15 julio 2019

La historia en juego


"No sé si es peor perder así que por un triple 6-2. Creo que al final eso no importa. Podría sentirme decepcionado, triste o enfadado. No sé cómo me siento ahora. Lo que siento es que ha sido una increíble oportunidad perdida. No puedo creerlo", fueron las primeras palabras de Roger Federer en conferencia de prensa luego de perder 7/6 1/6 7/6 4/6 13/12 la final más larga de la historia de Wimbledon ante Novak Djokovic. El suizo que cumplirá 38 años dentro de tres semanas, tuvo el partido en sus manos cuando sirvió 8-7 40-15 en el quinto set. Sin primeros servicios, un error con su derecha y un passing fantástico de su rival impidieron que el helvético fuera campeón por novena vez. Esfumados los match points, el partido se definió en el debut de la muerte súbita en 12-12 luego de 4h 57m.


Partidos tan igualados no ofrecen una explicación táctica o estadística clara de porqué ganó uno u otro, la diferencia en estos casos es mental. Más allá de los tiros ganadores, errores no forzados o break points concretados o desperdiciados, lo que determina al ganador es cómo enfrentan los momentos importantes del partido. Aprovechar las oportunidades creadas se transforma en algo vital para salir airoso de las situaciones complejas. Djokovic ganó los tres tiebreaks que se disputaron sin cometer errores no forzados (Federer 11) y levantó dos bolas de partido con el saque de su rival, impecable en los momentos donde el brazo se tensa y la cancha se achica. Novak devolverá genial y será físicamente dotado, pero su mejor cualidad es su mentalidad. Sus ojos se transforman en los de un depredador cuando tiene a su presa y su instinto de supervivencia es el de un felino salvaje.
Su dominio absoluto en el circuito en varias temporadas no tiene parangón, y toma mayor relevancia aun porque durante esos periodos, Federer y Nadal ya eran grandes campeones. A diferencia de Roger y Rafa, que dominaron antes de que Novak sea N°1 ATP, el nacido en Belgrado tuvo que luchar contra dos colosos en su esplendor y no solo los superó, sino que los dominó. Ejemplo de ello son las temporadas 2011, 2015/2016 y 2018/2019. De un historial parejo ante ellos (54-48), en estos periplos el serbio los aplastó: 29 triunfos y 6 derrotas. Números que reflejan su superioridad frente a los preferidos de los aficionados y de los medios especializados.
"Nos complementamos, nos hacemos crecer y evolucionar unos a otros. Ellos dos probablemente sean una de las razones más importantes por las que todavía compito a este nivel. El hecho de que hayan hecho historia en este deporte también me motiva, me inspira a tratar de hacer lo mismo y lograr más. No se si podré hacerlo. No considero la edad como una restricción de ningún tipo, lo que dije en la cancha, realmente lo dije en serio: Roger realmente me inspira con su esfuerzo a su edad. Los récords no dependen solo de mí mismo, dependen de las circunstancias de la vida. Además no soy solo un jugador de tenis, soy padre y marido. Tienes que equilibrar las cosas. Obviamente, necesitas tener las circunstancias correctas y el apoyo adecuado para que las cosas se desarrollen de la manera correcta", daba su parecer el cinco veces campeón de Wimbledon sobre varios temas relacionados con el Big3.
Muchas veces, para conocer cuánto significa una victoria para un jugador, hay que prestar atención al festejo en cancha del ganador. Así como Nadal celebró como si hubiera sido campeón en segunda ronda ante Nick Kyrgios, el particular festejo de Djokovic dejó mucha tela para cortar. "Nole" no gritó ni levantó los brazos ni se tiró al césped. El balcánico se regocijó en la Cancha Central de Wimbledon luego de competir casi cinco horas ante Roger Federer, el favorito indiscutido del público, y desafió a todos los presentes, incrédulos, mirándolos a los ojos, al mejor estilo Cristiano Ronaldo. Masticó un poco de hierba y se golpeó el corazón. El N°1 del mundo no solo le ganó a Federer, también 'derrotó' a todos los presentes.
"Tuve el partido más exigente físicamente contra Nadal en la final del Australian Open 2012 que duró casi seis horas. Pero mentalmente este, con Federer enfrente, en Wimbledon y salvando bolas de partido, fue un nivel mental diferente". Campeón de cuatro de los últimos cinco Grand Slams, Novak Djokovic va por todo y no tiene reparos a la hora de expresarlo. Hace rato que dejó de ser el tercero en discordia para pelear por ser el más ganador de la historia. El serbio es el anti-héroe, el que vino a romper esa estabilidad entre Roger y Rafael, el que reúne cosas de ambos pero que no es similar a ninguno, el más atlético de todos y el menos querido por el público de los tres.

