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22 abril 2019

El genio pudo con su genio

Se podría decir que Josep Perlas formó profesionalmente a Fabio Fognini durante los cinco años que trabajaron juntos. En ese período el italiano fue 13° ATP, ganó cuatro títulos ATP y alcanzó otras ocho finales. Significó un paso adelante en su carrera no solo en cuanto a resultados. El afamado entrenador español implementó entrenamientos de calidad para que pudiera golpear la pelota con limpieza en cualquier sitio de la cancha y durante el tiempo que dure un partido exigente. Pero en 2016 el tándem Perlas-Fognini llegó a su fin y el italiano decidió cambiar de aire. Franco Davin, el entrenador argentino más laureado, aceptó trabajar junto a 'Fogna' a partir de 2017.
El primer año fue de adaptación. Campeón en Gstaad y finalista en San Petersburgo, finalizó 27° ATP, lejos de las aspiraciones de ambos. El objetivo era subir el listón que había dejado Perlas e intentar irrumpir en el Top10. Capaz de generar tiros ganadores prácticamente sin esfuerzo y con una variedad de golpes que escasea en el circuito, su punto débil es su fragilidad mental. Ese punto atacó Davin desde que se unieron. Su temperamento sanguíneo, muchas veces incontrolable, le impidió conseguir buenos resultados en torneos importantes. Sus exabruptos lo expusieron a multas varias y hasta a expulsiones de torneos.


El 2018 fue la mejor temporada de su carrera: tres títulos en cuatro finales, 13° ATP en diciembre y 46 victorias en total. Todas marcas personales. Fognini atribuye el éxito a dos cosas: "Estoy mejor que nunca. Mejoré mis hábitos de alimentación, estoy más rápido y fuerte. Ser padre me cambió mucho y me hizo tomar las derrotas de otra manera. Cuando pierdo y luego veo a mi hijo las decepciones de la cancha me pesan mucho menos. Percibo una puerta abierta por la que me quiero colar para saciar mi hambre de triunfos". Padre de Federico junto a Flavia Penetta desde mayo de 2017, estaba todo dado para que asaltara el Top10 en 2019.
Su gran rendimiento lo llevó a dejar la marca de indumentaria italiana "Hydrogen" que lo vistió durante 2017-18 para ser el primer tenista vestido por "Emporio Armani", la reconocida marca italiana dedicada al público joven (EA7). Ya había hecho campaña publicitaria para la marca creada por Giorgio en 1975 pero en 2019 la compañía fundada en Milán fue más allá y decidió vestirlo de pies a cabeza dentro y fuera de la cancha. Nuevamente en el circuito, los resultados no llegaban y una vez más, como tantas otras durante su carrera profesional, su inestabilidad emocional dentro de la pista lo traicionó: "Fue un comienzo de año muy difícil porque en 2018 jugué muy bien y en un momento me sentí muy cerca de estar Top10, pero no se me dio".


El mejor resultado del año había sido semifinal de dobles en Miami junto a Novak Djokovic. El italiano no encontraba el norte y de a poco se alejaba del Top10. Llegó a Monte Carlo con la obligación de ganar algunos partidos para no abandonar el Top20. "A mi edad es difícil aceptar las derrotas y los problemas físicos. Tengo dolores en un tobillo y el codo derecho. Voy a jugar hasta Roland Garros y después veré", declaraba cabizbajo antes de debutar en el Principado. La suerte es un factor fundamental en la vida, solo hay que saber cuando y como aprovecharla para encaminar determinadas situaciones.

Fabio perdía 4/6 1/4 y chance de 1/5. El partido le pesó a Rublev y Fognini de a poco comenzó a levantar su nivel hasta darle la vuelta por completo. El grito del festejo significó mucho. El siguiente rival era Gilles Simon, al que nunca venció en cinco partidos disputados, todos sobre arcilla. El francés amaneció con la espalda dura y decidió no presentarse. Fognini accedía a octavos de final donde lo esperaba Alexander Zverev (3°). Luego de un tiebreak que podía haber ganado cualquiera de los dos, el italiano se soltó (7/6 6/1) y disputó un gran encuentro. La confianza, eso que en el tenis marca la diferencia con el resto. Y la suerte, claro.
En cuartos de final el rival era Borna Coric (13°). Y como en primera ronda, iba a tener que remontar partidos que en otro momento hubiera perdido. De 1/6 0/2 pasó a 1/6 6/3 6/2 con el codo derecho vendado. En un abrir y cerrar de ojos el nacido en San Remo era semifinalista en Mónaco. La cita era con Nadal y la vara subía. Preparado para el desafío, "Fogna" fue un vendaval de tenis. Plantado muy cerca de la línea, sin retroceder ni un paso, vapuleó al once veces campeón allí 6/4 6/2, faena que podría haber sido peor si del otro lado no hubiera estado el propio "Rafa" (Fabio sacó 5-0 40-0). Tercera victoria en ladrillo sobre el mejor de siempre, solo Djokovic (7) pudo vencerlo en más oportunidades. Tiene la fórmula.
La victoria sobre Nadal generó que se hablara de él en todo el mundo. No sucede todos los días que Rafael pierda sobre polvo de ladrillo y menos aun en uno de sus torneos predilectos. Fognini no debía conformarse. De nada serviría ganarle a Nadal y perder en la final ante Dusan Lajovic (48°). El serbio llegaba a la definición por el título sin ceder sets y con triunfos solventes ante, por ejemplo, Goffin (21°), Thiem (5°) o Medvedev (14°). Y no sería nada raro verlo arrebatarle el trofeo de campeón al favorito del público y de los especialistas, proclive a no concretar todo lo que genera desde su juego.


