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24 junio 2019

¿Veterano?


La gira sobre césped es la más especial de la temporada. Desde 2015, la cantidad de torneos fue en aumento y por ende empezó a ocupar algo más de protagonismo en el calendario ATP. Hoy son ocho los certámenes sobre hierba a lo largo de seis semanas consecutivas y en cinco países diferentes. En esa superficie nació el tenis y como todo lo que escasea, tiene mayor valor, más aun si allí empezó todo hace más de 150 años. De ese escueto calendario verde, sobresale Wimbledon y el ATP500 Queen's, el pintoresco torneo de la reina, repleto de historia y de grandes campeones, con un estadio principal de los más bonitos del mundo del deporte. La edición 2019 no iba a ser una más para los organizadores porque representaba la vuelta al circuito profesional de Andy Murray. 

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A pesar de no disputar el singles, Andy era el jugador estrella del certamen. Campeón cinco veces en Queen's (récord), volvía al ruedo cinco meses después de la operación de su cadera derecha, una cirugía delicada por la que aun no se sabe si podrá volver a disputar un torneo de singles sin dolor y a buen nivel. Murray decidió probar cómo respondía su prótesis de metal en dobles junto a Feliciano Lopez en el torneo que más veces fue campeón. Y mal no le fue. En su primer contacto con el tenis profesional, logró el título y algo aun más importante, no sentir dolor al disputar los partidos, sin lugar a dudas el premio mayor.


"Me encuentro genial. Esta mañana estaba algo rígido, quizá por la tensión acumulada ayer. Lo más positivo para mí es que siento que he perdido el miedo. Empecé la semana con algo de precaución en los desplazamientos, pero al ver que no sentía molestias he podido moverme con velocidad e ir a por pelotas que no pensé que podría volver a alcanzar. He podido jugar sin pensar nada en mi cadera y el hecho de haberme tirado por el suelo y hacer movimientos bruscos y no haber sentido dolor, supone una excelente noticia para mí", declaraba en conferencia de prensa el escocés, muy contento por lo vivido en la semana y por la victoria de su compañero y amigo.
A pesar de ser Murray la atracción principal, un zurdo español con un tenis de otra época se robó el protagonismo. Feliciano Lopez logró lo impensado por muchos, incluso por él mismo: ser campeón en singles y en dobles. Seis veces campeón en el tour principal (tres en hierba), nadie dudaba de su calidad ni de su gran adaptabilidad al pasto, pero sus resultados en 2019 (3-8) y su actual ranking (113º) no auguraban ni por asomo esas victorias. De los ocho partidos que disputó entre ambas modalidades, batió a cuatro preclasificados, finalizó cinco encuentros el fin de semana, definió seis en el tercer set y los cuatro singles se extendieron por más de dos horas cada uno, una verdadera maratón tenistica para un "joven" que cumplirá 38 años en septiembre.
"Deliciano", como lo llamó Judy Murray al confesarse una fan de su juego, se mostró tan alegre como sorprendido: "Pensaba que el mejor momento de mi carrera fue cuando gané la final aquí, en el año 2017, pero no, el mejor momento de mi carrera es este. La vida te da sorpresas como ésta y hoy toca disfrutar al máximo porque no me lo esperaba para nada, con casi 38 años. Tengo muchos sentimientos acumulados por el año que llevaba, pero esta semana no ha habido ningún pero. He jugado muy bien, he aguantado físicamente partidos durísimos tanto en individuales como en dobles. Hay veces que hay cosas que están destinadas para tí y tú haces todo para que eso se haga posible. Ningún guionista hubiera pronosticado lo que me ha ocurrido esta semana"
Director del Masters1000 Madrid desde 2019, Feliciano no iba a resistir, con 38 años, otra temporada como la actual en 2020, por lo que la prensa y sus allegados ya miraban a "Feli" más como Director de tenis que como jugador para el año siguiente. Pero nunca está dicha la última palabra cuando se trata de jugadores con tanta calidad y tan diferentes al resto. Dueño de un juego casi extinto basado en el saque, la volea y el slice, un combo de golpes que domina como ningún otro Top100, el toledano de treinta y siete años y nueve meses vivió la mejor semana de su carrera en su torneo preferido sobre la superficie que más alegrías le dio


Porque "Feli Lopez" es de esos jugadores que escasean en el circuito, con una velocidad de bola inferior a la media profesional pero una calidad superior. Su servicio, su volea y su slice recuerdan a los años setenta/ochenta, donde el slice en los tiros primaba por sobre el top spin, una época en la que los jugadores de saque-volea como el español, eran mayoría. Los años pasaron, el marketing creció a niveles impensados, la tecnología permitió golpear la pelota más fuerte con menos esfuerzo, las superficies comenzaron a ser más similares entre sí y por ende, los especialistas empezaron a desaparecer, dejando lugar solo a los jugadores fuertes desde el fondo de la cancha. En un tenis puramente físico, potente y monótono, "Deliciano" supo destacarse siendo totalmente diferente al resto.

Daniel Vitale Pizarro

21 noviembre 2016

¿La Era Murray?



Desde que el tenis es profesional (1968), nunca el uno y el dos del mundo disputaron el primer puesto del ranking mundial en el último partido del año, la final del Masters. Andy Murray, flamante número uno por escasos puntos, defendía su posición de privilegio ante el antiguo monarca, en un partido a todo o nada. El campeón tenía premio doble: el mejor de los mejores ocho del año y el N°1 de la temporada 2016. La final soñada por espectadores, patrocinadores y organizadores del torneo. En un ambiente único como el que ofrece la "Arena O2" de Londres, Murray y Djokovic se enfrentaban por 35° vez en su carrera.