Embed from Getty Images

Quizás justamente por eso sea el "odiado", por venir a romper esa dualidad a la que los seres humanos nos apegamos en el deporte y en la vida, despreciando siempre a un tercero. Piensen en política, en fútbol o en cualquier ámbito: siempre la disyuntiva es por dos, no por tres. "Nole" es ese tercero, que hace todo lo posible por ser querido como los otros dos pero que no le alcanza ni le alcanzará. Solo le quedará superarlos en números y récords para que los eruditos del deporte, luego de retirados, lo ubiquen por encima de todos. Mientras tanto deberá luchar contra la antinomia Federer-Nadal hasta el final de su carrera.

Daniel Vitale Pizarro

01 julio 2019

Italia a la vanguardia


El éxito del tenis italiano de los últimos diez años, pero sobre todo del último lustro, no es producto de la casualidad. La infraestructura tenística del país, perfeccionada durante años, sembró las bases para que hoy se puedan ver estos resultados. Fabio Fognini (10°) y Matteo Berrettini (20°) son sus mayores exponentes pero la gran cantidad de jugadores Top100 (6), Top200 (10) y Top300 (7) deja en claro el proyecto tenístico de la Federazione Italiana Tennis. Italia apostó por el tenis a mediano/largo plazo y ganó. El compromiso ha sido y es de todos los actores del juego, un trabajo mancomunado para que Italia vuelva a ser potencia mundial. Cuarenta años después, Italia vuelve a ser protagonista y lo que viene puede ser aun mejor.
Empecemos por el cambio estructural. La Federación Italiana de Tenis fue incrementando la cantidad de torneos Futures y Challengers. En 2019 se organizarán veinticuatro certámenes ITF y diecinueve Challengers, el país con mayor cantidad de torneos internacionales profesionales de toda Europa. Estas competiciones son la base de un proyecto tenístico ambicioso que facilita enormemente el crecimiento de los jóvenes profesionales que no deben viajar lejos de su casa para dar sus primeros pasos. Menos traslados, menos dinero desembolsado, más oportunidades de competir, más invitaciones a promesas y un incentivo gigante para que los niños comiencen a practicar el deporte
A las cuarenta y tres competiciones "menores" se le suma un Masters1000 en Roma, el Masters #NextGen en Milán y la Masters Cup en Turín a partir de 2021. Un total de cuarenta y cinco torneos del circuito masculino forman parte del circuito ITF-ATP, una cantidad récord a pesar de que solo Roma pertenezca al circuito principal, una deuda pendiente que comenzará a saldarse en 2021. Y la gente responde en las gradas. Roma batió récords de audiencia en vivo y en TV, en parte por la presencia de Roger Federer pero también por esta ola de tenistas italianos protagonistas durante todo el año y en todas las superficies. La muestra de ello son los veinte torneos ATP ganados durante 2010-19, solo superado por la época dorada del tenis italiano con veintidós trofeos conseguidos entre 1970-79.
Pero el éxito del tenis italiano se debe a un conjunto de cosas más allá de la netamente deportivo. El canal de TV italiano SuperTennis transmite 24 horas de tenis durante los 365 días del año, sin necesidad de pagar un abono extra como sucede con otros deportes. A excepción de los Grand Slams, transmite en directo casi todo el circuito masculino y femenino ATP/WTA. Y no solo tenis en vivo. La programación abarca programas regionales, coberturas de torneos menores, el circuito amateur, beach tennis, pádel, informes sobre actualidad tenística y entrevistas a jugadores o promesas ATP/WTA. La población respira tenis y se siente atraída por este deporte al poder disfrutarlo gracias a la TV, a los torneos disputados a lo largo del país y a los jugadores que cada vez son más.


