04 marzo 2013

Promesa tardía

Puño apretado, sonriente y... ¿confirmación de promesa?

En el ATP250 de Delray Beach, Ernests Gulbis (109°) derrotó a al francés Edouard Roger-Vasselin (105°) 7/6 6/3 para imponerse por segunda vez en este certamen (2010) y por tercera vez en su carrera en un torneo ATP (3-0 en finales). El letón, proveniente de la qualy, tuvo que derrotar a ocho rivales para levantar el trofeo norteamericano, entre ellos a Haas (19°) y Querrey (23°). El título le dará los puntos suficientes para ingresar nuevamente al Top100 (67°), un tenista que si se lo propone, está para ganar cosas importantes. Talento, juventud, versatilidad en su juego y personalidad para enfrentar a los mejores del mundo, son algunas de los atributos de este joven de 24 años, que irrumpió de muy chico en el circuito pero que no pudo consolidarse en la elite.

Ernests Gulbis nació en Riga, capital de Letonia. Comenzó a jugar al tenis a los cinco años gracias a su abuela, que le introdujo el amor por el deporte blanco. Su padre, Ainars Gulbis, uno de los empresarios más importantes de su país y exbasquetbolista, le prometió a su madre que apoyaría a Ernests en su carrera deportiva en todo sentido. Su madre, Milena, es una reconocida actriz, muy popular en los '80 y '90. Tiene cinco hermanos: Elina, doctorada en Leyes y estudiante de Arte en París, Laura y Monika, jugadoras de tenis aunque aun menores de edad, Kristaps, que asiste a una academia para ser jugador de golf profesional y Gintars Kavacis, hermano de un segundo matrimonio de su madre.
Gulbis, que en sus tiempos libres escucha música clásica o lee filosofía (aunque usted no lo crea), declaró más de una vez que cuando se retire, desea empezar una carrera universitaria. Domina los idiomas letón, ruso, inglés y algo de alemán, país al que asistió desde los 12 a los 18 años en "Pilic’s Tennis Academy", centro de entrenamiento cerca de Munich, dirigida por Niki Pilic, academia por la que pasara a los 12 años Novak Djokovic. Dueño de un talento innato como pocos jugadores del circuito, gran saque, adaptación a cualquier superficie, capaz de derrotar a Federer, Djokovic, poner en aprietos a Nadal, levantar dos trofeos ATP y tocar el puesto 21° del ranking, su carrera ha sido más sobresaliente por sus excesos y excentricidades, que por sus resultados en el mundo del tenis.

Profesional desde el 2004 (15 años), irrumpió en el circuito muy joven. Recién en el 2007 terminó Top100. Atrajo la mirada de mucha gente y de especialistas del deporte cuando llegó a octavos de final del US Open, luego de derrotar en tercera ronda Tommy Robredo (8°). En 2008, como promesa del momento, alcanzó su mejor ubicación en un Grand Slam hasta hoy (cuartos de final en Roland Garros) y terminó el año en el Top50. El años siguiente fue negativo para "La Gaviota", a excepción de la victoria en Brisbane ante Djokovic, que venía de ganar el Masters a fin del 2008. Durante todo el año no pudo superar la segunda ronda en ningún certamen, hasta que en octubre accedió a cuartos de final en Tokio y un mes más tarde en St. Petersburgo.

Campeón en Los Ángeles 2011

2010 fue un punto de inflexión. Inició una racha positiva con semifinal en Memphis (victorias ante Stepanek -14°- y Berdych), campeón en Delray Beach (Karlovic en la final), cuartos de final en Barcelona, semifinal en el Masters1000 de Roma (venció a Federer -1°-) y cuartos de final en Madrid (victoria sobre Youzhny -13°-). Se retiró de Roland Garros y hasta fin de año solo alcanzó un cuartos de final (Bangkok). Empezó 2011 como 24° del planeta. Fue 21° luego de llegar a cuartos de final en Doha y semifinal en Sidney (puesto más alto de su carrera). No apareció más en escena hasta Los Angeles, torneó que ganó como el 84° del mundo (segundo título ATP). A partir de ese torneo, la carrera de Gulbis comenzó a caer en picada, apaciguada por esporádicos partidos como la victoria ante Berdych (7°) en primera ronda de Wimbledon 2012 o a Haas (21°) en primera del US Open.

Pero parece que Gulbis enderezó el rumbo de su jet privado (con el que viaja a los torneos) y eligió el 2013 como el año de su despegue tenístico. Quedaron atrás sus confesiones como: "No me gusta entrenar, a mi me gusta la competencia, vivir el momento de la cancha, meter un winner, meter otro, eso me gusta y lo disfruto", o: "Todos deberían pasar una noche en la cárcel", luego del episodio que sufrió en el ATP250 de Estocolmo (Suecia) en 2009, cuando contrató en pleno torneo a prostitutas.

Ernests luce mucho más comprometido con el tenis, y el título en Delray Beach, al menos nos pone a pensar sobre la veracidad de sus dichos semanas atrás, contando su deseo de meterse de lleno en el Top20. "Me he preparado bien. He dejado atrás muchas cosas en mi vida como por ejemplo el tabaco, el alcohol, quedarme levantado hasta tarde, me entreno más... Por tanto, las piezas van encajando", decía Gulbis durante el torneo de Rotterdam, y agregaba: "No he jugado Australia este año, he tenido una preparación más larga, he trabajado mejor de lo que lo he hecho nunca. Creo que el resultado es solamente fruto de un proceso natural. Mi objetivo es tener continuidad en la temporada y recuperar mi ranking". Esperanzador.
El resumen de la final

"Todo el mundo está muy contento. No pensábamos que iba a suceder tan rápido. Mi entrenador sentía que volvería  al Top100 en abril. He ganado ocho partidos en fila aquí. Es un muy buen comienzo de año", sostuvo en conferencia de prensa, con el título en su poder. Enfocado, más sacrificado dentro de una cancha y demostrándose a si mismo que es capaz de superar lo hecho hasta aquí, Gulbis promete (una vez más). Veremos con el correr de los torneos si recupera su ranking y si podrá dar batalla en las grandes citas y por qué no, dar la sorpresa y pelear mano a mano con los mejores del mundo.

Desde el 2007 en Houston -Karlovic (108°) a Zabaleta (150°)- una final ATP no es disputada entre dos tenistas fuera del Top100. Además, Gulbis es el primer jugador proveniente de la clasificación en ganar un trofeo ATP en más de un año, cuando Jarko Nieminen lo consiguió en Sydney (Australia), en enero de 2011.

Daniel Vitale Pizarro

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