05 agosto 2019

Tómalo o déjalo







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Nick Kyrgios siempre es noticia. Pierda o gane, los medios especializados siempre hablan de él. Tiene un magnetismo con la prensa como ningún otro tenista. El australiano genera en los espectadores esa especie de amor-odio de la que no pueden escapar. Incluso su sola presencia invita a que fanáticos de otros deportes sintonicen la señal deportiva que transmite sus partidos o paguen una entrada si se encuentran cerca de la ciudad donde se disputa el torneo. Niños y adolescentes le piden a su padres "la raqueta de Kyrgios", sin saber siquiera la marca ni las especificaciones. El marketing, pilar del siglo XXI, apoyado en una personalidad poco usual en el tenis y acompañado de buenos resultados, tan esporádicos como sorprendentes, está dando sus frutos.

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Dueño de un servicio devastador y con una facilidad llamativa para golpear la pelota y hacer daño, muchas veces sin buenos apoyos, el australiano se mofa de sus rivales con tiros para todos los gustos. 'Drop shot' desde cualquier punto de la cancha, 'gran willy', 'tweener', planazo bomba, ace de segundo saque a velocidad récord, saque de abajo, subida a la red sorpresiva o el SABR, son algunos de sus golpes favoritos que lanza en cualquier momento del partido, sin importar el marcador. Esta semana agregó a su amplio repertorio, la consulta a un espectador sobre donde servir durante el match point, estrategia que le "sirvió" para ganar sus últimos tres partidos y el título en Washington (USA). Un personaje único.


"Tengo gente junto a mí que me apoya en toda circunstancia y que nunca perdió la fe en mí, incluso cuando ni yo no creía en mis posibilidades. Esta semana significa mucho, no tanto por la victoria, sino por haber conseguido demostrarme a mí mismo que soy capaz de jugar a un nivel muy alto. Siento que he mejorado mucho como persona esta semana. Mi único objetivo es adquirir rutinas que me permitan estar sosegado y jugar a un alto nivel con continuidad. Quiero crecer como ser humano, aspiro a ser mejor persona a través del tenis. Si lo consigo, los resultados llegarán", declaraba ante los micrófonos el nacido en Canberra (Australia) tras disputar el mejor torneo de su carrera en cuanto a nivel de tenis, rivales e importancia del certamen.

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Pero no todo es positivo en la vida tenística de Nick. Sus extravagancias y faltas de respeto a los rivales generan mucha controversia con público y sus colegas. Ya perdimos la cuenta de cuantas multas acumula en su carrera, la mayoría por actitudes totalmente repudiables. Sus declaraciones antes y después de los partidos tampoco son bien recibidas por tenistas y fanáticos, sobre todo cuando apunta contra Nadal y Djokovic. En un deporte donde prima la caballerosidad tanto dentro como fuera de la pista, Kyrgios no hace otra cosa que salirse del libreto y romper los estereotipos, algo más propio de los años '70-'80 con Connors, McEnroe, Lendl y compañía, antipáticos que poco les importaba quedar bien con el público
Pero las épocas cambiaron y la atención sobre los protagonistas también. Hoy hay micrófonos y cámaras por todo el estadio, por lo que inconscientemente el jugador se vuelve políticamente correcto. John McEnroe dijo en más de una ocasión que durante estos años no podría haber sido profesional ya que sus exabruptos no serían tolerados. Pero sucede algo extraño, a la inversa de décadas pasadas. Por aquellos años, eran pocos los extrovertidos, hoy son pocos los introvertidos. El deporte cambia porque la sociedad cambia y la necesidad de destacarse y que los demás lo sepan, ha trascendido fronteras. El tenista hoy no solo es tenista, es una marca en sí mismo que debe promocionar para conseguir mejores sponsors y empatía con los espectadores.


