antes de Wimbledon, tiempo más prudencial para los mejores del ranking que llegan a las instancias finales en ambos Grand Slams, más aun con lo complicada que es la transición de arcilla a césped. Sponsors, jugadores, organizadores y espectadores, todos satisfechos con este cambio que esperemos progrese año tras año.

Para Andreas Seppi fue su octava final ATP (3-5), segunda de la temporada (0-2). Perdió en Zagreb ante Guillermo García Lopez y contra Federer en Halle. Hasta la final, el italiano de 31 años (27°) fue beneficiado por los abandonos de Gael Monfils en cuartos de final (6/1 1-0) y de Kei Nishikori en semifinales (4-1), lo que posibilitó su incursión a una final sobre hierba por tercera vez en su carrera tras ser campeón en Eastbourne 2012 y finalista al año siguiente. Curiosamente sus únicos tres títulos los cosechó en tres superficies diferentes (arcilla, hierba y cemento), aunque nunca triunfó en cemento al aire libre.

Algunas caídas aisladas preocuparon a sus fans.

Las extraños tropiezos de "Su Majestad" en la hierba no impidieron que levantara su 86° título ATP (130 finales). Alcanzó a Guillermo Vilas y Rafael Nadal al conseguir un mismo torneo ocho veces. El argentino lo hizo en Buenos Aires y el español lo logró en Barcelona y Monte Carlo, más los nueve acumulados en Roland Garros, único en la historia. En el rubro que es líder es en el de finales en un mismo certamen. Cosechó en Basilea once definiciones por el título y junto a Vilas llegaron a diez en Halle y Bs As respectivamente. Además, 2015 es el año número doce en el que Roger gana cuatro o más trofeos, a excepción de 2001 (1), 2002 (3) y 2013 (1).

El porcentaje de victorias de Federer en césped es abrumador: 88% de triunfos en la superficie (136-19). Disputó 34 eventos, fue campeón en quince y perdió cuatro finales. Además, en Halle logró los 51 partidos ganados, el tercer torneo en el que superó la cifra de 50. Los otros dos: Indian Wells (52) y Basilea (56). 1030 es la cifra total de encuentros ATP en los que salió victorioso. Una bestialidad. En cuanto a cetros, obtuvo su 65° al aire libre (outdoor), también en el tope de esta lista con uno más que Nadal, segundo en la historia de este deporte.


Daniel Vitale Pizarro

15 junio 2015

La superficie es lo de menos


"No es como un KIA, pero no está mal".

Pasaron cuatro años para volver a ver a Rafael Nadal en una final ATP sobre hierba. Wimbledon 2011 había sido la última cuando fue derrotado por Novak Djokovic. Cinco victorias y cinco derrotas en césped era su récord desde aquella final perdida en el All England hasta esta temporada, números pobres si tenemos en cuenta sus resultados previos a estos años: campeón en Wimbledon 2008 y 2010, finalista en otras tres ediciones y campeón en Queens 2008. El español iniciaba la gira de pasto en Stuttgart, certamen que debutaba en la superficie más antigua y que ganó en 2005 y 2007 pero cuando se jugaba sobre polvo de ladrillo.

Dos Top10 participaron en el ATP 250 alemán: Nadal y Cilic. El croata, con dos finales en hierba (1-1), se quedó en semifinales ante Troicki, y "Rafa" superó a Monfils en esa instancia para llegar a la final. El historial entre ellos estaba 4-0 en favor del nacido en Palma de Mallorca y esta no iba a ser la excepción. Apretado primer set, se definió en el tiebreak por dos errores de Viktor. El segundo parcial fue más holgado en cuanto al resultado porque Rafael no bajó su intensidad, aprovechó rápidamente la oportunidad de quiebre y terminó con las ilusiones serbias. 7/6 6/3 fue el marcador final en Stuttgart, en el inicio de la gira "verde". Esta temporada se extendió una semana más, lo que permitió que Halle y Queens sean ATP 500 y por ende, tengan una mejor posición en el calendario.

