21 agosto 2017

Todo llega

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Brisbane fue el anuncio de que 2017 era el año de su vuelta a los primeros planos. Las victorias en el ATP250 australiano ante Thiem (8°), Raonic (3°) y Nishikori (5°) no pasaron desapercibidas. Su gran presente siguió en el Abierto de Australia, frenado por Nadal en una maratón a cinco sets en semifinales. Luego fue campeón del ATP250 en Sofía (Bulgaria), su país natal. Los mejores dos meses de su carrera. Era el momento perfecto para dar el salto de calidad en los Masters1000 norteamericanos y volver al Top10. Pero los fantasmas del pasado volvieron. La prensa hizo de las suyas una vez más y Grigor Dimitrov volvió a chapotear en el agua como en 2015-2016.

Nueve torneos pasaron para que pudiera encadenar tres victorias consecutivas en un mismo certamen (Queen's y Wimbledon). Pero la mala racha volvió en Washington y Montreal con sendos octavos de final ante rivales muy inferiores a él. Sin siquiera un cuartos de final en los seis Masters1000 del año, llegó a Cincinnati con dudas sobre su nivel, muy distante del mostrado en enero-febrero. El cuadro se abrió por las baja de siete Top10 y el búlgaro no iba a dejar pasar esa oportunidad. Sin perder sets, pero no por eso partidos accesibles, se abrió camino hasta semifinales, instancia a la que había accedido el año pasado, la cuarta en esta categoría.
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John Isner era un escollo durísimo. Campeón en Newport y Atlanta en 2017 y local en Ohio (USA), iba a vender cara su derrota. 7/6 7/6 para Dimitrov, según el propio jugador uno de sus mejores partidos por todo lo que rodeaba al encuentro. Primera final de M1000 tras caer en semifinales de Roma y Toronto 2014, y Cincinnati 2016. El rival en la definición era Nick Kyrgios, debutante también en final, tan peligroso como talentoso y volátil. Pero Grigor, concentrado y enfocado con su plan de juego y sin distraerse, aguantó los embates del rival y sorteó al australiano en sets corridos para ser campeón de Cincinnati. A los 26 años logró lo que todos esperaban de él a los 20. Todo llega.

Franco Davin, único coach argentino campeón de Grand Slam con dos jugadores diferentes, fue entrenador del búlgaro durante nueve meses en 2015-2016. La dupla empezó con elogios entre ellos, pero los resultados no llegaron. Según allegados, Franco habló mucho con Grigor durante su trabajo mancomunado: "El entorno que tiene es un caos, hay mucho para ordenar. Él es un superdotado física y técnicamente. Al potencial que tiene hay que agregarle trabajo y orden". Y eso es lo que hizo de un tiempo a esta parte. El trabajo no da resultados de un día para otro y cada jugador reacciona diferente a los cambios en su vida personal y profesional. Hoy "Dimi" parece haber encontrado el camino correcto.

El mental tanto personal como profesional se nota en la cancha. Atrás quedó el mote de "Baby Federer" que tanto daño psicológico le hizo, y los romances con Serena Williams y luego con María Sharapova, lo que le significó salir en más revistas del corazón que deportivas y de tenis, al fin y al cabo lo más importante, su trabajo, el cual se destaca desde junior. Campeón del US Open en singles, de Wimbledon en dobles y N°1 del mundo en junior, todo en 2008, estaba destinado a ser el futuro del tenis por sus resultados y su estilo de juego, completo y vistoso. El combo perfecto lo completaba su apariencia física, muchas veces tildado como 'el más guapo del circuito'.

Feliz como pocos tenistas campeones, el 9° ATP desde el lunes (ex 8°) expresó su alegría ante los medios: "Estoy muy feliz. Muy feliz. Esto es increíble. Ganar un Masters1000, mi primero, no hay nada más que pueda decir. Feliz y abrumado de tener este trofeo en mis manos- Ganar aquí mi primer Masters1000 es increíble. Siempre me gustó este torneo. He jugado aquí varias veces y siempre pensé que éste podría ser uno de los primeros y ha sido el primero. Ahora lo más importante es mantener los pies en el suelo y seguir haciendo el mismo trabajo, creer en mí mismo y prepararme de la mejor manera que pueda para Nueva York".
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Nick Kyrgios es único e irrepetible. Sin títulos en la temporada pero con victorias y derrotas tan rutilantes como sorpresivas, el australiano de 22 años se plantó en la final de Cincinnati luego de tres retiros consecutivos y un octavos de final en Montreal. El triunfo sobre Nadal (N°1 el lunes) en cuartos de final dejó a todos con la boca abierta. Pero no es nada diferente a sus victorias ante Djokovic en Acapulco e Indian Wells o contra Zverev en Indian Wells y Miami, a ambos en semanas consecutivas. Kyrgios es dinamita. La otra cara son sus derrotas contra Jan Satral (157°) en Copa Davis o Nicolas Kicker (92°) en Lyon, por citar solo ejemplos de este año.

Kyrgios juega al tenis como pocos jugadores en el circuito. A veces sin ganas, a veces irrespetuoso, a veces soberbio, a veces genial. Su talento le permite golpear la pelota incómodo y lastimar; sin flexionarse y generar potencia igual. Su servicio es uno de los mejores del mundo, sino el mejor, con velocidad y variantes excepcionales. Fuerte físicamente pero a la vez débil en cuanto a las lesiones, su mente juega muchas veces en su contra. A excepción de los jugadores con los que tuvo problemas, sus colegas dicen que es una buena persona. Lo cierto es que "Nick" le hace bien al tenis, es una bocanada de aire fresco para un tenis acartonado, lleno de caballeros que solo se felicitan entre sí.

Daniel Vitale Pizarro

15 agosto 2017

Zverev va en serio


"Estoy jugando el mejor tenis de mi vida". 20 años, siete del mundo, seis títulos ATP, cinco esta temporada, dos de ellos Masters1000 en las finales a Djokovic y a Federer. Sí Sascha, estás jugando el mejor tenis de tu vida. Montepellier, Munich, Roma, Washington y Montreal, la serie de trofeos que levantó el más chico de los Zverev en 2017 para demostrarle al mundo tenístico que no es futuro, que no es promesa, sino que es presente, y presente del bueno. El joven alemán llegó para quedarse. El líder del relevo generacional, virtual cinco ATP por las deserciones de Djokovic y Wawrinka hasta 2018, se dará el lujo de clasificar al Masters de Milán (Sub21) y al de Londres. ¿Tiene techo?