Pero no le pesó la final al mejor italiano de los últimos cuarenta años. Sin sobresaltos venció a Lajovic 6/3 6/4 con muestras de dolor en el muslo cuando promediaba el segundo set. El festejo es mejor verlo que leerlo. Primero con la remera sobre su cara y luego infundido en abrazos con Flavia (esposa), Fulvia (hermano), Fulvio (padre), Barazzutti (co-coach) y todo su equipo de trabajo. “Me gustaría disfrutar de este trofeo esta noche con mi familia y amigos. Mañana es el cumpleaños de mi madre así que quisiera disfrutarlo con ella. Pensando en el próximo torneo (Barcelona), veremos si estoy realmente en buena forma para jugar”, expresaba ante los periodistas un cansado y feliz campeón.

Daniel Vitale Pizarro

23 abril 2018

Más allá de las épocas

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Jean Robert Borotra (1898-1994) fue junto a René Lacoste, Jacques Brugnon y Henri Cochet, uno de los cuatro mosqueteros franceses que dominaron el deporte blanco en la década del veinte y parte del treinta. Campeón de cinco Grand Slams (Roland Garros 1924 y 1931, Wimbledon 1924 y 1926 y el Australian Open 1928), ostentaba un récord que se creía imposible de igualar, sea la época que sea. Borotra había sido campeón entre 1926 y 1949 once veces del 'British Covered Court Championships', torneo disputado durante la Era Amateur del tenis, en Londres sobre superficie de madera y bajo techo.

La hazaña de Jean Borotra en soledad duró 69 años. Rafael Nadal iba a igualar esa estrepitosa marca en Monte Carlo 2018. En muchos menos años que el francés desde su primera conquista hasta la última, el español se coronó campeón en el Principado por vez número once en catorce años, contra los once títulos del mosquetero en veintitrés años (entre 1939-1946 no se disputó el torneo por la II Guerra Mundial). Nunca nadie en la Era Abierta ganó nueve veces un mismo certamen y solo Borotra lo hizo en la Era Amateur. A sabiendas de estos datos, Nadal ganó el Masters1000 disputado en Mónaco once veces...


76 títulos ATP, 31 de ellos de Masters1000, 11 en Monte Carlo. El mallorquín sabe lo difícil que será romper esa marca solo compartida con Borotra y que podría igualar Federer (37 años en agosto) si ganase dos años más Halle o tres años más Wimbledon o Basilea: “Sé que estas cosas no sucederán por siempre, así que mi intención es seguir jugando con la misma pasión tanto tiempo como pueda. Ver esas imágenes con mis victorias del pasado ha sido muy emocionante, ¡qué viejo soy! (risas) Es increíble pensar en la idea de poner un nuevo título de Monte Carlo en mis vitrinas, el número once. Es realmente algo muy especial”.

En esta edición del Masters1000 Monte Carlo, "Rafa" tuvo que eliminar a Bedene, Khachanov, Dimitrov (5°), Thiem (7°) y Nishikori, a todos en sets corridos. Apenas perdió 21 sets en sus cinco encuentros, la segunda marca más bajas de juegos cedidos, luego de la versión 2010 de Mónaco en la que perdió apenas 14. Números extraterrestres, difíciles de siquiera imaginar. Y más aun luego de la lesión que arrastró el actual N°1 del mundo desde octubre 2017 y sobre todo durante este 2018, que apenas le permitió disputar dos certámenes (retiro en CF del Australian Open) y la reciente eliminatoria de Copa Davis ante Alemania.

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Fruto del trabajo diario, de un físico único y de una mente privilegiada, Nadal toma con naturalidad las epopeyas en su carrera como profesional: "Uno para soñar con cosas, tiene que verlas posibles. Yo he ido haciendo mi día a día sin pensar en ello. Ganar 11 Monte Carlo, 10 Barcelona, 10 Roland Garros o 7 Roma… Cualquier joven normal con 14-15 años no puede imaginar o soñar con esto. Cuando tienes esa edad sueñas con llegar a competir en esos torneos. Día tras día, con el trabajo, la ilusión y la suerte que a veces uno necesita, se ha llegado a lo que se ha llegado. Intento disfrutar y valorar al máximo todo lo que me ocurre".
La caída antes de cuartos de final de Miami de Roger Federer le permitió a Nadal, sin jugar, volver a la cima del ranking mundial. Obligado a igualar o mejorar lo conseguido el año pasado durante la gira de arcilla europea para no perder esa posición de privilegio (4680 puntos), Rafael ya acumula 171 semanas como N°1 del mundo (6° en Era Abierta), siete días más que John McEnroe (170). Curiosamente el estadounidense ganó un título ATP más que el balear a día de hoy (77). Todas las semanas de la gira sobre tierra batida estará bajo presión por el ranking o caerá a las segunda posición.