El escocés llegaba a la final del Masters con un invicto de 23 partidos ganados en torneos consecutivos, su mejor marca histórica. Ocho títulos y cuatro finales en dieciséis torneos disputados era el palmarés del británico, una locura tenística. El serbio, número dos del mundo, arribaba a la definición con un prontuario anual similar: siete títulos ATP más dos finales perdidas, pero con un Grand Slam y un Masters1000 más que su rival. Dueños ambos de cada semestre, el duelo era interesante por donde se lo mire. Encima, el mejor del momento llegaba más cansado, lo que emparejaba el duelo y le ponía intriga al resultado final.

Pero todo quedó en la previa. La versión de Novak estuvo muy lejos de su habitual nivel. Sin ser el del primer semestre, se las había arreglado para alcanzar la final y para aniquilar a Nishikori en semifinales, lo que auguraba una batalla por el trofeo de Maestros. Errático, desconcentrado, sin velocidad de piernas ni explosión en sus tiros, cedió 6/3 6/4 sin oponer, a los ojos del espectador, la resistencia habitual. Un mal día tiene cualquiera y ese mal día fue justo en esta final. Tenso, con tiros cortos, Djokovic pareció padecer la final en vez de disfrutarla. El sexto título en Londres y la paridad con Federer deberá esperar.

Su rival tampoco brilló. Errores no habituales mantenían el partido parejo pero la actitud de Andy era diferente. Puño apretado en los momentos importantes, concentrado y con menos errores no forzados, llevó siempre las riendas del encuentro hasta sellarlo con su servicio. Ganó el que falló menos, y eso fue Andy Murray. Partidos como estos hay miles, en los que entran en juego otras cualidades por sobre las tenisticas, y esa batalla la ganó el nacido en Escocia hace 29 años. La mentalidad, una vez más protagonista en una final, el atributo más importante para un deporte individual. "Mente superior domina mente inferior".

Novak Djokovic describe el partido para los que no pudieron verlo en vivo: “Esperaba jugar a un gran nivel hoy, sabía que él no estaría cansado. Simplemente jugué mal, no fue mi día. Cada día es diferente y hoy fue uno de esos en los que no he sentido la bola. Cometí muchísimos errores y ante este tipo de tenistas hay que ofrecer una versión superior y hoy no estuve cerca de eso. Me faltó esa chispa para jugar los puntos importes, quizá igual que en los últimos meses. Cada vez que tuve una buena oportunidad la perdí, cometí demasiados errores no forzados. No he tenido ninguna oportunidad seria de ganar, él ha sido el mejor jugador. Enhorabuena a Andy por mantener esa fortaleza mental durante todo el encuentro, siempre jugando con los tiros adecuados".

Rebosante de alegría por el objetivo cumplido y la satisfacción de quedar en la historia del deporte, "Andrew"no ubicó esta victoria como la mejor del año: "Ha sido un día muy especial. Sentía que jugaba más por el N°1 que por el torneo. En las últimas semanas no paré de recibir mensajes de la prensa, mis amigos... hablándome de que tenía que ganar muchos partidos para conseguir el número uno. Estoy muy contento de acabar el año en lo más alto del ranking, esto es algo que nunca me esperaba. A pesar de todo, la victoria ante Del Potro en los Juegos fue la que más satisfacción me dio, la más especial".

El título de Murray es el primero en el Masters, torneo que se le negaba desde su debut en 2008. En total acumula 44 trofeos ATP, nueve conseguidos esta temporada, por lejos cantidad la más caudalosa de su carrera. 26° número uno en la historia del profesionalismo y 17° diferente que finaliza un año calendario en esa posición. Y mirá lo que son las coincidencias que su hermano, Jamie Murray, finalizó 2016 como N°1 del mundo en dobles. Judy Murray tiene motivos más que suficientes para festejar las fiestas. Los deseos de fin de año se le cumplieron antes de haberlos pedido. La familia Murray es la dueña del tenis masculino.

Daniel Vitale Pizarro

07 noviembre 2016

El último del #Big4



El 2015 sin precedentes de Novak Djokovic lo obligaba al serbio a no fallar en sus defensa de títulos para mantener la posición de privilegio. Sin margen de error y con Murray arrasando desde su título en Wimbledon, el número uno estaba en peligro. A pesar de depender de si mismo, Novak no era el del primer semestre y a diferencia de la temporada pasada, caía en algunos encuentros decisivos contra rivales de menor fuste. Querrey en Wimbledon y Bautista Agut en Shanghai fue la antesala de la derrota ante Cilic en cuartos de final en Paris (primera vez en su carrera en diez enfrentamientos) para dejarle el camino allanado al británico hacia la cima del ranking ATP.

Andy Murray tuvo un año fantástico y desde Wimbledon solo perdió un puñado de partidos. Finalista en tres de los cuatro Grand Slams, no le alcanzaba para liderar el ranking porque Djokovic lo derrotó en las finales de Australian Open y Roland Garros. El partido de cuartos de final ante Berdych fue el último peldaño que sorteó para acceder a la cúspide ya que Raonic no se presentó en la semifinal lo que le propició ser el N°1 del mundo. Para dejar bien claro que no era el mejor de casualidad, se coronó en Paris Bercy en la final ante la sorpresa del torneo, Jhon Isner, que cayó por tercera vez en su carrera en una final de Masters1000.

Septiembre de 2014. Andy Murray era el doce del mundo, su peor posición desde 2008. Su operación en la espalda lo sacó del circuito por varios meses y el retorno no fue fácil. Alcanzó con lo justo la octava posición del ranking para disputar el Masters 2015, pero quedó solo en eso (round robin). El año siguiente era el de la transición y la vuelta a los primeros planos, pero de a poco. Ascendió en el escalafón hasta llegar, otra vez, a la segunda posición ATP. Desde ese momento hasta hoy, solo perdió el segundo puesto una semana a manos de Roger Federer, antes de su parate tras Wimbledon. Paris, la ciudad luz, lo despertó del sueño. Se hizo realidad. El N°1 es Andy Murray.