Alexander Zverev llegó a Montreal casi sin descanso luego de ser campeón en el ATP500 de Washington. El debut no fue el más afortunado ni el mejor. Richard Gasquet lo tuvo contra las cuerdas, incluso levantó tres match points. Pasó el susto y el nivel del alemán fue creciendo. Kyrgios era una amenaza latente, pero quedó en eso. Anderson lo exigió pero flaqueó en los momentos importantes de ambos sets. Shapovalov, la revelación del torneo, lo intimidó pero al igual que el sudafricano, titubeó cuando no debía y le sirvió la victoria al ocho del mundo, que por las ausencias era el cuarto preclasificado del certamen.
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La final fue diferente al resto del torneo. Ambos llegaban a su sexta definición ATP del año con el suizo invicto en Masters1000 y también en finales. Pero a pesar del año casi sin fisuras de Federer, durante las rondas previas no había sido el mismo de 2017. Sin su familia en las gradas, casi sin días de entrenamiento ni adaptación al cemento desde la obtención de Wimbledon, incómodo con su juego y con dolores aparentes en su cuerpo, alcanzó la final gracias a su jerarquía y al cuadro que se fue abriendo a medida que avanzaba de ronda. Lento en los desplazamientos y con molestias en la zona lumbar, no fue rival para Zverev que lo derrotó 6/3 6/4.

"Siento que estoy jugando el tenis correcto, el necesario para estar ahí. No siento que las cosas estén llegando de forma antinatural, todo lo contrario. Por supuesto, ganar dos Masters1000 es algo que nadie hubiera imaginado pero todo el mundo estaría orgulloso de ello. Estoy feliz de que haya ocurrido así. Estoy súper feliz por la forma en la que está todo actualmente, me siento muy bien", declaración postriunfo de Zverev, que acumula diez victorias consecutivas y que disputará Cincinnati a partir de esta semana a pesar de estar "un poco cansado pero a tope de confianza y a un buen nivel de juego", según sus propias palabras.
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El nivel de Zverev, los resultados y la edad lo ubican como el jugador a seguir. Sus golpes de fondo son letales, casi sin diferencias entre drive y revés. Su movilidad, a pesar de medir 198cm, no tiene nada tiene que envidiarle a jugadores de 180cm. El servicio, su principal arma, potente y con variantes. Su mentalidad ganadora es envidiable aunque la cabeza aun no sea su fuerte. Quizás su punto más flojo sea la volea y la aproximación a la red para terminar los puntos, algo normal en los jugadores actuales que priorizan la regularidad y potencia desde el fondo de la cancha descuidando el juego de la línea de saque hacia adelante. Anoten entrenadores...

El mejor jugador del año no estuvo a la altura en Montreal, pero eso no le quita favoritismo para el US Open. Invicto en Grand Slams y Masters1000 hasta Canadá, Federer no podrá ser N°1 del mundo hasta finalizado el US Open, puesto que quedará en manos de Rafael Nadal. Roger cambió su calendario a último momento para forzar el N°1 pero lo que forzó fue su físico. Fuera de Cincinnati para recuperarse, su nueva hoja de ruta ATP será Flushing Meadows, Shanghai, Basilea y el Masters, lugar donde se definirá si él o "Rafa" terminará como el mejor jugador del año, algo histórico para cualquiera que lo logre, algo que ni el más optimista o fanático presagiaba meses atrás.

Daniel Vitale Pizarro

07 agosto 2017

México le sienta bien

Desde 2016, México cuenta con dos torneos en el circuito ATP: el ATP500 de Acapulco y el ATP250 de Los Cabos. Sam Querrey planificó su temporada con ambos torneos dentro de su calendario. Ubicados sobre las costas del Pacífico a 1200km de distancia, ofrecen a jugadores y espectadores paisajes y playas paradisíacas. En ese contexto, un jugador sobresalió por encima de todos en ambos certámenes en febrero y agosto respectivamente. Querrey fue el único campeón que tuvo México este 2017 ganando en los Estados de Guerrero y Baja California Sur. Semifinalista en Wimbledon hace semanas, está viviendo una de las mejores temporadas de su carrera.

Acapulco fue el torneo de su vida. Su primer ATP500 ganado y con victorias ante Goffin (11°), Thiem (9°), Kyrgios (17°) y Nadal (6°), generó que la prensa hablara seriamente de él. Ex N°17° ATP en 2011 luego de cuatro títulos en 2010, el nacido en San Francisco nunca más había vuelto al Top20 tras su salida en 2013. Sin la regularidad para ser un jugador de temer, no tuvo grandes resultados luego de su gran triunfo en México, hasta que llegó Wimbledon. En 2016 había logrado el triunfo del año al derrotar a Novak Djokovic, bicampeón reinante y vigente campeón de los cuatro torneos de Grand Slam. Pero eso ya era parte del pasado.
Tsonga (10°) en tercera ronda y Anderson en octavos anunciaban que lo del año pasado no había sido casualidad. Y vaya si no fue casualidad que en cuartos de final volvió a derrotar al N°1 del mundo y campeón vigente de Wimbledon, Andy Murray. Junto a Soderling son los únicos en la Era Abiera en derrotar a un N°1 y campeón vigente en años consecutivos en un mismo Grand Slam. Sin estar al 100% físicamente cayó ante Marin Cilic en la Central del All England. Y la semifinal no le cortó el impulso ganador. Se tomó unas semanas de descanso y volvió en el ATP250 de Los Cabos, una vez más en México. Allí volvió a rendir al máximo.

Sin rivales de fuste en su camino a la final del Abierto de Los Cabos, apenas un Top100, tuvo del otro lado de la red al prometedor Thanasi Kokkinakis. El australiano estuvo alejado de las canchas un largo tiempo por una lesión en su hombro que le llevó más tiempo de lo normal. Sin disputar un partido ATP en singles desde octubre de 2015 (a excepción de los JJOO en Rio), volvió al circuito sin ranking en mayo de 2017 en Lyon. Su primera victoria luego del largo parate fue en Hertogenbosch y la segunda en Queen's, nada menos que ante Milos Raonic (6° ATP). Dos partidos ganados en cinco torneos acumulaba "Kokki" en 2017 antes de llegar a México como el 454° del mundo.