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Preguntado sobre si es o no el mejor tenista que existió sobre arcilla, el diez veces campeón de Roland Garros es realista en cuanto a sus números, pero no cree que deba ser él quién se juzgue, mucho menos aun estando en actividad: "No soy yo el que tenga que decir si soy o no el mejor jugador sobre arcilla. Con toda la humildad lo que puedo decir es que los números son los que son. Puedo intentar evitar estas respuestas como lo he hecho durante toda mi vida, pero tengo unos números que son los que son. Es difícil comparar épocas, pero en cuanto a títulos sí, soy el que más títulos importantes ha ganado en esta superficie. No me gusta hablar de esto, no me toca a mí".

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El finalista de turno fue Kei Nishikori (36°). El japonés volvió al tenis en el circuito Challenger 2018, luego de una lesión en su muñeca derecha que lo obligó a pasar por el quirófano en agosto 2017. Campeón en Dallas, segundo challenger disputado, compitió en tres torneos ATP antes de aterrizar en las costas del sur de Francia. Sin ser preclasificado, luchó contra sus rivales y su muñeca antes de alcanzar la final con resonantes victorias ante Berdych en R1, Cilic (3°) en CF y Zverev (4°) en SF. Fue su cuarta final de Masters1000 en cuatro torneos diferentes, sin poder ser campeón de la categoría. En total, Kei disputó 23 finales ATP siendo campeón en 11 de ellas. "Mi reto es volver al Top10, pero no creo que lo consiga aún este año".

Daniel Vitale Pizarro

24 abril 2017

Rafael Mónaco Nadal



Equipo completo, la base del campeón

Un año calendario tuvo que pasar para que Rafael Nadal vuelva a levantar un título ATP. Barcelona 2016 había sido su última consagración en el circuito y también su última final en 2016. Resultados magros para su excelsa trayectoria. Pero 2017 sería diferente al binomio 2015-2016, los primeros sin ganar un Grand Slam desde que lograra en 2005 el primero de catorce. Es más, en esos años no pudo acceder a ninguna semifinal en los Majors, un bajón notorio en relación a su laureada y regular historia en estos eventos. No faltaron los detractores (en todos los deportes los hay) que presagiaron que no volvería a luchar por cosas importantes. Que equivocados estaban...

Inició el año en Brisbane y lo frenó Milos Raonic (5°) en semifinales. Pero las sensaciones eran distintas. Tan diferentes a las de sus últimas temporadas que alcanzó la final del Australian open, la 21° de Gran Slam. Solo pudo con él la versión renovada y mejorada de Roger Federer. Siguiente parada, Acapulco. Y no decepcionó. Llegó hasta la final en donde se encontró con un Sam Querrey iluminado, similar al de Wimbledon 2016 cuando eliminó a Djokovic en segunda ronda. Los resultados no llegaban pero el nivel si. La paliza de Federer en octavos de final de Indian Wells no opacó lo muy bueno demostrado por el español en los torneos anteriores.

La cuarta fue la vencida, alivio...

Llegó Miami, lugar en el cual nunca pudo ser campeón con cuatro finales perdidas en su haber. Pero el destino no quería que saldara esa cuenta pendiente porque Roger lo derrotó por tercera vez en el año, cuarta consecutiva. Otra final más en el año en la cual el mallorquín quedaba en las puertas de la victoria. Positivo el primer trimestre de 2017. Cinco torneos, tres finales, su mejor inicio de temporada desde 2013. El polvo de ladrillo esperaba a su máxima figura con los brazos abiertos. Primera parada, Monte Carlo, el lugar donde todo comenzó, donde forjó esa imbatibilidad que hoy mantiene, el sitio que en el que siempre eligió para empezar con la faena naranja.

Durísima primera ronda ante Kyle Edmund. 2h 18m de batalla que terminaron siendo por lejos el partido más complicado del torneo. El de menor ranking que enfrentó fue el que más lo hizo transpirar. El cuadro se abrió y el español lo aprovechó. No perdió más sets ni tuvo que esforzarse hasta un 5-5, todo lo contrario, supo resolver los partidos con relativa comodidad. La final ante la sorpresa Albert Ramos fue similar a las rondas anteriores, rivales sin respuestas. En sus seis partidos perdió un set y 28 games (14 games cedió en Monte Carlo 2010, catorce...). Miren con sus propios ojos los abultados resultados de Nadal en Monte Carlo.
Contento y asombrado por la cantidad de copas ganadas aquí, Nadal mostró sus sensaciones luego de un par de temporadas difíciles: “Es increíble, ganar diez veces un evento tan importante es difícil de describir. Cada año es diferente, pero al mismo tiempo es un momento único. Me siento afortunado de volver a jugar así después de estos años, me siento bien, estoy feliz. Mi motivación es jugar cada vez mejor, por ahora me veo en un buen nivel”. A la pregunta sobre cual disfrutó más de los diez, "Rafa" respondió sin dudarlo: "El primero fue muy especial, mi primer Masters1000. Es un evento que siempre ha sido especial, desde que era un niño siempre quise jugar en España y Montecarlo".