Roma, Queens, Wimbledon, los JJOO, Beijing, Shanghai, Viena y Paris, los títulos del flamante número uno del mundo en 2016. Finalista en el Australian Open, Madrid, Roland Garros y Cincinnati, acumuló doce finales ATP, récord personal por escándalo. Desde que es profesional nunca había llegado a ocho finales en una temporada y este año ocho son los títulos que ganó... Y aun resta saber quien será el campeón del Masters, certamen en el cual no suele rendir como durante el año (nunca fue finalista en siete participaciones). En total el escocés suma 43 trofeos en 64 finales disputadas, al menos una desde 2005 y al menos una ganada desde 2006.
Una foto publicada por Andy Murray (@andymurray) el

Algunas reflexiones de Murray como líder ATP: "Obviamente, es una gran sensación. Alcanzar el N°1 es uno de los grandes logros de mi carrera después de haber estado años en el segundo, tercer, cuarto puesto del ranking. Verme ahí significa mucho para mí. Le he dedicado mucha paciencia y he trabajado muy duro para alcanzar esta posición. El haber llegado hasta aquí tiene mucho que ver con los jugadores que he tenido delante de mí en el ranking: Nadal, Federer y Djokovic. Son tres de los mejores jugadores de todos los tiempos. Ha sido muy duro competir con ellos, pero también me han ayudado mucho. Gracias a ellos siempre he tenido que buscar nuevos modos de mejorar".

Sin dudas es el mejor año de la carrera de Murray en lo deportivo y también en la personal. Lo dejó claro en esta declaración: "A mi hija, le explicaría que para mí, ha sido lo mejor que me pasó este año. Estar en la pista está muy bien y lo he disfrutado mucho, pero ser padre por primera vez es lo mejor que me ha ocurrido este año, sin ninguna duda". Andy es como vos, como yo, como todos... El éxito en el deporte no cambia las prioridades de la vida.


Daniel Vitale Pizarro

22 agosto 2016

Ataque sorpresa



Un clásico de Cincinnati

No son muchos los casos en los cuales un jugador es ganador de Grand Slam pero no de Masters1000, la categoría anterior en jerarquía. Más aun, nunca había sido semifinalista en esta categoría (0-8 en CF). Kafelnikov es el caso más curioso porque no solo ganó Grand Slams (2) sino que fue N°1 del mundo. Gastón Gaudio también se coronó en un Major (Roland Garros 2004) y nunca pudo hacerlo en un Masters Series, llamados así hasta 2009. Marin Cilic pertenecía a esa lista al haber conquistado el US Open 2014 y trece torneos más, todos ATP250 (más raro aun). Pero en Cincinnati el croata iba a diferenciarse de ellos.

Marin Cilic sorprendió a todos hace dos temporadas cuando se proclamó campeón de Abierto de los Estados Unidos. Mismo resultado en Moscú semanas más tarde, nunca más volvió a demostrar ese nivel. Lesiones y rendimientos irregulares privaron a Marin de luchar por los puestos de vanguardia del ranking ATP. Exnúmero ocho del mundo y sin salir del Top15 desde que ganara el US Open, desembarcó en Cincinnati con sensaciones extrañas porque había caído prematuramente en Rio 2016 frente a Monfils tras un gran nivel demostrado en Wimbledon cuando se le escapó de los manos el partido de cuartos de final ante Roger Federer. Ese fue el partido clave.

Saque y derecha, combo letal

El camino al título no fue para nada sencillo. Troicki, Verdasco, Berdych (8°), Coric (vencedor de Nadal), Dimitrov (el búlgaro sacó 6/4 4-2) y Murray (2°). El escocés llegaba a su séptima final consecutiva y con una racha de 22 partidos ganados de forma consecutiva (Queens, Wimbledon, JJOO y Cincinatti), la más extensa desde que es profesional. Candidato principal al título por la ausencia de Djokovic, no estuvo al 100% de sus posibilidades físicas ya que el domingo era campeón en Rio 2016 y el miércoles debutó en Ohio, con lo exigente que fueron las olimpíadas. Dolores en su hombro casi lo obligan a abandonar durante los primeros días pero aguantó y llegó a la final.

“Después del primer partido, tuve problemas con mi hombro. Lo hablé con mi equipo y el fisioterapeuta confiaba en que fuera solo fatiga y no un daño estructural. Cuando supe que no iba a empeorar la situación, pensé: ‘Tratemos y ganemos la mayor cantidad de partidos posibles'. Estoy muy orgulloso de mi semana. La final no se dio como hubiera querido, pero no esperaba clasificar a la final. Ha sido muy positivo. Ahora pienso en descansar algunos días”. Así describió Andy su semana en Cincinnati, torneo que ganó en 2008 y 2011, y agregó: “Estoy jugando mi mejor tenis. No está ni cerca de lo que había hecho antes".

600 y contando...

El británico alcanzó las 600 victorias al acceder a cuartos de final y terminó el torneo con 602 triunfos ATP, cifra solo alcanzada por 23° jugadores en la 'Era Abierta'. No pudo coronar la semana con el trofeo de campeón pero el homenaje por la tremenda suma de partidos ganados fue en cancha. Noticia también fue la primera derrota del escocés bajo la conducción de Ivan Lendl. En su segunda etapa como 'coach' del N°2 del mundo solo conocía victorias pero esa senda no es interminable y se tuvo que conformar con un segundo puesto. A 1215 puntos ATP de la cima del ranking mundial, la lucha por el N°1 tras el Masters dependerá de como se distribuyan los puntos en el US Open...

Invasión de fans

La confianza del croata tras Wimbledon se combinó con la agresividad de siempre, basada en un gran servicio y en su dominante derecha lo que terminaron en su primer título de la serie mil. “Siento que esta semana jugué a un gran nivel de tenis. Es mi mejor semana de juego desde el US Open 2014. Incluso el año pasado pude disputar algunos buenos torneos, pero todavía estaba buscando mi juego. Esta semana he logrado encontrar un buen ritmo en las pistas. En las primeras rondas tuve un nivel muy bueno. El partido ante Berdych fue de gran calidad de tenis", las sensaciones de un jugador que nunca bajó los brazos y que llega de la mejor manera a Flushing Meadows.