La victoria de Kokkinakis a Berdych en semifinales puso en suspenso la final contra Querrey por los rivales de la semana del estadounidense y el aparente nivel recuperado del australiano. Fueron tres sets los que decidieron al campeón en los cuales hubo claros dominadores. El de mejor presente fue el que se llevó el trofeo a su casa 6/3 3/6 6/2. Invicto en México esta temporada con un récord de 9-0, ya piensa en el resto del verano norteamericano: “Llegaré al US Open en un buen momento. Antes estaré en Montreal y Cincinnatti y espero concluir bien esta gira en lo que es quizás mi mejor temporada”. Enfocado en lo que viene Sam, sin tiempo para festejar su 10° título ATP (17 finales).

La estrella #NextGen subirá 235 puestos en el ranking ATP para ubicarse en el escalón 219° del escalafón mundial. En el otro ranking, que puntúa solo a los menores de 21 años y que finaliza con un Masters en Milán, escalará al Top20 (19°) con chances de quedar entre los siete para disputar el certamen que debuta en 2017. Sorprendente campeón en dobles del ATP250 Brisbane junto a Jordan Thompson sin estar recuperado 100% del hombro con victorias ante Herbert/Mahut (1°) y Nestor/Roger-VasselinThanasi tendrá como objetivo volver lo más rápido posible al Top100 para no depender más de invitaciones o clasificaciones para disputar el circuito principal ATP.

Daniel Vitale Pizarro

31 julio 2017

El Patriota

John Isner basa su carrera en su país. Casi todos sus logros o grandes actuaciones fueron en Estados Unidos. Cerca de los suyos, el gigante norteamericano de 208cm disfruta jugando a lo largo y ancho de América del Norte. Su idilio con el país donde nació es simbiotico para con los fanáticos del tenis. Y toma más magnitud si nos centramos solo en Atlanta. El ATP250 que se disputa en el Estado de Georgia da inicio a la US Open Series, una serie de cinco torneos que se disputan en Norteamérica y que concluye en el US Open (Atlanta, Montreal, Cincinnati y Winston Salem). Como cada vez que disputó el certamen, Isner fue protagonista en Atlanta.

Top50 ininterrumpido desde 2009 y Top30 desde 2011, el actual 20° del mundo se presentó en Atlanta por octava vez en su carrera. Campeón en Newport la semana pasada sobre césped, aprovechó el envión anímico y el buen momento tenístico para no cortar la racha de triunfos y seguir en la senda de victorias. Preclasificado N°2, hizo valer su condición en sus victorias ante Pospisil, Lacko, Muller y Harrison en la final. Como en Newport, fue campeón sin perder sets por lo que lleva acumulados ocho partidos y dieciséis parciales consecutivos sin conocer la derrota. Solo perdió una vez su servicio en todo el torneo y fue en la final.

El torneo de Atlanta debutó en el circuito ATP en 2010. Ese año John Isner perdió la final ante Mardy Fish. Al año siguiente la final fue la misma y el ganador también. Fish venció a Isner pero el campeón ya era Top10, no 49° como en 2010. La jerarquía del certamen cambiaba. En 2012 cayó en semifinales ante Andy Roddick, último título como profesional del bombardero de Nebraska antes de su despedida del tenis en el US Open de ese mismo año. Esa fue la única vez que no llegó a la final el nacido en Greensboro hace 32 años. Pero el título no tardó en llegar para Isner. En su cuarta participación en 2013, levantó su primer trofeo en Atlanta ante Kevin Anderson.

Los éxitos siguieron en 2014 y 2015 con victorias en las finales ante Dudi Sela y Marcos Baghdatis respectivamente. Tres títulos y dos finales en seis ediciones del torneo, ¿nada mal no? Favorito del público por sus triunfos y por ser local, en 2016 llegó una vez más a la definición por el título como vigente tricampeón, pero se topó con el australiano sensación del momento, Nick Kyrgios, que interrumpió una extensa racha ganadora en Atlanta de quince partidos ganados de manera consecutiva. Pero no ser campeón en SU certamen no duró mucho. Este domingo hizo honor a su favoritismo y recuperó el trofeo. Cuatro títulos y siete finales en ocho participaciones...

Exnúmero nueve del mundo, diez de sus doce títulos ATP los ganó en Estados Unidos, lo que confirma que se siente muy cómodo en su país y que no siente presión alguna. Si sumamos su triunfo en el Future F12 y sus tres Challengers, todos en USA, acumula 14 trofeos profesionales ganados en su país natal y solo dos fuera (Auckland 2010 y 2014). Pero vayamos más allá. Al igual que con sus títulos, pasa lo mismo con sus finales ATP. Alcanzó doce finales de las cuales diez las disputó en Estados Unidos, a excepción de París '16 y Belgrado '10. En dobles sus títulos son en su mayoría en suelo norteamericano: un Future, dos Challengers y dos ATP en USA, más Roma '11 y Shanghai '16.
Pero no es casualidad que su desempeño en el Estado de Georgia sea infalible. John Isner fue a la Universidad de Georgia entre 2003 y 2007. Durante sus años de estudiante en "Comunicación Oral", representó a dicha Universidad hasta ubicarla en lo más alto. Fue subcampeón de dobles en su primer año. Gracias a sus buenos resultados, la Universidad de Georgia fue subcampeona NCAA en 2006 y campeona universitaria en 2007. Durante 2006 y 2007, Isner solo perdió un partido entre singles y dobles representando a la UGA, siendo N°1 universitario durante gran parte de 2007, aunque terminó el año N°2 detrás de Somdev Devvarman (Universidad de Virginia). Causalidades.

Daniel Vitale Pizarro

24 julio 2017

Ayudó a la suerte

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Andrey Rublev era uno más de los derrotados en la última ronda de clasificación del ATP250 de Umag (Croacia). Su rival fue el 174° ATP, Attila Balazs. La suerte estuvo de su lado y gracias a la baja de Borna Coric por una lesión en su cuello, el joven ruso ingresó al cuadro principal del torneo como perdedor afortunado (LL). Y vaya si aprovechó el ingreso directo al certamen. Encadenó cinco triunfos en fila para ser campeón ATP por primera vez en su carrera con una victoria resonante en cuartos de final ante el campeón defensor Fabio Fognini (27°). La estrella #NextGen de 19 años será Top50 desde el lunes, su mejor posición histórica. Y dicen que tiene estirpe de Top10...