También en cuanto a la difusión del deporte, las editoriales italianas aportan su granito de arena. La gran cantidad de bibliografía tenística traducida al italiano o escrita por periodistas e investigadores italianos especializados en el deporte de la raqueta es una de las más ricas del mundo después del inglés. Gianni Clerici (Salón de la Fama 2006), Stefano Semeraro, Remo Borgatti, Luca Marianantoni, Roberto D’Ingiullo, Corrado Erba y Luca Bottazzi, además de las publicaciones de los extenistas Adriano Panatta o Paolo Bertolucci, son algunos de los autores que optaron por escribir libros sobre tenis en su idioma para facilitarle la lectura a toda la población.
Otra parte importante es la calidad de los profesionales vinculados al tenis. Pensando en el futuro del deporte y por la creciente demanda para practicar la actividad, la Federación Italiana de Tenis ha invertido mucho tiempo y dinero en programas de capacitación para mejorar la enseñanza del tenis. Instructor de primer grado, Instructor de segundo grado, Maestro Nacional y Técnico Nacional son los vigentes títulos oficiales de profesor de tenis de dicta la FIT. Pero la formación profesional no se queda solo en lo puramente tenístico, la oferta es amplia: Preparador mental (I & II), Fisioterapeuta (I & II), Preparador físico (I & II), Encordador (I & II) y Educador alimenticio. La profesionalización de la profesión, pilar fundamental para el crecimiento del deporte en el país.

Uno de los tantos clubes pequeños de Italia (foto propia)

Desde 2016 la Federazione Italiana Tennis firmó un acuerdo con Craig O'Shannessy, el gurú de los números aplicados al tenis, conocido por trabajar con Novak Djokovic o la ATP. El australiano colabora con la FIT dando conferencias y cursos en centros deportivos para ayudar a los entrenadores a desarrollar métodos de entrenamiento más productivos que los tradicionales, basados principalmente en las estadísticas, análisis de videos y puntos fuertes/débiles de cada jugador, sistemas que ayudan a la evolución técnica y táctica de los tenistas desde pequeños. Todo esto está apoyado en un proceso a largo plazo que inició hace diecinueve años con la contratación de Corrado Barazzutti como capitán de las selecciones nacionales femeninas y masculinas (vigente).
Una población con cultura tenística, una Federación de Tenis Nacional involucrada en un proyecto a largo plazo, clubes que forman parte de ese proyecto, jugadores y entrenadores comprometidos con el deporte, torneos nacionales y profesionales prácticamente cada semana, medios de comunicación especializados y empresarios inversores en el tenis, todo eso conforma el gran presente del tenis italiano que permite que el fanático extranjero se pregunte el porqué de Italia como potencia tenística mundial. Todo tiene un porqué, casi nada sucede por casualidad e Italia es el ejemplo cabal de que se puede tener éxito en un deporte con un trabajo serio, coherente y a conciencia. Nada es dejado al azar y el resultado final beneficia a todos.

Daniel Vitale Pizarro

24 junio 2019

¿Veterano?


La gira sobre césped es la más especial de la temporada. Desde 2015, la cantidad de torneos fue en aumento y por ende empezó a ocupar algo más de protagonismo en el calendario ATP. Hoy son ocho los certámenes sobre hierba a lo largo de seis semanas consecutivas y en cinco países diferentes. En esa superficie nació el tenis y como todo lo que escasea, tiene mayor valor, más aun si allí empezó todo hace más de 150 años. De ese escueto calendario verde, sobresale Wimbledon y el ATP500 Queen's, el pintoresco torneo de la reina, repleto de historia y de grandes campeones, con un estadio principal de los más bonitos del mundo del deporte. La edición 2019 no iba a ser una más para los organizadores porque representaba la vuelta al circuito profesional de Andy Murray. 

Embed from Getty Images

A pesar de no disputar el singles, Andy era el jugador estrella del certamen. Campeón cinco veces en Queen's (récord), volvía al ruedo cinco meses después de la operación de su cadera derecha, una cirugía delicada por la que aun no se sabe si podrá volver a disputar un torneo de singles sin dolor y a buen nivel. Murray decidió probar cómo respondía su prótesis de metal en dobles junto a Feliciano Lopez en el torneo que más veces fue campeón. Y mal no le fue. En su primer contacto con el tenis profesional, logró el título y algo aun más importante, no sentir dolor al disputar los partidos, sin lugar a dudas el premio mayor.