El campeón pudo con la hegemonía del Big4 en los Masters1000. Desde 2010, es apenas el quinto jugador que logra coronarse en un M1000 a excepción de Djokovic, Nadal, Federer y Murray. 54 de los últimos 59 certámenes fueron conquistados por alguno de ellos y Cilic pudo inscribirse en esa selecta lista. Soderling (Paris 2010), Ferrer (Paris 2012), Wawrinka (Monte Carlo 2014), Tsonga (Toronto 2014) y Cilic (Cincinatti 2016), los privilegiados. 15° título ATP para el nacido en Medjuorje (Bosnia), primero de la temporada sobre tres finales disputadas con un total de 26 finales ATP desde que es profesional.

Daniel Vitale Pizarro

15 agosto 2016

Figuritas repetidas



Lágrimas de campeón

Final del Australian Open y Madrid, campeón en Roma, final en Roland Garros, campeón en QueensWimbledon... Andy Murray (oro en Londres 2012) llegó con esos resultados a los Juegos Olímpícos de Rio 2016. Máximo candidato junto a Novak Djokovic, los dos mejores tenistas del año asistieron (pese a las bajas) a la cita que se desarrolla cada cuatro años y que en esta edición no entregó puntos para el ranking ATP. La aclaración es válida porque muchos de los tenistas TOP optaron por no viajar a Sudamérica por diversos motivos, entre ellos la no entrega de puntos ATP ni de dinero, el famoso ZIKA o lesiones inoportunas.

Los ausentes no fueron pocos y sin entrar en detalles por los motivos de la no participación de cada uno, cinco Top10 y diez Top20 no aterrizaron en Rio de Janeiro. Un número llamativo por tratarse de una competencia con semejante tradición y repercusión mundial. Sin darle importancia a las ausencias, Andy Murray inició su recorrido hacia una nueva final olímpica. Troicki, Mónaco, Fognini y Johnson lo depositaron en zona de medalla. Del otro lado del cuadro, la sorpresa la dio Juan Martín Del Potro que derrotó a Djokovic en primera ronda y dejó acéfala esa parte del 'draw'. Sousa, Daniel y Bautista Agut fueron sus rivales hasta semifinales.
Murray se deshizo con rapidez de Nishikori para alcanzar una vez más la final olímpica. ¿Su rival? Juan Martín Del Potro. El argentino dio otra muestra de carácter, voracidad y espíritu olímpico para vencer a Rafael Nadal en un partido para el recuerdo. Agotado físicamente pero con el orgullo intacto, "DelPo" dejó todo lo que tenía dentro de la cancha y ni siquiera la mente más fuerte de la historia del deporte pudo con él. "Rafa", acostumbrado a triunfar en condiciones inhumanas y con el marcador adverso, no pudo contra la mejor derecha del circuito. Lágrimas en los ojos una vez más para el de Tandil, 'deshidratado' esta semana.

"Estoy llorando todos los días, no se cuanto va a aguantar mi corazón", decía Del Potro en plena competencia. Sentimientos encontrados, emociones de todo tipo. Casi tres años sin competir regularmente, con un revés a dos manos que no está a la altura pero con todo lo demás en un nivel por encima de la media, "La Torre de Tandil", silenciosa, fue paso a paso hasta la final de un Juego Olímpico, en un cuadro harto complicado. 141° ATP, sin esperanzas de medalla y con el objetivo de volver al ritmo de competencia, lo conseguido por Juan Martín fue un sueño hecho realidad. Y aun le faltaba disputar la final.

La derecha que tanto daño hizo, muy rápida hasta para las cámaras

La lucha por la dorada fue un parto. Exhausto desde lo físico, hizo vibrar el estadio cada vez que su drive penetraba en la cancha rival. Contra todos los pronósticos y realmente en inferioridad física, sirvió para estirar el partido a un quinto set. No lo logró, el escocés lo aprovechó y cerró el encuentro 7/5 4/6 6/2 7/5. Gran Bretaña era campeón olímpica en tenis por segundo Juego consecutivo. Porque aunque los tenistas jueguen solos, como en la Copa Davis, el que gana es el país. Tercera medalla para Murray (dos oros en singles y una plata en dobles mixto) y segunda para Del Potro (bronce y plata en singles), lo que demuestra el compromiso de ambos por su país.

"Estoy realmente feliz. Este ha sido uno de los partidos más difíciles que he tenido que jugar para ganar un título importante. Ha sido muy duro física y emocionalmente. Esto ha sido más duro que la final de Londres. Esta noche podría haber pasado cualquier cosa”, fueron las sinceras palabras de Andy Murray tras la consagración ante Juan Martín Del Potro, lo que magnifica la actuación del argentino en Rio de Janeiro. El trajín de partidos exigentes en una semana, con la posibilidad de disputar tres competencias a la par (singles, dobles y dobles mixto) más la final a cinco (absurdos) sets, sin descanso por la lluvia, mermó el físico y el nivel de los jugadores.

Murray y Del Potro, protagonistas hoy y cuatro años atrás

Juan Martín, sin casi fuerzas para hablar frente al micrófono apenas terminada la final, contó sus sensaciones, lo que sintió durante la semana olímpica: "Dejé hasta la última gota, más de lo que tenía. Ya desde el primer set estaba muy cansado. Ayer tres horas con Nadal, hoy cuatro horas con Murray... Pero bueno, era por esto y no había dolor que me hiciera frenar. Jugué contra Djokovic, Nadal y Murray. Les gané a dos y me faltó el tercero, pero estoy muy feliz porque me llevo algo conmigo. El tenis es mi vida. Sufrí cuando no pude jugar y hoy el tenis me hace feliz de nuevo. Todos los días pasé algo maravilloso aquí y en la Villa. Estoy feliz, recuperé emociones que las daba por perdidas”.