Campeón de Roland Garros junior y N°1 del mundo en la categoría (2014), Rublev siempre se destacó entre sus pares en las categorías menores. Compañero de ruta de Alexander Zverev, Karen Khachanov, Francis Tiafoe, Stefan Kozlov y Taylor Fritz, presente y futuro del circuito ATP, es parte de la fructífera camada 1996-98. Su debut como profesional fue muy joven, cuando aun era menor de edad en 2013, incluso antes de ser uno de los mejores juniors del mundo. Fue en un Future en Bulgaria y alcanzó los cuartos de final. Sus primeros dos puntos ATP los consiguió en su primera aparición en un certamen profesional. Su carrera prometía mucho a pesar de tener 15 años.

El debut ATP llegó luego de ser N°1 del mundo junior gracias a una invitación. El ATP250 Moscú, su ciudad natal, le dio una wildcard para el cuadro principal cuando era el 495° ATP. Sam Groth se encargó de eliminarlo en primera ronda 7/5 7/6, pero el resultado no era lo importante. Meses después llegó su primera victoria ATP en Delray Beach ante Dudi Sela (febrero 2015). El ruso quemaba etapas a gran velocidad y no parecía tener techo. En marzo debutó en Masters1000 y ganó su primer partido. Sorprendía que la presión del mundo del tenis no le molestara ni le impidiera seguir progresando. El mote del próximo Marat Safin es pesado y parecía no afectarle.

La fama mundial le llegó en el ATP500 Barcelona pero no precisamente por su buen juego. Aunque desplegó un gran tenis, sin tapujos a la hora de atacar y afrontar las situaciones complicadas del partido, los festejos inapropiados y una aparente falta de respeto hicieron que Fernando Verdasco tuviera palabras poco amigables para con la nueva cara del tenis ruso. El propio jugador respondió a los comentarios del español de esta forma: "Si lo hace Cristiano, ¿por qué no lo puedo hacer yo", en alusión a su actitud dentro de la pista en pleno partido. El español no fue el único que remarcó la mala actitud de Rublev, el argentino Renzo Olivo también lo sufrió.
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Lo cierto, más allá de sus reprochables actitudes, es que no volvió a tener inconvenientes dentro de una cancha de tenis después de esos episodios en 2015. El fuego interior del ruso lo hace un competidor insaciable que no controla sus emociones como debería. Pero eso no quita su facilidad para pegarle a la pelotita amarilla, su gran derecha y su actitud avasallante, sin importar el rival de enfrente. De maduración más lenta que su compañero de dobles en varias ocasiones en juniors (Zverev), Rublev crece a su ritmo. 2016 pasó sin pena ni gloria a nivel ATP pero si tuvo buenas actuaciones en el circuito Challenger que le permitieron no alejarse en el ranking.

Llegó 2017 y el ascenso fue meteórico. En Halle alcanzó sus primeros cuartos de final ATP e irrumpió en el Top100. En Wimbledon pasó la clasificación y avanzó una ronda, ambos partidos a cinco sets. La siguiente parada fue Umag, donde todos sabemos lo que pasó. En Croacia se convirtió en el séptimo jugador en ser campeón ATP siendo Lucky Loser (perdedor afortunado) y el quinto campeón debutante en 2017 junto a Sugita, Muller, Harrison y Coric. Los 250 puntos conseguidos lo catapultarán a la tercera posición en la "Carrera a Milán" que clasifica a los siete mejores Sub21 de la temporada al 'Masters #NextGen' (más un invitado), ranking que lidera Sascha Zverev.
Tito Vázquez escribió esto sobre Rublev hace unos años: "En San Luis de Potosí (2014), en el mundial de 16 años. Me pareció un proyecto interesante el #2 de Rusia, Andrey Rublev. Sin embargo, su performance fue la de un loco: en un momento comenzó a gritarle a la madre y le seguía gritando a medida que ella se alejaba de la tribuna e incluso a una distancia de 100 metros... Es obvio que mientras esto sucedía, el árbitro esperaba el silencio de su ira. En la cena del torneo, cuando todas las delegaciones son invitadas y comparten una noche disco con las chicas - más maduras que los chicos de la misma edad -, apareció vestido medio punk 'como al que no le importa nada'. Una personalidad típica de los rusos - el modelo Safin - el hacer lo que quiero, pero en el fondo con un fuego interior que no se sabe de donde viene...".

Andrey no se pone objetivos a corto plazo pero sí dar lo mejor de sí. Pondera sobre todas las cosas su evolución física en 2017 y todo lo que aun tiene por mejorar y aprender: "Intento ser más regular. Antes solía jugar sin un sentido, simplemente golpeando a la pelota. Ahora he comenzado a comprender, más o menos, dónde debo jugar, localizo las posiciones más idóneas. Esos detalles son muy importantes en el tenis", y remarcó lo rápido que pueden cambiar las cosas, para bien o para mal, en el tenis: "No pienso si tendré o no una buena temporada, y esta semana es el ejemplo. Perdí en la fase previa, algo negativo para mí, y ahora estoy aquí como campeón y todo es perfecto".

Daniel Vitale Pizarro

17 julio 2017

Eterno espíritu amateur

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Los aficionados al tenis sueñan con visitar Wimbledon. Los jugadores profesionales con jugar en el 'All England'. Los mejores del ranking anhelan ser campeones. Los campeones, volver a levantar el trofeo más prestigioso del mundo. Pete Sampras igualó en el año 2000 la cifra de siete Wimbledon ganados que ostentaba William Renshaw, que databa de 1889. Roger Federer se encargó de superar a ambos y estableció una nueva marca: ocho títulos en La Catedral del tenis. El más ganador en el lugar donde todos quieren ganar, el sitio donde comenzó todo. No hay certamen más importante en el tenis, no hay jugador más importante en el tenis...