"Me encuentro genial. Esta mañana estaba algo rígido, quizá por la tensión acumulada ayer. Lo más positivo para mí es que siento que he perdido el miedo. Empecé la semana con algo de precaución en los desplazamientos, pero al ver que no sentía molestias he podido moverme con velocidad e ir a por pelotas que no pensé que podría volver a alcanzar. He podido jugar sin pensar nada en mi cadera y el hecho de haberme tirado por el suelo y hacer movimientos bruscos y no haber sentido dolor, supone una excelente noticia para mí", declaraba en conferencia de prensa el escocés, muy contento por lo vivido en la semana y por la victoria de su compañero y amigo.
A pesar de ser Murray la atracción principal, un zurdo español con un tenis de otra época se robó el protagonismo. Feliciano Lopez logró lo impensado por muchos, incluso por él mismo: ser campeón en singles y en dobles. Seis veces campeón en el tour principal (tres en hierba), nadie dudaba de su calidad ni de su gran adaptabilidad al pasto, pero sus resultados en 2019 (3-8) y su actual ranking (113º) no auguraban ni por asomo esas victorias. De los ocho partidos que disputó entre ambas modalidades, batió a cuatro preclasificados, finalizó cinco encuentros el fin de semana, definió seis en el tercer set y los cuatro singles se extendieron por más de dos horas cada uno, una verdadera maratón tenistica para un "joven" que cumplirá 38 años en septiembre.
"Deliciano", como lo llamó Judy Murray al confesarse una fan de su juego, se mostró tan alegre como sorprendido: "Pensaba que el mejor momento de mi carrera fue cuando gané la final aquí, en el año 2017, pero no, el mejor momento de mi carrera es este. La vida te da sorpresas como ésta y hoy toca disfrutar al máximo porque no me lo esperaba para nada, con casi 38 años. Tengo muchos sentimientos acumulados por el año que llevaba, pero esta semana no ha habido ningún pero. He jugado muy bien, he aguantado físicamente partidos durísimos tanto en individuales como en dobles. Hay veces que hay cosas que están destinadas para tí y tú haces todo para que eso se haga posible. Ningún guionista hubiera pronosticado lo que me ha ocurrido esta semana"
Director del Masters1000 Madrid desde 2019, Feliciano no iba a resistir, con 38 años, otra temporada como la actual en 2020, por lo que la prensa y sus allegados ya miraban a "Feli" más como Director de tenis que como jugador para el año siguiente. Pero nunca está dicha la última palabra cuando se trata de jugadores con tanta calidad y tan diferentes al resto. Dueño de un juego casi extinto basado en el saque, la volea y el slice, un combo de golpes que domina como ningún otro Top100, el toledano de treinta y siete años y nueve meses vivió la mejor semana de su carrera en su torneo preferido sobre la superficie que más alegrías le dio


Porque "Feli Lopez" es de esos jugadores que escasean en el circuito, con una velocidad de bola inferior a la media profesional pero una calidad superior. Su servicio, su volea y su slice recuerdan a los años setenta/ochenta, donde el slice en los tiros primaba por sobre el top spin, una época en la que los jugadores de saque-volea como el español, eran mayoría. Los años pasaron, el marketing creció a niveles impensados, la tecnología permitió golpear la pelota más fuerte con menos esfuerzo, las superficies comenzaron a ser más similares entre sí y por ende, los especialistas empezaron a desaparecer, dejando lugar solo a los jugadores fuertes desde el fondo de la cancha. En un tenis puramente físico, potente y monótono, "Deliciano" supo destacarse siendo totalmente diferente al resto.

Daniel Vitale Pizarro

17 junio 2019

Récord negativo ¡OUT!

El tenis francés lo tiene todo. Torneos ATP en tres de las cuatro categorías existentes (Grand Slam, Master1000 y ATP's250); un circuito nacional paralelo al ATP tan prestigioso como concurrido por tenistas de todo el mundo; es líder en cantidad de jugadores Top100 ATP en 2019 (11) y, por ende, la Federación Francesa de Tenis cuenta con un presupuesto de más de cien millones de euros. La política deportiva de un país marca el camino de los deportes elegidos a apoyar. Una correcta aplicación de la misma aumenta la posibilidad de tener, en el mediano y largo plazo, deportistas profesionales exitosos, pero lo que no te asegura es que florezcan grandes campeones. Y eso es de lo que carece Francia. Incluso varios de sus mejores jugadores alcanzan finales ATP pero no las ganan.
Retirado Julien Benneteau, el jugador con el peor registro en finales ATP de la Era Abierta (0-10), la lista de franceses en actividad con récord negativo en definiciones ATP es larga: Mannarino (1-6), Monfils (8-21), Paire (3-4), Chardy (1-2), Gasquet (15-16) y Herbert (0-3). Solo Tsonga (17-12), Simon (14-7) y Pouille (5-4) tienen récord positivo. Precisamente el primero de ellos, el que iba tras los pasos de Benneteau, tuvo su merecida recompensa este fin de semana en los Países Bajos, en el tradicional certamen sobre hierba en Hertogenbosch. Adrian Mannarino cortó un racha de seis derrotas consecutivas en finales ATP para quitarse una mochila muy pesada que a los treinta años y con los antecedentes de sus compatriotas, cada vez pesaba más.