Andy Murray es el único tenista hombre en repetir final olímpica en singles, en Juegos consecutivos y ganar ambas. Acumula un récord de dieciocho partidos ganados de forma consecutiva, su mejor racha como profesional. N°2 del mundo, está lejos de Djokovic en el ranking ATP (más de 6000 puntos) pero no tan lejos en cuanto al nivel...

Daniel Vitale Pizarro

12 julio 2016

Uno para el otro



Selfie en la Central de Wimbledon, como vos, como yo, como cualquiera...

Treinta y uno de diciembre de 2011. Andy Murray acumulaba tres finales perdidas de Grand Slam y cinco semifinales. El karma de las rondas finales empezaba a pesarle cada vez más. Sin británicos campeones de Grand Slam en la Era Abierta y con el último en la década del '30 (Fred Perry), la presión y los rivales de fuste del momento le impedían consagrarse campeón de un 'Grande'. Pero a partir de esa fecha, la tendencia comenzó paulatinamente a modificarse. El escocés decidió contratar a un entrenador con experiencia en perder finales de esa envergadura (8-11) y que además haya podido superar esa angustia y transformarla en algo positivo. ¿El elegido? Iván Lendl...

Pionero en contratar leyendas del deporte como entrenadores, Andy debutó con Lendl en su box en el Australian Open 2012 y cayó en semifinales. Los cuartos de final en Roland Garros marcaban que en ambos 'Majors' había alcanzado una ronda menos que en 2011. Los rumores de la pareja Murray-Lendl se escuchaban y leían por doquier. Pero llegó Wimbledon y todo cambió. Fue un antes y un después en su carrera. Set y quiebre arriba en la final no fueron suficientes para doblegar al mejor tenista de la historia sobre la hierba, Roger Federer. Pero ya no era el mismo Murray. Su actitud dentro de la cancha y su mentalidad, eran otras.

Las tres victorias más importantes de su carrera, hasta hoy...

Y lo demostró unas semanas después cuando la final de Wimbledon se repitió en los JJOO, en el mismo escenario. En ventaja física por la edad y por el maratónico partido que Federer le ganó a Del Potro en semifinales en más de cuatro horas, Andy derrotó a Roger en sets corridos sin inconvenientes. La primera gran victoria de la dupla Lendl-Murray. El US Open fue la frutilla del postre de la temporada. Mentalmente más fuerte y más agresivo con sus golpes, se llevó por delante a Djokovic en la final. Finalista en Australian Open y ausente en Roland Garros 2013 por dolores lumbares, llegó Wimbledon.

Otra vez Djokovic en la final de un Grand Slam. Como sucedió en los JJOO gracias nuevamente a una extenuante semifinales de Novak con Juan Martín, Murray se consagró en sets corridos ante el serbio. El mayor objetivo estaba cumplido: ser campeón de Wimbledon. Lendl era parte importantísima del triunfo. Los dolores en su espalda se volvieron insoportables por lo que tuvo que parar tras el US Open. Meses afuera del circuito desembocaron en la desvinculación de mutuo acuerdo entre jugador y pupilo en marzo de 2014, con palabras de agradecimiento de ambas partes. Un ciclo que parecía terminado...

La alegría de ser finalista de Grand Slam y eliminar a Federer en semifinales

Murray tardó en recomponer su forma física y tenística de tras la operación, lo que lo excluyó del Top10 en septiembre de 2014 (12°), pero que en un meteórico final de temporada, llegó al sexto puesto para clasificarse al Masters y "maquillar" un año magro. Daniel Vallverdú y Amelie Mauresmo fueron los entrenadores entre 2014 y 2015, con los mismos resultados que antes de la llegada de Lendl: semifinales y finales de Grand Slam, inalcanzable para la mayoría, insuficiente para él. La negativa de Ivan Lendl en 2015 de entrenar a Berdych hizo pensar que el checo no iba a regresar al circuito, pero semanas antes de la gira sobre césped 2016, su nombre sería noticia.

Ivan Lendl acordó volver a formar parte del grupo de trabajo de Andy Murray, en principio para la gira de pasto. Campeón en Queens a días de volverse a encontrar en una cancha de entrenamiento, "Iván el Terrible" sentía que no había pasado el tiempo desde que dejaron de trabajar juntos. Llegó Wimbledon. Por tercera vez Murray estaba en la final y Lendl en el banco. Tres finales en tres presentaciones como "sociedad". En esta Milos Raonic era el rival de turno. El británico lo había derrotado semanas atrás en Queens y por primera vez en sus once finales de Grand Slam, no iba a enfrentar a un miembro del 'Big4'. Y no lo iba a desaprovechar.


La Copa a TODOS lados

Finalista en los tres Grand Slams de la temporada (primera vez que lo logra y primera vez en tres finales de GS en un año calendario), Andy Murray no titubeó en ningún momento y despachó en sets corridos al canadiense, debutante en finales. Quizás el mejor Grand Slams disputado en cuanto a nivel tenístico, aunque no venció a ningún miembro del Big4 pero si a dos Top10 (Berdych Raonic). Tres Grand Slams ganados en once finales disputadas, los tres con Lendl como coach. ¿Casualidad o causalidad? La sociedad vuelve a dar sus frutos, y como si nunca se hubieran desvinculado, en unas semanas lograron los dos objetivos planteados: Queens y Wimbledon, invictos.

“Confío mucho en él. Solo su presencia en el box ya me transmite mucha seguridad y confianza. Yo jugaba con muchísima presión encima. Fue difícil durante muchos años, porque cuando competía estaba pendiente de todo lo que se comentaba sobre mí. Era difícil, pero ahora ya no me afecta. Era muy difícil gestionar toda esa presión. Cada uno lo hace de modo diferente. A mí lo que me ayudó de verdad fue trabajar con Lendl, porque él tenía muchísima experiencia y le había pasado lo mismo que a mí: perdió sus primeras cuatro finales de Grand Slam. Él sabía lo que eso significaba, así que eso me ayudó”, palabras de Andy Murray en alusión a su entrenador y el impulso anímico que le proporciona la figura de Iván.

