Mostrando entradas con la etiqueta Cincinnati. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cincinnati. Mostrar todas las entradas

02 septiembre 2020

A por todo y todos

Tuvieron que pasar más de cinco meses para que se reanudara el tenis profesional. Luego de varios calendarios provisorios cancelados, en Nueva York llegó el tan esperado día por jugadores y fanáticos del deporte. Bajo una 'burbuja' con protocolos estrictos y sin público para evitar el contagio del Coronavirus, se desarrolló el Masters1000 Cincinnati en Flashing Meadows, las mismas instalaciones en las que se disputará el US Open. El campeón aun no conoce la derrota durante esta atípica temporada que aunque se hayan disputado solo tres meses de competencia, no es para sencillo acumular veintitrés victorias consecutivas, veintiséis si contamos desde la Copa Davis a fines de noviembre 2019. Hablamos del número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic.

Campeón de Copa Davis en Madrid la temporada pasada y de la inaugural ATP Cup en enero con Serbia; del Australian Open y Dubai, Djokovic llegaba a Cincinnati invicto pero con ciertas dudas tras el largo parate y luego del bochornoso 'Adria Tour', exhibición organizada por él y su equipo que no pudo completar su gira por los Balcanes ya que se sucedieron varios casos positivos de Covid-19, incluyéndose él y su mujer. Vapuleado por los medios de comunicación, las dudas de si podía mantener esa seguidilla de victorias se acrecentaron en Cincinnati luego de no disputar el dobles por dolores en el cuello y tomaron más fuerza aun a medida que pasaban los partidos con asiduos llamados al 'trainer' para tratar de apaciguar esos dolores. Pero Djokovic está hecho de otra cosa, aun no sabemos de qué.

Como si nada de eso le afectase en lo mental, se sobrepuso a todos sus rivales en Nueva York, incluso cuando fue superado tenísticamente. El balcánico encontró la manera de sacar adelante partidos comprometidos como ante Roberto Bautista Agut en semifinales (el español sacó 6/5 en el tercer set) y Milos Raonic en la final (el canadiense le arrebató el primer set 6/1). Nada fue suficiente para cortar su invicto. Tenísticamente cumplió. Físicamente no se mostró en gran forma con muchos 'medical time out' a lo largo de la semana por molestias en su cuello. Pero lo más importante, su fortaleza mental, le funcionó a la perfección, como casi a lo largo de toda su carrera. "Nole" no necesita jugar bien al tenis para ganar partidos o incluso títulos ATP, una de las grandes diferencias entre el Big3 y el resto.

Invicto desde noviembre 2019 y con la confianza por las nubes, apenas finalizado Cincinnati y a un día del inicio del US Open, el serbio lanzó una organización paralela a ATP e ITF llamada PTPA (Professional Tennis Players Association). Este nuevo organismo, apoyado por John IsnerVasek Pospisil y la gran mayoría de los participantes de Cincinnati fue creado con el objetivo de mejorar las condiciones de los tenistas, sobre todo del Top500. La falta de comunicación con los jugadores, la desproporcionada cantidad de dinero entre el campeón y el perdedor en primera ronda, un calendario interminable y obligatorio y la creación de la ATP Cup (enero) apenas modificada la Copa Davis (noviembre), son los principales motivos por los cuales Djokovic y compañía alzan su voz.

A pesar de ser el centro de atención durante estos meses, Djokovic sigue centrado en romper todo récord que se le presente. Hace rato que Novak se mantiene enfocado solo en los grandes eventos y la prueba de ellos está en que no gana un ATP250 desde junio 2017 (Eastbourne): “Solo intento disfrutarlo y abrazar el proceso. Cuánto tiempo va a durar este viaje y qué tipo de legado voy a dejar atrás… eso depende de otra persona, que lo juzgue realmente. Pero estoy tratando de hacer mi mejor esfuerzo. Obviamente, con los objetivos y ambiciones que tengo en la pista, quiero jugar mi mejor tenis en eventos de Grand Slams y Masters1000. Eso es en lo que me estoy concentrando ahora. Y también fuera de la pista, tratando de aprovechar al máximo la energía que he conservado”.

Daniel Vitale Pizarro
@DanivipiTenis

19 agosto 2019

El relevo ruso


“Aunque no hubiera terminado ganando este trofeo, hubieran sido igualmente tres semanas increíbles, las mejores de mi vida”, fueron las primeras palabras de Daniil Medvedev apenas recibió el trofeo de campeón del Masters1000 Cincinnati. Finalista en Washington y Montreal, el título en Estados Unidos premió la regularidad y el alto nivel del ruso durante el verano norteamericano. Top10 por primera vez en julio, los resultados de las últimas tres semanas lo depositaron como cinco del mundo una semana antes del US Open, el último Grand Slam de la temporada y el torneo que comienza a definir las plazas para el Masters de fin de temporada.