"Por fin la gente dejará de compararme con Julien. Cada vez que perdía una final la gente me recordaba su récord. Esto es un gran logro para mí. No pretendo ser Top10, la verdad es que ganar un título de este nivel es algo sorprendente para mí. Venía de tener un rendimiento malo en tierra batida y jugando con molestias físicas. Llegué a este torneo con el objetivo de ir adquiriendo algo de ritmo y, sin embargo, desde el principio me encontré muy bien y aunque fuera perdiendo, era consciente de que estaba haciendo lo correcto. Estoy muy feliz y agradecido a todos los que lo hicieron posible", declaraba feliz el francés, que ha demostrado que sobre césped su rendimiento crece.




Una publicación compartida de Libéma Open (@libemaopen) el

Tres de sus siete finales ATP fueron en hierba y su mejor resultado en Grand Slams han sido los octavos de final de Wimbledon, instancia que alcanzó en tres oportunidades (2013, 2017-18). Y no es casualidad que eleve su nivel en pasto. Sus características de juego se adaptan a la superficie verde mejor que a cualquier otra. Adrian tiene un tipo de juego atípico para el tenis actual. Incapaz de generar potencia neta desde el fondo de la cancha por su corto armado técnico antes de golpear la bola, apela a su buen servicio de zurdo y a los efectos que maneja a la perfección gracias a una gran ductilidad para ejecutar todo tipo de tiros. Omnipresente en los golpes fuera de lo común, Mannarino aprovechó su facilidad de adaptación al césped para levantar su primer trofeo ATP.


Asiduo jugador del circuito Challenger pero con buenas actuaciones en los torneos ATP, curiosamente Mannarino acumula la misma cantidad de victorias en ambos circuitos (173), aunque con más del doble de derrotas a nivel ATP (88 CH y 206 ATP). En total suma siete finales ATP (1-6), veinte en Challengers (13-7) y once en Futures (6-5). Además formó parte del equipo finalista de la última Copa Davis con formato tradicional en 2018, artífice del punto que le dio el pase a cuartos de final a Francia ante Países Bajos luego de batallar durante 4h 20m ante Robin Haase 4/6 7/6 7/5 6/7 7/5. En la siguiente ronda fue convocado pero el capitán Yannick Noah, que decidió no utilizarlo.

Embed from Getty Images

Sin buenos resultados como Junior (303° ITF) pero con una exitosa carrera en el circuito Challenger, su mejor posición ATP fue 22° en 2018 gracias a la segunda semana en Wimbledon, a sus únicos cuartos de final de Masters1000 (Canadá), a dos títulos Challengers y a las finales ATP en Antalya (Turquía) y Tokio (Japón), todo en 2017. Profesional desde 2004, logró cuatro triunfos ante miembros del Top10, tres de ellos en 2017, su mejor año como profesional. No es casual para un jugador con sus características de juego que su ídolo sea el talentoso chileno Marcelo Ríos, al que homenajea en cada tiro no convencional que realiza. Ser diferente, casi siempre es sinónimo de mejor.

Daniel Vitale Pizarro

10 junio 2019

"Inadjetivable"