Mucho número redondo dejó el paso por Mónaco este año de Rafael Nadal. 30 años, 70 títulos ATP (quinto en la historia), 50 en arcilla (uno más que Vilas), 29° Masters1000 (uno menos que Djokovic) y 10° Monte Carlo. El trofeo significó un año más consecutivo en el cual Nadal es al menos una vez campeón ATP, igualando los 14 años de Ivan Lendl, un año menos que Federer, dueño de ese récord. Seis de esos catorce años levantando trofeos los inició siendo campeón en Monte Carlo, lugar donde logró su primer M1000. Su récord en arcilla es descomunal: 370-32, 92% de efectividad en la superficie. Atroz. El mejor de la historia en ladrillo, por escándalo.
La historia de Albert Ramos también es digna de contar. Todo empezó en Roland Garros 2016 cuando accedió a los cuartos de final. Nunca había ganado partidos consecutivos en Grand Slams desde su debut en esta categoría en 2011. Finalista ATP una sola vez en 2012, la tierra batida de París cambió su carrera. Campeón en Bastad y finalista en Chengdu en 2016, el mejor año desde que es profesional. En ascenso y con 29 años recién cumplidos, Ramos empezó 2017 siendo finalista en San Pablo y en Monte Carlo, el mejor torneo que haya disputado, con victorias ante Murray (1°) y Cilic (8°), dos de los tres Top10 a los que derrotó desde que es profesional.

Aunque poco pudo hacer en la final ante Nadal (6/1 6/3), la paliza no quita todo lo bueno que consiguió en la semana y eso lo dejó bien claro en sus declaraciones: "Él es un poco mejor que yo en todo. No es fácil jugar una final como ésta y mucho menos contra Rafa Nadal. Ha vencido algunos partidos de forma fácil, no solo la final, eso significa que está jugando bien, no su mejor tenis, pero sí a un buen nivel. Probablemente yo estuve un poco cansado, si no estás al 100% físicamente es imposible competir ante él. Sea como sea, hoy me ha devuelto de nuevo a mi realidad. Es la semana que mejor resultado hice. Hoy quizá no, pero mañana ya estaré orgulloso de mí mismo".

Daniel Vitale Pizarro

18 abril 2016

Rafael IX de Mónaco



Un festejo que se hizo esperar

Aquí es donde empezó todo. En Monte Carlo fue donde levantó su primer Masters1000. Mónaco fue la tierra donde el mito comenzó a forjarse, el lugar donde la confianza tomó niveles supremos de cara a su gran objetivo de siempre, Roland Garros. Dos años sin coronarse en el Principado fueron eternos para su príncipe. Rafael Nadal volvió a sus aposentos, a su origen como gran campeón, al lugar que vio como se gestó la 'bestia' demoledora de récords en el polvo de ladrillo más lento del circuito. Diez veces en la final y nueve títulos crearon la leyenda de 'Rafael IX de Mónaco', el mejor tenista sobre tierra batida que dio este deporte.

Dueño absoluto de la gira de M1000 sobre arcilla desde 2005 (19 títulos), su última corona había sido en Madrid 2014, casi dos años atrás. Ansiedad, nerviosismo, lesiones, contratiempos y falta de confianza mermaron el nivel del mallorquín que estuvo a escasos puntos de salir del Top10 por primera vez desde que ingresó en 2005. La primera mitad de 2015 fue cuando tocó fondo. Y se levantó. Pero tan mal acostumbró a sus fans durante una década que verlo 10° ATP era un fiasco. Incluso estando quinto en el ranking se lo masacró por su rendimiento, incomparable al de sus años en los que era imbatible.

La realeza junto a los finalistas escuchando las estrofas del himno español

Las buenas sensaciones de los entrenamientos no se reflejaban en la cancha. Desde Roland Garros 2014, había sido campeón solo en Buenos Aires y Hamburgo 2015 sobre arcilla. "Me siento mejor que el año pasado, sin lesiones y sin esa ansiedad durante los partidos, pero todavía tengo que demostrarlo con resultados", eran las palabras de Nadal a principio de temporada tras caer en primera ronda del Australian Open ante un inspirado Fernando Verdasco. Asediado por los medios, "Rafa" respondía una y otra vez que si seguía entrenando así, los resultados iban a llegar, que no era una tragedia estar Top10 y no Top3 como los aficionados estaban acostumbrados.

Y las resultados llegaron. En Monte Carlo tuvo un cuadro muy complicado. Superó a Dominic Thiem (14°), Stan Wawrinka (4°) y Andy Murray (2°), rivales que lo habían superado en esta superficie en 2015 y 2016. La final contra Gael Monfils (16°) también fue un reto porque el francés desplegó un gran tenis durante toda la semana, sin oposición, acorde con su nivel de tenis en 2016, el mejor arranque desde que es profesional. En la final de Monte Carlo, “Lamonf” jugó dos sets de alto vuelo hasta que su físico le dijo basta. 7/5 5/7 6/0 en más de dos horas intensas de partido permitieron que Rafael volviera a ser campeón en estas tierras.
El equipo de trabajo de Rafa en los vestuarios

"He trabajado duro para conseguir este trofeo. Valoro mucho más el momento, pasé por momentos difíciles. Esto es parte de la vida, que es parte del deporte. Hace un mes, en Indian Wells, fui capaz de conectar dos semanas consecutivas al más alto nivel pero no llegué a imaginarme ganando aquí. Aunque sea el noveno, me parece algo extraordinario, algo esencial que me alegra”, Rafael Nadal en conferencia de prensa, sincero como de costumbre y feliz por la obtención de un Monte Carlo más para su vitrina. Confianza es lo que le faltaba para afrontar esta gira, lo que vino a buscar aquí y lo que encontró.