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🇦🇷 El impacto de las redes sociales en el Tenista. Termina un partido, y no hay tiempo para saborear una buena victoria o mascullar “bronca” por una derrota, ni de pensar en el partido que concluyó. Casi inmediatamente el jugador toma su teléfono celular, y no sé exactamente con que fin, mira sus redes sociales. Al despertar por la mañana, antes de dormir, durante el almuerzo, cena desayuno, etc,etc la gran mayoría de los Tenistas están inmersos en las redes sociales Durante un viaje, en auto, en tren, en un almuerzo sacando fotos a un plato espectacular para subirlo a las redes sociales, y me pregunto si no disfrutan más de mostrar que van a comer un plato exquisito que de comerlo, o de mostrar que están ante un paisaje hermoso que de mirarlo. Similar situación que ocurre cuando filman un partido de fútbol en la cancha (¿por qué no lo miran por televisión entonces?) Los ejemplos abundan y mis comentarios no son una crítica, sino plantear un interrogante acerca de la influencia que estos comportamientos tienen sobre su rendimiento tenístico. Y la verdad es que no lo sabemos, porque todo esto es muy nuevo, y también muy potente...me pregunto qué pasa por la cabeza del jugador con todos los comentarios que recibe y lee de sus seguidores luego de una derrota, o cómo influyen las cantidades de sugerencias que recibe de sus allegados, debido a la facilidad para la comunicación, en la manera en la cual debe encarar un partido o aspectos de su carrera. En mi opinión es un tema apasionante, y larguísimo, mi intención con este post es plantearlo. Por lo pronto creo que sería interesante que las redes sociales de un Tenista, fueran manejadas por un profesional de la comunicación, y que ellos mismos solo manejaran sus redes personales a las cuales solo tuvieran acceso sus allegados. Me surgen muchos interrogantes pero me gustaría conocer sus opiniones @tenisalbamonte #GSM
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Kyrgios entendió el negocio a la perfección y junto a Yonex y Nike, explotan las redes sociales, su vestimenta y raquetas se agotan en las tiendas y, por ende, las arcas del terceto no paran de crecer. Más aun cuando sus resultados deportivos se conjugan con todo lo bueno que tiene y no se mezclan con todo lo malo, o no se mezclan lo suficiente como para perder partidos. Exactamente eso sucedió en Washington. Algo para destacar es su récord de 5-1 ante el Top10 en 2019 con victorias ante Nadal (2°), Isner (9°), Zverev (3°), Tsitsipas (6°) y Medvedev (10°) y una derrota contra Nadal (2°) en Wimbledon, con un H2H total frente al Top10 de 20-31, nada mal para un jugador que fue 13° ATP y que casi nunca es protagonista en los grandes torneos.

Daniel Vitale Pizarro

29 julio 2019

Sonreír pasó de moda







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El torneo de Hamburgo (Alemania) cumplió su primeros diez años como ATP500 luego de ser el quinto Masters1000 de la temporada durante treinta años (1978-2008). A excepción de los títulos de Gilles Simon (2011) y Rafael Nadal (2015), los campeones de las ocho ediciones restantes de la década se caracterizaron por ser infalibles en Hamburgo pero irregulares durante gran parte de la temporada. Andrey Golubev, Juan Mónaco, Fabio Fognini, Leonardo Mayer, Martin Klizan y Nikoloz Basilashvili son jugadores que en más de una ocasión en sus carreras acumularon prolongadas rachas negativas de resultados, matizadas en el ranking por algunas grandes actuaciones. Solo el italiano logró ser campeón de M1000 recién esta temporada, los demás semifinalistas o peor.
Esta temporada la tendencia no iba a cambiar. Dominic Thiem (4°), Alexander Zverev (5°) y Fabio Fognini (10°) eran los tres primeros preclasificados del torneo, elevando la jerarquía del certamen a diferencia de años anteriores: primera vez desde que es ATP500 que asiste al torneo más de un miembro del Top10. A pesar del competitivo cuadro que presentó el torneo alemán, el campeón volvió a ser el mismo del 2018, el georgiano Nikoloz Basilashvili (16°), que esta temporada sí tuvo que lidiar con rivales más exigentes, sobre todo en la semifinal. "Sascha" Zverev lo exigió al máximo, incluso lo obligó a levantar dos match points para derrotarlo en su país luego de tres horas y ocho minutos de partido.


