06 agosto 2012

Medallas históricas



Medalla, bandera y sonrisa británica.

Andy Murray lo hizo. Pudo derrotar a Roger Federer en una final de un torneo importante, no en puntos porque da 750 ni en dinero porque esta competición no premia con plata, pero si en prestigio. Se sacó la "mufa", venció a su verdugo de tres finales de Grand Slam, el rival que le había ganado unas semanas antes en el mismo escenario y que quería llevarse el oro, señalado por él como uno de los objetivos principales a comienzo de año. Sin dudas el escocés, en su segunda casa (Wimbledon), el mismo estadio que lo vio llorar días atrás, esta vez lo vio disfrutar cuando se colgó la presea dorada. Lo logró.

La consagración en el All England no fue casualidad. El cambio comenzó exactamente el 31 de diciembre del 2011 cuando Murray decidió dar un salto de calidad y contrató como coach a Ivan Lendl. ¡Vaya jugador! Con el objetivo de enfocarse más en los Grand Slams, mejorar la parte mental y sobre todo, que le aporte la experiencia necesaria de un ganador de ocho Grand Slams sobre 19 finales disputadas. A menos de un mes de trabajar juntos, Andy levantó el trofeo en Brisbane (Australia)
 en la antesala del primer "Major" del año. Todo iba, aunque con muy poco trabajo, viento en popa. En el Australian Open el escocés perdió la semifinal contra Novak Djokovic, torneo en el que el año pasado había perdido la final, justamente frente al serbio. En Dubai, Federer fue su rival en la final, obstáculo que no pudo sortear. Luego cayó derrotado sorpresivamente en la segunda ronda de Indian Wells ante García Lopez y perdió la final de Miami otra vez ante Djokovic.

El podio en Wimbledon...

La gira sobre polvo de ladrillo nunca fue su fuerte. Disputó cuatro torneos y en ninguno pasó los cuartos de final. Para colmo, debut y despedida en Queen´s frente a Nicolás Mahut, torneo que lo vio ganador en 2009 y 2011. A esta altura de la temporada, el balance con Lendl en el banco, no era muy diferente a años anteriores, con resultados aún peores que la temporada pasada en cuanto a Grand Slams y Masters 1000. El mundo del tenis se preguntaba si fue acertada la contratación del 94 veces ganador a nivel ATP, si podrían convivir dos estrellas, teniendo que ser solo una la protagonista.

Pero llegó Wimbledon, torneo que se le negó dos veces en su carrera al actual entrenador del británico. Con la prematura derrota de Nadal en segunda ronda, Murray no podía desaprovechar la oportunidad de ubicar a un británico en una final, algo que no sucedía desde 1938. En la final estaba Federer, que lo venció en cuatro sets, luego de que Andy dominara el primer set y gran parte del segundo (post sobre Wimbledon pasado). Ese día, Murray supo que ya no quería pasar otra vez por esa situación de angustia, llanto, desilusión, etc.,etc., etc.
Espíritu Amateur

El próximo objetivo eran los Juegos Olímpicos, que por primera vez se jugarían en Wimbledon, sin obligación de vestir de blanco, un detalle menor pero llamativo por lo que representa la institución. Para Andy Murray, la deserción de Nadal por lesión no le afectó, porque cayó del lado de Djokovic, en una supuesta semifinal con su verdugo de Australia y Miami este año y al que superó en Dubai. Y se dio la lógica. Pero como en los Emiratos Arabes, lo venció y llegó a otra final en el All England, más local que nunca, por ser británico y por defender a su país nada más ni nada menos que en un juego olímpico. Del otro lado, el mismo rival de semanas atrás, el mismo que lo venció en Dubai y el que además lo derrotó en tres finales de Grand Slam, Roger Federer.

Pero esta vez todo iba a ser diferente. Prácticamente sin errores, jugó como tenía que jugar. Firme, agresivo, aprovechó las oportunidades en los momentos importantes y se llevó el partido por un abultado 6/2 6/1 6/4 para colgarse la medalla dorada. Es verdad que Federer (31 años el ocho de agosto), el favorito, venía de disputar "el partido" del torneo ante Del Potro, por lo emotivo, por las más de cuatro horas y por el nivel de juego demostrado por ambos. Junto con la final de Australia, lo mejor del año. Juan Martín, que no pudo acceder a la disputa por el oro, obtuvo la medalla de bronce al derrotar a Novak Djokovic en un partidazo, con todos los condimentos.
El abrazo sentido con su novia en el box de su equipo de trabajo

"Este es el triunfo más importante de mi vida", manifestó a la cadena BBC. "Es la mejor manera de recuperarme tras la final en Wimbledon (...) Me siento renovado", agregó el escocés luego de recibir la medalla de oro. Este triunfo le permite a Murray acercarse a Nadal en el ranking, sumar su título número 23, adelantarse en los enfrentamientos personales a Federer 9-8 y sobre todo, creer que está capacitado para vencer a los tres de arriba, incluso en torneos importantes y cumplir con su objetivo de levantar un Grand Slam. El viaje junto a Lendl recién empieza y este es el camino a seguir. El US Open tiene ahora no solo un candidato al título, sino una amenaza.
Las hermanas Williams, leyendas.

Serena Williams sigue haciendo historia y completando los espacios vacíos de su palmarés. No solo "barrió" literalmente de la cancha en la final femenina a María Sharapova 6/1 6/0 para lograr el oro que tiene en sus vitrinas Venus Williams, sino que logró junto a Venus el tricampeonato 2000, 2008 y 2012 (2004 no jugaron por lesión de Serena). Con la victoria, iguala a la pareja fuera del circuito Agassi-Graf al lograr el Golden Slam, los cuatro Grand Slams y la medalla de oro, aunque Steffi lo haya logrado todos en una misma temporada. Además, Serena viene de consagrarse también en Wimbledon en singles y junto a su hermana en dobles. Las Williams se suman a la lista de las mejores tenistas de la historia y aun siguen dando batalla. Fantástico.

Daniel Vitale Pizarro

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