Gael Monfils, lejos de amargarse por la derrota, le encontró el lado positivo y miró más allá de Monte Carlo: "Me han faltado pequeños detalles pero ha sido una final agradable, tuvo un gran nivel de tenis. De estos partidos son de los que luego sacaré grandes lecciones para seguir aprendiendo. Quiero estar realmente preparado en las próximas semanas de cara a Roland Garros". "La pantera" disputó su tercera final de Masters1000 tras las perdidas en Paris 2009-10 y estiró su racha negativa en finales ATP (5-19 su balance, 20,8% de efectividad), cómodo líder entre los tenistas activos y segundo en porcentaje en la historia de la ATP (Karl Meiler 4-14 su balance, 17,6% de efectividad).

La soltura de Gael es formidable

El francés ha llegado al menos a una final ATP por año desde 2005, doce temporadas consecutivas alcanzando un partido definitivo. Su mejor año fue 2010 con cuatro finales aunque solo triunfó en una de ellas. 14° ATP desde el lunes, supo ser el 7° en el ranking ATP en julio de 2011. Esta temporada llegó por primera vez a cuartos de final del Abierto de Australia ademas de ser finalista en Rotterdam. Si desglosamos sus derrotas en finales, tres se las propició Nadal, en dos abandonó, en otras dos perdió en el tiebreak del tercer set y en seis ocasiones cayó en el último parcial. Su último título fue en Montpellier 2014, hace más de dos años.

Daniel Vitale Pizarro

20 abril 2015

Va por todo


El festejo sentido en el club donde entrena durante el año

Quizá no estemos tomando dimensión de lo que Novak Djokovic está haciendo esta temporada. Su andar toma más relevancia si tenemos en cuenta el final del 2014. El serbio está en el mejor momento de su carrera, superior incluso al versión 2011 y lo refleja cuando comparan ambos comienzos de año: "Ahora soy un jugador más maduro y además soy padre". Da la sensación de que no tiene rivales que lo puedan desbordar . De él dependen los encuentros. Maduro física, mental y tenísticamente, "Nole" no da chances a sus contrincantes y los apabulla. El escollo más duro que presenta la arcilla es Rafael Nadal y el resultado en Mónaco marcó la diferencia entre ambos hoy: 6/3 6/3. Los que pueden arrebatarle un set, no le aguantan el ritmo físico y mental en el tercero. Ejemplos en 2015 hay muchos...

Una semana después de su tercer doblete Indian Wells - Miami, se presentaba en Monte Carlo. El sorteo había colocado a Nadal en su camino a la final y eso fue lo que sucedió en semifinales. El mejor partido del año de "Rafa" no alcanzó siquiera para robarle un set al número uno del mundo. Los dos momentos más calientes del partido fueron ambos séptimos games y se los llevó Novak. En la final lo esperaba Tomas Berdych, el segundo jugador más regular de la temporada por detrás suyo, con 27 victorias en siete torneos disputados pero sin títulos, un déficit que lo aqueja desde que es profesional.

Elasticidad y anticipación en plena devolución

El checo fue el único que le quitó un set y lo incomodó a fuerza de su constante ataque, pero se quedó en eso. Aunque luchó en el tercer set, remontó un 0-4 y estuvo cerca de emparejar las cosas, no pudo concretar ese juego clave. Novak detectó un mínimo titubeo y cerró el encuentro 7/5 4/6 6/3 en dos horas y 42 minutos de buen tenis. Tomas volvió a mostrar esa falta de contundencia en los momentos decisivos de los partidos importantes, lo que le impidió ganar más títulos o alcanzar más finales de Grand Slam. Las cuatro finales de Masters 1000 y la única de Grand Slam (Wimbledon) contrastan fuertemente contra las 18 semifinales en M1000 y las cinco semis en "Majors".

Tomas Berdych accedió en Monte Carlo a su 27° final ATP con un récord particular para su calidad dentro de una cancha: ganó solo 10 títulos. Acumula al menos una final ATP disputada por año desde 2004 más dos Copas Davis obtenidas con República Checa, además de ser miembro estable del Top10 desde 2010 y del Top30 desde finales del 2005. El nacido en Valasske Mezirici hace 29 años transita un momento crucial en su carrera si quiere dar ese salto de calidad que el mundo del tenis está esperando desde su irrupción en 2005 cuando sorprendió a todos en París Bercy. Su juego merece un palmarés más laureado y está a tiempo.

Los auspiciantes de ropa "casual" finalistas en el Principado

"Este torneo significa mucho para mí. Obviamente es especial porque se juega donde vivo y practico. Entreno en este club durante la temporada.  Fue un partido muy duro, muy especial. Contra "Rafa" jugué mi mejor tenis de la semana. Me vacié física y psicológicamente, y eso lo pagué. Hoy gané con el corazón. Lo que necesito ahora es un par de semanas de descanso para desconectar y recuperarme, he jugado y viajado mucho", declaró tras levantar su segunda copa en el Principado.

La última derrota de Novak Djokovic en Masters 1000 fue en la semifinal de Shanghai 2014 frente a Federer. A partir de allí, encadenó solo éxitos en la categoría. Campeón en París, el Masters, Indian Wells, Miami y Monte Carlo. Histórico. Desde que se crearon en 1990, es la primera vez que un jugador obtiene los primeros tres M1000 de la temporada. El récord se agiganta cuando le agregamos el Australian Open. Solo cayó ante Karlovic en su primer certamen del año y en la final de Dubai frente a Federer (¿cuándo no?). Imparable. 30 triunfos en 2015 con cuatro títulos en su poder, Roland Garros en la mira y... ¿el "Grand Slam" en el horizonte?