La clave de su juego esta semana

Nadal se mostró esta semana con confianza, sin titubeos en los momentos de tensión y agresivo cada vez que pudo. Pero el punto más alto en su juego fue su servicio. En la final conectó once aces y ganó un 85% de los puntos que disputó con su primer saque. Durante toda la semana, perdió solo tres veces su servicio, estadísticas que lo equiparan con grandes sacadores. Es verdad que enfrentó a un solo Top20 en su camino al título pero su nivel es positivo si tenemos en cuenta los últimos años del manacorí en la superficie y su rendimiento en 2015. Sin ir más lejos, el año pasado cayó en primera ronda en Halle y octavos de final en Wimbledon...

Stuttgart significó el título número 66 en la historia del español, segundo del año en tres finales disputadas. En 2015 fue campeón en Buenos Aires y finalista en Madrid. En césped fue el cuarto cetro conseguido. Los 62 restantes los consiguió en arcilla (46) y en cemento (16), y dos de ellos los obtuvo bajo techo (San Pablo 2013 -ladrillo- y Madrid 2005 -cemento-). Además cosecha al menos dos títulos ATP por año desde el 2005, once temporadas consecutivas, algo que pocos tenistas en la historia pueden ostentar.

Volvió a conquistar el césped

Sin ocultar su falta de confianza evidente en lo que va de la temporada, Nadal se mostró auténtico ante los micrófonos, como de costumbre: "Estoy muy contento, un título muy especial al ser en hierba. Son muy buenas noticias para mi juego y mi mentalidad. A estas alturas de temporada, cualquier título es muy importante para mi confianza. Estoy más relajado, positivo y tengo más confianza en mí mismo. El último mes y medio he vuelto a tener una buena sensación en la pista y eso es positivo para mí y para mi futuro".

El finalista Viktor Troicki está teniendo una gran temporada, el año en el que volvió a los primeros planos del circuito. Campeón en Sydney a principio de 2015, a los 29 años alcanzó su séptima final ATP (2-5), la primera sobre césped. 25° en el ranking, se acerca a su mejor posición histórica (12°), lograda en 2011. Superada la suspensión, el campeón de la Copa Davis 2010 no paró de subir puestos y de superarse a si mismo. Fuera del Top100 a comienzo de temporada, hoy se acerca al Top20 con una final en un superficie distinta al cemento, su preferida, apenas en seis meses de circuito. Lo mejor está por venir...
Blanco impoluto y gafas, el look elegido por Troicki

El trofeo levantado por Rafael Nadal en Stuttgart fue el décimo en la historia para el tenis español en hierba. El primero fue obtenido por Andrés Gimeno en Eastbourne 1972. Desde aquel triunfo, España tuvo que esperar 36 años para volver a tener un campeón sobre pasto. El sucesor de Gimeno fue justamente Nadal en Queens 2008. A partir de esa temporada, la mentalidad de los españoles en la superficie y la merma en la velocidad en comparación a otras épocas, ayudó para que los ibéricos tengas mejores resultados.

Cuatro trofeos de Rafael Nadal (4-3), dos de David Ferrer (2-0), dos de Feliciano Lopez (2-1), uno de Roberto Bautista Agut (1-0) y uno de Andres Gimeno (1-1), más las finales de Guillermo García Lopez (0-1) y Fernando Verdasco (0-1), completan las 17 finales del tenis español en césped. Un trofeo en 1972 y ocho entre 2008 y 2015, marcan la tendencia actual en contraposición a la de antaño. Y esa cantidad puede aumentar ya que aun faltan cinco torneos en hierba esta temporada, año extenso sobre la superficie en comparación a temporadas anteriores con un certamen más en el calendario y una semana más de competición. ¡Enhorabuena España!

