01 julio 2019

Italia a la vanguardia


El éxito del tenis italiano de los últimos diez años, pero sobre todo del último lustro, no es producto de la casualidad. La infraestructura tenística del país, perfeccionada durante años, sembró las bases para que hoy se puedan ver estos resultados. Fabio Fognini (10°) y Matteo Berrettini (20°) son sus mayores exponentes pero la gran cantidad de jugadores Top100 (6), Top200 (10) y Top300 (7) deja en claro el proyecto tenístico de la Federazione Italiana Tennis. Italia apostó por el tenis a mediano/largo plazo y ganó. El compromiso ha sido y es de todos los actores del juego, un trabajo mancomunado para que Italia vuelva a ser potencia mundial. Cuarenta años después, Italia vuelve a ser protagonista y lo que viene puede ser aun mejor.
Empecemos por el cambio estructural. La Federación Italiana de Tenis fue incrementando la cantidad de torneos Futures y Challengers. En 2019 se organizarán veinticuatro certámenes ITF y diecinueve Challengers, el país con mayor cantidad de torneos internacionales profesionales de toda Europa. Estas competiciones son la base de un proyecto tenístico ambicioso que facilita enormemente el crecimiento de los jóvenes profesionales que no deben viajar lejos de su casa para dar sus primeros pasos. Menos traslados, menos dinero desembolsado, más oportunidades de competir, más invitaciones a promesas y un incentivo gigante para que los niños comiencen a practicar el deporte
A las cuarenta y tres competiciones "menores" se le suma un Masters1000 en Roma, el Masters #NextGen en Milán y la Masters Cup en Turín a partir de 2021. Un total de cuarenta y cinco torneos del circuito masculino forman parte del circuito ITF-ATP, una cantidad récord a pesar de que solo Roma pertenezca al circuito principal, una deuda pendiente que comenzará a saldarse en 2021. Y la gente responde en las gradas. Roma batió récords de audiencia en vivo y en TV, en parte por la presencia de Roger Federer pero también por esta ola de tenistas italianos protagonistas durante todo el año y en todas las superficies. La muestra de ello son los veinte torneos ATP ganados durante 2010-19, solo superado por la época dorada del tenis italiano con veintidós trofeos conseguidos entre 1970-79.
Pero el éxito del tenis italiano se debe a un conjunto de cosas más allá de la netamente deportivo. El canal de TV italiano SuperTennis transmite 24 horas de tenis durante los 365 días del año, sin necesidad de pagar un abono extra como sucede con otros deportes. A excepción de los Grand Slams, transmite en directo casi todo el circuito masculino y femenino ATP/WTA. Y no solo tenis en vivo. La programación abarca programas regionales, coberturas de torneos menores, el circuito amateur, beach tennis, pádel, informes sobre actualidad tenística y entrevistas a jugadores o promesas ATP/WTA. La población respira tenis y se siente atraída por este deporte al poder disfrutarlo gracias a la TV, a los torneos disputados a lo largo del país y a los jugadores que cada vez son más.


También en cuanto a la difusión del deporte, las editoriales italianas aportan su granito de arena. La gran cantidad de bibliografía tenística traducida al italiano o escrita por periodistas e investigadores italianos especializados en el deporte de la raqueta es una de las más ricas del mundo después del inglés. Gianni Clerici (Salón de la Fama 2006), Stefano Semeraro, Remo Borgatti, Luca Marianantoni, Roberto D’Ingiullo, Corrado Erba y Luca Bottazzi, además de las publicaciones de los extenistas Adriano Panatta o Paolo Bertolucci, son algunos de los autores que optaron por escribir libros sobre tenis en su idioma para facilitarle la lectura a toda la población.
Otra parte importante es la calidad de los profesionales vinculados al tenis. Pensando en el futuro del deporte y por la creciente demanda para practicar la actividad, la Federación Italiana de Tenis ha invertido mucho tiempo y dinero en programas de capacitación para mejorar la enseñanza del tenis. Instructor de primer grado, Instructor de segundo grado, Maestro Nacional y Técnico Nacional son los vigentes títulos oficiales de profesor de tenis de dicta la FIT. Pero la formación profesional no se queda solo en lo puramente tenístico, la oferta es amplia: Preparador mental (I & II), Fisioterapeuta (I & II), Preparador físico (I & II), Encordador (I & II) y Educador alimenticio. La profesionalización de la profesión, pilar fundamental para el crecimiento del deporte en el país.