Contra el refrán: "La Copa se mira y se toca"

Monte Carlo significó su 23° título de Masters 1000, la misma cantidad que Federer y cuatro menos que el líder Nadal (27). Djokovic logró su 23° M1000 a los 27 años, Roger consiguió la misma cantidad a los 33 años y "Rafa" los obtuvo a los 26 años, datos que reflejan la paridad en el tiempo con el español y la ventaja de ambos ante el suizo. Fue su 52° campeonato en 75 finales, a seis trofeos de Nastase, el décimo en la historia con 58 cetros. "Ahora viene la mejor parte de la temporada: Madrid, Roma, Roland Garros y Wimbledon", presagió un sediento gran campeón, sin tiempo para festejar y si para descansar de cara a esta exigente parte del calendario.

Daniel Vitale Pizarro

21 abril 2014

Suiza copó Mónaco


Protocolo Real

Cuando parecía que lo de Stan Wawrinka había sido solo una ráfaga de tenis en el verano sureño con los títulos en Chennai y sobre todo en Australian Open, en Monte Carlo volvió a mostrar ese tenis de ataque, concentración y despliegue físico. Luego de unas largas vacaciones tras la obtención de su primer Grand Slam, le costó asimilar el triunfo en Melbourne y entró en un bache en los torneos siguientes. Octavos de final en Indian Wells y Miami más un tropezón en Copa Davis que lo obligó a despertar en el cuarto punto de la serie luego de perder el primer set y ganar el partido. Pareciera que representar a su país y darle la ilusión de ganar la Ensaladera por primera vez le propició el envión anímico necesario para enfrentar la gira sobre arcilla con otra convicción.

Al igual que en el primer "Major" de la temporada, en el Principado Stanislas derrotó a tres Top10 al hilo para llevarse el título. En Australia venció a Djokovic, Berdych y Nadal y en Monte Carlo sus derrotados fueron Raonic, Ferrer y Federer. Su récord ante este calibre de jugadores es de 6-0 en lo que va del año, un registro envidiable. Hasta la final, el oriundo de Laussana no había cedido nunca su servicio ni perdido ningún set y en el partido decisivo Roger le quebró un par de veces, le sacó un set pero igual no fue suficiente. Desde el tiebreak del segundo set, hubo un solo jugador en la cancha y fue "Stan". El de Basilea tomó las riendas del primer set, alcanzó luego la muerte súbita y nada pudo hacer. Wawrinka fue superior y en el set decisivo no tuvo piedad ante un rival que mermó su rendimiento al final y no pudo ganar un título que no tiene en sus vitrinas.

Brazos en alto, como su nivel en 2014

Wawrinka cosechó en Mónaco su título número siete en dieciséis finales ATP, una suma escasa para la calidad del jugador suizo, ganador de un "Grande". Esta fue su tercera final de Masters 1000, las tres en arcilla y la tercera fue la vencida. Cayó en 2008 ante Djokovic en Roma y el año pasado frente a Nadal en Madrid. Esta temporada, ante un renovado Federer, dejó de ser campeón de Grand Slam y no de Masters 1000 como lo son Kafelnikov, Gaudio y Del Potro. Es el único tenista que en 2014 se coronó en tres certámenes y curiosamente no aparece entre los que más partidos ganaron en el año. Pero si es el mejor, con varios puntos de ventaja en la "Carrera a Londres" sobre Djokovic y Nadal. Además mantuvo el tercer puesto del ranking, posición que hubiera perdido si no ganaba el torneo monegasco.

Trofeo y micrófono en mano, como ante "Rafa" en Australia, "Stan" fue respetuoso con su compañero de Davis: "Siempre es especial jugar contra Roger. Él es mi mejor amigo en el tour. Nosotros nos respetamos el uno del otro. Sólo trato en la cancha de ganar el partido. Antes y después, seguimos siendo muy buenos amigos. Durante el partido, acabamos de dar todo para ganar. Hoy estoy muy feliz de haber ganado". Y el bueno de "Stan The Man" mostró que su confianza está en alza: "Siento que cuando mentalmente estoy centrado y luchando, puedo vencer a todos los jugadores".

Todo el staff quiso la foto con el campeón

El finalista Roger Federer sigue agigantando su palmarés. En el Principado acumuló 951 victorias como profesional y 295 en Masters 1000 gracias a su acceso a la final, su 36° en esta categoría (21-15) y la 117° como profesional (78-39). En lo que va de la temporada es el jugador que más partidos ganó con un récord de 28-4, un título en Dubai y tres finales (Brisbane, Indian Wells y Monte Carlo), un arranque similar a las mejores épocas del suizo multicampeón de todo. Y si hacemos memoria, el último año que llegó a cuatro finales antes de Madrid fue en 2006. Esta fue su cuarta final aquí, sin poder levantar el trofeo tampoco en 2006, 2007 y 2008 ante un mismo rival, Rafael Nadal.

