Marin Cilic es un caso especial dentro del circuito ATP. Dotado de un tenis excelso, de golpes ampulosos y potentes, ha logrado tanto grandes triunfos y como grandes derrotas. Irregular, el croata fue campeón del US Open 2014 sin haber siquiera ganado un ATP500. Tres años después triunfó en un Masters1000 y a fin de 2017 completó su palmares al ganar un ATP500. Esta temporada no había encadenado tres partidos ganados de forma consecutiva en los ocho torneos que disputó con apenas una semifinal ATP en Acapulco (WO en cuartos de final). Pero en Estambul ordenó su juego y apabulló a sus rivales ronda tras ronda.
Los dos Top10 del certamen alcanzaron la final. Milos Raonic (6°) y Marin Cilic (8°) animaron y jerarquizaron la final del ATP250 turco. En muchos torneos de esta categoría no se inscriben siquiera un Top10 y en Estambul ambos llegaron al partido final. Es apenas la cuarta final ATP de 2017 en la que se enfrentan dos Top10. Los organizadores y el público, infinitamente agradecidos. El primer set fue parejo y se decidió en el tiebreak en el cual salió airoso el campeón de Grand Slam. El segundo set lo dominó Cilic a su gusto para cerrar el encuentro 7/6 6/3 y levantar su 17° trofeo, al menos uno por año desde 2008. Regular en su irregularidad.
"Estoy en buena carrera y me siento muy bien. En estas últimas tres o cuatro semanas en arcilla, nunca es fácil, pero estoy tratando de mejorar con cada partido. Esta semana es una buena señal para lo que sigue en polvo de ladrillo. Espero poder mejorar en estos próximos tres torneos, dos Masters1000 y Roland Garros”, fueron las palabras realistas del campeón que espera que el triunfo en Turquía le sirva para alimentar su confianza y encarar la parte más importante e intensa de la gira de tierra batida de la mejor manera posible. Estambul fue su segunda copa obtenida en arcilla tras la conseguida en Umag 2012.
El canadiense transita un año diferente. Aquejado por las lesiones, solo disputó cinco torneos en 2017 y en dos de ellos no se presentó a disputar el encuentro. El más resonante fue la final de Delray Beach tras vencer a Del Potro en semifinales; el otro fue la segunda ronda de Miami. En los demás certámenes disputados antes de la final en Estambul cayó en semifinales de Brisbane (venció a Nadal en cuartos de final) ante el a la postre campeón Grigor Dimitrov y en cuartos de final del Australian Open ante Rafael Nadal (finalista). Milos necesita acumular unidades en la superficie naranja porque defiende finales de Queen's y Wimbledon apenas termine Roland Garros.
La vuelta al circuito de Raonic fue más que positiva. Sin jugar desde febrero por un desgarro en el isquiotibial de su pierna derecha, volvió en plena gira de arcilla, la que menos beneficia a su estilo de juego y llegó a la final, su primera en la superficie más lenta del mundo. 21° final ATP para el nacido en serbia (8-13) y segunda del año (0-2). Alejado de Ljubicic hace un par de temporadas eligió seguir ligado a la Academia de Ricciardo Piatti pero en compañía este año de Richard Krajicek, campeón de Wimbledon 1996 y N°4 del mundo. El fruto del trabajo mancomunado entre ambos podrá ser evaluado cuando las lesiones del jugador no le impidan jugar con normalidad.
Fue una semana especial para Marin Cilic porque el viernes llegó a la victoria ATP N°400 en su carrera, el 78° jugador en la Era Abierta en lograr esa suma y tercer croata en conseguirlo detrás de Ivan Ljubicic (429) y Goran Ivanisevic (599). La final significó la 28° como profesional (17-11) y la sexta en arcilla (2-4). El título le permitió subir un puesto en el ranking ATP y volver al 7° lugar, debajo de su mejor posición alcanzada hace unos meses atrás (6°), en noviembre del 2016. A pesar de haber vencido a un Top10 en la final, su récord frente al selecto grupo sigue siendo negativo (27-64).
Daniel Vitale Pizarro