Uno de los tantos clubes pequeños de Italia (foto propia)

Desde 2016 la Federazione Italiana Tennis firmó un acuerdo con Craig O'Shannessy, el gurú de los números aplicados al tenis, conocido por trabajar con Novak Djokovic o la ATP. El australiano colabora con la FIT dando conferencias y cursos en centros deportivos para ayudar a los entrenadores a desarrollar métodos de entrenamiento más productivos que los tradicionales, basados principalmente en las estadísticas, análisis de videos y puntos fuertes/débiles de cada jugador, sistemas que ayudan a la evolución técnica y táctica de los tenistas desde pequeños. Todo esto está apoyado en un proceso a largo plazo que inició hace diecinueve años con la contratación de Corrado Barazzutti como capitán de las selecciones nacionales femeninas y masculinas (vigente).
Una población con cultura tenística, una Federación de Tenis Nacional involucrada en un proyecto a largo plazo, clubes que forman parte de ese proyecto, jugadores y entrenadores comprometidos con el deporte, torneos nacionales y profesionales prácticamente cada semana, medios de comunicación especializados y empresarios inversores en el tenis, todo eso conforma el gran presente del tenis italiano que permite que el fanático extranjero se pregunte el porqué de Italia como potencia tenística mundial. Todo tiene un porqué, casi nada sucede por casualidad e Italia es el ejemplo cabal de que se puede tener éxito en un deporte con un trabajo serio, coherente y a conciencia. Nada es dejado al azar y el resultado final beneficia a todos.

Daniel Vitale Pizarro

24 junio 2019

¿Veterano?


La gira sobre césped es la más especial de la temporada. Desde 2015, la cantidad de torneos fue en aumento y por ende empezó a ocupar algo más de protagonismo en el calendario ATP. Hoy son ocho los certámenes sobre hierba a lo largo de seis semanas consecutivas y en cinco países diferentes. En esa superficie nació el tenis y como todo lo que escasea, tiene mayor valor, más aun si allí empezó todo hace más de 150 años. De ese escueto calendario verde, sobresale Wimbledon y el ATP500 Queen's, el pintoresco torneo de la reina, repleto de historia y de grandes campeones, con un estadio principal de los más bonitos del mundo del deporte. La edición 2019 no iba a ser una más para los organizadores porque representaba la vuelta al circuito profesional de Andy Murray. 

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A pesar de no disputar el singles, Andy era el jugador estrella del certamen. Campeón cinco veces en Queen's (récord), volvía al ruedo cinco meses después de la operación de su cadera derecha, una cirugía delicada por la que aun no se sabe si podrá volver a disputar un torneo de singles sin dolor y a buen nivel. Murray decidió probar cómo respondía su prótesis de metal en dobles junto a Feliciano Lopez en el torneo que más veces fue campeón. Y mal no le fue. En su primer contacto con el tenis profesional, logró el título y algo aun más importante, no sentir dolor al disputar los partidos, sin lugar a dudas el premio mayor.


