Amado e idolatrado
El 17 de febrero de 2008 en Derlay Beach, apenas seis meses después de debutar en al circuito ATP en Los Ángeles, un japonés llamado Kei Nishikori, ubicado 244° del ranking mundial, pasó la clasificación del certamen y venció sorpresivamente en la final a James Blake, 12° del mundo. Era su primera final ATP. Dos meses después obtuvo su primer Challenger en Bermuda, algo curioso porque primero ganó un ATP y luego un Challenger. Pasaron los meses, disputó los Juegos Olímpicos para su país y culminó el año con octavos de final en el US Open para que el mundo del tenis comenzara a hablar de él. La ATP lo nombró "Jugador revelación 2008".
Las expectativas del 2009 eran altas. Alcanzó el Top60 pero una lesión en el hombro lo obligó a parar por el resto de la temporada. "Me tomó cuatro o cinco meses decidirme por la operación ya que estaba muy nervioso de hacerlo. Fue una decisión complicada", admitía Nishikori sobre su operación ante la prensa. Empezó 2010 en el puesto 417°. Rápidamente dejó atrás ese ranking al conseguir cuatro Challengers (Savannah, Sarasota, Binghamton y Knoxville). Disputó los tres Grand Slams más importantes aunque sin buenos resultados y finalizó el año en el Top100. Todo apuntaba al despegue hacia la elite mundial.
US Open 2008
Tercera ronda en Australian Open y final en Houston durante los primeros meses del 2011 le permitió mantener el ranking entre los 60 mejores y evitar las clasificaciones en la gira europea de cemento. Allí Nishikori mostró su mejor versión. Semifinales del Masters1000 de Shanghai (victorias ante Tsonga y Dolgopolov) y final en Basilea (triunfo ante Novak Djokovic, cuarta derrota en la temporada del serbio), lo catapultaron al Top25, veintiún puestos más arriba que el máximo exponente hasta hoy de su país, Shuzo Matsuoka (46° ATP en 1992). Además fue el primer japonés en la historia en derrotar a un vigente N°1 del mundo.
Balance y coordinación del cuerpo
La juventud se impuso en tierras japonesas.
Hijo de un ingeniero y una maestra de piano, nació en Shimane (Japón) el 29 de diciembre de 1989. A los cinco años ya empuñaba una raqueta. A los catorce, junto a un grupo de jugadores japoneses patrocinados por el CEO de Sony, Mr. Morita, se mudó a Estados Unidos sin saber una sola palabra en inglés. Desembarcó en la Academia de Nick Bollettieri en Florida, famosa por formar jugadores que fueron números uno del mundo como Agassi, Becker, Courier, Hingis, Jankovic, Ríos, Seles, Sharapova y Venus y Serena Williams, además de Haas, Kournikova, Arias y Vaidisova, entre otros. A los dieciséis años ganó su primer torneo profesional, un Future en México, y terminó el año como número siete del mundo en junior. Ya más aplomado en Estados Unidos, dominó el idioma y sin extrañar tanto su tierra, incursionó en el circuito ATP al año siguiente.
US Open 2008
Tercera ronda en Australian Open y final en Houston durante los primeros meses del 2011 le permitió mantener el ranking entre los 60 mejores y evitar las clasificaciones en la gira europea de cemento. Allí Nishikori mostró su mejor versión. Semifinales del Masters1000 de Shanghai (victorias ante Tsonga y Dolgopolov) y final en Basilea (triunfo ante Novak Djokovic, cuarta derrota en la temporada del serbio), lo catapultaron al Top25, veintiún puestos más arriba que el máximo exponente hasta hoy de su país, Shuzo Matsuoka (46° ATP en 1992). Además fue el primer japonés en la historia en derrotar a un vigente N°1 del mundo.
Los cuartos de final del Australian Open 2012 demostraron que Kei pedía pista entre los mejores del mundo. Desde aquel certamen hasta hoy, no bajó del Top20. Pero lo mejor en su carrera estaba por llegar. En una temporada muy regular en cuanto a resultados, el ATP500 de Tokio se le presentó como la oportunidad de consagrarse ante su gente, su público. El cuadro era durísimo: Murray (campeón defensor), Berdych, Tipsarevic, Mónaco, Almagro y Raonic. Pasaban los partidos y el local avanzaba a paso firme.
Balance y coordinación del cuerpo
Derrotó a Berdych en cuartos y a Baghdatis en semifinales. La final fue ante Milos Raonic, el jugador con mayor promedio de aces y primeros saques en lo que va del año y que había derrotado a Murray. Panorama complicado. El partido fue 7/6 3/6 ¡6/0! El japonés de 178cm venció al canadiense de 198cm 6/0 en el tercer set y se convirtió en el primero en triunfar en condición de local e ingresar al Top15. Gracias al triunfo, se sumó a la pelea por un lugar en el Masters de Londres que reunirá a los ocho mejores de la temporada y que tiene solo cuatro plazas disponibles (cinco si se confirma la baja de Nadal).
La juventud se impuso en tierras japonesas.
Hijo de un ingeniero y una maestra de piano, nació en Shimane (Japón) el 29 de diciembre de 1989. A los cinco años ya empuñaba una raqueta. A los catorce, junto a un grupo de jugadores japoneses patrocinados por el CEO de Sony, Mr. Morita, se mudó a Estados Unidos sin saber una sola palabra en inglés. Desembarcó en la Academia de Nick Bollettieri en Florida, famosa por formar jugadores que fueron números uno del mundo como Agassi, Becker, Courier, Hingis, Jankovic, Ríos, Seles, Sharapova y Venus y Serena Williams, además de Haas, Kournikova, Arias y Vaidisova, entre otros. A los dieciséis años ganó su primer torneo profesional, un Future en México, y terminó el año como número siete del mundo en junior. Ya más aplomado en Estados Unidos, dominó el idioma y sin extrañar tanto su tierra, incursionó en el circuito ATP al año siguiente.
Hoy en día es entrenado por el argentino Dante Bottini. Nick Bolletieri, el legendario entrenador de 81 años, dijo del argentino: “Su entrenador Dante es fantástico, porque no habla demasiado con Kei. A Kei, mientras más le dices, más lo complicas. Es casi como cuando trabajé con Boris Becker”, y agregó del japonés: "La clave es no dirigirlo todo el tiempo. Él es el capitán del barco. Tiene el potencial de conseguir buenos resultados en torneos grandes". Tommy Haas, amigo de Kei, que lo conoce de la Academia desde muy joven: "Lo conozco desde que era muy pequeño. Es un chico muy bueno, muy tímido, pero muy cariñoso y trabajador. Es un jugador muy peligroso. Tiene el ‘estilo Bollettieri’ con una potente derecha y piernas rápidas. Está muy deseoso por mejorar y lo ha logrado. Me hace feliz ver su éxito".
Daniel Vitale Pizarro