"Estoy muy feliz por Stan. Es una gran victoria para él después de ganar su primer Grand Slam este año. Él aprovechó las oportunidades cuando estuvieron ahí y eso es clave en la carrera de un jugador de tenis. Así que estoy muy contento por él. Ha sido un gran placer compartir este momento con Stan", fueron algunas de las declaraciones del mejor suizo de la historia que se mostró casi tan contento durante la conferencia como si hubiera ganado. Un ejemplo antes, durante y después del partido.

La peRFección esta vez no alcanzó.

Dos curiosidades que se dieron en esta edición del primer Masters 1000 sobre polvo de ladrillo. Federer en catorce partidos ante Wawrinka había perdido solo una vez y fue en 2009, en Monte Carlo. Y la derrota del exnúmero uno del mundo ante un compatriota en una final ATP no fue la primera en su historia ya que en el año 2000, en la definición del título en Marsella, cayó ante Marc Rosset. 0-2 para "Su Majestad" en finales contra jugadores helvéticos y 0-2 en Mónaco vs Stanislas.

Daniel Vitale Pizarro

22 abril 2013

Nace un nuevo Príncipe


Desahogo tras los problemas que tuvo en el tobillo durante la semana

Llegó el día. Como toda racha, tenía que terminar. Aunque esta parecía no tener fin, al menos a corto plazo, sucedió. Nadal dejó de ser el Príncipe del 'Principado de Mónaco'. Monte Carlo se quedó sin su Rey tenístico. Pero ojo, que no se preocupen mucho los monegascos porque el torneo ha quedado en muy buenas manos y a pocas cuadras de la cancha central, más específicamente, en la casa de un serbio llamado Novak Djokovic. Por primera vez en el Masters 1000 de Monte Carlo, derrotó a Rafael Nadal 6/2 7/6 en un partido en el cual el serbio casi no le dio chances, vengándose de sus anteriores derrotas aquí en 2009 y 2012 ante él.

El primer set fue casi un monólogo de "Nole". Hasta el 5-0, jugó perfecto. Profundo, agresivo, arriesgando y concretando chance de quiebre que se presentara. "Rafa" mantuvo su servicio tras salvar dos sets points y  luego de ese game, el partido tomaría otro color. El español quebró y a pesar de que cedió su servicio y el set con una doble falta en el 2-5, la intensidad y el nivel del balear cambió para mejor, lo que imaginaba un segundo set más parejo. Y así fue.

Dejame uno Rafa, vos ya tenés ocho...

Djokovic ya no lastimaba tanto con sus golpes de fondo gracias a que Nadal estaba más agresivo y metido en el encuentro, a pesar de que el ritmo del partido lo seguía llevando el serbio. Rafael tuvo ráfagas de buen tenis en el segundo set, que nos llevaron a pensar que podría haber un tercer set, cuando sacó 4-3 y luego 6-5, pero en ambos casos terminó sin revalidar esos quiebres. Llegaron al tie-break. El desarrollo del set auguraba una lucha en el desempate, con un Nadal concentrado, algo errático pero peligroso y un Djokovic que parecía haber vuelto al nivel del primer set. Nada de eso sucedió. Errores de Rafa y regularidad de Nole, terminaron con un deslucido 7/1 en favor del serbio, que marcó la diferencia que hoy hay entre ellos, sea la superficie que sea. El uno venció al cinco.

Djokovic logró su decimocuarto Masters 1000 en Monte Carlo y el octavo diferente, solo le falta Cincinnati, en el cual acumula cuatro finales. Aquí consiguió el 37° torneo ATP en su carrera en 56 finales disputadas y el tercero del año, luego de coronarse en el Australian OpenDubai. Extendió la diferencia de puntos con el número dos del ranking, puesto que retomó Federer sin jugar por la prematura derrota de Murray en Mónaco.

Gracias a la victoria, Novak se convirtió en el único jugador en ganarle tres finales a Nadal en arcilla (Madrid y Roma 2011, y Monte Carlo 2013), compartiendo esa cantidad de victorias junto a Gastón Gaudio, que lo derrotó en Hamburgo '03, Bastad '04 y Buenos Aires '05, aunque ninguna de ellas fue en finales. Los otras tres finales en las que cayó Nadal sobre polvo de ladrillo fueron ante Federer en Hamburgo '07 y Madrid '09, y contra Zeballos, este año en Viña del Mar.
Mirada cómplice. Jelena, incondicional.

El manacorí acumulaba 46 victorias consecutivas en Monte Carlo antes de la final versus Djokovic, récord que no pudo aumentar. Su récord en este certamen sigue siendo brillante, con 48 victorias, dos derrotas y ocho títulos consecutivos. La otra caída aquí fue allá por 2003, en octavos de final ante Guillermo Coria, finalista de esa edición. A pesar de la derrota, lo hecho por Nadal en el año roza la perfección. Disputó cinco torneos, de los cuales obtuvo tres (San Pablo, Acapulco e Indian Wells) y en los otros dos disputó la final (Viña del Mar y Monte Carlo). Su récord personal con Djokovic sigue siendo favorable (19-15). De esos 34 enfrentamientos, dieciséis fueron finales, repartiéndose ocho cada uno. Otro verdadero clásico del tenis moderno. 