La final fue diferente pero no menos exigente. El joven Andrey Rublev (21 años) le quitó un set pero hasta ahí llegó. Muy concentrado y convencido de lo que debía que hacer, Basilashvili aplicó su patrón de juego ofensivo, similar al de su rival pero más ordenado, y el título quedó nuevamente en sus manos. Alegre por dentro porque por fuera es difícil verlo sonreír, se mostró contento en conferencia de prensa: "Cuando tienes éxitos, la gente quiere y espera más de ti. Ahora todos me escriben, todos están felices. Me apoyan mucho desde casa. Tengo que decir que estoy contento por como me mantuve mentalmente durante mis dos últimos partidos, nunca me rendí".
Nikoloz hace hincapié en su mentalidad a partir de semifinales porque sabe, él y su equipo, que su punto débil es ese. No por "tirar" partidos o enojarse de más, sino por tomar malas decisiones en determinados momentos del partido o por encadenar errores absurdos por exceso de potencia que terminan mermando su confianza y perdiendo partidos que en los papeles no debería: "Antes solo pensaba en tener el suficiente dinero como para poder ir a los torneos. Pensaba en reservar pistas de entrenamiento, pelotas y poder tener a un compañero disponible. Era pura supervivencia. Cuando me clasifiqué para Wimbledon 2015 y conseguí dos victorias en el cuadro final fue cuando mi mentalidad cambió. Estaba jugando un buen tenis, pero no pasaba del Top50. Sabía que necesitaba a un mentor que me ayudase con ello".

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El georgiano de 27 años marca como punto de inflexión en su carrera la incorporación del coach Jan de Witt a su grupo de trabajo, su actual entrenador: "Hasta mis 22/23 años, era un salvaje. No era profesional. Sabía que quería jugar bien, pero era incapaz de hacerlo a este nivel. No tenía un patrón de juego. Estuve entre los 50 y los 100 mejores del mundo durante dos o tres años, pero necesitaba a alguien en quien poder confiar al 100%, sabía que me faltaba algo. Hablé con Jan (de Witt) porque me gustaba y conocía sus tácticasAhora estoy entendiendo cómo funciona este deporte. No solo consiste en golpear la pelota o una buena preparación física, consiste en trabajar también el aspecto mental. Es muy importante saber cómo manejar tus nervios en los momentos importantes del partido y yo todavía estoy consiguiendo toda esa experiencia".
Convencido de su estilo de juego y del cambio mental que le permitió establecerse como Top20, "Basil" tiene claro qué le diría a su "yo" de 21 años: "Si pudiese hablar con mi yo de 21 años, no le diría que cambiase su estilo de juego, sino más bien su mentalidad. No busco resultados, sino dar mi 100% dentro y fuera de la pista. Quiero maximizar todo lo que haga para que cuando me retire no deje ningún lugar a la duda sobre mi trabajo". Campeón de diez Futures, cinco Challengers y tres ATP500, acumula cuatro victorias ante jugadores del Top10, una por temporada desde 2016, tres de ellas en ATP500, categoría de torneos en la que su nivel de tenis se eleva.





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El nacido en Tbilisi (Georgia) tampoco se olvida de los sacrificios realizados por su familia para que hoy esté disfrutando de ser el 16° ATP, su mejor posición de siempre, en un país sin cultura tenística y por aquellos años fracturado socialmente debido a la reciente disolución de la URSS: "Hubo momentos en los que mi padre y yo dormíamos en un coche durante un par de semanas. Entrenaba en muy malas condiciones y no podía encontrar un sponsor, así que me hice con la nacionalidad rusa. Hubo un momento en el que dormimos durante un mes para un torneo junior en un coche, también dormíamos en tiendas de campaña. Todo esto hace que me de cuenta que los malos momentos existieron por algo, me hace más fuerte y me da más motivación para jugar al máximo nivel".

Daniel Vitale Pizarro

24 julio 2019

Un café con Lajovic







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Dusan Lajovic giraba alrededor del puesto cien ATP. A finales de 2016, enterado de que Fabio Fognini decidió romper vínculos con su coach José Perlas, el serbio llamó al catalán para empezar a trabajar con él. Perlas, uno de los entrenadores más afamados del circuito, asumió el compromiso de mejorar a Lajovic como lo hizo con todos sus anteriores jugadores. El español sabe a quien decirle que sí y cuando recibió el llamado de Dusan, no lo dudó: "¿Qué vi en Dusan? Bueno, me dedico a esto. Se ve en los ojos de los chicos, ves el que quiere, el que sufre porque no lo consigue, mi labor consiste en ayudarles y abrirles esa oportunidad", decía "Josep" de su nuevo jugador.