La preparación de Federer para Wimbledon 2017 fue perfecta. Riesgosa pero perfecta. Campeón del Australian Open, Indian Wells y Miami, su físico necesitaba un descanso. Si el objetivo del año era Wimbledon, el polvo de ladrillo no era el lugar indicado para preparar un triunfo en Londres. La idea principal era disputar solamente Roland Garros antes de la gira sobre hierba pero junto a su equipo de trabajo (y por nivel estratosférico de Nadal en arcilla) decidieron saltearse toda la gira de tierra batida y darle prioridad al césped para disputar StuttgartHalle y Wimbledon. Pero no competir durante diez semanas era un riesgo luego de volver a la actividad en enero tras seis meses inactivo.
La inactividad le jugó en contra en Alemania. Impreciso y falto de ritmo, Tommy Haas lo venció en primera ronda de Stuttgart. Pero aunque parezca contradictorio, la derrota fue positiva para su físico. Campeón en Halle la semana posterior, de haber avanzado en Stuttgart hubiera llegado más cargado físicamente a Halle y menos descansado a Wimbledon. Suposiciones a un lado, el noveno trofeo en Halle colocó aun más a Federer como candidato para el tercer Grand Slam de la temporada. Su historia en el césped, su rápida adaptación y su excelso nivel mostrado en 2017 lo ubicaba como el favorito del público, de los especialistas y de las casas de apuestas para ganar en Inglaterra.

El cuadro era 'a priori' muy complicado. A medida que avanzaba, Roger se encargaba de desmentir las especulaciones. Mischa Zverev, Grigor Dimitrov, Milos Raonic, Tomas Berdych y Marin Cilic fueron los peligrosos rivales que sucumbieron ante "Su Majestad", todos en tres sets, ante la atónita mirada de los espectadores que esperaban partidos más cerrados. Incluso el propio Federer declaró luego de ganarle al búlgaro y al canadiense que esperaba partidos más complejos. El clímax de su tenis fue contra Raonic. Dos sets perfectos (tres errores no forzados) y un tiebreak para enmarcar sellaron su clasificación a semifinales.

Berdych fue el que más lo exigió. El resultado fue 7/6 7/6 6/4, a la altura de una semifinal de Grand Slam. Tomas jugó un gran partido que no pudo ganar solo por la genialidad de su rival en los momentos importantes (léase los tiebreaks). El mejor torneo del checo en los últimos doce meses no alcanzó para llegar a la final como en 2010 (victorias ante Federer y Djokovic). El suizo estaba en el último partido de Wimbledon por 11° vez en su carrera en 19 participaciones en el "All England and Crockett Club", a 23 días días de cumplir 36 años de edad. ¿Que más podía pedir? Ganar el título, claro. Y eso fue lo que sucedió.

Marin Cilic llegó a la definición sin derrotar a un Top10. El cuadro se abrió y lo aprovechó. Campeón en Queen's, era candidato a los rondas finales antes del comienzo del certamen pero lejos estaba de que alguien pronosticara que llegaría a la final. Comandado por Jonas Bjorkman, el croata llegaba a su segunda final de Grand Slam luego de ser campeón del US Open 2014 (en semifinales a Roger Federer). Precisamente ante el suizo sufrió la peor derrota de su carrera luego de estar 2-0 en sets y tener tres match points en la semifinal de Wimbledon 2016. Sin rencor pero seguramente con mucha memoria, era una revancha para el número seis ATP. Finalmente nada pudo hacer.
La final no fue épica ni mucho menos. El suizo dominó durante todo el encuentro, impuso su juego y se llevó el premio mayor. A Marin le quedó grande el partido. La instancia, el rival y el lugar, sumado a las ampollas que le impidieron correr con normalidad desde el segundo set, fueron demasiadas cosas contra las que tuvo que luchar para ser campeón por primera vez en Wimbledon. Incómodo y sin timeing, rompió a llorar a mitad del segundo set. "No lloré de dolor, lloré de impotencia por la situación general del partido", dijo luego de perder Cilic, que pidió asistencia médica en un par de ocasiones para tratar de aliviar el dolor en su pie y enfocarse en su tenis, algo que nunca sucedió.

El campeón, entre risas y lágrimas, elogió a su rival y se mostró orgulloso y feliz por el título: “Es mágico. No puedo creérmelo aún. Es demasiado. Es increíble poder conseguir estos límites. No estaba seguro si estaría de nuevo en una final después del pasado año, especialmente tras las duras derrotas con Djokovic en 2014 y 2015. Pero mantuve la fe y aquí estoy con el octavo título. Es fantástico. Mentiría si dijera que no estoy sorprendido por todo lo bien que me está yendo esta temporada, por lo increíblemente bien que me estoy encontrando. Estoy gratamente sorprendido por tantas cosas buenas que me están pasando”.
Roger Federer ganó el título y reescribió la historia del torneo y del tenis en general. Pero su festejo no era consecuente al logro. Fue cuestión de sentarse en su silla, mirar el palco, ver a su familia completa en la tribuna y quebrarse a llorar. Sus lágrimas de felicidad no cesaban mientras sus cuatro hijos miraban como su papá estaba haciendo historia. Leo y Lenny (3 años), incrédulos ante una multitud que vitoreaba a su padre; Myla y Charlene (8 años), algo acostumbradas (campeonas ellas de Wimbledon 2012) pero igual de asombradas, aplaudían como dos espectadores más del 'Court Central'. "La felicidad solo es real cuando se comparte", y Federer lo sabe hoy más que nunca.

Daniel Vitale Pizarro

03 julio 2017

Nishikori no está solo



Llega la semana previa de un Grand Slam y como es costumbre, los mejores del ranking deciden descansar para llegar al 100% a una de las cuatro citas más importantes del año. ATP250 con cuadros más accesibles que durante el resto del año, se disputó Eastbourne con Novak Djokovic en sus filas y Antalya con Dominic Thiem. Quizás por ser el césped una gira acotada o por nulos resultados previos, ambas estrellas del circuito decidieron disputar dichos torneos. El actual número cuatro del mundo fue campeón en Inglaterra y el octavo ATP fue sorprendido en primera ronda en Turquía por el 222° del mundo. Precisamente del torneo debut turco vamos a hablar.

Disputado sobre la paradisíaca costa de Belek, en la provincia de Antalya en Turquía, el nuevo certamen ATP hacía su debut en el circuito principal con un ATP250 sobre hierba en la víspera del Grand Slam más tradicional. Lamentablemente para el aforo la convocatoria fue escasa en calidad de jugadores con Thiem (8°) como único Top30. Verdasco, Ferrer y Baghdatis eran los únicos ex Top10 que disputaron el cuadro principal que lejos están hoy de ese nivel. Ninguno de los cuatro llegó a la final, solo el chipriota alcanzó semifinales. A la definición llegaron Yuichi Sugita y Adrian Mannarino, ambos sin títulos ATP en su haber.