Embed from Getty Images

Medvedev (16°) inició el año con la final en el ATP250 Brisbane (Australia). Djokovic lo frenó en octavos de final del Australian Open y dos semanas después, en Bulgaria, fue campeón del ATP250 Sofia. Unos meses más tarde, en su segundo torneo en arcilla, perdió la final del ATP500 Barcelona. Una mala racha de cuatro derrotas seguidas en arcilla y césped no hicieron mella en la confianza del nacido en Moscú. A pesar de ese bajón, la temporada del moscovita durante la primera parte del año era muy buena: un título, dos finales y tres semifinales. Pero lo mejor estaba por venir. Terminada la gira sobre césped, Daniil viajó a Norteamérica como Top10 para disputar tres certámenes antes del US Open.


Su nivel de tenis fue creciendo a medida que pasaron los torneos, y los resultados lo acompañaron. En Washington lo alejó del titulo Nick Kyrgios 7/6 7/6 en la final y en Montreal derrotó a dos Top10 camino al último partido pero Rafael Nadal fue demasiado (6/3 6/0). Sin descanso, en Cincinnati se cargó en semifinales a Novak Djokovic (1°) y en la final a David Goffin, su verdugo en Wimbledon antes de la seguidilla positiva norteamericana. Tres victorias y una derrota ante el Top10 en tres semanas consecutivas. Si extendemos las estadísticas a la temporada 2019, seis de las diez finales ATP que disputó las logró durante estos nueve meses al igual que seis de sus siete triunfos ante el Top10, incluyendo dos partidos ganados al Nº1 ATP (Djokovic), en arcilla y dura. Brillante.
“Trato de afrontar cada partido siempre de la misma manera, aunque llegue con nuevas experiencias. Después de hacer esa primera final de Masters1000 me veía inestable, como un niño. Sobre todo al verme enfrente de Rafa, que tiene 55 finales de Grand Slam y otras 55 de Masters1000. Estoy exagerando, por supuesto, pero sé que para él eso forma parte de su rutina. Yo estaba allí por primera vez, con el estadio lleno, una experiencia que pude usar hoy para estar más tranquilo cuando salté a la cancha y usar eso a mi favor. Goffin nunca había tenido esa experiencia y tal vez por eso gané”, analizaba el nuevo campeón, con la mente fría en conferencia de prensa como en el partido tras ganar el título con cuatro aces consecutivos luego de estar 7/6 5-4 15-40.


El propio jugador explicó el porqué de su 'frío festejo' al ganar el título más importante de su carrera: "Si me hubiera preguntado al principio de la semana cómo celebraría un título aquí, hubiera dicho que tirándome al suelo, gritando, saltando y luego levantando las manos. Pero no, acabé agotado después de todo el partido, para ser honesto. A partir del 5-3 empecé a tener calambres en todas partes, pero traté de no mostrarlo. Con el 15-40 pensé en la posibilidad de irnos al 5-5, pero logré conectar cuatro saques directos. En ese momento ya no me quedaba fuerza para hacer nada”.
El Top5 de quien reside en Monte Carlo sorprendió a propios y extraños pero por sorprendente no deja de ser meritorio y merecido: “Es un logro que probablemente no podría creer hace tres semanas, porque apenas acababa de meterme en el Top10. Pensaba que el objetivo era permanecer Top10, pero ahora me veo entre los cinco primeros, por delante de grandes campeones como Zverev o Nishikori. Eso es enorme". Pegador por naturaleza que aprendió a ser paciente, se siente cómodo con velocidades altas de juego y sufre cuando le varían las alturas y los efectos de la pelota. Su juego plano desde el fondo de la cancha molesta a todos y su técnica poco ortodoxa despista a más de uno. Gran sacador, en Cincinnati agregó un segundo saque por encima de los 200km. ¿Podrá poner contra las cuerdas al Big3 en Nueva York?

Daniel Vitale Pizarro

21 agosto 2018

¡Bingo!


Novak Djokovic irrumpió en el circuito en 2007. Finalista en Indian Wells y campeón en Miami, indumentaria Sergio Tacchini y raqueta Wilson, el serbio de diecinueve años era campeón de Masters1000. Once años después, también en Estados Unidos pero en Cincinnati, logró lo que nadie pudo desde que se crearon los nueve torneos más importantes del circuito ATP luego de los tradicionales Grand Slams y el Masters. Super9, Masters Series, Masters1000 o comos e llamen en un futuro no tan lejano, nunca en 28 años de existencia un tenista había ganado todos. Eso es lo que consiguió Djokovic en Ohio, en su sexta final en el certamen. Nueve de nueve.
Los nueve elegidos en 1990 eran los torneos más importantes de la época que la ATP igualó en puntaje y aproximó en dinero para darle la misma jerarquía y la "obligatoriedad" de participación. A lo largo de los casi treinta años de existencia dos plazas sufrieron cambios de ciudad: la cuarta y la octava. El actual Shanghai, octavo M1000, es el más cambiante de todos: pasó por Suecia, Alemania, España y China. El otro cambiante fue Hamburgo que cedió ante Madrid en 2008. Lo que nunca cambió fue la cantidad. La categoría Masters1000 fue asentándose como tal hasta tener la importancia que la ATP buscaba, categoría a la que acuden los mejores tenistas del momento, siempre.