Daniel Vitale Pizarro

09 junio 2015

"El partido de mi vida"

Genial el medio suizo

Exactamente doce años atrás, el ocho de junio de dos mil tres, Stanislas Wawrinka se consagraba campeón de Roland Garros junior. Por aquellos años derrotaba a Brian Backer. El mismo día pero de dos mil quince, "Stan" repitió el título en París ante Novak Djokovic (1°), a sus 30 años. El suizo se convirtió en el sexto jugador en la historia en ser campeón en la arcilla parisina más importante, como junior y como profesional, igual que Ken Rosewall, Roy Emerson, Andres GimenoIvan Lendl Mats Wilander. Antes de los 18 años fue número siete del mundo, y como mayor de edad, tocó el tercer puesto del ranking mundial. Hoy es cuarto y con dos Grand Slams en su haber, la misma cantidad que suma Andy Murray...
El año pasado llegó a Roland Garros como firme candidato, por ser el vigente campeón del Australian Open y por buenos desempeños en arcilla (finalista en los tres Masters1000 de ladrillo en su carrera). Pero la presión le jugó una mala pasada. Cayó en primera ronda ante Guillermo García Lopez. Cuartofinalista en Wimbledon y US Open, empezó 2015 con la defensa de su título de Grand Slam y llegó hasta las semifinales. Lo frenó Djokovic en cinco sets. Problemas con su pareja desembocaron en una separación mediática, con comunicados de ambos a los medios. Los inconvenientes personales le afectaron dentro de las canchas y se hizo notorio tras ser campeón en Rotterdam

Cada uno cumplió su rol a la perfección

No pasó de octavos de final en los primeros cuatro Masters1000 del año. Recién en Roma mostró buen nivel con victoria sobre Nadal y derrota en semifinales ante Federer. Un traspié en cuartos de final de Ginebra, días antes de Roland Garros, le quitaron completamente el mote de favorito. Beneficiado por la baja de Raonic (6°), Stan (9°) fue preclasificado octavo, lo que evitaba un futuro enfrentamiento ante los ocho mejores antes de cuartos de final. Vestimenta llamativa de la marca japonesa (remera a rayas y pantalón a cuadros), Wawrinka y Yonex iniciaban un nuevo Roland Garros, que quedará en el recuerdo...

El primer compromiso complejo en los papeles llegó en octavos de final ante Gilles Simon, rival al que pasó por arriba. Sin perder sets en el torneo, en cuartos de final lo esperaba Roger Federer, de gran nivel tenístico durante la semana. El menor de los suizos jugó a otra velocidad, no tuvo inconvenientes con Roger y lo derrotó en sets corridos. En semifinales, el local y 15° ATP Jo-Wilfried Tsonga, era el escollo para acceder a la final. Fue el primero que lo exigió y le arrebató un set. Pero quedó en eso. "Stan The Man" se llevó el encuentro y accedió a su primera final en Roland Garros, segunda de Grand Slam, en su 11° participación en el "Bois de Boulogne".
"Es una lástima que no pueda usar estos pantalones en Wimbledon"

Novak Djokovic, el candidato de todos, era el otro finalista, que había batallado cinco sets en dos días para sacar del camino a Andy Murray en semifinales. El serbio estaba invicto en arcilla durante 2015 (16-0, campeón en Monte Carlo y Roma) y todos los flashes apuntaban hacia él. Ocho Grand Slams en quince finales disputadas (dos perdidas en Francia). Este era el momento. Donald BudgeFred PerryRoy EmersonRod LaverAndre AgassiRoger Federer Rafael Nadal, únicos vencedores en los cuatro "Majors", eran su horizonte y estaba a solo un partido de alcanzarlos. Pero...

Stanislas Wawrinka le tomó un set y medio acomodarse en el partido. A partir del quiebre en el segundo set, que luego respaldó con el suyo para igualar el encuentro, todo fue para el suizo. Un concierto de golpes de fondo. Derechas, servicios y principalmente reveses que herían al número uno cada vez que los ejecutaba con buenos apoyos. Cruzado o paralelo, el revés de Stan golpeaba como un boxeador, hasta el knock out. Novak, sorprendido más de una vez por los winners de su rival, aguantaba y luchaba, a la espera de que el helvético bajara la intensidad, algo que nunca sucedió. 4/6 6/4 6/3 6/4 fue el marcador final, con un winner de revés paralelo, como lo hizo durante todo el partido, lanzado, enfocado y calibrado a la perfección.