"Me encuentro genial. Esta mañana estaba algo rígido, quizá por la tensión acumulada ayer. Lo más positivo para mí es que siento que he perdido el miedo. Empecé la semana con algo de precaución en los desplazamientos, pero al ver que no sentía molestias he podido moverme con velocidad e ir a por pelotas que no pensé que podría volver a alcanzar. He podido jugar sin pensar nada en mi cadera y el hecho de haberme tirado por el suelo y hacer movimientos bruscos y no haber sentido dolor, supone una excelente noticia para mí", declaraba en conferencia de prensa el escocés, muy contento por lo vivido en la semana y por la victoria de su compañero y amigo.
A pesar de ser Murray la atracción principal, un zurdo español con un tenis de otra época se robó el protagonismo. Feliciano Lopez logró lo impensado por muchos, incluso por él mismo: ser campeón en singles y en dobles. Seis veces campeón en el tour principal (tres en hierba), nadie dudaba de su calidad ni de su gran adaptabilidad al pasto, pero sus resultados en 2019 (3-8) y su actual ranking (113º) no auguraban ni por asomo esas victorias. De los ocho partidos que disputó entre ambas modalidades, batió a cuatro preclasificados, finalizó cinco encuentros el fin de semana, definió seis en el tercer set y los cuatro singles se extendieron por más de dos horas cada uno, una verdadera maratón tenistica para un "joven" que cumplirá 38 años en septiembre.
"Deliciano", como lo llamó Judy Murray al confesarse una fan de su juego, se mostró tan alegre como sorprendido: "Pensaba que el mejor momento de mi carrera fue cuando gané la final aquí, en el año 2017, pero no, el mejor momento de mi carrera es este. La vida te da sorpresas como ésta y hoy toca disfrutar al máximo porque no me lo esperaba para nada, con casi 38 años. Tengo muchos sentimientos acumulados por el año que llevaba, pero esta semana no ha habido ningún pero. He jugado muy bien, he aguantado físicamente partidos durísimos tanto en individuales como en dobles. Hay veces que hay cosas que están destinadas para tí y tú haces todo para que eso se haga posible. Ningún guionista hubiera pronosticado lo que me ha ocurrido esta semana"
Director del Masters1000 Madrid desde 2019, Feliciano no iba a resistir, con 38 años, otra temporada como la actual en 2020, por lo que la prensa y sus allegados ya miraban a "Feli" más como Director de tenis que como jugador para el año siguiente. Pero nunca está dicha la última palabra cuando se trata de jugadores con tanta calidad y tan diferentes al resto. Dueño de un juego casi extinto basado en el saque, la volea y el slice, un combo de golpes que domina como ningún otro Top100, el toledano de treinta y siete años y nueve meses vivió la mejor semana de su carrera en su torneo preferido sobre la superficie que más alegrías le dio


Porque "Feli Lopez" es de esos jugadores que escasean en el circuito, con una velocidad de bola inferior a la media profesional pero una calidad superior. Su servicio, su volea y su slice recuerdan a los años setenta/ochenta, donde el slice en los tiros primaba por sobre el top spin, una época en la que los jugadores de saque-volea como el español, eran mayoría. Los años pasaron, el marketing creció a niveles impensados, la tecnología permitió golpear la pelota más fuerte con menos esfuerzo, las superficies comenzaron a ser más similares entre sí y por ende, los especialistas empezaron a desaparecer, dejando lugar solo a los jugadores fuertes desde el fondo de la cancha. En un tenis puramente físico, potente y monótono, "Deliciano" supo destacarse siendo totalmente diferente al resto.

Daniel Vitale Pizarro

17 junio 2019

Récord negativo ¡OUT!

El tenis francés lo tiene todo. Torneos ATP en tres de las cuatro categorías existentes (Grand Slam, Master1000 y ATP's250); un circuito nacional paralelo al ATP tan prestigioso como concurrido por tenistas de todo el mundo; es líder en cantidad de jugadores Top100 ATP en 2019 (11) y, por ende, la Federación Francesa de Tenis cuenta con un presupuesto de más de cien millones de euros. La política deportiva de un país marca el camino de los deportes elegidos a apoyar. Una correcta aplicación de la misma aumenta la posibilidad de tener, en el mediano y largo plazo, deportistas profesionales exitosos, pero lo que no te asegura es que florezcan grandes campeones. Y eso es de lo que carece Francia. Incluso varios de sus mejores jugadores alcanzan finales ATP pero no las ganan.
Retirado Julien Benneteau, el jugador con el peor registro en finales ATP de la Era Abierta (0-10), la lista de franceses en actividad con récord negativo en definiciones ATP es larga: Mannarino (1-6), Monfils (8-21), Paire (3-4), Chardy (1-2), Gasquet (15-16) y Herbert (0-3). Solo Tsonga (17-12), Simon (14-7) y Pouille (5-4) tienen récord positivo. Precisamente el primero de ellos, el que iba tras los pasos de Benneteau, tuvo su merecida recompensa este fin de semana en los Países Bajos, en el tradicional certamen sobre hierba en Hertogenbosch. Adrian Mannarino cortó un racha de seis derrotas consecutivas en finales ATP para quitarse una mochila muy pesada que a los treinta años y con los antecedentes de sus compatriotas, cada vez pesaba más.