Djokovic entendió el mensaje de la ATP y se tomó en serio lo de la importancia que tienen los Masters1000 para la historia del tenis y luego de ganar los cuatro Grand Slams (al hilo), fue por más. Federer y Nadal, campeones de los cuatro Grand Slams al igual que el serbio, ostentan siete M1000 diferentes y a Novak solo le faltaba uno, Cincinnati, tierra en la que había caído cinco veces en la final. Campeón impensado de Wimbledon por la tortuosa vuelta al circuito luego de estar seis meses parado, y eliminado rápidamente en Toronto días atrás, el de Belgrado (10° ATP) no era el máximo favorito al título, aunque nadie quiera enfrentarlo tenga el ranking que tenga.
Inestable en las rondas previas, en la final no titubeó. Competidor como pocos, único en dominar mentalmente a Nadal (la mejor mente de la historia), en el partido por el título hizo lo que mejor sabe hacer... ganar. En frente estaba Roger Federer (2°) con el que mantiene un H2H por demás parejo (23-22) aunque desparejo en finales (18-6). No le pesó el poder quedar en la historia y la sexta fue la vencida. Saltando de alegría como un niño en el festejo, derrotó a un Federer siete veces campeón en Cincinnati y que lo había derrotado en las finales de 2009, 2012 y 2015. Se dio el lujo de quitarle el invicto en finales allí.

Embed from Getty Images

Campeón de todo, el serbio hizo historia pero se lo tomó con calma: "Es un placer compartir la cancha con Federer, con el gran jugador de todos los tiempos. Realmente lo digo. Él y Nadal han sido una parte tan integral e importante de mi vida y mi carrera y de mi evolución como tenista. Me hacen jugar mi mejor tenis. Me hacen mejorar. Me hicieron pensar en lo que tengo que hacer para tratar de ser el mejor jugador del mundo. Definitivamente, se trata de uno de los momentos más especiales de mi carrera. Ser el único hombre de la historia en ganar todos los Masters1000 y todos los Grand Slams me hace sentir tremendamente orgulloso para el resto de mi vida”.

Embed from Getty Images

Federer inició 2018 de manera impecable aunque le costó mantener el nivel de 2017 y del Australian Open 2018. Volvió al N°1 pero no pudo mantenerlo por la gran cantidad de puntos que defendía y por el fenomenal nivel de Rafael Nadal. N°2 ATP, le restó importancia a su bajo nivel en la final y halagó al campeón sin tapujos: "Esta conferencia de prensa. No se debería tratar de que fallé devoluciones de segundo servicio. Si no de que él ha hecho historia. Esa es mi opinión. Podemos profundizar en cualquier punto que deseen, pero creo que el titular es sobre el logro increíble de Djokovic. Espero que esté extremadamente orgulloso y feliz por este momento”.
A sus 37 años recién cumplidos, Federer alcanzó su 150° final ATP (98-52), 48° de Masters1000 (27-21). En lo que va de temporada el helvético suma tres títulos en seis finales sobre ocho torneos disputados, un porcentaje alucinante de victorias/derrotas. Más selectivo que nunca para rendir al 100% en cada torneo al que se presenta, producto de la edad y los años de vigencia en el circuito, Roger está obligado a tener buenos resultados para no caer en el ranking. Y de momento le está saliendo casi a la perfección. El US Open, próxima cita, puede decantar quien terminará como N°1 en 2018 y Nadal lleva la ventaja.

Daniel Vitale Pizarro

21 agosto 2017

Todo llega

Una publicación compartida de Grigor Dimitrov (@grigordimitrov) el

Brisbane fue el anuncio de que 2017 era el año de su vuelta a los primeros planos. Las victorias en el ATP250 australiano ante Thiem (8°), Raonic (3°) y Nishikori (5°) no pasaron desapercibidas. Su gran presente siguió en el Abierto de Australia, frenado por Nadal en una maratón a cinco sets en semifinales. Luego fue campeón del ATP250 en Sofía (Bulgaria), su país natal. Los mejores dos meses de su carrera. Era el momento perfecto para dar el salto de calidad en los Masters1000 norteamericanos y volver al Top10. Pero los fantasmas del pasado volvieron. La prensa hizo de las suyas una vez más y Grigor Dimitrov volvió a chapotear en el agua como en 2015-2016.