El japonés había derrotado a Ferrer en segunda ronda y a Baghdatis en semifinales mientras que el francés había vencido a Verdasco en cuartos de final y a Seppi en semis. No era la final soñada por organizadores y espectadores para un torneo debut pero eran los dos mejores competidores de la semana. El campeón, debutante como el torneo, fue Yuichi Sugita 6/1 7/6, solido desde el fondo de la cancha que supo neutralizar el juego agresivo de su rival y sus embates característicos hacia la red. En su primera final ATP logró coronarse como el mejor luego de caer en primeras rondas en Hertogenbosch y Halle.

Pero sus buenas sensaciones en el césped no empezaron en Antalya unos dias atrás. Sugita inició la gira sobre pasto durante la segunda semana de competición de Roland Garros al caer en primera ronda en París en cinco sets ante Steve Johnson. Inscripto en el Challenger de Surbiton fue campeón con triunfos ante tres Top100, muestra de gran nivel del main draw. Caída prematura en Hertogenbosch ante Tipsarevic no impidió que pasara la clasificación en Halle y perdiera en el debut ante un tal Roger Federer. Campeón en Antalya, Sugita se convirtió en el primer jugador en ser campeón en un certamen en hierba a nivel Challenger y otro a nivel ATP en la misma temporada.
Top50 por primera vez en su carrera (44°), Yuichi Sugita es el tercer japonés en ser campeón ATP en la Era Abierta luego de Shuzo Matsuoka y Kei Nishokori, el mejor jugador asiático de la historia. A sus 28 años de edad, es el cuarto campeón debutante de la temporada 2017 junto a Gilles Muller, Borna Coric y Ryan Harrison. A pesar de ser profesional desde 2006, apenas tiene un puñado de partidos ganados a nivel ATP. Antes de disputar Wimbledon, en su ficha figuran 25 partidos ganados y 39 perdidos, sin victorias en Grand Slams en cuatro apariciones. A nivel Challenger su palmarés es bien distinto con nueve títulos en la categoría.

"Estoy muy feliz por ser el primer campeón de Antalya. Es el momento más emocionante de mi carrera. He ganado muchos títulos Futures y Challenger, pero nunca un gran torneo como éste. Es fantástico. No puedo creerlo". El japonés, asiduo jugador del circuito Challenger (9 títulos) se mostró contento y sorprendido por el título conseguido en tierras turcas por la poca experiencia ATP en su carrera. Muy buena imagen había dejado el nipón en Barcelona accediendo a sus segundos cuartos de final ATP desde la qualy pero lejos estaba de soñar con un título ATP sin siquiera haber alcanzado una semifinal en la máxima categoría del circuito.

Daniel Vitale Pizarro

26 junio 2017

Mejor más viejo



Treinta y siete torneos se han disputado en lo que va del año y diecinueve de ellos los ganó un tenista que ya cumplió 30 años. El ranking refleja algo similar con cinco Top10 en ese rango de edad y cuarenta y dos Top100. Inaudito pero real, el tenis se está volviendo viejo... pero bueno. Las nuevas camadas asoman pero se quedan en eso, no logran dar el salto para destronar a los monarcas del tenis actual que dominan desde hace aproximadamente una década. Esta semana fue una muestra de ello. En plena gira sobre hierba, los campeones de los ATP Queens y Halle sumaron setenta años entre ambos y con un nivel que nadie hubiera presagiado a su edad.

Roger Federer se olvidó rápidamente de su traspié en Stuttgart la semana pasada ante Tommy Haas y dejó bien en claro sus aspiraciones de cara a Wimbledon. Sin ceder sets se llevó el título de campeón arrasando a sus rivales. En la final pasó por arriba a Alexander Zverev (12° ATP, 10° la semana anterior), su verdugo doce meses atrás en semifinales. Todo bien hizo el helvético en tierras alemanas esta semana para firmar un 6/1 6/3 casi sin transpirar, como en sus mejores jóvenes años (2017 es uno de sus mejores años). Servicios, voleas, drives, reveses, todo, su tenis agresivo fluyó. No dejó jugar a su rival, que poco pudo hacer ante semejante nivel enfrente.

ATP500 desde 2015, Halle tiene el privilegio de tener en sus canchas a Roger Federer casi todas las temporadas desde que se hizo profesional y tuvo el ranking para disputarlo. Campeón en nueve ocasiones y finalista once veces, nunca perdió antes de cuartos de final, lejos el torneo en el cual mejor rendimiento tiene el suizo. Incluso en la temporada que ganó solo un título ATP (2013), ese trofeo lo levantó en Halle. Cercano a su hogar y con una calle que lleva su nombre, Halle es su segunda casa tenística, el lugar perfecto para prepararse para Wimbledon, el objetivo principal del año, una de las cosas por las que sigue empuñando una raqueta a sus casi 36 años.

Seis torneos lleva disputados Roger en 2017 y "apenas" fue campeón en cuatro de ellos: Australian Open, Indian Wells, Miami y Halle. En los otros dos perdió en el debut (Dubai y Stuttgart). El récord de la temporada lo comparte con Rafael Nadal con la misma cantidad de torneos ganados, incluso la misma categoría de los mismos con un Grand Slam, dos M1000 y un ATP500. El tiempo no pasa para ellos y siguen dominando como hace más de diez años atrás. Nadie hubiera imaginado, ni el más fanático de ambos, que diez, once u doce años después, los campeones de los torneos más importantes se repetirían y que seguirían dominando el circuito. Privilegiados todos.
Halle es el 92° título ATP de Roger Federer en su extensa y laureada carrera, solo dos menos que Ivan Lendl (94), segundo en la lista de los más ganadores de la Era Abierta. El 16° en césped, cómodo líder en este rubro superando por seis cetros a Pete Sampras. En cuanto a finales, es la 140 de Federer y es el único tenista que ostenta diez o más finales en cuatro torneos diferentes (Basilea 12, Halle 11, Wimbledon y el Masters 10). Si hilamos más fino, esta definición fue la cuarta ganada consecutiva, algo que no lograba desde 2012, su último gran año en el cual ganó su último Wimbledon y volvió al N°1 del mundo. ¿Presagio?