El mejor reves del momento... ¿y de la historia?

"Nole", con lágrimas en los ojos, humanizado, analizó rápidamente el porqué de su derrota: "Estuve más nervioso que en cualquier otro partido. No quiero poner excusas afirmando que esos dos partidos (Nadal y Murray) me restaron mucha energía física, mental y emocional. Me sentía tan fresco como era posible. Estoy orgulloso por el coraje que puse en el partido, di lo mejor de mí. No era el día. Quizá en momentos claves no sentí esa explosividad en las piernas, pero al final, él fue el mejor jugador. Esto es deporte. Es lo que sucede a este nivel. Tengo que aceptar la derrota". Un ejemplo en las victorias y en las derrotas, sin excusas.

"Lo volveré a intentar el año siguiente"

Pero el momento clave y bisagra en la carrera de Wawrinka fue en mayo de 2013, cuando decidió contratar a Magnus Norman como su coach, jugador al que seguía cuando era profesional y durante su etapa como entrenador de Robin Soderling. Stan reveló que en su primera charla tras el primer entrenamiento, cuando debían ponerse de acuerdo a que torneos acudirían juntos, Magnus le dijo: "Yo estaré en el Masters", a lo que respondió: “¿Qué? ¿Estaré allí?". En noviembre debutó en el 'O2' de Londres y llegó hasta semifinales. Dos meses más tarde, levantaba su primer Grand Slam en Australia, ante Nadal en la final y con un tenis alucinante.

Mucho más que una dupla ganadora.

“Algunos entrenadores intentan darte confianza para motivarte todo el tiempo, te dicen que eres magnífico, que estás en un combate de boxeo y vas a golpear fuerte a tu rival. Él simplemente me dice pequeñas cosas que marcan una gran diferencia”, palabras de Wawrinka sobre Norman y su relación con él. El domingo tras la victoria, le dedicó el título: "Quiero dedicárselo especialmente a Magnus, que perdió la final como jugador y dos veces como entrenador. Al menos esta vez la ganaste".

Daniel Vitale Pizarro

26 mayo 2015

El futuro llegó


"Es realmente muy especial. Creo que es uno de los mejores partidos que jugué"

Diez meses atrás, en Kitzbuhel (Austria), una joven promesa local disputaba su primera final ATP con 20 años. En aquella ocasión se topó con David Goffin, que acumulaba un invicto de 19 partidos entre Challengers y dicho ATP, por lo que su debut como campeón se vio frustrado. Su nombre, Dominic Thiem. El austríaco, entrenado por Gunter Bresnik, levantó su primer título ATP en Niza este domingo, en la final ante Leonardo Mayer. Sin tiempo para los festejos voló junto a su equipo a Roland Garros que comienza un día después del torneo del sur de Francia y allí estarán los finalistas, compitiendo junto a otros 126 singlistas, a 932 kilómetros de Niza.



Estrella BurgosKyrgios (4/3 y retiro del australiano), Gulbis (campeón defensor y compañero de entrenamiento hasta hace unos meses), Isner (número uno del certamen por la baja de Simon) y Mayer (único contrincante que le arrebató un set) fueron los rivales que derrotó Thiem en su camino al trofeo de campeón. Durante Niza logró un balance positivo de victorias/derrotas en lo que va de su corta carrera profesional (44-41). Desde el lunes, con 21 años, será el 31° ATP, su mejor posición en el ranking mundial y con muchos escalones más por subir.