"Por fin la gente dejará de compararme con Julien. Cada vez que perdía una final la gente me recordaba su récord. Esto es un gran logro para mí. No pretendo ser Top10, la verdad es que ganar un título de este nivel es algo sorprendente para mí. Venía de tener un rendimiento malo en tierra batida y jugando con molestias físicas. Llegué a este torneo con el objetivo de ir adquiriendo algo de ritmo y, sin embargo, desde el principio me encontré muy bien y aunque fuera perdiendo, era consciente de que estaba haciendo lo correcto. Estoy muy feliz y agradecido a todos los que lo hicieron posible", declaraba feliz el francés, que ha demostrado que sobre césped su rendimiento crece.




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Tres de sus siete finales ATP fueron en hierba y su mejor resultado en Grand Slams han sido los octavos de final de Wimbledon, instancia que alcanzó en tres oportunidades (2013, 2017-18). Y no es casualidad que eleve su nivel en pasto. Sus características de juego se adaptan a la superficie verde mejor que a cualquier otra. Adrian tiene un tipo de juego atípico para el tenis actual. Incapaz de generar potencia neta desde el fondo de la cancha por su corto armado técnico antes de golpear la bola, apela a su buen servicio de zurdo y a los efectos que maneja a la perfección gracias a una gran ductilidad para ejecutar todo tipo de tiros. Omnipresente en los golpes fuera de lo común, Mannarino aprovechó su facilidad de adaptación al césped para levantar su primer trofeo ATP.


Asiduo jugador del circuito Challenger pero con buenas actuaciones en los torneos ATP, curiosamente Mannarino acumula la misma cantidad de victorias en ambos circuitos (173), aunque con más del doble de derrotas a nivel ATP (88 CH y 206 ATP). En total suma siete finales ATP (1-6), veinte en Challengers (13-7) y once en Futures (6-5). Además formó parte del equipo finalista de la última Copa Davis con formato tradicional en 2018, artífice del punto que le dio el pase a cuartos de final a Francia ante Países Bajos luego de batallar durante 4h 20m ante Robin Haase 4/6 7/6 7/5 6/7 7/5. En la siguiente ronda fue convocado pero el capitán Yannick Noah, que decidió no utilizarlo.

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Sin buenos resultados como Junior (303° ITF) pero con una exitosa carrera en el circuito Challenger, su mejor posición ATP fue 22° en 2018 gracias a la segunda semana en Wimbledon, a sus únicos cuartos de final de Masters1000 (Canadá), a dos títulos Challengers y a las finales ATP en Antalya (Turquía) y Tokio (Japón), todo en 2017. Profesional desde 2004, logró cuatro triunfos ante miembros del Top10, tres de ellos en 2017, su mejor año como profesional. No es casual para un jugador con sus características de juego que su ídolo sea el talentoso chileno Marcelo Ríos, al que homenajea en cada tiro no convencional que realiza. Ser diferente, casi siempre es sinónimo de mejor.

Daniel Vitale Pizarro

10 junio 2019

"Inadjetivable"


El periodista Miguel Ángel Violán lanzó una encuesta como parte de su investigación doctoral de la Universidad Internacional de Cataluña. La votación consistía en elegir 500 palabras para calificar a Lionel Messi luego de su gol 416 en la Liga Española, camino a los 500 tantos convertidos en el club. Sin importar lo que diga la Real Academia Española, los términos ganadores fueron: "inadjetivable" y "regolucionario". Si me permite señor Miguel, voy a tomar prestado uno de esos "adjetivos" para hablar sobre Rafael Nadal y su doceavo título de Roland Garros, una gesta deportiva que no admite adjetivos calificativos existentes en el diccionario.
Hablar de Rafael Nadal Parera no resulta sencillo porque ya se dijo casi todo. Pasaron quince ediciones desde que debutó en París y desde aquella edición del 2005 solo registra dos partidos perdidos y un retiro por lesión, contra noventa y tres victorias. Sí, los números parecen un chiste de un amigo que quiere llamar la atención en una reunión, pero son reales. Nadie en la historia del tenis dominó tanto una superficie como Nadal el polvo de ladrillo, pero sobre todo ningún tenista fue tan superior a los demás en un certamen como el mallorquín en Roland Garros. De esos 95 partidos disputados, apenas dos veces lo obligaron a disputar cinco sets (ganó ambos) lo que marca una supremacía casi absoluta sobre sus rivales en el "Bois de Boulogne".
No venía siendo un año sencillo para "Rafa", acostumbrado a arrollar en la gira previa al Grand Slam parisino. Desde su derrota en la final del Australian Open, las lesiones y los malos resultados eran moneda corriente. Sin títulos ATP en arcilla desde 2004 tras Monte Carlo, Barcelona y Madrid, el trofeo llegó en Roma, última parada antes de Roland Garros. En Italia encontró nuevamente el fuego interior, esa confianza necesaria para levantar un trofeo de Masters1000 ante los mejores del mundo. Incluso su entrenador, Carlos Moyá, había declarado que su pupilo "había perdido la motivación y las ganas de jugar, nunca lo había visto así, sin ilusión". Pero el periplo duró poco y las buenas sensaciones, más allá de los resultados, llegaron más rápido de lo que el mismo Nadal esperaba.