Nueve torneos pasaron para que pudiera encadenar tres victorias consecutivas en un mismo certamen (Queen's y Wimbledon). Pero la mala racha volvió en Washington y Montreal con sendos octavos de final ante rivales muy inferiores a él. Sin siquiera un cuartos de final en los seis Masters1000 del año, llegó a Cincinnati con dudas sobre su nivel, muy distante del mostrado en enero-febrero. El cuadro se abrió por las baja de siete Top10 y el búlgaro no iba a dejar pasar esa oportunidad. Sin perder sets, pero no por eso partidos accesibles, se abrió camino hasta semifinales, instancia a la que había accedido el año pasado, la cuarta en esta categoría.
Embed from Getty Images

John Isner era un escollo durísimo. Campeón en Newport y Atlanta en 2017 y local en Ohio (USA), iba a vender cara su derrota. 7/6 7/6 para Dimitrov, según el propio jugador uno de sus mejores partidos por todo lo que rodeaba al encuentro. Primera final de M1000 tras caer en semifinales de Roma y Toronto 2014, y Cincinnati 2016. El rival en la definición era Nick Kyrgios, debutante también en final, tan peligroso como talentoso y volátil. Pero Grigor, concentrado y enfocado con su plan de juego y sin distraerse, aguantó los embates del rival y sorteó al australiano en sets corridos para ser campeón de Cincinnati. A los 26 años logró lo que todos esperaban de él a los 20. Todo llega.

Franco Davin, único coach argentino campeón de Grand Slam con dos jugadores diferentes, fue entrenador del búlgaro durante nueve meses en 2015-2016. La dupla empezó con elogios entre ellos, pero los resultados no llegaron. Según allegados, Franco habló mucho con Grigor durante su trabajo mancomunado: "El entorno que tiene es un caos, hay mucho para ordenar. Él es un superdotado física y técnicamente. Al potencial que tiene hay que agregarle trabajo y orden". Y eso es lo que hizo de un tiempo a esta parte. El trabajo no da resultados de un día para otro y cada jugador reacciona diferente a los cambios en su vida personal y profesional. Hoy "Dimi" parece haber encontrado el camino correcto.

El mental tanto personal como profesional se nota en la cancha. Atrás quedó el mote de "Baby Federer" que tanto daño psicológico le hizo, y los romances con Serena Williams y luego con María Sharapova, lo que le significó salir en más revistas del corazón que deportivas y de tenis, al fin y al cabo lo más importante, su trabajo, el cual se destaca desde junior. Campeón del US Open en singles, de Wimbledon en dobles y N°1 del mundo en junior, todo en 2008, estaba destinado a ser el futuro del tenis por sus resultados y su estilo de juego, completo y vistoso. El combo perfecto lo completaba su apariencia física, muchas veces tildado como 'el más guapo del circuito'.

Feliz como pocos tenistas campeones, el 9° ATP desde el lunes (ex 8°) expresó su alegría ante los medios: "Estoy muy feliz. Muy feliz. Esto es increíble. Ganar un Masters1000, mi primero, no hay nada más que pueda decir. Feliz y abrumado de tener este trofeo en mis manos- Ganar aquí mi primer Masters1000 es increíble. Siempre me gustó este torneo. He jugado aquí varias veces y siempre pensé que éste podría ser uno de los primeros y ha sido el primero. Ahora lo más importante es mantener los pies en el suelo y seguir haciendo el mismo trabajo, creer en mí mismo y prepararme de la mejor manera que pueda para Nueva York".
Embed from Getty Images

Nick Kyrgios es único e irrepetible. Sin títulos en la temporada pero con victorias y derrotas tan rutilantes como sorpresivas, el australiano de 22 años se plantó en la final de Cincinnati luego de tres retiros consecutivos y un octavos de final en Montreal. El triunfo sobre Nadal (N°1 el lunes) en cuartos de final dejó a todos con la boca abierta. Pero no es nada diferente a sus victorias ante Djokovic en Acapulco e Indian Wells o contra Zverev en Indian Wells y Miami, a ambos en semanas consecutivas. Kyrgios es dinamita. La otra cara son sus derrotas contra Jan Satral (157°) en Copa Davis o Nicolas Kicker (92°) en Lyon, por citar solo ejemplos de este año.