No extraña que sus mejores resultados hayan sido sobre polvo de ladrillo ya que como junior fue campeón del Orange Bowl y finalista de Roland Garros en 2011. Esa temporada fue número dos del mundo entre los menores de dieciocho años y debutó en el circuito ATP. Fue invitado para disputar el cuadro principal de Kitzbuhel, paradójicamente, certamen en el cual tres años después llegó a su primera final. También en su país, pero en Viena, obtuvo su primer triunfo ATP. La buena/mala suerte del sorteo lo puso frente a una gloria de Austria y de la historia, Thomas Muster, en su "frustrada" vuelta a los 44 años.
Campeón del Orange Bowl 2011 (18 años)

Pero su tenis dio un giro de 360 grados en 2012 cuando comenzó a trabajar con su actual preparador físico, Sepp Reznik. Un excéntrico PF, exgimnasta, futbolista, judoca y pentatleta militar. Cuentan que visitó la Academia de Bresnik y en solo diez minutos le dijo a Gunter: "Vi todo. Así, este chico puede hacer cualquier cosa desde la cadera hacia arriba y nada desde la cadera hacia abajo”. Comenzaron a entrenar juntos y los métodos poco ortodoxos de Sepp no dejaban de sorprender a todos. La naturaleza era su gimnasio. Salidas nocturnas en el bosque a correr varios kilómetros, troncos en lugar de pesas para fortalecer sus músculos, atravesar canales nadando en medio del entrenamiento y abdominales a mitad de la noche son algunas de sus peculiares formas de trabajo.

“Hay un propósito detrás de eso. No para mí, sino para él”, eran los argumentos de Reznik defendiendo sus poco convencionales ejercicios. Los primeros doce meses de trabajo juntos no recibió ni un peso, a la espera de un resarcimiento económico cuando Dominic comenzara a ganar dinero en el tenis. “Tengo mi Mercedes 500 coupé y mi Jaguar. Me pago mi nafta y mi comida. Ya hablaremos de dinero cuando Dominic lo consiga”. Apostó por su pupilo y acertó. En 2013 dejó de trabajar en la barra de una disco nocturna en Viena llamada “Go Go Beverly Hills” y se puso a disposición de Thiem "full time".
Reznik y Thiem, 2/3 del equipo

Dominic Thiem tiene bien merecido el apodo de "Dominator". Agresivo, explosivo y con un gran despliegue físico, intenta imponer su juego y dominar al rival. Su revés a una mano, plano y sin inconvenientes cuando decide cambiar ritmos o direcciones, fue modificado por Breznik al poco tiempo de entrenarlo a tiempo completo a los 15 años. “Tenía revés a dos manos y era muy defensivo. Él me aportó agresividad, ser más ofensivo. Fue duro, porque yo era el mejor junior en Austria", recordaba Dominic. Otra apuesta que resultó beneficiosa en el juego del por entonces adolescente jugador.

Su condición física, su tipo de juego, su versatilidad, su actitud dentro de la cancha y su edad, lo ubican como potencial Top10 a mediano plazo y Top20 a corto plazo. Dominic Thiem tiene todo para estar entre los mejores del mundo. Sin la presión de ganar su primer título ATP, puede aspirar por cosas importantes en 2015. Sabe lo que es derrotar a un Top10 (a Wawrinka -3°- en Madrid 2014), disputó la segunda semana del US Open 2014 y esta temporada accedió a cuartos de final en Miami, su mejor resultado en un Masters1000. Su futuro depende de si mismo. Atentos a este jugador...
Leonardo Mayer esta vez no le alcanzó. Acostumbrado a partidos de largo aliento, lucha y remontadas, no pudo en Niza ante el joven Thiem. Se llevó el primer set en el tiebreak con un revés paralelo para el recuerdo. Todo era muy parejo hasta que "Leo" cedió el servicio por primera vez en el partido (única vez en el torneo) en el 5-6 tras una derecha muy larga. El tercer set fue un reflejo de todo el encuentro y se definió en el tiebreak, juego en el que pesaron los errores del correntino que no le permitieron pelear el desempate final. La muerte súbita fue 7/2 para sellar un 7/6 5/7 7/6 en favor del nacido en Wiener Neustadt.