Lendl, Delgado y Murray, el tridente campeón

Lendl aclara que su trabajo no es mejorar la técnica, sino que se ve a si mismo como un gran motivador y analista táctico: "No trabajo la técnica. Cero. Creo que con 27 o 29 años, lo que tienes es lo que tienes. Puedes retocar ciertas cosas pero cambiar la técnica no es algo que quiera hacer ya que no pienso que se deba hacer a esas edades y porque soy muy malo en ello. Incluso trabajando con los juniors pido a alguien que sea bueno en eso porque yo no lo soy. Puedo ver que hay algo mal en tu derecha y ver lo que es pero no tengo ni idea de cómo arreglarlo". ¿Los objetivos a corto plazo Ivan?: “Obviamente queremos arruinar los planes de Djokovic y haré todo lo posible para que Andy sea número uno del mundo. No puedes garantizar victorias, pero si trabajo duro".

Daniel Vitale Pizarro

06 junio 2016

El puto amo



El día llegó...

El cinco de junio de dos mil dieciséis será recordado por todos. Quizá no se haya tomado conciencia plena de lo que sucedió en Francia durante el fin de la primavera europea. Desde 1905 que se disputan Australian Open, Roland Garros, Wimbledon y US Open (los cuatro Grand Slams en una temporada), este año fue la cuarta vez que un jugador ganó los cuatro de forma consecutiva. De Inglaterra a Francia, el cuarteto de certámenes en poder de una misma persona: Novak Djokovic. Donald Budge en 1938, Rod Laver en 1962 y 1969, y Novak Djokovic en 2015-2016. Solo TRES tenistas en TODA la historia del tenis. Dale, tuitealo (?)

Junio de 1938. John Donald Budge se proclamaba campeón de Roland Garros y conseguía ser campeón vigente de los cuatro torneos más importantes de aquella época, de manera consecutiva (Wimbledon y US Open 1937, Australian Open y Roland Garros 1938). Fue el primero que lo logró en aquellos años en los que el tenis no era un deporte popular. No conforme con sus resultados, fue campeón en Wimbledon y US Open de 1938, lo que le valió ser el primer jugador ganador del "Grand Slam", algo tan inédito como dificultoso. Hasta el día de hoy, "Don" ostenta el récord de más partidos ganados en Grand Slam seguidos de forma consecutiva (37).

Don Budge y Rod Laver

Septiembre de 1962. Rodney George Laver emulaba a Budge y se convertía en el segundo jugador en ganar el "Grand Slam". Un año después, la estrella del momento decidió hacerse profesional y cobrar por jugar. El tenis no repartía dinero y era un deporte Amateur. Los que cobraban no podían disputar los Grand Slams por lo que Rod Laver (25 años) no pudo participar entre 1963-1967. En 1968 nació la "Era Abierta", que le permitía disputar a cualquier jugador los Grand Slams. Rod (30 años) volvió al circuito y una vez más logró el "Grand Slam" en 1969, como si el tiempo no hubiera pasado. Era el mejor tenista de la historia (aun muchos lo siguen considerando como tal...).

Junio de 2016. Novak Djokovic ganó Roland Garros, completó el "Grand Slam de carrera", lo hizo de manera consecutiva (tercero en la historia) y sigue en carrera para el "Golden Slam" gracias a que este año se disputarán los JJOO en Río de Janeiro. El Golden Slam significa ganar los cuatro Grand Slam en una misma temporada más la medalla de Oro de los JJOO pertinentes, presea que Novak aun no consiguió (Bronce en Beijing 2008). El "Golden Slam" anual solo lo consiguió Steffi Graf en toda la historia del deporte. Andre Agassi y Rafael Nadal ganaron el "Golden Slam de carrera", los cinco títulos distintos pero no en una mismo año calendario. Únicos dos hombres en la historia.

Equipo de trabajo completo

Roland Garros era el título que le faltaba al serbio para definitivamente ingresar en la discusión de los mejores tenistas de la historia. Completar los cuatro Grandes y de manera consecutiva lo colocaron varios peldaños más arriba de lo que estaba. Lo consiguió en su cuarta final en la Philippe Chatrier y su decimosegunda participación en el certamen. A eso hay que sumarle los 65 trofeos ATP (doce de ellos de Grand Slam), el récord de 29 Masters1000, los cinco Masters ganados, las 202 semanas como número uno del mundo, los cuatro años finalizando en esa posición, el récord de puntos ATP (16950), la Copa Davis lograda en 2010, etc., etc., etc.

Así analizó Novak el partido: "Entré en la pista muy bien preparado pero me entraron un poco los nervios y me costó encontrar el ritmo. Eso cambió a partir del segundo set. Cuando me puse 5-2 en el cuarto, comencé a reír, no sé, no sentí mucha presión, pero me tomé las cosas de manera que perdí aquél juego. Con 5-4 y 40-15, dos puntos muy igualados... estaba más cerca que nunca de ganar este título y sentí tensión y excitación. En los últimos intercambios del partido, ni siquiera recuerdo lo que ocurrió. Ha sido como si mi alma saliera de mi cuerpo y me observara golpeando la pelota de derecha a izquierda". Djokovic y una frase final de literatura para explicar como ganó.

Cruzó la red para felicitarlo...

Andy Murray también hizo historia. Primer británico en la Era Abierta en llegar a la final de Roland Garros y décimo jugador en la Era Abierta en alcanzar las cuatro finales de Grand Slam. Su baja efectividad en finales de Grand Slam (2-8) no le permite estar entre los mejores de la historia pero sus números están a la altura de grandes campeones. Diez finales de Grand Slam, 19 semifinales y 26 cuartos de final. Número dos del mundo, campeón de Copa Davis y 36 títulos ATP, son algunos números del escocés. Miembro del 'Big4', aunque lejos de Federer, Nadal y Djokovic en la consideración mundial, siempre está presente en la discusión de los torneos importantes.