Kyrgios juega al tenis como pocos jugadores en el circuito. A veces sin ganas, a veces irrespetuoso, a veces soberbio, a veces genial. Su talento le permite golpear la pelota incómodo y lastimar; sin flexionarse y generar potencia igual. Su servicio es uno de los mejores del mundo, sino el mejor, con velocidad y variantes excepcionales. Fuerte físicamente pero a la vez débil en cuanto a las lesiones, su mente juega muchas veces en su contra. A excepción de los jugadores con los que tuvo problemas, sus colegas dicen que es una buena persona. Lo cierto es que "Nick" le hace bien al tenis, es una bocanada de aire fresco para un tenis acartonado, lleno de caballeros que solo se felicitan entre sí.

Daniel Vitale Pizarro

22 agosto 2016

Ataque sorpresa



Un clásico de Cincinnati

No son muchos los casos en los cuales un jugador es ganador de Grand Slam pero no de Masters1000, la categoría anterior en jerarquía. Más aun, nunca había sido semifinalista en esta categoría (0-8 en CF). Kafelnikov es el caso más curioso porque no solo ganó Grand Slams (2) sino que fue N°1 del mundo. Gastón Gaudio también se coronó en un Major (Roland Garros 2004) y nunca pudo hacerlo en un Masters Series, llamados así hasta 2009. Marin Cilic pertenecía a esa lista al haber conquistado el US Open 2014 y trece torneos más, todos ATP250 (más raro aun). Pero en Cincinnati el croata iba a diferenciarse de ellos.

Marin Cilic sorprendió a todos hace dos temporadas cuando se proclamó campeón de Abierto de los Estados Unidos. Mismo resultado en Moscú semanas más tarde, nunca más volvió a demostrar ese nivel. Lesiones y rendimientos irregulares privaron a Marin de luchar por los puestos de vanguardia del ranking ATP. Exnúmero ocho del mundo y sin salir del Top15 desde que ganara el US Open, desembarcó en Cincinnati con sensaciones extrañas porque había caído prematuramente en Rio 2016 frente a Monfils tras un gran nivel demostrado en Wimbledon cuando se le escapó de los manos el partido de cuartos de final ante Roger Federer. Ese fue el partido clave.

Saque y derecha, combo letal

El camino al título no fue para nada sencillo. Troicki, Verdasco, Berdych (8°), Coric (vencedor de Nadal), Dimitrov (el búlgaro sacó 6/4 4-2) y Murray (2°). El escocés llegaba a su séptima final consecutiva y con una racha de 22 partidos ganados de forma consecutiva (Queens, Wimbledon, JJOO y Cincinatti), la más extensa desde que es profesional. Candidato principal al título por la ausencia de Djokovic, no estuvo al 100% de sus posibilidades físicas ya que el domingo era campeón en Rio 2016 y el miércoles debutó en Ohio, con lo exigente que fueron las olimpíadas. Dolores en su hombro casi lo obligan a abandonar durante los primeros días pero aguantó y llegó a la final.

“Después del primer partido, tuve problemas con mi hombro. Lo hablé con mi equipo y el fisioterapeuta confiaba en que fuera solo fatiga y no un daño estructural. Cuando supe que no iba a empeorar la situación, pensé: ‘Tratemos y ganemos la mayor cantidad de partidos posibles'. Estoy muy orgulloso de mi semana. La final no se dio como hubiera querido, pero no esperaba clasificar a la final. Ha sido muy positivo. Ahora pienso en descansar algunos días”. Así describió Andy su semana en Cincinnati, torneo que ganó en 2008 y 2011, y agregó: “Estoy jugando mi mejor tenis. No está ni cerca de lo que había hecho antes".

600 y contando...

El británico alcanzó las 600 victorias al acceder a cuartos de final y terminó el torneo con 602 triunfos ATP, cifra solo alcanzada por 23° jugadores en la 'Era Abierta'. No pudo coronar la semana con el trofeo de campeón pero el homenaje por la tremenda suma de partidos ganados fue en cancha. Noticia también fue la primera derrota del escocés bajo la conducción de Ivan Lendl. En su segunda etapa como 'coach' del N°2 del mundo solo conocía victorias pero esa senda no es interminable y se tuvo que conformar con un segundo puesto. A 1215 puntos ATP de la cima del ranking mundial, la lucha por el N°1 tras el Masters dependerá de como se distribuyan los puntos en el US Open...

Invasión de fans

La confianza del croata tras Wimbledon se combinó con la agresividad de siempre, basada en un gran servicio y en su dominante derecha lo que terminaron en su primer título de la serie mil. “Siento que esta semana jugué a un gran nivel de tenis. Es mi mejor semana de juego desde el US Open 2014. Incluso el año pasado pude disputar algunos buenos torneos, pero todavía estaba buscando mi juego. Esta semana he logrado encontrar un buen ritmo en las pistas. En las primeras rondas tuve un nivel muy bueno. El partido ante Berdych fue de gran calidad de tenis", las sensaciones de un jugador que nunca bajó los brazos y que llega de la mejor manera a Flushing Meadows.