El propio jugador explicó sus sensaciones: "Después de Indian Wells estaba mal física y mentalmente. Había perdido un poco de esa energía, porque tenía demasiados problemas seguidos. Es duro cuando recibes un golpe, otro, y luego otro, a veces estás aturdido. Fue muy importante que el equipo y la familia estuvieran cerca. Eso ayuda mucho. Mentalmente no estaba disfrutando. Muy preocupado por mi salud, estaba siendo demasiado negativo. En Barcelona ​​pude quedarme solo por un par de horas en la habitación y pensar al respecto, pensar qué estaba pasando, qué necesitaba hacer. Pensando mucho, creo que pude cambiar y fui capaz de luchar por cada pequeña mejora".
El gran rival en Roland Garros era Djokovic, al que derrotó en la final de Roma en inferioridad física por partidos extenuantes previos (Del Potro 3h y Schwartzman 2h 30m). Pero Novak no llegó al partido por el trofeo porque Dominic Thiem se encargó de eliminarlo en semifinales luego de 4h 13m, cinco sets, dos días de juego y varias interrupciones por la lluvia, la protagonista principal de la capital francesa. La otra semifinal era más atractiva aun, pero el resultado no reflejó la expectativa generada por ambos. Nadal venció a Federer en sets corridos en medio de vientos huracanados que por momentos alcanzaron los 80km. La final sería la misma que en 2018 y el resultado iba a ser parecido.
La intensidad de Thiem desde el fondo de la cancha duró dos sets, con la mala noticia para él de haber perdido el primer parcial. "Rafa" se tomó unos minutos extra para pensar en el baño, regresó a la cancha y a partir de allí hubo un solo jugador en el campo. Intentó volver al encuentro el austriaco en el inicio del cuarto set con tres oportunidades de quiebre en los dos primeros servicios del español, pero solo quedó en eso, oportunidades de quiebre. Mentalmente abrumado por la consistencia de su rival, apelando a la potencia 'per se' y lejos en el marcador, todo se hizo muy cuesta arriba. El resultado final fue 6/3 5/7 6/1 6/1. Quedó demostrado por enésima vez que ganarle a Nadal una final en la Philippe Chatrier será, por siempre, el desafío más difícil del deporte mundial.
Consultado en conferencia de prensa por el momento que cambió el partido, Nadal respondió: "En primer lugar, tuve que ir al baño. Pero también quería pensar más claro y volver a la cancha con la mentalidad correcta para mantener el control del partido, porque hasta entonces no lo había sentido así. Analicé las cosas y sentí que tenía que resolver lo que estaba pasando cuando restaba. Era un problema particular. Luego fue muy importante no perder pista contra él, porque si juegas desde metros atrás, es muy difícil, es muy poderoso con su derecha y es muy difícil jugar contra su revés, lejos de la pista. Pero creo que manejé bien la situación. El primer set fue muy duro, con alta intensidad y grandes puntos. Y eso, claro, es imposible sostener durante el todo el partido".

