El "Rey del polvo" y el "Rey David"
El ATP250 de San Pablo (Brasil), segundo torneo de la gira latinoamericana, será recordado, por desgracia para el país y organizadores, como uno de los peores torneos del año, ya sea por el estado de las canchas, la calidad de las pelotas, las goteras, pozos o hasta por la aburrida final que disputaron Nadal (5°) y Nalbandian (93°). El nivel demostrado en partidos anteriores (más aun el argentino), prometía y mucho pero no pudieron reflejarlo en el encuentro decisivo. Una lástima para los aficionados al tenis que coparon las gradas del estadio "Ibirapuera", sobre todo cuando se presentó Nadal, que fue ovacionado más que los jugadores locales. Brasil, manos a la obra.
"El Rey del polvo", más complicado que en Viña del Mar para llegar a la final, tuvo compromisos complejos ante Berlocq en cuartos de final y contra Alund en semifinal (en ambos partidos perdió un set). A pesar que su nivel no se parece en nada al del Roland Garros pasado, claramente era el favorito del torneo y de la gente. Del otro lado de la red, el "Rey David", que no disputaba un torneo desde agosto del año pasado. Había superado en cuartos de final a Nicolás Almagro (11° del mundo y campeón defensor) con jerarquía y superioridad y a Simone Bolelli en semifinales, para llegar con ritmo de juego y buen nivel de tenis durante toda la semana a su 25° final ATP.
El enojo por no rendir como durante la semana
El argentino sabía que "Rafa" había caído en la final de Viña del Mar contra Zeballos y que había perdido sets ante Berlocq y Alund, jugadores inferiores. Todo eso hizo creer que iba a ser una final entretenida y pareja. No fue así. Salvo en el comienzo del segundo set (Nalbandian 3-0 con dos quiebras), durante todo el partido dominó a su gusto el nacido en Mallorca. En un partido malo, con errores de ambos lados de la red pero principalmente con un Nalbandian desconocido, Nadal alzó su 51° corona, 36° sobre polvo de ladrillo, con un contundente 6/2 6/3. Si, seis games consecutivos hiló el balear para llevarse el partido, con ayuda (no poca) de su rival.
Viña del Mar ya quedó atrás
Nadal, que volvió al circuito la semana pasada en Chile, levantó un trofeo luego de su triunfo en Roland Garros 2012. Cortó una sequía de casi ocho meses sin triunfos, ganando al menos un título por año desde 2004, cuando se adjudicó el torneo de Sopot. Nalbandian, pese a su derrota, alcanzó una marca para nada despreciable. Llegó al menos a una final ATP durante los últimos trece años, racha que inició perdiendo en Palermo 2001. Acapulco 2008 fue la última final en arcilla para el nacido en Unquillo (Córdoba) y desde Washington 2010 no triunfa en un partido por el trofeo. Acumula tres finales perdidas consecutivas (Auckland 2011, Queen's 2012 -descalificado- y San Pablo 2012). De las catorce derrotas en finales, curiosamente en dos perdió sin terminar el partido. No se presentó en Basilea 2003 ante Coria por lesión y fue descalificado en Queen's 2012 versus Cilic, luego del incidente con un juez de línea.
Si nos abstraemos del juego en sí, el torneo brasilero (país que en 2014 contará con un ATP500) dejó mucho que desear. La principal falencia según los jugadores fueron las condiciones de la cancha y las pelotas. La superficie, más rápida de lo habitual por el tipo de polvo y por ser "indoor", trajo quejas de los especialistas en tierra batida. Varios flejes "levantados", piques irregulares (se clausuró la segunda cancha en importancia por los desperfectos), goteras por las intensas lluvias y pelotas que perdían pelo y se volvían más rápidas e "incontrolables". Un cóctel que explotó en varias conferencias de prensa, con palabras poco felices para los organizadores y para la ATP y compañía, incluso Toni Nadal llamó a la entidad madre del tenis para quejarse por las condiciones del torneo en general. Nadal campeón pero pésimo torneo, "una de cal y otra de arena" para el Brasil Open 2013.
Daniel Vitale Pizarro