El campeón pudo con la hegemonía del Big4 en los Masters1000. Desde 2010, es apenas el quinto jugador que logra coronarse en un M1000 a excepción de Djokovic, Nadal, Federer y Murray. 54 de los últimos 59 certámenes fueron conquistados por alguno de ellos y Cilic pudo inscribirse en esa selecta lista. Soderling (Paris 2010), Ferrer (Paris 2012), Wawrinka (Monte Carlo 2014), Tsonga (Toronto 2014) y Cilic (Cincinatti 2016), los privilegiados. 15° título ATP para el nacido en Medjuorje (Bosnia), primero de la temporada sobre tres finales disputadas con un total de 26 finales ATP desde que es profesional.

Daniel Vitale Pizarro

24 agosto 2015

Roger tiene la edad de su juego


Roger mira al cielo y Novak al piso.

"He tenido un montón de tiempo desde la final de Wimbledon. Estoy fresco y con ganas de jugar. No puedo esperar a que empiece el torneo. Los entrenamientos han ido bien y estoy muy contento de cómo me siento". Así declaraba Roger Federer antes de debutar en Cincinnati ante Roberto Bautista Agut. Ausente en Montreal por cuestiones de planificación, algo que Federer estudia minuciosamente, llegó a Ohio para defender su corona con el riesgo de trastabillar y llegar al US Open casi sin partidos. Pero nada de eso sucedió, si no todo lo contrario. Incluso recuperó el N°2 del mundo, puesto que le había arrebatado Murray la semana pasada tras ser campeón en Canadá.

Una hora y nueve minutos duró el español en cancha. Un monólogo de Federer que hizo lo mismo en las rondas sucesivas contra Kevin Anderson (55 minutos) y Feliciano Lopez (62 minutos), rivales de fuste que literalmente borró de la cancha. Su propuesta ultraofensiva, aun más de lo habitual, opacó las virtudes de los demás. Murray era el semifinalista, la vara estaba más alta pero el nivel de Roger no bajó. Menos lanzado a la red que los partidos anteriores pero siempre con la intención de atacar e ir hacia adelante, controló las acciones y neutralizó el juego del británico. 6/4 7/6 para el suizo y final en Cincinnati, séptima en este Masters1000 que ganó las seis veces anteriores.
Feliz, agradece el apoyo del público.

La final era una vez más contra Novak Djokovic. Por quinta vez en la temporada se veían las caras en la definición por un título. En Dubai se llevó el trofeo el helvético y las tres restantes (Indian Wells, Roma y Wimbledon) fueron para el de Belgrado. En el sexto Masters1000 del año, la rivalidad Federer-Djokovic se reeditaba por 41° vez, historial empardado en veinte triunfos por lado. 4h 43m había estado en cancha "RF" antes de la final contra las 6h 49m de "ND". Y si a eso le sumamos los cinco partidos disputados la semana pasada en Montreal, la condición física de cada uno podría haber llegado a pesar, algo que para alegría del público y sponsors, al menos a simple vista, no se notó.

El primer set fue equilibrado en el resultado hasta el tiebreak pero no tanto en el desarrollo. Sin ceder opciones de quiebre, Federer no tuvo complicaciones al servicio (como durante toda la semana) y peleó varios juegos de saque de Djokovic. Su agresividad al resto, algo inusual en él, dio sus frutos en la muerte súbita y al comienzo del segundo set, cuando quebró el servicio de Novak y se encaminó hacia la victoria. El tiebreak fue un mazazo para "Nole". Cedió terreno que no pudo recuperar. 7/6 6/3 y título para el mejor tenista de la semana. Derrotó a Murray (2°) y a Djokovic (1°) en fila. Por segunda vez en su carrera venció en un mismo torneo al 1° y 2° del mundo, como en el Masters 2003 (Ferrero -2°- y Roddick -1°-).

Pasión eterna

La actuación de Federer en Cincinnati fue colosal. A sus 34 años recién cumplidos, demuestra torneo tras torneo que está más vigente que nunca. Y se da el lujo de re-reinventarse. Notorio fue el cambio (para bien) de su juego desde la contratación de Stefan Edberg como coach pero esta semana le aplicó una marcha más a esa táctica. Su servicio funcionó a la perfección, manejó los tiempos y jugó a gusto con su derecha, incisiva como de costumbre. La volea, inexpugnable, firme y decisiva. Pero lo que más impacto causó fue su devolución, golpe con el que durante su carrera nunca brilló. Desde "winners" hasta "chip and charge", todo le salió bien. Presionó como nunca, ahogó a sus rivales y hasta devolvió muchas veces de sobrepique atorando a sus rivales. Alucinante.