Afincado en Barcelona, el nacido en Belgrado hace 29 años tenía potencial pero carecía de un patrón de juego que le permitiera competir cuando su tenis no fluyera o cuando el rival lo superaba. Así lo cuenta Perlas: "Tenía que conseguir un orden, simplificar su tenis. Él tiene una visión de los mejores continuamente, de los highlights, pensaba que cada punto tiene que ser un golpe para el recuerdo, una jugada perfecta. Necesitaba sentir muy bien la bola, si la tocaba con el marco y gana el punto, entonces no le valía. Había que simplificar todo esto y poner en valor las cosas sencillas, que al final son las que te dan la base y te abren la oportunidad para crear otras. He tenido que frenar mucho esta idea y limpiarla".






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El progreso fue paulatino y el primer gran resultado, fruto del trabajo silencioso, llegó en el M1000 Monte Carlo 2019. Sin finales ATP en su haber, alcanzó la definición en el Principado de Mónaco, el torneo más tradicional sobre polvo de ladrillo luego de Roland Garros. El rival era Fabio Fognini, el anterior pupilo de José Perlas. El italiano fue más pero la enseñanza que le dejó ese torneo fue inmensa. Top25 por primera vez (23°) y cabeza de serie en casi todo torneo que disputara, Lajovic logró lo que Perlas le dijo apenas comenzaron a trabajar juntos: "El objetivo es tener un ranking que nos permita elegir cuando jugar y cuando descansar".
El segundo impacto fue unos meses después, en el ATP250 Umag (Croacia). Sobre la arcilla croata, su mejor superficie, alzó su primer título como profesional en el circuito mayor, una semana que jamás olvidará: "Ha sido una semana espectacular. Recordaré este partido el resto de mi vida, siento un gran alivio por ganar mi primer título". Sus ampulosos golpes con buena carga de efecto se adaptan mejor a la arcilla que a cualquier otro tipo de pista gracias al tiempo adicional que le brinda la tierra batida para preparar sus tiros. Y los resultados están a la vista. Además de las finales mencionadas, su mejores actuaciones ATP fueron los octavos de final en Roland Garros 2014 y los cuartos de final en el Masters1000 Madrid 2018.


"Mi entrenador me ha dado mucha confianza desde el inicio. Cree en mí absolutamente y eso me ha hecho darme cuenta de que tengo más tenis del que pensaba. En estos estos momentos estoy tratando de ser más agresivo y dominante con la derecha", declaraba el decimotercer campeón debutante ATP de 2019, una suma poco habitual que marca el cambio generacional latente. Pero no solo de tenis vive Lajovic. El tenista también tiene tiempo para su emprendimiento gastronómico"Laboratorije Kafe": "Desde joven soy adicto al café así que decidí montar con unos amigos una cafetería donde servir también helados, batidos y cafés de importación. Es un hobby, lo tengo al lado de casa y disfruto mucho pasando tiempo allí cuando estoy en Belgrado".
Dusan comenzó a jugar al tenis de casualidad porque su verdadera pasión era el fútbol. En su ciudad todos los clubes estaban repletos de chicos y el pequeño "Dutzee" no tenía lugar para practicar el deporte N°1 mundial, por lo que sus padres lo inscribieron a los siete años a clases de tenis, deporte que nunca abandonó. Su maduración como deportista de elite fue tardía pero constante: 136° ITF Junior, Top100 ATP por primera vez a los 23 años, Top50 a los 28 años y campeón ATP a los 29 años. Instalado entre los mejores del mundo, Lajovic demuestra a fuerza de trabajo y rodeado de los personas indicadas, que casi todo es posible, un claro ejemplo de que querer es poder.

Daniel Vitale Pizarro

15 julio 2019

La historia en juego


"No sé si es peor perder así que por un triple 6-2. Creo que al final eso no importa. Podría sentirme decepcionado, triste o enfadado. No sé cómo me siento ahora. Lo que siento es que ha sido una increíble oportunidad perdida. No puedo creerlo", fueron las primeras palabras de Roger Federer en conferencia de prensa luego de perder 7/6 1/6 7/6 4/6 13/12 la final más larga de la historia de Wimbledon ante Novak Djokovic. El suizo que cumplirá 38 años dentro de tres semanas, tuvo el partido en sus manos cuando sirvió 8-7 40-15 en el quinto set. Sin primeros servicios, un error con su derecha y un passing fantástico de su rival impidieron que el helvético fuera campeón por novena vez. Esfumados los match points, el partido se definió en el debut de la muerte súbita en 12-12 luego de 4h 57m.


