Parte del equipo campeón de Copa Davis 2015 con Gran Bretaña (disputó las semifinales), finalista del ATP250 Sidney 2016 y octavofinalista en el Australian Open 2017, la suspensión de doce meses por parte de ITF fue un baldazo de agua helada. “He cometido un error y ahora debo hacerle frente. Siento que he defraudado a mucha gente: a mi familia, a mi entrenador, a mi equipo, a mis patrocinadores, al tenis británico y a mis fans. A todos ellos me gustaría pedirles disculpas desde lo más profundo de mi corazón. Para mí esto ha sido una experiencia triste y humillante", declaraba un angustiado Evans tras anunciarlo a mediados de 2017.1⃣st @atptour final ✅#OnThisDay in 2017 Dan Evans competed in the @SydneyTennis final losing out to Gilles Muller pic.twitter.com/n8kciIq11q
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Dan Evans 🇬🇧 (30 años) debutó como campeón ATP en el #MurrayRiverOpen 🇦🇺 pero pocos saben su historia de vida. Tuit para reflotar lo vivido por el británico apenas unos años atrás. Nunca te des por vencido ni aun vencido 💪🏻 pic.twitter.com/m3DoIMblJ2
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La vida del inglés cambió por completo tras la suspensión. Arrepentido por su estilo de vida fuera de una pista de tenis, "Evo" pasó por varios estados emocionales: abandonó las redes sociales para alejarse de los comentarios negativos, sufrió depresión y hasta llegó a plantearse no volver a jugar más al tenis. "La cocaína es una droga muy dura y no sólo en el deporte, es terrible también en la vida. Arruina vidas. Es lo peor que he hecho en la vida. Si vieran las ruinas que dejé atrás, estarían bastante seguros de que no volveré a tomar esa droga. Gracias a lo que me sucedió, tengo una mejor perspectiva de la vida. Mi actitud ha sido realmente buena para mi tenis", se sinceraba Evans ante la prensa inglesa.
Dan no se cansa de destacar la importancia de su novia durante ese largo proceso de inactividad, sobre todo en el aspecto psicológico: "Ahora sé lo que quiero de la vida. Es difícil cuando eres más joven, pensé que me estaba perdiendo todo si no salía de fiesta. Ahora sé que realmente no me estoy perdiendo nada y prefiero pasar la noche con mi novia". El jugador que volvió al circuito en mayo de 2018 fue otro. Hasta decidió acortar su nombre. El nuevo "Dan Evans" nació en 2018 con la experiencia de haber sido Top50 y la sapiencia de los errores cometidos. Lo peor había pasado y sin nada que perder, se aventuró a su segunda vida tenística. Más fuerte mentalmente y con sed de revancha personal, tardó apenas diez meses en volver al Top100 y quince meses para instalarse como Top50.Desde su vuelta en mayo 2018, Dan #Evans ganó 3 Challengers (5 finales) y disputó 1 final ATP (Delray Beach) con victoria incluida ante Isner (9°). El británico demuestra que tocar fondo no siempre significa lo peor, a veces es hasta necesario para enderezar la vida y mejorarla pic.twitter.com/fhNFvAylZY
— Otra Doble Falta (@otradoblefalta) February 28, 2020
Pero sus buenos resultados no fueron fruto de la casualidad. Su trabajo junto a David Felgate, exentrenador de Tim Henman, y a un psicólogo deportivo, fue lo que le permitió dejar atrás los malos momentos y transformarlos en motivación: "Aún hoy en día a veces me doy cuenta de lo estúpido que fui, pero he aprendido a no mirar atrás. El problema es que durante el año que estuve suspendido fui incapaz de aceptarlo y me odiaba a mí mismo. Hice las cosas muy mal durante la sanción, fui incapaz de controlar mis emociones y seguí comportándome como un estúpido. Cuando me senté con un psicólogo deportivo, me dijo que era la persona que más rabia acumulada había visto en su vida y eso me hizo reflexionar. Aquellas sesiones no tuvieron precio".
Daniel Vitale Pizarro
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