“No sé si volveré a ganar otra vez este torneo, así que quiero disfrutarlo. Voy a tomarme un par de días de descanso y luego comenzaré a entrenar en Wimbledon. Veré en qué condiciones se juega este año y esperaré a que se haga el sorteo del cuadro, entonces miraré los días en que juego e iré tomando decisiones día a día. Es bastante simple", declaraciones de un tipo que lo ganó todo pero que lo toma como algo normal, como vos en un torneo en el club... "Ganar una vez más Wimbledon es mucho decir, sería muy agradable, sobre todo por mi familia, mi equipo, mis fans, mi país, todo. La victoria haría que todo se proyectara más allá del propio registro o la estadística, porque lo realmente importante sería el efecto que tendría en las personas y no tanto en los libros de historia”.

El otro veterano del que hablamos al principio que también fue protagonista esta semana se llama Feliciano Lopez. A la misma edad que Federer y con carreras totalmente disimiles, el español se coronó en Queen's luego de caer la semana pasada en la final de Stuttgart. Las mejores semanas de su carrera, sobre todo por la última en Londres. Lean los rivales que tuvo que sortear: Wawrinka, Chardy, Berdych, Dimitrov y Cilic, uno detrás del otro en el mismo torneo. Feliciano se recibió de jugador de tenis de elite con casi 36 años y más presente que nunca. Top25 nuevamente, nadie querrá tenerlo enfrente en Wimbledon.

Lastimó con su servicio, con su slice y con su volea. Un jugador que podría jugar en cualquier época del tenis, triunfa en la actual en el más alto nivel y en la superficie más tradicional. Nunca campeón en un ATP500 lo logró en 2017 y de que manera. Sexto título para el toledano en su 17° final ATP, segunda en Queen's. Justamente en 2014 había cedido en el último partido ante Dimitrov al que pudo vencer en semifinales este año. De sus seis trofeos, tres son en hierba, más dos finales perdidas, un especialista. "Feli" despierta en una temporada magra en cuanto a resultados con pocos partidos ganados, pero en el césped Feliciano se hizo fuerte y volvió al triunfo. Semanas de ensueño.

Feliz, Feliciano Lopez expresó sus sentimientos en conferencia de prensa: "Diría que ésta es la mejor semana de mi carrera. Siento que estoy jugando mi mejor tenis. Resulta difícil creer que a los 35 años lo estoy haciendo, pero es la verdad. Ganar este torneo en esta etapa de mi carrera es algo increíble. Llevo esperando 15-16 años para ganar este título. Queen's es el mejor torneo del circuito fuera de los Grand Slams. La atmósfera que se siente aquí, la tradición que tiene, los jugadores que lo han ganado otros años... para mí, estar aquí sosteniendo este trofeo es la mejor sensación que podría tener. Esto me va a dar mucha energía para el resto de la temporada".

Daniel Vitale Pizarro

12 junio 2017

CHAMP10N



Roger Federer: “No habría tenido ninguna posibilidad contra Rafa este domingo, no con mi nivel actual de tenis sobre polvo de ladrillo. Ya avisé que Rafa iba a aplastar durante la temporada de tierra".
Guillermo Vilas: "Esta cantidad de triunfos supera lo humanamente posible. Cuando hay alguien que juega así es lógico que haga cosas que no son normales. Deberían crear a alguien que pueda ganarle en tierra batida (risas). Es imposible que pueda perder".
Bjorn Borg: "Nunca he visto a nadie jugar tan bien una final en París. Es el mejor jugador sobre tierra de la historia. Nadie creía que sería capaz de volver así después de tantas lesiones durante algunos años, es increíble. No se puede jugar un tenis más perfecto. Seria imposible. Estoy muy impresionado. Tiene 31 años y sigue mejorando, sobre todo ha mejorado su revés, siendo mejor con los años. Soy consciente de lo duro que ha estado practicando, trabajando ese revés siete-ocho horas al día. No tiene debilidades y para él cada pelota es un punto de partido. Eso es lo que me gusta de Nadal. Quien juega contra él es consciente que siempre dará un 110% y nunca se entregará".
Brad Gilbert: "Ambos me parecen algo escandalosos, pero los 10 Roland Garros de Nadal son más impresionantes que los 18 Grand Slams de Federer".

Su rival de toda la vida, dos de los mejores sobre arcilla de la historia y una referencia dentro y fuera de la cancha como jugador, entrenador y comentarista. Voces autorizadas del deporte de la raqueta que se desarman en elogios para el mejor jugador sobre arcilla de la historia. Nunca nadie ganó nueve veces un mismo torneo y Rafael Nadal obtuvo diez títulos en Monte Carlo, en Barcelona y en Roland Garros. Historia viva. 31 años, número dos del mundo y el mejor del año, el español perdió solo ante cuatro jugadores en 2017: tres veces ante Federer, una contra Raonic, otra frente a Querrey y la restante con Thiem. Ningún otro pudo doblegarlo en 51 partidos que disputó...

En Roland Garros 2017 arrolló a sus rivales. Como en sus mejores años, "Rafa" casi no tuvo inconvenientes durante los catorce días que duró el torneo, sin ceder sets, al igual que 2008 y 2010. Tres años sin perder siquiera un parcial en siete partidos, mismo récord que ostentaba en soledad Bjorn Borg. La supremacía de Nadal en París a lo largo de los años es inexplicable. Debutó en 2005 como campeón y recién fue derrotado en 2009 (Soderling). Luego encadenó cinco trofeos hasta caer en 2015 (Djokovic) y abandonar en pleno torneo por lesión en 2016. Pero en 2017 todo volvería a la normalidad, como si el tiempo no hubiera pasado.

El golpe del torneo

Doce años después de haber ganado su primer Roland Garros, ganó el décimo. Diez títulos en trece presentaciones, con tan solo dos derrotas en cancha. Extraterrestre. En el máximo nivel del tenis, en el torneo de arcilla más tradicional e importante del mundo, una persona monopolizó (monopoliza) las victorias durante más de una década. El balear hace rato que dejó de ser el jugador defensivo que fue cuando irrumpió en el circuito, su tenis evolucionó, sus golpes lastiman y su derecha marca el ritmo de los partidos. La mejora esta temporada es el revés, el golpe técnicamente más limpio que tiene le está dando frutos como nunca antes y la culpa en gran parte es de Carlos Moyá.