Federer confesó que practicó la devolución de bote pronto como un chiste durante los entrenamientos y que se dio cuenta que podría funcionar en Cincinnati por la superficie y condiciones de Ohio. "No voy a jugar en la manera en la que ellos quieren que juegue. Es un poco una locura para ser honesto, pero me está funcionando. No es que lo haga en todos los segundos saques, sino en algunos puntos. Es bueno crear un poco de confusión en la cabeza del adversario", reflexionaba en conferencia de prensa sobre las tácticas a utilizar y lo realizado esta semana. Además aclaró lo roles de sus entrenadores y la influencia positiva de Edberg: "Stefan es quien me da diferentes consejos sobre qué hacer en los partidos o los entrenos pero es Severin el que maneja el barco". Claro como siempre.

Su derecha marca el ritmo de los partidos.

Los números de "Su Majestad" no paran de aumentar y el paso del tiempo parece no afectar su eficacia. 87 títulos ATP, 24 Masters1000, siete en Cincinnati y cinco esta temporada. Número dos del mundo, se mantiene en el Top10 de manera consecutiva hace 672 semanas, aun lejos de las 788 de Connors. Donde si es líder es en las semanas como número uno del mundo (302) y como Top2 con 463 y contando. "Creo que soy un jugador mejor ahora que cuando tenía 24 años porque practiqué durante diez años y tengo diez años más de experiencia. Siento que golpeo mejor mi servicio y mi revés, mi derecha sigue siendo tan buena como siempre y mi volea está mejor que nunca".

El campeón agregó Cincinnati a la lista de los torneos que consiguió siete veces. En Ohio levantó el trofeo en 2005, 2007, 2009, 2010, 2012, 2014 y 2015. Wimbledon y Dubai también los ganó en siete oportunidades y Halle ocho veces, los cuatro certámenes en los que más triunfó. Djokovic se quedó con las manos vacías: perdió por quinta vez la final aquí. Si agregamos la final perdida en Roland Garros, cayó en las finales de los torneos que le faltan para completar el tanto "Grand Slam" y como el "Carrer Golden Masters", en un año en el cual parecía que arrasaba con todo. No todo es color de rosa para Novak, la remera de Roger sí.

*El título es un tuit de @unmoroenlacosta.
Daniel Vitale Pizarro

19 agosto 2014

Larga vida a Roger


¿El mejor drive de la historia?

Por enésima vez, como si de callar a sus detractores se tratara, Roger Federer volvió a hacerlo. A los 33 años y con dos pares de gemelos (un distinto en todos los aspectos), el suizo multicampeón se dio el gusto de festejar el título número 80 de su holgada carrera como profesional, nada menos que en un Masters 1000. En Cincinnati, "el expresso suizo" apretó el acelerador en el momento justo y derrotó una vez más a David Ferrer, su rival de turno el domingo. "Quizás le gane alguna vez en el circuito de veteranos", exclamó entre risas "Ferru" tras perder una vez más ante el helvético (H2H 0-16).

Pero no solo nacieron sus hijos en 2014. La temporada incluyó varios cambios significativos para intentar, una vez más, volver a ser protagonista y candidato cada semana. Brisbane fue el punto de partida de sus "cambios". Desde el 2000 que no disputaba ese certamen (ex Adelaida), al cual cambió por Doha. Y precisamente en Brisbane comenzó a utilizar un prototipo de raqueta muy distinta a la que lo acompañó durante casi toda su carrera. Color negro opaco, aro 98 en vez del aro 90 anterior, similar balance y peso, y mismo patrón de cuerdas (16x19) y encordados (Tripa natural en las verticales y Luxilon Alu Power Rough en las horizontales).

Mirka, avisale a los chicos que gané y que vuelvo a casa en un rato (?)

Roger Federer, como en Gstaad y Hamburgo 2013 cuando probó pero la abandonó por falta de adaptación, dejó atrás el arma que tantas alegrías le dio, pero que su juego (y edad) le exigían un cambio si quería seguir en la elite. A todo eso le sumó a Stefan Edberg como "head coach", una apuesta fuerte para "volver a ser". En Cincinnati estrenó el modelo definitivo de ese prototipo que utilizó hasta Wimbledon con un leve cambio: aro 97. El modelo que comercializará la marca de la "W" se llama: Wilsonf Pro Staff RF 97 Autograph. En su segundo torneo con la nueva herramienta, gritó campeón.