Daniel Vitale Pizarro

27 mayo 2019

Prueba mental superada


Es raro ver a jugadores Top10 que disputen torneos la semana previa a un Grand Slam. La exigencia de un certamen a cinco sets durante dos semanas invita a que los mejores del mundo descansen los días previos para rendir al máximo en las citas más importantes del año, que más puntos otorgan y que más dinero reparten. Pero muchas veces eso no sucede y para tomar ritmo de competencia o recuperar confianza, solicitan un 'wild card', la organización gustosamente se lo concede y todos contentos. En esta oportunidad, Alexander Zverev (5°) aceptó la invitación de último momento que le pidió a Ginebra (Suiza) tras sus tropiezos en las rondas iniciales de la gira sobre arcilla.
Falto de confianza, sin buenos resultados en 2019 salvo la final de Acapulco perdida ante Nick Kyrgios, el número cinco del mundo es un caso curioso del circuito ATP. Zverev es llamado a ser N°1 ATP en el corto o mediano plazo por su nivel de juego, sus resultados y su juventud (22 años). Tres del mundo, campeón del Masters de fin de año, tres Masters1000, dos ATP500 y cinco ATP250 ante rivales de fuste como Federer, Djokovic, Wawrinka o Thiem, no pudo todavía rendir en los Grand Slams como lo hace en el circuito ATP hace tres temporadas. Apenas un cuartos de final y dos segundas semanas son sus tres mejores resultados en los Majors, poco para el jugador que es.
En ese contexto, el alemán llegó a Suiza con la esperanza de modificar su presente de cara a Roland Garros. El ATP250 Ginebra no presentaba grandes rivales para "Sascha" si tenemos en cuenta que Wawrinka, único Top30 del cuadro principal, está en proceso de recuperación de su mejor tenis. Pero resultó ser un torneo harto complicado. Salvo el sencillo debut contra Gulbis (6/2 6/1), los siguientes tres partidos se definieron en el tercer set (Dellien, Delbonis y Jarry), incluso tuvo que levantar dos match points en el tiebreak del último set de la final. Más que un festejo fue un desahogo el ganar un título ATP con más lucha que nivel de juego. Prueba mental superada.


“Quiero felicitar a Nico (Jarry) por una gran semana. Incluso hoy mereciste ganar este título más que yo. Sé que es un momento duro para ti hoy, pero sé que tendrás muchas más oportunidades y esta no será la última vez que juguemos una final. Serás un gran campeón, no tengo dudas”, decía Zverev en el estadio, en alusión a uno de los match points que perdió el chileno, dejando en la red una aparente volea sencilla de revés y augurando un futuro prometedor para Jarry. Lo de gran campeón es más un halago de compromiso que una realidad, pero que Nicolás Jarry tiene todo para hacer ruido en el circuito, eso sí es 100% real.

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El tenis chileno vive una especie de renacer desde la temporada pasada gracias a Nicolás Jarry y a Cristian Garin, campeón en Houston y Munich en 2019. Nacido en la capital chilena, Jarry golpea la pelota con mucha facilidad y casi sin hacer esfuerzo. Potente por naturaleza gracias a su físico privilegiado para el tenis moderno (198cm) y sus empuñaduras no tan cerradas como la mayoría de los jugadores ATP, durante esta semana demostró que está preparado mentalmente para rendir a un buen nivel durante varios partidos consecutivos y ante uno de los rivales más difíciles de la actualidad, una faceta que no era común en sus años como profesional.
Lágrimas en los ojos y la voz entrecortada durante la entrega de premios, Nicolás Jarry elogió a su rival y felicitó a los suyos: "Sé que no ha sido un año fácil para tí (Zverev), te felicito por ganar esta final justo antes de Roland Garros. Ojalá nos volvamos a enfrentar. Fue una gran batalla, de verdad que lo sentí así por lo difícil que fue el partido. Fue un gran campeonato, quiero agradecer a mi equipo, no fue un año fácil para mí tampoco, pero tendré más oportunidades e intentaré aprovecharlas al máximo. Gracias también a los chilenos que vinieron al torneo, no hubiera sido posible esto sin el aliento que me dieron durante toda la semana".


Para el menor de los Zverev, Ginebra significó su quinto título ATP en polvo de ladrillo sobre siete finales disputadas en la superficie. Top100 por primera vez en 2015 a los dieciocho años recién cumplidos, desde 2016 acumula al menos dos definiciones ATP y un título por temporada con apenas veintidós años. La presión que recae sobre él es inmensa. En Alemania y en todo el mundo se hacen apuestas sobre qué Grand Slam ganará primero o cuando alcanzará el N°1 ATP, como si fueran cosas sencillas al alcance de todos. Lo que no se dan cuenta los fanáticos y los medios de comunicación es que nada de eso ayuda, sino todo lo contrario. Y ejemplos sobran. 

Daniel Vitale Pizarro