Partidos tan igualados no ofrecen una explicación táctica o estadística clara de porqué ganó uno u otro, la diferencia en estos casos es mental. Más allá de los tiros ganadores, errores no forzados o break points concretados o desperdiciados, lo que determina al ganador es cómo enfrentan los momentos importantes del partido. Aprovechar las oportunidades creadas se transforma en algo vital para salir airoso de las situaciones complejas. Djokovic ganó los tres tiebreaks que se disputaron sin cometer errores no forzados (Federer 11) y levantó dos bolas de partido con el saque de su rival, impecable en los momentos donde el brazo se tensa y la cancha se achica. Novak devolverá genial y será físicamente dotado, pero su mejor cualidad es su mentalidad. Sus ojos se transforman en los de un depredador cuando tiene a su presa y su instinto de supervivencia es el de un felino salvaje.
Su dominio absoluto en el circuito en varias temporadas no tiene parangón, y toma mayor relevancia aun porque durante esos periodos, Federer y Nadal ya eran grandes campeones. A diferencia de Roger y Rafa, que dominaron antes de que Novak sea N°1 ATP, el nacido en Belgrado tuvo que luchar contra dos colosos en su esplendor y no solo los superó, sino que los dominó. Ejemplo de ello son las temporadas 2011, 2015/2016 y 2018/2019. De un historial parejo ante ellos (54-48), en estos periplos el serbio los aplastó: 29 triunfos y 6 derrotas. Números que reflejan su superioridad frente a los preferidos de los aficionados y de los medios especializados.
"Nos complementamos, nos hacemos crecer y evolucionar unos a otros. Ellos dos probablemente sean una de las razones más importantes por las que todavía compito a este nivel. El hecho de que hayan hecho historia en este deporte también me motiva, me inspira a tratar de hacer lo mismo y lograr más. No se si podré hacerlo. No considero la edad como una restricción de ningún tipo, lo que dije en la cancha, realmente lo dije en serio: Roger realmente me inspira con su esfuerzo a su edad. Los récords no dependen solo de mí mismo, dependen de las circunstancias de la vida. Además no soy solo un jugador de tenis, soy padre y marido. Tienes que equilibrar las cosas. Obviamente, necesitas tener las circunstancias correctas y el apoyo adecuado para que las cosas se desarrollen de la manera correcta", daba su parecer el cinco veces campeón de Wimbledon sobre varios temas relacionados con el Big3.
Muchas veces, para conocer cuánto significa una victoria para un jugador, hay que prestar atención al festejo en cancha del ganador. Así como Nadal celebró como si hubiera sido campeón en segunda ronda ante Nick Kyrgios, el particular festejo de Djokovic dejó mucha tela para cortar. "Nole" no gritó ni levantó los brazos ni se tiró al césped. El balcánico se regocijó en la Cancha Central de Wimbledon luego de competir casi cinco horas ante Roger Federer, el favorito indiscutido del público, y desafió a todos los presentes, incrédulos, mirándolos a los ojos, al mejor estilo Cristiano Ronaldo. Masticó un poco de hierba y se golpeó el corazón. El N°1 del mundo no solo le ganó a Federer, también 'derrotó' a todos los presentes.
"Tuve el partido más exigente físicamente contra Nadal en la final del Australian Open 2012 que duró casi seis horas. Pero mentalmente este, con Federer enfrente, en Wimbledon y salvando bolas de partido, fue un nivel mental diferente". Campeón de cuatro de los últimos cinco Grand Slams, Novak Djokovic va por todo y no tiene reparos a la hora de expresarlo. Hace rato que dejó de ser el tercero en discordia para pelear por ser el más ganador de la historia. El serbio es el anti-héroe, el que vino a romper esa estabilidad entre Roger y Rafael, el que reúne cosas de ambos pero que no es similar a ninguno, el más atlético de todos y el menos querido por el público de los tres.

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Quizás justamente por eso sea el "odiado", por venir a romper esa dualidad a la que los seres humanos nos apegamos en el deporte y en la vida, despreciando siempre a un tercero. Piensen en política, en fútbol o en cualquier ámbito: siempre la disyuntiva es por dos, no por tres. "Nole" es ese tercero, que hace todo lo posible por ser querido como los otros dos pero que no le alcanza ni le alcanzará. Solo le quedará superarlos en números y récords para que los eruditos del deporte, luego de retirados, lo ubiquen por encima de todos. Mientras tanto deberá luchar contra la antinomia Federer-Nadal hasta el final de su carrera.

Daniel Vitale Pizarro