"Yo quería ese trofeo toda mi vida, sobre todo en los últimos seis o siete años que he pasado mi tiempo y vida aquí conviviendo con el torneo de Mónaco. Esta es una gran inyección de confianza antes del resto de la temporada de arcilla", palabras de Djokovic luego del triunfo, y agregó: "Sabía que después del partido de ayer tenía la sensación de que era una gran oportunidad de ganar a 'Rafa', si yo estaba en el pick de mi juego. Los primeros seis, siete, ocho juegos, fueron increíbles. Es lo mejor que puedo jugar en arcilla. Es la única manera de ganar a 'Rafa' ".

Nadal también dijo algunas palabras luego de su derrota: "No es una tragedia, he perdido después de ocho años aquí. Hoy en día, él está mejor que yo ... Es un jugador fantástico. Si uno no está al 100 por ciento, es muy difícil ganarle a este tipo de jugadores. Su juego es muy completo. Para ganar, tengo que jugar lo mejor posible y llevarlo al límite. Creo que fue una semana positiva".

Daniel Vitale Pizarro

23 abril 2012

Monarca de Manacor

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Año 2003, tercera ronda del Masters Series de Monte Carlo (ahora llamados Masters 1000), Guillermo Coria vencía 7/6 6/2 a un joven español que venía de la qualy, para luego perder en la final contra Juan Carlos Ferrero. Al año siguiente, el "Mago" se coronaría en el principado. El joven español de 16 años que fue derrotado por Coria en 2003 no participó del torneo, tenía 17. En 2005, con 18 años, levantó el trofeo y escuchó el himno español mientras lo nombraban campeón del Masters Series de Monte Carlo. Esa imagen se repetiría ocho veces seguidas, si, leyó bien ¡ocho veces seguidas! A esta altura de la nota ya es una obviedad a quién estoy haciendo alusión pero por las dudas vamos a dejarlo marcado a fuego: RAFAEL NADAL.

Lo pongo con mayúscula porque no encuentro otra manera para marcar lo grande que es ese nombre en el tenis mundial, y especialmente en este torneo, Monte Carlo. Ayer levantó su titulo número 47°, el 33° sobre polvo de ladrillo, dejó rendido a sus pies al número uno del mundo, Novak Djokovic, lo borró literalmente de la cancha y firmó un 6/3 6/1 para volver a ganar un torneo desde Roland Garros 2011, una sequía que se estaba volviendo incómoda para Nadal, más aún al haber perdido sus últimas 7 finales frente al serbio, al que hoy doblegó.

A Nadal se lo vio convencido que era su partido, en "su" torneo no iba a tolerar una derrota más ante "Nole" y salió a la cancha a devorarse a su rival. Dejó a Novak sin poder siquiera intentar imponerse en el resultado ni en el juego, dominó durante todo el partido, hizo diminuto al serbio que nada pudo hacer frente al mallorquín, que aprovechó muy bien el descenso de nivel que mostró Djokovic en el torneo, dolorido por la muerte de su abuelo esta semana. "Rafa" no tuvo piedad y lo arrolló.

Lo hecho por Rafael Nadal es increíble desde donde se lo mire. Año tras año fue superándose a si mismo e intentando mejorar su juego, en ocasiones limitado en su faceta de ataque pero el mejor de estos tiempos en materia de defensa y contragolpe. Haciendo un poco de memoria, aún tenemos fresca aquella final del 2005 en un partido memorable en el principado al vencer a Coria y levantar su primer Masters 1000 de su carrera, el punto de partida para llegar hasta hoy, al cosechar ayer el número 20, siendo el tenista que más torneos de esta índole obtuvo en la historia, superando por uno a Roger Federer. En estas ocho finales pasaron cinco rivales, Coria, Federer tres veces, Djokovic dos veces, Verdasco y Ferrer, todos se tuvieron que conformar con el segundo puesto y soportar el himno español de fondo durante la entrega de premios, algo común en estos ocho años, familiar.

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El nacido en Manacor ya no es un jugador defensivo, aunque sigue siendo su arma principal. A su juego, en los últimos años le incorporó más agresividad, especialmente para que su físico perdure en el tiempo y no se lesione. Cambió la trayectoria de su brazo en el drive al atacar, para que no se levante tanto y tenga un radio de giro imposible para cualquier tenista, sin provocar una lesión a corto plazo, por eso el tamaño de su brazo izquierdo para soportar semejante aceleración inadecuada en ese golpe. Busca atacar más y no especular tanto con el error del rival.

Este año cambió de raqueta por una con más peso para ser más incisivo desde el fondo de la cancha. Mejoró paulatinamente su servicio y maduró en cuanto a su imagen dentro del court (dejó de usar musculosas, de festejar de manera extrovertida muchos puntos en un partido). Además intenta cambiar el ritmo del partido cuando no está fino desde la línea de base golpeando algún slice, aunque no sea su fuerte. Pero la característica principal para perdurar en la élite fue disminuir la masa muscular de su cuerpo para apaciguar el rebote al piso por la situación de sus rodillas, que le diagnosticaron hace unos años "rodillas de una persona de 35 años".

Así y todo Rafael Nadal no se cansa de ganar partidos y títulos, y una vez más se prende en la pelea por el número uno del mundo, sabiendo que Novak Djokovic tiene que defender una inmensa cantidad de unidades y que Roger Federer ya no es el mismo de años anteriores, aunque sigue siendo una eminencia en el circuito y un rival siempre candidato. El español sigue progresando y cada vez que entra a una cancha de tenis a desplegar su juego deberíamos decirle, simplemente ¡gracias!

Daniel Vitale Pizarro