La derrota argentina fue la segunda de la temporada en finales ATP, junto a la que Nadal le arrebató a Mónaco en Buenos Aires en febrero. Subcampeón en NizaMayer subió dos puestos en el escalafón mundial y será el 22° ATP, el puesto más alto de su carrera y el mejor latinoamericano del momento. Tercera final en el circuito para él (1-2), las anteriores fueron en 2014. Digerida la derrota, el "yacaré" dijo: "Fue un partido muy parejo. Los dos jugamos muy bien y estoy feliz a pesar de haber perdido. Mostré un buen tenis esta semana. Llego a Roland Garros en un muy buen nivel". Que así sea...

Daniel Vitale Pizarro

18 mayo 2015

Comienza la recta final

La espalda de Djokovic también se fotografía...

Semifinal de Shanghai 2014. Derrota ante Roger Federer, días después de haber disputado su mejor partido del año en la final de Beijing ante Berdych (6/0 6/2). Ese fue el último partido perdido de Novak Djokovic en Masters 1000. Luego se coronó campeón en París, el Masters, Indian Wells, Miami, Monte Carlo y Roma, solo se ausentó en Madrid para preservar el físico de cara a Roland Garros. "Espero que saltarme Madrid tenga efecto positivo en Roma y Roland Garros", dijo "Nole" antes de debutar en Italia. Mal no le fue. Suma 26 triunfos consecutivos en Masters 1000 para dejar atrás los 24 de Rafael Nadal en 2013.

La capital italiana fue un lugar en el que se sintió cómodo desde sus comienzos como profesional. En su segunda participación en 2008 conquistó su tercera corona de la serie 1000, la primera final en el foro itálico de las seis que disputó. Nunca cayó antes de cuartos de final en este torneo en nueve participaciones, con récord de 6-0 en semifinales. Solo Berdych, Verdasco y Nadal (tres veces) pudieron derrotarlo en Italia. Privilegio de pocos. Acumula 34 victorias y cuatro títulos allí. A días de cumplir 28 años, el serbio se encuentra "a punto" para disputar Roland Garros, el único Grand Slam que le falta, el principal objetivo de su temporada.
“Ser un gran campeón no es solo ganar títulos. Es ser responsable y agradecido dentro y fuera del campo"

Sin jugar desde Monte Carlo, comenzó el certamen algo inestable con su juego. Fue obligado a disputar tres sets en sus primeros tres partidos ante Almagro (176°), Bellucci (68°) y Nishikori (6°). En semifinales contra Ferrer (8°) acomodó su tenis y selló el pase a la final con un doble 6/4 para enfrentar a Federer por 39° vez. Y fue el nacido en Basilea el que sufrió el verdadero nivel del actual número uno del mundo en 2015, que no pudo quebrarle el servicio y cayó 6/4 6/3.

Solidez extrema desde la base, dejadas de revés milimétricas que cuando no sorprenden, son utilizadas tácticamente para desarmar al rival y passings shots marca registrada, que le da más espectacularidad el juego de Roger, que lo exige con incansables subidas a la red. Su servicio funciona cada vez mejor y como los grandes campeones, aparece cuando lo necesita. Su devolución, la mejor de la época, nunca lo abandona y forja su juego desde el fondo a partir de ese golpe. Profunda, corta, angulada, todas complican. Y desde que comenzó a trabajar con Becker, sus idas a la red son más frecuentes. Aunque no domina ese golpe con naturalidad, mejoró mucho la volea táctica y la utiliza para cerrar muchos puntos complicados.

Papá y mamá Djokovic

"Perdí muchas finales en mi vida. No recuerdo el número exacto, recuerdo mejor las victorias. Pero las victorias no llegan fácilmente, debemos trabajar para que se produzcan. Este título se lo dedico a mi familia, mi esposa, mi hijo, mis parientes que estaban aquí y mi hermano. No lo veo muy a menudo y fue bueno verle aquí a mi alrededor esta semana. Vamos a estar juntos de nuevo unos días antes de ir a París”, declaraba un alegre jugador con su familia dentro de la cancha festejando con el trofeo tradicional italiano.