Molesto por la derrota pero consciente del logro de su rival, Murray elogió sin reparo al campeón: "Estoy orgulloso de ser partícipe de este día, así que felicitaciones Novak, buen trabajo. Lo que conseguiste en los últimos 18 meses es espectacular, ganando los cuatro Grand Slams de forma consecutiva, es un gran logro. Esto es algo muy raro en el tenis, no ha pasado en un largo período de tiempo y pasará mucho tiempo hasta que alguien lo consiga nuevamente”. De gran rendimiento en arcilla en las últimas dos temporadas, Andy pasó de no pisar una final en tierra batida en su carrera a disputar cinco finales y ganar tres de ellas (dos M1000) entre 2015 y 2016. Brillante.

Daniel Vitale Pizarro

16 mayo 2016

Un cumpleaños feliz



Copa y Torta, festejo por duplicado

Recuperado totalmente de su espalda, el 2015 de Andy Murray iba viento en popa. Finalista del Australian Open y Miami y semifinalista en Indian Wells (derrotado por Djokovic en los tres torneos), iniciaba la gira de arcilla y decidió disputar Munich, un torneo menor, y saltearse Monte Carlo. Peleado con la superficie más lenta del circuito, nunca había alcanzado siquiera una final en sus diez años como profesional, hasta llegó a maldecirla: "La arcilla no es una superficie para mí, no he nacido en ella". Pero en Alemania hizo un click. Su preparación fue distinta para esa gira. No en tiempo porque el circuito no lo permite, pero si a conciencia.

7/6 5/7 7/6 al local Philipp Kohlschreiber fue el debut de Murray como campeón en la tierra batida alemana de Munich. Algo había cambiado. Su siguiente torneo era el Masters1000 de Madrid y allí apareció la mejor versión de Andy sobre polvo de ladrillo hasta el momento. Kohlschreiber, Granollers, Raonic (6°), Nishikori (5°) y Nadal (4°) fueron los rivales que dejó en el camino para ser campeón en España. Kei venía de ser campeón en Barcelona y a "Rafa" nunca lo había derrotado en sus siete enfrentamientos previos en la superficie predilecta del español. En dos semanas, el británico le había dado un giro de 360° grados a su carrera en arcilla.

Sus dos conquistas en tierra en 2015

Esa temporada dio otro golpe al vencer a David Ferrer en cuartos de final de Roland Garros y caer una vez más ante Djokovic. Había sido por lejos su mejor temporada sobre la superficie naranja. La gira europea de "clay" 2016 tenía otros destinos. Monte Carlo, Madrid y Roma antes de Roland Garros. Semifinal en Mónaco ante Nadal y final en España con victoria sobre Rafael, desembocaron en Italia, último peldaño antes de París. Goffin en cuartos de final fue el escollo más duro de cara a la final frente a un viejo conocido, Novak Djokovic, el mismo que lo había vencido siete días atrás, en los cuatro partidos previos y en los cinco encuentros en ladrillo. Todo era cuesta arriba.

Pero no todo era negativo para el escocés. "Nole" había disputado un durísimo partido físico y emocional contra Nadal en cuartos de final y una batalla de tres horas en semifinales ante Nishikori que podría haberla perdido. El cansancio físico y mental del serbio, con la vista puesta en Roland Garros, más la frescura de Andrew, sin ceder sets durante toda la semana, equiparaban la final romana y el favorito pasaba a no ser el número uno del mundo. El partido lo dominó siempre Murray. Manejó los quiebres en ambos sets, casi no tuvo problemas con su servicio y cerró los parciales con autoridad, sin titubear. 6/3 6/3 fue el resultado final, todo para el nacido en Dunblane.

El servicio, pilar de su juego esta semana

Primer británico en ganar en Roma, Andy Murray logró su tercer título en arcilla en cuatro finales disputadas en dicha superficie, el día de su 29° cumpleaños. En su carrera acumula 36 trofeos ATP y 19 finales perdidas. Doce de esas coronas las consiguió en la categoría Masters1000, una más que Pete Sampras. Aunque sigue muy lejos, achicó la diferencia ante Djokovic en los enfrentamientos personales a 10-23. Lo curioso es que en finales, los números cambian radicalmente y el serbio se adelanta apenas por dos finales (9-7). La vuelta al número dos del mundo es un hecho, lo que le permitirá evitar a Novak hasta una hipotética final en Roland Garros.

“Nunca pensé tener estos resultados en tierra. Llegué a muchas finales, contra Djokovic, Nadal… y quizás no creí lo suficiente en mis posibilidades. Siempre pensé que la arcilla era mi peor superficie, la más dura, pero el año pasado cuando tuve buenas victorias ante los mejores, me hizo entenderla un poco más. Siempre me habían dicho que la arcilla en realidad debería ser mi mejor superficie, pero me tomó mucho tiempo ganar un poco de confianza. Tuve grandes mejoras en mis movimientos en la superficie, eso ayudó mucho”, se sinceró Andy Murray luego de repasar sus resultados de este último par de temporadas en arcilla.

Atentido por un golpe en el tobillo y una de sus discusiones con los árbitros...

Campeón en 2008, 2011, 2014 y 2015 en Roma, Novak Djokovic alcanzó en Italia su final N°42 de Masters1000, misma cantidad que Nadal y Federer, récord compartido por el Big3, dueño de todos los récords de esta categoría de certámenes. Sin estar enfocado al 100% como nos tiene acostumbrados, las discusiones con los árbitros y los enfados consigo mismo fueron más frecuentes esta semana, aunque pudo evadir sus "inconvenientes" y alcanzar la final por séptima vez en el Foro Itálico. Superó a Andre Agassi en cantidad de finales ATP (91) e iniciará Roland Garros siendo N°1 del mundo por 200 semanas, una marca que solo lograron Federer, Sampras, Lendl y Connors.