La entrega de premios en la Phillipe Chatrier fue atípica. Y no es para menos. Roy Emerson (12 Grand Slams, leyenda viva) fue el encargado de entregar el trofeo original y Toni Nadal el elegido para la replica que se lleva a su hogar el campeón. Emoción completa. El abrazo de ambos quedará para el recuerdo de todos, al unísono con los aplausos y el griterío del estadio que de pie vitoreaba a su ídolo. De esto se hablará hoy, mañana, en décadas... Es algo fuera de lo común, un logro que ni los soñadores más ambiciosos imaginan y nosotros tuvimos el privilegio de verlo, y unos cuantos de presenciarlo dentro del estadio. Envidia sana (?)

Toni, Stan, Rafa y Roy, cuarteto de lujo

"Charly", primer español N°1 del mundo, quedará al mando del balear desde 2018 tras el alejamiento de "Toni" a fin de temporada luego de toda una vida al lado de su sobrino. Acompañado por Francis Roig, serán los encargados de comandar la carrera de Rafael durante esta etapa. Será raro no ver en las gradas al tío "Toni", nervioso, dando indicaciones a su pupilo bajo una gorra publicitada, pero nos tendremos que acostumbrar. Por eso, el homenaje de la organización para el artífice de la bestia de Manacor fue merecido. Ajeno a los flashes, el Tío-Entrenador aceptó participar de la ceremonia pero sin quitarle protagonista al real anfitrión, fiel a sus principios.

"Diez veces he podido sentir la magia de Roland Garros. Estoy muy feliz. La adrenalina que siento aquí, no la siento en ningún otro lado. Sólo puedo dar las gracias por el apoyo. Puedo ganar en todos los torneos, pero aquí, en París, es distinto. Después de un tiempo difícil para mí por las lesiones, me siento genial de poder ganar este título de nuevo. He trabajado duro para llegar hasta aquí", Rafael Nadal luego de lo impensado una década atrás. Hoy puede decir que ni siquiera las lesiones pueden evitar su éxito en Roland Garros, lesiones que lo han marginado del circuito una cantidad de veces anormal para un tenista profesional promedio. Así y todo sus números son escandalosos. Mito.

Daniel Vitale Pizarro

29 mayo 2017

Vieja guardia

Los jóvenes irrumpen en el circuito, dan batacazos, pero el tenis lo siguen dominando los mayores de treinta años. Impensado un lustro atrás, la media de edad del Top100 es cada vez mayor y queda demostrado cada fin de semana. En la previa de Roland Garros, las finales de Lyon y Ginebra promediaron unos jóvenes 31 años entre los cuatro finalistas. Tsonga (32) vs Berdych (31) y Wawrinka (32) vs Zverev (29). Protagonistas de la última década (a excepción de Mischa), se mantienen en la elite gracias a su alto nivel, su salud física y mental y porque las siguientes generaciones no estuvieron a la altura para destronarlos.

El ATP250 de Lyon volvió a formar parte del calendario ATP pero en otra superficie y fecha. La arcilla albergó el evento francés al que llegaron a la final un local y un checo. Jo Wilfried Tsonga derrotó a Tomas Berdych y logró algo que nunca había conseguido: tres títulos antes de Roland Garros. Es más, solo en 2009 había levantado tres trofeos en la misma temporada y en 2017 lo hizo con 32 años y siendo el 11° ATP, lejos del Top5 que supo ser. Seis son los torneos que se disputan actualmente en territorio francés: "Jo" fue campeón en cuatro de ellos al menos una vez (Metz, París, Marsella y Lyon) y semifinalista en los restantes, Montpellier y Roland Garros.
A la final de Lyon llegó con récord negativo ante Berdych (4-8) pero positivo en finales (14-11), más aun en su país (7-3). La victoria fue 7/6 7/5 en casi dos horas de partido para unirse a Roger Federer, Rafael Nadal y Alexander Zverev como los únicos cuatro tenistas que ganaron tres trofeos esta temporada. Los 250 puntos conseguidos en Francia lo depositaron octavo en la "Carrera a Londres" y al borde del Top10, asiduo concurrente desde 2008. Es la primera final que disputó Tsonga en arcilla como profesional luego de 25 definiciones ATP en superficies duras o en pasto, y logró el trofeo a pesar de su escasa experiencia y ante un rival que ya sabe lo que es ganar en polvo de ladrillo.

La otra cita antes del segundo Grand Slam de la temporada fue en Ginebra (Suiza) y el título también quedó en manos de un local, en este caso por segundo año consecutivo. Stan Wawrinka retuvo el trofeo de campeón al vencer a Mischa Zverev 4/6 6/3 6/3. Fue el primer título del 2017 para el
N°3 del mundo, primero desde el US Open 2016, una sequía prolongada para un jugador de la talla de Stan. El suizo cosechó el 16° trofeo ATP en 27 definiciones, la segunda del año (Indian Wells). Campeón de Roland Garros 2015 y tres veces campeón de Grand Slam, no tuvo una buena gira sobre ladrillo pero eligió el momento justo para remontar y llegar de la mejor manera a París.
El suizo destacó el triunfo en su país, principalmente por una presencia estelar en el estadio: "Estoy muy feliz de ganar mi segundo título en Ginebra. Significa mucho para mí vencer en casa. Esta es la primera vez que mi hija está en el estadio cuando gano un título. Por esto lo hace aún más especial. Ha sido un partido muy complicado ya que Mischa ha estado jugando muy bien durante toda la semana y me puso en serios apuros al comienzo del partido. Comencé a jugar mi tenis en el segundo set y pude remontar el partido". "Stan The Man" se ubica quinto en la "Carrera a Londres" gracias a la semifinal del Australian Open, la final en Indian Wells y el título en Ginebra.

Del otro lado de la red, el alemán Mischa Zverev está viviendo un año de ensueño y raro a la vez. Cuartofinalista en el Australian Open venciendo al N°1 del mundo (Andy Murray), 30° ATP en febrero (31° actualmente) y finalista en Ginebra, está en el mejor momento de su carrera. Aunque en el medio de esos resonantes resultados solo ganó dos encuentros y cayó en otros... DOCE. En Suiza disputó la clasificación y alcanzó la final con victoria incluida ante Kei Nishikori (9°) en semifinales. Aun con más partidos perdidos que ganados a nivel ATP (92-139), dejó en el recuerdo su primera final ATP en Metz 2010 cuando oscilaba el Top200 del ranking ATP. Hoy vive otra realidad.

Daniel Vitale Pizarro