El estadio aplaude una vez más al mismo protagonista
Una vez más, y como casi todos los años desde 2005, Rafael Nadal es protagonista en la gira europea de polvo de ladrillo. Por séptima vez consecutiva levantó el ATP500 de Barcelona y defendió por segundo año consecutivo los dos títulos conseguidos el año pasado sobre esta superficie, al vencer en la final a su compatriota David Ferrer, una semana después de revalidar su corona en Monte Carlo. En el ATP250 de Bucarest, Gilles Simón no se quedó atrás y ganó por tercera vez el torneo rumano sobre canchas lentas.
Ferrer, número seis del mundo, llegó a España con mucha confianza por los resultados del año, con títulos en los ATP250 de Auckland, Buenos Aires y Acapulco, este último ATP500, y con una revancha personal para coronarse en Barcelona, luego de perder las tres finales que disputó en este torneo, todas frente a Nadal. El nacido en Jávea dominó los dos sets, cedió ¡cinco! sets points en el primer parcial y luego en el segundo sacó 5-4 para llevarlo a un tercero, pero eso no fue suficiente. Cayó 7/6 7/5 en un partido muy cambiante e intenso, que duró 2h 40m y que una vez más, se llevó el mejor de todos sobre esta superficie.
Luchó hasta el final pero el final no fue el esperado
Por el lado de Rafa, que más decir, más palabras serían repetitivas, monótonas y cansadoras para el asiduo lector de tenis. Título ATP número 48, final número 69 y victoria número 34 de forma consecutiva en este torneo entre 2005-09/2011-12 (en 2010 no jugó). Números abrumadores que pareciera que nunca van a parar de aumentar, más aun en estos dos torneos, al perder en toda su carrera solo dos partidos sobre 17 certámenes disputados. Y si sumamos Roland Garros, su otra predilección, el número aumenta a tres perdidos sobre 24 jugados (Alex Corretja en Barcelona 2003, Coria en Montecarlo 2004 y Soderling en Roland Garros 2009).
La palabra increíble le queda chica. Ah, casi me olvidaba, solo en Barcelona perdió dos sets durante sus siete conquistas (Nieminen 2006 y Ferrer 2008). Acumula 37 sets ganados consecutivos en la capital catalana. Y algo más. De las 38 finales en polvo de ladrillo, solo perdió cuatro: dos con Federer (Hamburgo 2007 y Madrid 2009) y dos con Djokovic (Madrid y Roma 2011), una efectividad pocas veces vista. Efectivamente la palabra INCREÍBLE le queda chica, también en mayúscula.
Como en su casa
En el ATP250 de Bucarest (Rumania), el campeón también fue un viejo conocido, el francés Gilles Simón, que ganó aquí por tercera vez en su carrera. Derrotó a Fabio Fognini 6/4 6/3, jugador inteligente, pensante, con un juego más pausado que los mejores del mundo pero no menor. Es tan peligroso como inconsistente. Las irregulares actuaciones de Simon en los últimos años, sea por lesión, bajo nivel o desconfianza, lo han alejado del Top10 y parece ser que eligió Bucarest para regresar al selecto grupo. Entrenado por Thierry Tulasne, con esta victoria nuevamente se arrima al Top10 para ubicarse 11° en el ranking mundial, puesto que merece y que pretende superar.
Gilles, nacido en Niza, obtuvo su título ATP número once. Lo curioso es que desde el 2007 hasta hoy, levantó al menos un trofeo por año, dos en 2007 al igual que en 2011 y tres en 2008. Algo paradójico, su mejor año fue el 2009, tras llegar al puesto número seis del escalafón mundial y tan solo obtuvo el primer puesto en un solo torneo. Claro, había terminado el 2008 como el octavo mejor tenista del planeta. Otro dato de color del francés: estuvo como Top10 exactamente once meses y tres semanas, entre octubre de 2008 y octubre de 2009, después, nunca más tocó siquiera la posición número diez del ranking ATP.
Daniel Vitale Pizarro
No hay comentarios:
Publicar un comentario