"Le deseé feliz cumpleaños y le dije que lo disfrutara con su familia. Sé que su esposa, Kim, y su hija Sophia estaban aquí. Sé como padre lo mucho que significa cuando tu familia está contigo y lo que significa tener al menos un par de días a solas con ellos. Eso es lo que le deseé. Además debo felicitarlo por ser el mejor jugador hoy y durante toda la semana, ha merecido ganar. Por supuesto, no me gusta perder, pero para competir con él en los largos intercambios que tienden a tener nuestros encuentros se requiere una gran cantidad de energía y un mejor rendimiento de mí, lo que no ocurrió". Novak Djokovic, un ejemplo fuera de la pista, un N°1 completo.

Daniel Vitale Pizarro

09 mayo 2016

Un tropezón no fue caída



¿Quién es el N°1?

La planificación en el tenis es clave. El armado de un calendario acorde al juego determina las posibilidades del ranking a futuro, priorizando las grandes citas y el físico. Aplomado en el circuito, para llegar descansado a Roland Garros, Novak Djokovic no disputó el Masters1000 de Madrid en 2014 y 2015. Pero este año la estrategia fue distinta, quizás por haber perdido muy rápido en Monte Carlo (R1 vs Vesely) y no correr el riesgo de disputar pocos partidos en la gira de arcilla. De cualquier manera, el serbio se presentó en la "Caja Mágica" con el antecedente de haber sido campeón en 2011 en su única final disputada en las siete veces que jugó en la capital española.

Apenas un partido había disputado en arcilla en 2016 y su desempeño en Madrid, acrecentado por su derrota en primera ronda en su última presentación (2013), era una incógnita. Encima, su rival en el debut era Borna Coric, en una sección del cuadro que se presentaba como la más complicada. Fiel a su actualidad, despachó a sus rivales de turno sin dejar sets en el camino, pero no sin transpirar y exigirse para derrotarlos. Coric (40°), Bautista Agut (17°), Raonic (10°) y Nishikori (6°) marcaron el rumbo del serbio antes de enfrentarse una vez más ante Andy Murray, el campeón defensor que derrotó a Rafael Nadal por segundo año consecutivo aquí.

Su primer enfrentamiento fue aquí hace 10 años...

Murray, que hasta Madrid 2015 había perdido todas las veces que enfrentó a Nadal en polvo de ladrillo (0-7), rompió el maleficio y la derrotó en la final para triunfar en España ante el mejor de la historia sobre la superficie naranja. En la edición 2016 del Masters1000 de Madrid, llegó con la derrota fresca en semifinales de Monte Carlo y la sensación era de incertidumbre. Una vez más y por segunda consecutiva en la "Caja Mágica", Andy dio el batacazo y venció a Rafael para disputar su segunda final de M1000 en tierra batida, la tercera final ATP en arcilla e invicto en esta instancia (Munich 2015, debut como campeón en la superficie más lenta del circuito).

Los dos mejores tenistas del mundo chocaban por 32° vez con el historial ampliamente dominado por Djokovic 22-9, 4-0 en arcilla. Y esta no iba a ser la excepción. El serbio volvió a ser el mejor en un certamen ATP, algo que hizo 64 veces a lo largo de su carrera, misma cantidad que Bjorn Borg y Pete Sampras, leyendas del deporte blanco. El título significó el número 29 de Masters1000, récord absoluto desde 1990 cuando se instauró esta categoría. En lo que va de 2016, "Nole" disputó siete torneos, ganó cinco, se retiró en Dubai y perdió en R1 de Monte Carlo. La diferencia de puntos en el ranking con el N°2 es escandalosa. Djokovic 16550 puntos y Federer 7525...

¿La mejor devolución de la historia?

El bicampeón de Madrid describió el partido posvictoria con minuciosidad: "Empecé muy bien, un tenis terrorífico. El segundo set fue más ajustado, con algunos errores no forzados, incluyendo un par de dobles faltas. Él se apoyó en su saque y un primer golpe muy agresivo, hasta que dos horas después el marcador estaba 1-1. En el tercero ambos nos hemos roto los saques hasta que en los últimos juegos volví a rendir a un nivel alto, aunque me costó mucho cerrar el duelo porque sabía que si dejaba que Andy rompiera mi saque, todo se iba a complicar después”.

Rival de Nadal y Djokovic en 55 ocasiones, Andy Murray habló tras el partido sobre las diferencias de enfrentar a uno y otro en los últimos años: “Es totalmente distinto jugar contra 'Rafa' que contra Novak. Djokovic golpea más plano y juega más a las líneas, contra Nadal hay más tiempo para reaccionar”. Su récord contra ambos es negativo: 16 victorias y 40 derrotas, aunque en finales la diferencia disminuye considerablemente, al punto de casi estar emparejados (9-10). Esta caída le permitió a Federer volver al N°2 del mundo a pesar de no haber participado en Madrid y de contar con la misma cantidad de unidades, posición que recuperó por mayor "calidad" de esos puntos.

Madrid, pionero en convocar "ball-girls" modelos. Tiriac rules...

El primer enfrentamiento entre Djokovic y Murray fue precisamente en el Masters1000 de Madrid. En 2006 se encontraron en octavos de final cuando el certamen se disputaba sobre superficie dura bajo techo y la victoria fue para el nacido en Belgrado. Por aquel entonces Novak era el 17° del mundo y Andy el 19° ATP. "Djoker" se refirió a su relación con Andrew: "Diez años después comparto mi carrera con quien guardo una gran amistad y una buenísima relación fuera de la pista. Me gusta mirar atrás para recordar estos momentos. Creo que lo realmente bonito es demostrar nuestra parte más humana dando un mensaje positivo a todos los jugadores jóvenes del tenis”.

Daniel Vitale Pizarro