Los números de Novak Djokovic aumentan más y más. Superó a Federer dentro de la cancha y fuera de ella también, ya que levantó el 24° Masters 1000 de su carrera, uno más que el suizo, aunque Roger ostente 41 finales contra las 34 del serbio. Quinto año consecutivo que obtiene cinco o más títulos en una temporada y décimo año al hilo con dos o más trofeos. En total acumula 53 copas en 76 finales disputadas. Invicto desde la final perdida en Dubai a manos de "RF", suma 35 victorias en 2015 (23-0 desde la primera ronda de Copa Davis), dos derrotas, cinco títulos en menos de cinco meses de circuito. Una bestialidad. Solo en 2011 tuvo un mejor comienzo de temporada hasta Roland Garros (siete títulos e invicto).

Nos vemos en Roland Garros

"Decidí venir a última hora a Roma y me voy satisfecho con el torneo que he hecho. He podido llegar a la final pero Djokovic ha jugado muy bien, similar al 2011 cuando no había perdido ningún partido. Esto me da confianza para París y espero no bajar mi nivel", fueron las palabras esbozadas por el helvético, que no llega a la final de Roland Garros desde 2011, año que derrotó al mejor Djokovic en las semifinales, quizás, el mejor partido de su carrera por todo lo que significó esa victoria, el nivel, el momento de ambos y las circunstancias dadas.

Para Roger Federer (2°) fue una semana positiva en cuanto al juego pero negativa para su palmarés. Una vez más se le escapó Roma. En la memoria de los fanáticos aun resuenan los match points de 2006 ante Nadal... Disputó su cuarta final en la capital italiana (2003, 2006, 2013 y 2015), uno de dos Masters 1000 que nunca pudo conquistar junto a Monte Carlo, en el que también acumula cuatro definiciones sin suerte. Desde 2002, siempre estuvo presente en alguna final de Grand Slam o Masters 1000 sobre arcilla. Un especialista encubierto (?). Las casas de apuestas lo ubican como quinto favorito por detrás de Djokovic (1°), Nadal (7°), Murray (3°) y Nishikori (5°). ¿Ustedes?

Daniel Vitale Pizarro

11 mayo 2015

¿Candidato en Roland Garros?



Kim, son muchas chicas alrededor de un recién casado (?)

Muy pocos apostaban por Andy Murray campeón de Madrid. Muchos menos aun que lo lograría ante Rafael Nadal, en su país y con semejante resultado (6/3 6/2). El escocés jugó tácticamente el partido ideal. Ayudado por la inconsistencia del español, se llevó su primer Masters 1000 sobre arcilla, el segundo torneo ganado por Andy en la superficie más lenta del planeta. El título en Munich, su debut en el polvo de ladrillo la semana pasada, le dio la confianza suficiente para desembarcar en España con las expectativas bien altas. Comandado por Amelie Mauresmo, a sus 27 años y sin molestias en su bendita espalda, el actual número tres del mundo le propició a Nadal una de las peores derrotas de su carrera en tierra batida (Gaudio en Hamburgo '03 y Rochus en Mallorca '02: 6/2 6/2).

No disputó Monte Carlo e inició la temporada de canchas lentas directamente en Munich, ciudad en la que fue campeón por primera vez en la superficie. Bautista Agut y Philipp Kohlschreiber le sirvieron para medirse de cara a los tres compromisos siguientes. Madrid fue la primera escala y el entrenamiento previo a la gira europea empezó a dar sus frutos. Antes de este certamen, Murray solo había derrotado a un Top10 sobre polvo de ladrillo (Davydenko en Monte Carlo 2009) y en Madrid hizo lo propio con tres integrantes del selecto grupo. Raro pero real. Exnúmero dos del mundo, dos veces semifinalista de Roland Garros, otras dos Monte Carlo y una vez en Roma, hace más extraño todavía esa única victoria sobre arcilla contra un Top10.
Otra dupla exitosa en su carrera