El periodista Miguel Ángel Violán lanzó una encuesta como parte de su investigación doctoral de la Universidad Internacional de Cataluña. La votación consistía en elegir 500 palabras para calificar a Lionel Messi luego de su gol 416 en la Liga Española, camino a los 500 tantos convertidos en el club. Sin importar lo que diga la Real Academia Española, los términos ganadores fueron: "inadjetivable" y "regolucionario". Si me permite señor Miguel, voy a tomar prestado uno de esos "adjetivos" para hablar sobre Rafael Nadal y su doceavo título de Roland Garros, una gesta deportiva que no admite adjetivos calificativos existentes en el diccionario.
Hablar de Rafael Nadal Parera no resulta sencillo porque ya se dijo casi todo. Pasaron quince ediciones desde que debutó en París y desde aquella edición del 2005 solo registra dos partidos perdidos y un retiro por lesión, contra noventa y tres victorias. Sí, los números parecen un chiste de un amigo que quiere llamar la atención en una reunión, pero son reales. Nadie en la historia del tenis dominó tanto una superficie como Nadal el polvo de ladrillo, pero sobre todo ningún tenista fue tan superior a los demás en un certamen como el mallorquín en Roland Garros. De esos 95 partidos disputados, apenas dos veces lo obligaron a disputar cinco sets (ganó ambos) lo que marca una supremacía casi absoluta sobre sus rivales en el "Bois de Boulogne".
No venía siendo un año sencillo para "Rafa", acostumbrado a arrollar en la gira previa al Grand Slam parisino. Desde su derrota en la final del Australian Open, las lesiones y los malos resultados eran moneda corriente. Sin títulos ATP en arcilla desde 2004 tras Monte Carlo, Barcelona y Madrid, el trofeo llegó en Roma, última parada antes de Roland Garros. En Italia encontró nuevamente el fuego interior, esa confianza necesaria para levantar un trofeo de Masters1000 ante los mejores del mundo. Incluso su entrenador, Carlos Moyá, había declarado que su pupilo "había perdido la motivación y las ganas de jugar, nunca lo había visto así, sin ilusión". Pero el periplo duró poco y las buenas sensaciones, más allá de los resultados, llegaron más rápido de lo que el mismo Nadal esperaba.


El propio jugador explicó sus sensaciones: "Después de Indian Wells estaba mal física y mentalmente. Había perdido un poco de esa energía, porque tenía demasiados problemas seguidos. Es duro cuando recibes un golpe, otro, y luego otro, a veces estás aturdido. Fue muy importante que el equipo y la familia estuvieran cerca. Eso ayuda mucho. Mentalmente no estaba disfrutando. Muy preocupado por mi salud, estaba siendo demasiado negativo. En Barcelona ​​pude quedarme solo por un par de horas en la habitación y pensar al respecto, pensar qué estaba pasando, qué necesitaba hacer. Pensando mucho, creo que pude cambiar y fui capaz de luchar por cada pequeña mejora".
El gran rival en Roland Garros era Djokovic, al que derrotó en la final de Roma en inferioridad física por partidos extenuantes previos (Del Potro 3h y Schwartzman 2h 30m). Pero Novak no llegó al partido por el trofeo porque Dominic Thiem se encargó de eliminarlo en semifinales luego de 4h 13m, cinco sets, dos días de juego y varias interrupciones por la lluvia, la protagonista principal de la capital francesa. La otra semifinal era más atractiva aun, pero el resultado no reflejó la expectativa generada por ambos. Nadal venció a Federer en sets corridos en medio de vientos huracanados que por momentos alcanzaron los 80km. La final sería la misma que en 2018 y el resultado iba a ser parecido.
La intensidad de Thiem desde el fondo de la cancha duró dos sets, con la mala noticia para él de haber perdido el primer parcial. "Rafa" se tomó unos minutos extra para pensar en el baño, regresó a la cancha y a partir de allí hubo un solo jugador en el campo. Intentó volver al encuentro el austriaco en el inicio del cuarto set con tres oportunidades de quiebre en los dos primeros servicios del español, pero solo quedó en eso, oportunidades de quiebre. Mentalmente abrumado por la consistencia de su rival, apelando a la potencia 'per se' y lejos en el marcador, todo se hizo muy cuesta arriba. El resultado final fue 6/3 5/7 6/1 6/1. Quedó demostrado por enésima vez que ganarle a Nadal una final en la Philippe Chatrier será, por siempre, el desafío más difícil del deporte mundial.
Consultado en conferencia de prensa por el momento que cambió el partido, Nadal respondió: "En primer lugar, tuve que ir al baño. Pero también quería pensar más claro y volver a la cancha con la mentalidad correcta para mantener el control del partido, porque hasta entonces no lo había sentido así. Analicé las cosas y sentí que tenía que resolver lo que estaba pasando cuando restaba. Era un problema particular. Luego fue muy importante no perder pista contra él, porque si juegas desde metros atrás, es muy difícil, es muy poderoso con su derecha y es muy difícil jugar contra su revés, lejos de la pista. Pero creo que manejé bien la situación. El primer set fue muy duro, con alta intensidad y grandes puntos. Y eso, claro, es imposible sostener durante el todo el partido".

Daniel Vitale Pizarro