Y los cambios se notaron rápidamente. Dueño de un físico privilegiado que no decanta los 33 años que dice su documento que ineludiblemente, por el paso del tiempo, no es el mismo, empezó a cambiar su táctica dentro de la cancha para suplir las pequeñas diferencias de la edad. Más atención a su servicio, más idas a la red para cerrar los puntos antes, voleas más simples, puntos más cortos y la intención de ser más agresivo siempre que se pueda. Como todo cambio, los resultados positivos no llegan de un día para el otro, pero las buenas sensaciones se notaron desde los primeros torneos del año. Final en Brisbane (Hewitt) y semifinal en el Australian Open (Nadal) prometían un 2014 auspicioso, teniendo en cuenta la floja temporada 2013 en comparación con su historia.
El Top5 de los mejores tiros de Cincinnati

La decisión a último momento de disputar la primera ronda de Copa Davis para ayudar a su equipo a derrotar a Serbia (sin Djokovic), fortaleció su confianza. Semanas más tarde, en Dubai, brilló ante Novak en semifinales y cumplió en la final ante BerdychRoger volvía a levantar un ATP 500, algo que no hacía desde Dubai 2012. La siguiente parada fue Indian Wells y perdió ante Djokovic en la final, 7/6 en el tercero. La moneda cayó del lado del serbio pero Federer demostró que la versión 2013 había quedado atrás. Una vez más la Copa Davis inyectó de confianza a "RF". La victoria ante Kazajistán, serie en la que aportó dos puntos, derivó luego en otra final de Masters 1000, pero sobre arcilla, en Monte Carlo. Otra victoria ante Djokovic en semifinales no bastó para poder derrotar a Wawrinka, que se llevó el título en Mónaco.

En el medio de todo eso, nacieron Leo y Lenny Federer, por lo que Roger se bajó de Madrid y volvió en Roma, aunque perdería en primera ronda (Nishikori). Los octavos de final ante Gulbis en Roland Garros marcaron que la arcilla había terminado para Federer y que el césped entraba en acción. Campeón en Halle por séptima vez y finalista en Wimbledon por novena vez. Federer volvía a ser Federer. Distinto pero a la vez el mismo. Pequeños cambios hicieron que siga la senda de la victoria, para el deleite de sus seguidores, la admiración de los conocedores y la frustración de sus rivales.

Dos ejemplos dentro y fuera dela cancha

La gira norteamericana de cemento dio inicio y Federer no la desaprovechó. La final en Toronto perdida ante Tsonga no machacó la confianza de Roger que a pesar de perder la quinta definición del año y a punto de borrarse de Cincinnati por cansancio acumulado, en Ohio, pudo levantar un Masters 1000. Estados Unidos vio como Federer quebró esa racha negativa de dos años sin ganar un trofeo de esta categoría. Tres Top10 en el camino y destellos de su interminable calidad, fueron suficientes para coronarse en Cincinnati por sexta vez.

David Ferrer fue el finalista, el incansable español que también supera los 30 años (32) y da que hablar en el circuito. Número seis del mundo (5° tras la final perdida), David alcanzó su 45° final ATP (21-24), la tercera del año (1-2) y la séptima de Masters 1000 (1-6) en su carrera, al menos una por año desde 2010. Finalista del Masters 2007 y Roland Garros 2013, Ferrer es otro jugador que cambió por el paso del tiempo. A su privilegiadas piernas y su garra, le aumentó la velocidad a su drive e intenta ser más agresivo, porque a pesar de ser consciente de tener una defensa formidable, a los 32 años, no se gana solo con eso. El físico te pasa factura y los puntos deben acortarse si se quiere mantener en el Top10. Y Ferrer no está ajeno a eso. Cambiar es aceptar la realidad. Saber cuando cambiar es evolucionar.

Como un presidente

Ocho finales ATP (3-5), cuatro de Masters 1000 (1-3) y 49 partidos ganados (líder anual). No lo convierten en el mejor jugador de la temporada solo porque Djokovic le impidió coronarse en WimbledonCincinnati fue el título 80 de Roger Federer, si, 80... Atrás quedó McEnroe (77). Lendl (94) y Connors (109) solo tienen el privilegio de, por ahora, haber ganado más títulos que él. 121 finales ATP, otra marca que aumentó, detrás de Connors (163) y Lendl (146), el mismo Top3. Este Masters 1000 significó el número 22 en su cuenta personal en 38 finales de esta categoría, solo superado por Rafael Nadal (27). Además, agregó Cincinnati a su lista de torneos que obtuvo seis o más veces junto a Wimbledon (7), Halle (7), Dubai (6), el Masters (6) y Cincinnati (6). Números que no dejan de sorprender.

Es verdad, esta versión de Federer sufre más de la cuenta, se fastidia, no gana con la facilidad de antaño, pero gana. Los años no llegan solos, el tiempo, como dicen en la radio, es tirano, solo hay que saber administrarlo y utilizarlo de la mejor manera posible. Y quien mejor que él, un artesano del calendario que selecciona minuciosamente los torneos a participar y sus descansos para rendir al 100% y cuidar su físico a sus 33 jóvenes años. Larga vida al Dios Roger... y que dure lo que tenga que durar. Mientras tanto, disfrutemos, que nada en la vida es eterno.

Daniel Vitale Pizarro