Andy demostró una gran intensidad ante Kei Nishikori en semifinales, rival de fuste, actual bicampeón de Barcelona y finalista de Madrid 2014. Su devolución, el ritmo impuesto desde el fondo de la cancha y la propuesta de un tenis más agresivo en términos generales, dejó a Nadal sin chances durante la final. Lo pasó por arriba. Los ya no tan extraños errores de "Rafa" se sumaron a la profundidad, los reveses paralelos y la mejora del segundo saque del británico. El resultado habló por si solo. 6/3 6/2 para el nacido en Dunblane para que el trofeo cambiara de dueño. El campeón defensor nunca impuso condiciones durante el encuentro y Murray supo aprovecharlo.

"Serví un poco diferente mi segundo saque. Viendo las estadísticas del partido, vi que gané el 81% de segundos saques, creo que esa puede haber sido lo que ha marcado la diferencia en el partido. Llevo intentando desarrollar un juego más agresivo todo el año aunque a veces no es fácil ya que no puedes atacar siempre. Esto es algo que ya demostré en Australia y Miami", fue el breve análisis del campeón luego del partidazo jugado en la "Caja Mágica" ante el favorito del público, por la localía y la historia.

Manolo Santana y la Reina Sofía cediendo protagonismo

Pero la derrota de "Rafa" no opacó su mejora en cuanto al nivel demostrado durante la temporada. El partido ante Berdych debe servirle para imitar y poner en práctica en Italia y Francia. Las 94 finales alcanzadas aquí siguen agigantando el monstruo y demuestran su vigencia. Roland Garros en el horizonte y Roma en días, las dos pruebas que quedan para ver reflejado en el ranking el nivel actual de Rafael. Entre ambos torneos defiende 2600 puntos de los 4990 que acumula en total, certámenes bisagra en medio de una temporada bastante irregular para él.

Rafael Nadal cayó esta semana al séptimo lugar del ranking ATP. No salía del Top5 desde el 2/5/2005, fecha en la que casualmente también era siete del mundo. Además alcanzó las cuatro derrotas en un año sobre arcilla, suma que no acumulaba desde el 2004. Preocupa no solo en los números, también lo hace dentro de la cancha porque su nivel de confianza repercute en su juego. No consigue la profundidad necesaria para dominar los puntos por lo que queda expuesto ante sus tiros cortos. Le cuesta mantener la intensidad sin fallar ante los rivales de peso, una de sus virtudes a lo largo de su carrera.
Letal con ese golpe

El nacido en manacor expresó sus sensaciones sobre la final perdida: "Tuve un nivel malo, pero de errores, de querer hacerlo bien, de tener nervios. Cuando el partido empieza tan mal, si viniese de jugar bien durante meses, no pasa tanto, pero al venir de tanta inestabilidad, he perdido esa confianza desde el principio. Mi sensaciones eran buenas, pero me he liado mucho con el revés. El revés ha sido la gran carga que me ha impedido competir de manera lógica y eso me ha perjudicado mucho en todo lo demás. No lo llevé a esa sensación de agobio: ha tenido mucha facilidad en el resultado".

Munich y Madrid significaron las primeras finales en arcilla de Murray y por ende sus primeros títulos. Hasta esta temporada, el escocés nunca había disputado siquiera una final. El título en España significó el número 33 en su carrera, igual que Arthur Ashe y Mats Wilander (19° en la historia). Diez de esos trofeos son Masters 1000. Invicto en 2015 en tierra batida (9-0), se planta como favorito para Roma y porqué no para Roland Garros. Los resultados lo avalan para que se lo considere entre los candidatos para el segundo Grand Slam del año. Además, en Madrid se unió a Federer, Djokovic y Zeballos en ser los únicos en derrotar a Nadal en una final sobre polvo de ladrillo. ¿Nada mal no?

Daniel Vitale Pizarro